Los principales elementos que definen la serie se puede ver casi desde los primeros planos de la misma: una fotografía naturalista, alejada de estridencias, un marcado tono dramático y realista empezando por el accidente que dotaría a Matt Murdock de sus poderes y un ambiente eminente urbano como hábitat clave del show. La serie apuesta muy pronto por mostrar las circunstancias que definen al personaje principal: su catolicismo expresado en forma de dudas sobre lo que hace y un permanente sentimiento de culpa. El contraste que supone que el que el brillante abogado “diurno” Matt Murdock, se torne en el justiciero autonombrándose juez y jurado de noche. La innegable influencia de su padre tanto en la idea de siempre levantarse sea cual sea el golpe recibido, como en el hecho de que Matt cree estar siempre decepcionándole debido a que su padre nunca quiso una vida de violencia para él, camino que sin embargo Matt ve como único posible para proteger su amada Hell's Kitchen. Todas las contradicciones que hacen tan especial al personaje en el cómic captadas a la perfección en la televisión en apenas un par de episodios.
Así la cuidada caracterización tanto de Matt como del resto de personajes sera una de las principales cualidades de la serie. Cada uno estará construido con un trasfondo y un cuidado tal que en ningún caso estaremos ante estereotipos o personajes de cartón piedra. Foggy Nelson como mejor amigo de Matt sera (al igual que en los cómics) su referente moral y ancla que tratara de impedir que vaya demasiado lejos. Papel similar que el que gozara Ben Urich, baluarte de un modo de hacer periodismo que ya no se estila, con Karen Page, tal vez uno de los personajes más cambiados con respecto a su origen en papel pero cuyo relevancia como catalizador de la trama y su crecimiento durante la serie serán especialmente significativos. Otro ejemplo es el de Wilson Fisk, cuya complejidad y matices la serie consigue trasmitir casi desde el principio. Una autentica bestia inmoral encerrada en el cuerpo de un gigante, que se cree con derecho a elegir el destino de los demás aunque para ello tenga que matarlos y que tendrá como principal punto débil su amada Vanessa, relación que la serie construye con mimo siendo uno de sus principales aciertos. Destaca también la figura de James Wesley confidente, amigo y representante de los intereses de Fisk, sus buenos modales ocultaran también a un monstruo dispuesto a lo que sea para satisfacer las necesidades de su jefe.
Más allá de los personajes, toda la serie esta construida en torno a la lucha de poder que sostienen dos hombres: Wilson Fisk y Mat Murdock, una lucha que se presenta en múltiples frentes y en la que ninguno de los dos es conocido aún por sus alias (Kingpin y Daredevil). Lo que subyace es la lucha entre un mal que cree sin embargo estar haciendo el bien, aunque para ello haya de pagarse un elevado precio en forma de vidas humanas y un bien que empieza a dudar de sus actos y que llega a creer que siguiendo el camino fácil (el camino de su enemigo), podrá encontrar la victoria. Una lucha de poder compleja y peligrosas que tiene el alma de Hell's Kitchen como premio. Y precisamente el escenario y la ambientación son otros de los puntos fuertes de la serie. Los callejones oscuros y angostos, los bares decrépitos pero con encanto, los edificios antiguos pero llenos de vida, serán el escenario en los que mueva la acción. Todo esto contrastara con el lujoso palacio de cristal en el que vive Fisk, palacio desde el que pretende cambiar no solo formalmente si no es su misma esencia Hell's Kitchen, convirtiéndola en un reflejo de su retorcido modo de ver la vida.
La serie siguiendo el patrón ya visto en Arrow (pero resuelto aquí con mucha más elegancia) se estructura en torno a flashbacks que narran aspectos del pasado de los personajes ayudando a entender y dar profundidad a su situación actual. Son flashbacks que siempre guardan relación con el episodio en curso destacando especialmente los que se centran en el pasado de Fisk, en la figura de Stick (magníficamente caracterizado también) o en la relación entre Foggy y Matt. Por otro lado su marcado tono oscuro, casi siniestro y la enorme violencia que se palpa casi en cada plano, hacen de Daredevil, como no podía ser de otra manera, una serie muy física, difícil de imaginar en un canal convencional con las restricciones que ello implicaría. Todo esto se plasma especialmente en un combates coreografiados de forma cruda pero con elegancia, donde Matt recurre tanto a las artes marciales como al boxeo y donde los golpes y las heridas tiene consecuencia reales.
