Amigos
de La Tana, fijaros en la intensidad
de luz y el color del agua en esta foto del Paseo,
e incluso en esta otra,
tomada desde el interior.
¡Es la luz del verano!
Los barquitos, sean del modelo que sean, siempre nos gusta verlos.
Aunque, seguramente, el espectáculo es dual, pues también se
les ve a los navegantes -algunos- interesados
en lo que se les ofrece en el Paseo. ¿Les darán ganas de ocupar una mesita y pedir cosas?
A decir verdad, tampoco todos usan el barco para desplazarse por el frente del Paseo de la
Barra...
En nuestro expositor
tenemos siempre buen surtido de
pescado y mariscos, y no variamos
mucho.
El equipo sigue con sus arroces de siempre.
Hasta un grupito -medio
centenar- de amigos alicantinos han
venido a ver El Faro de Cabo de Palos,
y han aprovechado para probar el arroz
de por aquí para comprobar si estaba tan
rico como el suyo.
Los viajes siempre abren el apetito, por lo que el éxito
estaba asegurado. Además, Ceferino ha vigilado que no les faltara alioli
ni bebida fresca, y han salido
encantados.
Seguimos preparando
también el dentón, simplemente abierto
y a la plancha, y un poco de ajo salteado con su aceite y guindilla, aparte. Sin
complicaciones.
Pero nuestra amiga Viena, siempre está inventando algo; que si una tarta
riquísima, un curso de cocina
japonesa, hasta cerveza
casera fabrica...
Pero en esta ocasión se ha superado. Nada menos que ha
descubierto el uso de la Mesembryanthemum
crystallinum -llamada también anémona
de tierra, para un exquisito y sibarítico
pincho.
Anémona
de tierra
Nos ha indicado también cómo conseguir esta exótica -exótica para
nosotros- planta y ya estaba dispuesto a
preparar esta creación de Viena para
que la probaran lo Amigos de la Tana, pero, al intentar
adquirir las anémonas, resulta que ¡están
agotadas!.
No me extraña, con la
cantidad de seguidores que tiene Viena,
han conseguido terminar con las
existencias en pocas horas.
¡Será
a la próxima!