Decíamos no hace mucho por aquí
que desde la llegada de Frank Miller a la colección del hombre sin
miedo casi todas las etapas del personaje se había construido o bien
siguiendo la estela de este (en mayor o menor medida) o bien por
oposición a este (siempre con matices claro). Este nueva etapa de
Daredevil, tras busca acercarse más al grim and gritty
millerioano...sin demasiado éxito de momento.
Charles Soule,
abogado de formación y ejerciente durante años había mostrado en
el pasado su interés por el personaje de Daredevil, el cual había
co-protagonizado una interesante saga durante su corta pero
sustanciosa etapa en Hulka, por su parte el veterano Ron Garney
también se había acercado brevemente al personaje en los 90 y su
estilo parecía ajustarse como un guante al scope tradicional del
cuernecitos. De entrada estábamos pues ante un sólido equipo que
podría traer una nueva gran etapa al personaje tras el excelente
trabajo de Waid y Samnee. Así las cosas la decepción de este primer
tomo no puede ser mayor.
Si bien es cierto
que Garney cumple con creces y su trabajo claramente influenciado por
el del Miller más ochentero es más que notable con un rediseño del
traje no muy original pero en cualquier caso afortunado, es Soule el
que al menos en esta saga inicial esta lejos de cumplir las
expectativas. Ambientado como todo el Universo Marvel actual, ocho
meses después de la última vez que vimos al personaje nos
encontramos con que el estatus de DD ha cambiado radicalmente, ha
tomado un pupilo al que pretende guiar en el complejo mundo del
superhéroismo, ha vuelto a New York trabajando ahora para la
fiscalía y parece haberse roto el equilibrio alcanzado en los
estertores de la etapa Waid, estando Matt más solo y aislado que
nunca sin Kirsten a su lado y con su relación con Foggy atravesando
un mal momento.
Lo cierto es que
como decíamos arriba, las bases sobre las que se asienta la etapa
son interesantes, es cierto que falta una pertinente explicación a
lo que ha pasado en estos ocho meses para que se justifique semejante
cambio de estatus, pero a parte de eso la idea de un sidekick para DD
no deja de tener su gracia y es que aunque no somos pocos los que nos
gustaría que se hubiera recuperado a Tyrone, el olvidado niño de la
era Nocenti/Romita Jr. al que Matt trataba de ayudar tras quedarse
ciego, el personaje creado por Soule y Garney (Punto Ciego) y su
contexto (inmigrante ilegal asentado en el Chinatown neoyorkino) no
deja de tener potencial (resulta curioso observar como la idea de
legado, tan propia de DC, esta tomando cada vez más fuerza en el
Universo Marvel). Como también lo tiene la idea de ver a Matt como
fiscal, acusando en vez de defendiendo y como por enésima vez
intenta recomponer su vida sin volverse loco.
Entones, si tenemos
un muy buen dibujante, unas sólidas e incluso novedosas bases sobre
las que construir la etapa, ¿que es lo que falla para hablar de
decepción? Pues varias cosas, para empezar el villano de esta
primera historia, que tiene un uso puramente funcional para presentar
el entorno y la vida de Punto Ciego, deja bastante que desear, para
continuar Soule intenta establecer paralelismos absurdos entre el
villano y DD para lo cual trae incluso al Capitán América en una
historia que salvo momentos puntuales (como Soule muestra la enorme
desventaja que supone que DD sea ciego pese a sus poderes, algo que
no todos los guionistas terminan de tener en cuenta) resulta
ridícula con momentos de verdadera vergüenza ajena, a esto se añade
unos diálogos forzadisimos que carecen de toda credibilidad y un
desarrollo global de la trama que solo puede ser calificado de
aburrido, ni siquiera el retorno de un viejo y no tan añorado (por
sobreexplotado) enemigo hace que la valoración global mejore un
ápice y menos con el absurdo y ciertamente incoherente final.
Estamos pues ante
un cómic que aunque cuenta con muchos elementos a su favor resulta
globalmente insatisfactorio y que a falta de una explicación creíble
para el nuevo estatus (que bajo ninguna circunstancia puedo imaginar
coherente con el scope de la serie) parece haber optado por el
camino más fácil para cortar el nudo gordiano que atenazaba al
personaje tras la etapa Bendis, nudo que por otra parte no hay que
olvidar Waid casi había deshecho del todo con habilidad e
inteligencia, no con trucos baratos. En fin veremos como sigue, pero
de momento la cosa no pinta demasiado bien.