Plagada de guiños y referencias al cómic en la serie vemos desfilar anticipos de lo que será La Mano, a Turk el “entrañable” matón creador por Frank Miller o al Aplastador Creel (como boxeador rival del ultimo combate de Jack “Batallador” Murdock, el padre de Matt) que enlaza la serie con Agents of S.H.I.E.L.D, donde Creel aparece ya siendo El hombre absorbente. Con resoluciones formales realmente brillantes (el plano secuencia que cierra el segundo episodio, por ejemplo) si de algo peca Daredevil tal vez sea de una cierta precipitación en el cierre que hace que todo se resuelva demasiado rápido teniendo en cuenta la complejidad de la trama que se estaba construyendo. Con todo tras su estreno la serie supo estar a la altura de las enormes expectativas creadas y ya tiene garantizada una segunda temporada que promete tanto o más que este excelente primer asalto del hombre sin miedo en la pequeña pantalla.
domingo, 26 de abril de 2015
Historia de un hombre sin miedo especial: el diablo en la pequeña pantalla . Antecedentes y origenes.
Antecedentes.
Reforzando su condición de outsider dentro de la antigua Casa de la Ideas, Daredevil no había tenido mucha suerte en el plano audiovisual. El primer intento de llevarlo a la pequeña pantalla en los 70, compartiendo protagonismo con La Viuda Negra había quedado en nada, al igual que la serie de animación que en plena etapa Miller en el personaje resultaba tal vez demasiado oscura para los estándares de la época. Así la presencia en los mass media del personaje quedaría apenas reducida a su participación en un telefilme del Hulk de Bill Bixby y Lou Ferrigno, con un traje, por cierto, muy similar al usado por Miller y Romita Jr. en la miniserie El hombre sin miedo y que ahora ha sido recuperado en la serie de Netflix y su aparición como invitado especial en diversas series de animación, sobre todo de Spider-man.
Habría que esperar al año 2003 en los albores de esta edad de oro superheróica en pantalla grande para ver a Daredevil protagonizar un filme de alto presupuesto. Filme que aunque generaría un spin-off de infausto recuerdo (Elektra 2005) no ha quedado en la retina de los aficionados como algo a rescatar. Y eso pese a contar con muchas condiciones a su favor: correcta ambientación y tono, un traje espectacular, un reparto en principio solvente y un director fan del personaje. Aun así la película resulto un rotundo fracaso tanto a la hora de captar la esencia del personaje como a la de conseguir una obra minimamente entretenida, aspecto este que si mejora algo en la versión extendida del filme comercializada en formato domestico y que corrige alguno de los errores más flagrantes de estructura, atenuado la sensación de beat`em up que el montaje mostrado en las salas trasmitía en su climax final.
Los derechos del personaje, por entonces en manos de la Fox (producto de la desaforada venta de derechos a los que condujo la bancarrota marvelita de los 90 y de la que ahora tanto se arrepienten en Marvel Studios) habrían de pasar practicante una década en el limbo antes de que regresaran a Marvel. Tras el rotundo fracaso comercial de Elektra y el frió recibimiento de Daredevil (aunque en taquilla no fue mal del todo) la Fox pareció más interesada en sacar adelante sus proyectos con mutantes y 4 Fantásticos que no en relanzar una franquicia de potencial pero que ya había fracasado una vez, entre otras cosas por la propia ceguera de la Fox.
Así y a la altura del 2012 cumplidos 10 años sin estrenar películas del personaje Daredevil volvía a casa. Lo hacía eso si en medio de rumores que aseguraban que la Fox estaba planificando un proyecto para relanzarlo cinematograficamente. Proyecto que de la mano de Joe Carnahan, pretendía narrar una película ambientada en los años 70 y con marcado tono oscuro muy basado en las ideas de Miller. El asunto quedo en nada por falta de tiempo pese al supuesto ofrecimiento de la Fox a Marvel (dadnos a Daredevil y nosotros os damos a Galactus). Daredevil volvía al hogar y lo hacía en el mejor momento posible.
