Dado que hace unos meses me leí la versión original del cuento de La Bella y la Bestia, escrito por Villeneuve, me parecía el momento perfecto para que cayese esta antología que salió en 2017, aprovechando el tirón de la última adaptación de Disney a live-action con Emma Watson y Dan Stevens (Downton Abbey) de protagonistas.
Siempre me han gustado las historias cortas y los relatos que dan una nueva interpretación o vuelta de tuerca a los cuentos clásicos, así que, como imaginaréis, me llamaba mucho la atención este libro.
La antología está formada por tres relatos: El Zorro y la Bestia, de Laura Gallego; Anabella y la Bestia, de Benito Taibo y Al cruzar el jardín, de Javier Ruescas.
El zorro y la bestia
Ren, un zorro disfrazado de humano, un poderoso Ancestral en realidad, se cuela en un castillo que está hecho una ruina. En el jardín crece la maleza y, entre las malas hierbas, se ven lo que parecen estatuas con expresión de terror pero que son personas hechizadas en ese estado desde a saber cuánto tiempo. Ya en el interior se encuentra con el señor del castillo, la Bestia, y empieza a entender lo que sucede en realidad, encajando las piezas del misterio que lleva un tiempo investigando.
De Laura Gallego he leído varias de sus obras y sé que tiene la capacidad de crear historias maravillosas en el género de la fantasía, así que éste es el relato que más me llamaba del libro.
No sé si para cuando lo escribió había leído o conocía la versión de Villeneuve, pero lo cierto es que hay elementos que encajan mucho con su versión, aunque se acaba distanciando de la historia original. Se podría entender este relato como precuela al cuento, es decir, es previo a la aparición de Bella en escena y el interés que tiene es dar una nueva versión del motivo por el que el apuesto príncipe se convirtió en la horrible Bestia. Aunque no me termina de cuadrar del todo en algunos detalles, es una alternativa muy interesante. Lástima que el final es abrupto y que acaba dejando con el misterio de qué sucederá una vez se rompa el hechizo con el ser que le transformó en un monstruo. Sigo prefiriendo la versión de la autora original, pero ésta se queda bastante cerca.
No obstante, hay algo que ya no me ha convencido tanto y es que, leyendo reseñas, resulta que este relato bebe de personajes y parte de la fantasía que creó en Todas las hadas del reino, publicado en 2015, es decir, un par de años antes. Quizás sea una tontería, pero esta especie de "reciclaje" me ha decepcionado. Como si le hubiese llegado el encargo y pensase que aprovechando lo ya escrito acabaría pronto. O como si este relato le sirviese para recordar y promocionar de manera indirecta su novela. "¿Queréis saber más de Ren y de las hadas que aparecen? Pues comprad mi novela".
Si la autora se hubiese centrado en la parte de la transformación, bien narrada, ahorrándose lo que enlaza con su libro que al final es paja que quita espacio a lo que realmente era interesante, habría estado mucho mejor. Sobre todo porque así no tendría la sensación de manipulación para comprar Todas las hadas del reino, libro que ya tengo en mis estanterías pero aún sin leer.
6/10
Anabella y la Bestia
Desde pequeña, Anabella aprendió a nadar en la laguna cerca de su casa por indicación de su madre, Florinda. Las dos viven en una barriada de chabolas de Honduras con el sueño de la madre de poder marcharse de allí y lograr llegar a Estados Unidos aunque para ello se tengan que enfrentar a la Bestia, el tren que atraviesa México donde muchos pierden miembros o incluso la vida.
A Benito Taibo no lo conocía, sinceramente, ni de oídas, así que no tenía ni la más remota idea de por dónde podría ir su relato y me ha sorprendido, eso sin duda.
Nacido en México en 1960, está claro que conoce los dramas y miserias que suceden en esa parte del mundo y los ha querido contar en este relato. La historia habla de pobreza, sueños de una vida mejor, miedo a los grupos violentos o el drama de la inmigración. Son temas serios y adultos, desde luego, no lo que esperaba encontrarme en un relato juvenil con inspiración en un cuento clásico. Lo único que se acerca más a lo que esperaba leer es la parte del relato en que se cuela el romance, pero me ha parecido bastante ñoño e insustancial en comparación con el resto.
Se puede entender que el autor hace una especie de "retelling" del cuento, pero su punto débil está precisamente en lo cogido con pinzas que están los elementos en común. Salvo por los nombres de Anabella y la Bestia, cierto giro (bastante poco creíble) que tiene en su recta final con otra "bestia" y algún detallito más, el relato no tiene nada que ver con la historia original.
En definitiva, relato adulto e interesante por los temas que toca, pero diría que fuera de contexto en esta antología.
7/10
Al cruzar el jardín
Tras la muerte de su padre, Alainn se ha quedado solo en el caserón rodeado de un muro y foso que defiende la propiedad de lo que hay al otro lado, peligros que su padre nunca le llegó a explicar. Sólo tiene el diario de su difunta madre pero ahí sólo escribió cuentos... ¿o no? Un tiempo después aparece una joven perdida que divisa desde una ventana. ¿Quién es realmente una amenaza para quién?
Con Javier Ruescas estoy a medio camino de lo que me sucede con los otros dos autores: sí le conocía pero no había leído nada suyo hasta ahora.
Sin duda, el mejor relato del libro. El autor hace un retelling con una historia que se va desarrollando de manera muy parecida pero, en realidad, muy diferente. Tiene detalles que lo conectan con el cuento clásico pero el enfoque es original, desarrollando una historia bonita, que no me ha parecido para nada previsible y donde las piezas encajan a la perfección. Redondo.
Eso sí, tengo que poner unas pequeñas pegas que hacen que le baje algo la nota. Me ha chirriado un poco que la narración es omnisciente pero va en segunda persona y en presente ("Esperas hasta el amanecer", "le señalas otro tramo de escalera"...). No es un punto de vista muy habitual y me costó acostumbrarme, sobre todo por lo misterioso que era el inicio. También, es un detalle menor, pero por pegar más el retelling al cuento del que se inspira, habría mantenido que la protagonista se llamase Bella y no Fiara como le pone. Por último, precisamente el final. Bastante bien salvo que las últimas frases son confusas a propósito.
8.5/10