Regreso al hogar.
Muchas cosas habían cambiado en Marvel en esos 10 años que había pasado desde el estreno de Daredevil en 2003 hasta el momento que recupera sus derechos en 2012. No solo había dejado atrás la bancarrota noventera si no que se había convertido en un estudio cinematográfico de éxito tras el estreno de Iron Man en 2008 siendo además adquirida por ese coloso del entretenimiento que es Disney en el año 2009. Daredevil regresaba a casa en el momento justo, con el cine de superhéroes más fuerte y exitoso que nunca y con la idea de universo compartido trasladada a la gran pantalla con un éxito tal que había transformado a Los Vengadores (2012) en la tercera película más taquillera de la historia. Parecía solo cuestión de tiempo que se anunciara una nueva película del hombre sin miedo producida por Marvel Studios...sin embargo las intenciones del estudio iban por otro lado.
El arrollador éxito de los superhéroes en la gran pantalla había encontrado (sigue encontrando, en realidad) también su reflejo en la pequeña pantalla donde series como Arrow contaban con un publico fiel y entregado. Marvel tras el pelotazo de Los Vengadores había lanzado su propia serie, Agents of S.H.I.E.L.D para la cadena generalista propiedad de Disney, ABC, dejando claro el potencial del medio televisivo para expandir las fronteras de su creciente universo audiovisual. Así las cosas en el año 2013 Marvel lanzaba una noticia bomba: Daredevil, Jessica Jones, Iron Fist y Luke Cage iban a tener series propias a través del canal on-line Netflix con la idea posterior de juntarlos en un grupo llamado Los Defensores.
La noticia causo gran impacto y genero un hype tremendo, la idea tras el proyecto era obviamente distinta a la de Agents of S.H.I.E.L.D y es que Netflix, cadena detrás de series del prestigio de Orange is the new black o House of Card no era una cadena generalista como ABC, ni por lo tanto tenia sus restricciones morales en cuanto a temas de violencia o incluso sexo. Por otro lado estaríamos antes series cortas de 12-13 episodios que evitaban los mecanismos del consabido procedimental y obligaban a ir mucho más al grano, apostando por series maduras y complejas como lo eran los personajes elegidos como puntas de lanza en este desembarco televisivo.
El caso de Daredevil es tal vez en más singular de los cuatro, por un lado en un personaje con serie propia e ininterrumpida desde 1964, lo que hace que, pese a su ya mencionado carácter de outsider, Daredevil sea una de las figuras más reconocibles de Marvel después de sus primeros espadas y desde luego esta por peso e importancia muy por encima de personajes como Jessica Jones, Iron Fist o Luke Cage. Todo esto hacía presagiar que Daredevil merecía una película propia y más cuando personajes mucho más secundarios en el Universo Marvel como Pantera Negra o el Doctor Extraño la iban a tener. Sin embargo eligiendo a Daredevil como piedra de toque de la ofensiva televisiva, Marvel se aseguraba el tener un personaje importante y reconocible al frente de su nuevo proyecto lo que sin duda facilitaría la aceptación y curiosidad por las series del resto de personajes incluidos en el proyecto. A todo se unía además, que Daredevil por su peculiaridades (no se necesitan enormes efectos especiales para adaptarlo) y entorno (mucho más urbano, su trabajo como abogado...) es uno de los mejores personajes de la casa de cara a funcionar en la pequeña pantalla.
Creando expectativas.
Desde el mismo momento del anuncio del “proyecto Defensores” Daredevil fue la serie que más expectativas causo lo que no hizo si no aumentar cuando Drew Goddard fue elegido como showrunner. Goddard uno de los “Buffyboys” (esto es, miembro del grupo de colaboradores de Whedon en el Buffyverso) más importantes había sido director y co-guionista de esa maravilla que es La Cabaña en el bosque, lo que unido a su curriculum televisivo hacía de su elección todo un acierto...sin embargo las cosas pronto se torcieron. En pleno relanzamiento de la franquicia Spider-man, Sony había ofrecido a Goddard la posibilidad de dirigir Los 6 Siniestros, todo un caramelo (envenenado quizá) que Goddard no dejo escarpar, lo que trajo consigo que el showrunner dejase su puesto en mitad de la producción. La situación fue bastante dura e incluso Disney amenazo a Goddard con quitarle el crédito como creador, algo que finalmente no sucedió. Lo curioso es que ahora, tras el acuerdo entre Sony y Marvel sobre Spider-man, Goddard es uno de los directores que con más fuerza suena para dirigir la nueva película del personaje.
Sea como sea, la salida de Goddard propicio la llegada de Steven S. DeKnight, otro Buffyboy y creador de esa genialidad hemoglobinica que es Spartacus, lo que hizo que al final en cierta medida todo quedara en casa. Arreglado de manera más que solvente el apartado creativo (el resto del plantel de guionista/directores estaría dominado por gente con amplia experiencia televisiva casi siempre en series del máximo prestigio) en lo que al casting respecta lo cierto es que casi nadie salio decepcionado por la elección del principales papeles. Tal vez el más cuestionado al principio, fue el del propio protagonista Charlie Cox, pero su inmenso trabajo en Boardwalk Empire no hacia más que avalar su elección, lo mismo que la elección de Vincent D'Onofrio para el papel de Wilson Fisk. Tal vez la mayor decepción vino dada por la ausencia de Elektra y eso que se especulo mucho con que finalmente cayera en manos de la explosiva Rosario Dawson quien sin embargo interpretaría a la enfermera de noche, personaje que aunque creado en los 70 alcanzaría fama durante la etapa Bendis/Malev en Daredevil. Por lo demás tanto la elección de Elden Henson como Foggy Nelson y de Deborah Ann Woll como Karen Page se antojaban desde el principio como un acierto. En conjunto estábamos ante un casting potente y equilibrado, haciendo que todo tuviera una pinta estupenda.
Conocido el casting y anunciado y concluido el rodaje en al segunda mitad del 2014, se fijo la fecha de estreno de la serie para el 10 de Abril del 2015, que como siempre en el caso de Netflix se haría lanzado la serie entera del tirón dejando a la potestad del espectador el como visualizarla. Hasta la llegada de esa esperada fecha la cadena no hizo más que aumentar las expectativas con posters, teasers y trailers a cada cual más espectacular, apoyándose además en una potente campaña en la red. haciendo subir el hype por las nubes. Un arma de doble filo que películas como Prometheus pueden acreditar. Con todo cuando llego el 10 de abril, la serie ya solo podía valerse por si misma, atrás quedaron campañas marketing, trailers, castings y demás. Ahora estaban frente a frente serie y espectador y por fin era este quien tenia la última palabra.
Reforzando su condición de outsider dentro de la antigua Casa de la Ideas, Daredevil no había tenido mucha suerte en el plano audiovisual. El primer intento de llevarlo a la pequeña pantalla en los 70, compartiendo protagonismo con La Viuda Negra había quedado en nada, al igual que la serie de animación que en plena etapa Miller en el personaje resultaba tal vez demasiado oscura para los estándares de la época. Así la presencia en los mass media del personaje quedaría apenas reducida a su participación en un telefilme del Hulk de Bill Bixby y Lou Ferrigno, con un traje, por cierto, muy similar al usado por Miller y Romita Jr. en la miniserie El hombre sin miedo y que ahora ha sido recuperado en la serie de Netflix y su aparición como invitado especial en diversas series de animación, sobre todo de Spider-man.
Habría que esperar al año 2003 en los albores de esta edad de oro superheróica en pantalla grande para ver a Daredevil protagonizar un filme de alto presupuesto. Filme que aunque generaría un spin-off de infausto recuerdo (Elektra 2005) no ha quedado en la retina de los aficionados como algo a rescatar. Y eso pese a contar con muchas condiciones a su favor: correcta ambientación y tono, un traje espectacular, un reparto en principio solvente y un director fan del personaje. Aun así la película resulto un rotundo fracaso tanto a la hora de captar la esencia del personaje como a la de conseguir una obra minimamente entretenida, aspecto este que si mejora algo en la versión extendida del filme comercializada en formato domestico y que corrige alguno de los errores más flagrantes de estructura, atenuado la sensación de beat`em up que el montaje mostrado en las salas trasmitía en su climax final.
Los derechos del personaje, por entonces en manos de la Fox (producto de la desaforada venta de derechos a los que condujo la bancarrota marvelita de los 90 y de la que ahora tanto se arrepienten en Marvel Studios) habrían de pasar practicante una década en el limbo antes de que regresaran a Marvel. Tras el rotundo fracaso comercial de Elektra y el frió recibimiento de Daredevil (aunque en taquilla no fue mal del todo) la Fox pareció más interesada en sacar adelante sus proyectos con mutantes y 4 Fantásticos que no en relanzar una franquicia de potencial pero que ya había fracasado una vez, entre otras cosas por la propia ceguera de la Fox.
Así y a la altura del 2012 cumplidos 10 años sin estrenar películas del personaje Daredevil volvía a casa. Lo hacía eso si en medio de rumores que aseguraban que la Fox estaba planificando un proyecto para relanzarlo cinematograficamente. Proyecto que de la mano de Joe Carnahan, pretendía narrar una película ambientada en los años 70 y con marcado tono oscuro muy basado en las ideas de Miller. El asunto quedo en nada por falta de tiempo pese al supuesto ofrecimiento de la Fox a Marvel (dadnos a Daredevil y nosotros os damos a Galactus). Daredevil volvía al hogar y lo hacía en el mejor momento posible.
Regreso al hogar.
Muchas cosas habían cambiado en Marvel en esos 10 años que había pasado desde el estreno de Daredevil en 2003 hasta el momento que recupera sus derechos en 2012. No solo había dejado atrás la bancarrota noventera si no que se había convertido en un estudio cinematográfico de éxito tras el estreno de Iron Man en 2008 siendo además adquirida por ese coloso del entretenimiento que es Disney en el año 2009. Daredevil regresaba a casa en el momento justo, con el cine de superhéroes más fuerte y exitoso que nunca y con la idea de universo compartido trasladada a la gran pantalla con un éxito tal que había transformado a Los Vengadores (2012) en la tercera película más taquillera de la historia. Parecía solo cuestión de tiempo que se anunciara una nueva película del hombre sin miedo producida por Marvel Studios...sin embargo las intenciones del estudio iban por otro lado.
El arrollador éxito de los superhéroes en la gran pantalla había encontrado (sigue encontrando, en realidad) también su reflejo en la pequeña pantalla donde series como Arrow contaban con un publico fiel y entregado. Marvel tras el pelotazo de Los Vengadores había lanzado su propia serie, Agents of S.H.I.E.L.D para la cadena generalista propiedad de Disney, ABC, dejando claro el potencial del medio televisivo para expandir las fronteras de su creciente universo audiovisual. Así las cosas en el año 2013 Marvel lanzaba una noticia bomba: Daredevil, Jessica Jones, Iron Fist y Luke Cage iban a tener series propias a través del canal on-line Netflix con la idea posterior de juntarlos en un grupo llamado Los Defensores.
La noticia causo gran impacto y genero un hype tremendo, la idea tras el proyecto era obviamente distinta a la de Agents of S.H.I.E.L.D y es que Netflix, cadena detrás de series del prestigio de Orange is the new black o House of Card no era una cadena generalista como ABC, ni por lo tanto tenia sus restricciones morales en cuanto a temas de violencia o incluso sexo. Por otro lado estaríamos antes series cortas de 12-13 episodios que evitaban los mecanismos del consabido procedimental y obligaban a ir mucho más al grano, apostando por series maduras y complejas como lo eran los personajes elegidos como puntas de lanza en este desembarco televisivo.
El caso de Daredevil es tal vez en más singular de los cuatro, por un lado en un personaje con serie propia e ininterrumpida desde 1964, lo que hace que, pese a su ya mencionado carácter de outsider, Daredevil sea una de las figuras más reconocibles de Marvel después de sus primeros espadas y desde luego esta por peso e importancia muy por encima de personajes como Jessica Jones, Iron Fist o Luke Cage. Todo esto hacía presagiar que Daredevil merecía una película propia y más cuando personajes mucho más secundarios en el Universo Marvel como Pantera Negra o el Doctor Extraño la iban a tener. Sin embargo eligiendo a Daredevil como piedra de toque de la ofensiva televisiva, Marvel se aseguraba el tener un personaje importante y reconocible al frente de su nuevo proyecto lo que sin duda facilitaría la aceptación y curiosidad por las series del resto de personajes incluidos en el proyecto. A todo se unía además, que Daredevil por su peculiaridades (no se necesitan enormes efectos especiales para adaptarlo) y entorno (mucho más urbano, su trabajo como abogado...) es uno de los mejores personajes de la casa de cara a funcionar en la pequeña pantalla.
Creando expectativas.
Desde el mismo momento del anuncio del “proyecto Defensores” Daredevil fue la serie que más expectativas causo lo que no hizo si no aumentar cuando Drew Goddard fue elegido como showrunner. Goddard uno de los “Buffyboys” (esto es, miembro del grupo de colaboradores de Whedon en el Buffyverso) más importantes había sido director y co-guionista de esa maravilla que es La Cabaña en el bosque, lo que unido a su curriculum televisivo hacía de su elección todo un acierto...sin embargo las cosas pronto se torcieron. En pleno relanzamiento de la franquicia Spider-man, Sony había ofrecido a Goddard la posibilidad de dirigir Los 6 Siniestros, todo un caramelo (envenenado quizá) que Goddard no dejo escarpar, lo que trajo consigo que el showrunner dejase su puesto en mitad de la producción. La situación fue bastante dura e incluso Disney amenazo a Goddard con quitarle el crédito como creador, algo que finalmente no sucedió. Lo curioso es que ahora, tras el acuerdo entre Sony y Marvel sobre Spider-man, Goddard es uno de los directores que con más fuerza suena para dirigir la nueva película del personaje.
Sea como sea, la salida de Goddard propicio la llegada de Steven S. DeKnight, otro Buffyboy y creador de esa genialidad hemoglobinica que es Spartacus, lo que hizo que al final en cierta medida todo quedara en casa. Arreglado de manera más que solvente el apartado creativo (el resto del plantel de guionista/directores estaría dominado por gente con amplia experiencia televisiva casi siempre en series del máximo prestigio) en lo que al casting respecta lo cierto es que casi nadie salio decepcionado por la elección del principales papeles. Tal vez el más cuestionado al principio, fue el del propio protagonista Charlie Cox, pero su inmenso trabajo en Boardwalk Empire no hacia más que avalar su elección, lo mismo que la elección de Vincent D'Onofrio para el papel de Wilson Fisk. Tal vez la mayor decepción vino dada por la ausencia de Elektra y eso que se especulo mucho con que finalmente cayera en manos de la explosiva Rosario Dawson quien sin embargo interpretaría a la enfermera de noche, personaje que aunque creado en los 70 alcanzaría fama durante la etapa Bendis/Malev en Daredevil. Por lo demás tanto la elección de Elden Henson como Foggy Nelson y de Deborah Ann Woll como Karen Page se antojaban desde el principio como un acierto. En conjunto estábamos ante un casting potente y equilibrado, haciendo que todo tuviera una pinta estupenda.
Conocido el casting y anunciado y concluido el rodaje en al segunda mitad del 2014, se fijo la fecha de estreno de la serie para el 10 de Abril del 2015, que como siempre en el caso de Netflix se haría lanzado la serie entera del tirón dejando a la potestad del espectador el como visualizarla. Hasta la llegada de esa esperada fecha la cadena no hizo más que aumentar las expectativas con posters, teasers y trailers a cada cual más espectacular, apoyándose además en una potente campaña en la red. haciendo subir el hype por las nubes. Un arma de doble filo que películas como Prometheus pueden acreditar. Con todo cuando llego el 10 de abril, la serie ya solo podía valerse por si misma, atrás quedaron campañas marketing, trailers, castings y demás. Ahora estaban frente a frente serie y espectador y por fin era este quien tenia la última palabra.
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