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jueves, 20 de abril de 2017

La vida sigue



Hace casi mes y medio que no posteo. No ha sido tanto tiempo y, sin
embargo, tengo la sensación de que ha pasado mucho y son muchas las
cosas que han acontecido.

Si me sigues en Instagram sabrás que mi padre volvió a estar ingresado y
no consiguió superar esta segunda crisis de su enfermedad. Nos dejó hace
poco más de dos semanas y aún no nos hemos hecho a la idea. Parece que va a
aparecer en cualquier momento por la puerta con su característica sonrisa y su
manera vitalista de ser.

La tristeza por su perdida intentamos compensarla diciéndonos que tuvo una
existencia larga y muy feliz, que "bebió la vida a sorbos impacientes" como el
niño grande que siempre fue.

Nos deja miles de recuerdos entrañables, muchísimos de ellos relacionados
con el arte y la creación. He compartido ya con vosotros algunos, como aquella
prensa de grabado que donó a la universidad, su gusto por la genealogía,
sus grandes pasiones, pintura y literatura...


Hay otros de los que no os he hablado y que voy encontrando por casa,
cobrando un significado especial en estos momentos.

Cuando mis padres venían de visita a Madrid, mi padre aprovechaba para salir
a ver exposiciones o dar una vuelta por la cuesta de Moyano en busca de libros
de viejo.

Fueron muchas las veces que lo acompañé y varios los libros que me compró,
dedicándomelos luego en la portada
"Piola Núñez-Infante y Papá. Adquirido en Cuesta Moyano,
librería de viejo, en Madrid, mayo del 2004"

También tuvo su momento de pasión por la escultura de la que, ¡cómo no!,
quiso hacernos partícipes y hoy se lo agradecemos.

Quizás en posts anteriores os hayáis fijado en una escultura que tengo en casa.
Recuerdo exactamente el día que la hicimos mi hermano Cesar y yo en el
estudio de mi padre. Yo tenía 14 años y mi hermano pequeño 10. Mi padre
nos pidió que modelásemos cada uno un busto en un bloque de arcilla.
Cuando acabamos los unió y de allí salió esta escultura que después fue
pasada a bronce.

Mi padre y sus amigos artistas alabaron hasta la saciedad la cabeza de la
anciana, su expresión dura y realista frente a lo lamido de la mía. Más aún
teniendo en cuenta la temprana edad del autor. Y yo estoy totalmente de
acuerdo con ello.

Es la vieja quien da valor a esta obra a la que con el tiempo titulé El adiós,
imaginando una madre que se despide de su hijo que se va al frente. Más
adelante la llamé María llorando su recuerdo, por una historia familiar que
en parte se ha repetido en mi propia vida


Lógicamente no pude ir al planeado viaje a Londres con Javier: la situación
de mi padre era crítica y yo misma estuve ingresada casi veinte días por una
dolencia de la que estoy siendo tratada y que me obligará a cuidarme
especialmente a partir de ahora, manteniendo hábitos de vida más saludables.

A su vuelta Javier me sorprendió con un lindo souvenir: un pedacito
perfumado de la mítica tienda Anthropologie en forma de vela.

Éstos días la estoy encendiendo frecuentemente, su olor me calma y me hace
recordar a mi padre de manera serena. Sé que a él le encantaría que siguiera
fomentando mi faceta creativa y artística compartiendola aquí en el blog.

Así pues, sin prisas pero sin pausas tan largas (espero),

¡estoy de vuelta!



viernes, 22 de enero de 2016

Portavelas o florero de macramé * DIY



Si sois asiduos de las redes sociales el comienzo de semana os sorprendería con
el mil veces mencionado blue monday y, si como yo, no lo habíais oído nunca
quizás pensasteis que se trataba de una versión "rebajas de enero" del black
friday. Al menos fue lo primero que a mí me vino a la cabeza.

Pero no, el blue monday es por lo visto el día más triste o deprimente del
año y parece coincidir con el tercer lunes de enero. Pensé que era lógico:
depre postnavideña, cuesta de enero, días cortos, grises y fríos... Lo que
no entendía era el porqué del blue en vez de un gray o un grey más
acorde con la idea de día plomizo, sin luz, triste y depre. Tampoco me
cuadraba que se le hubiera puesto una fecha única cuando deberían
ser dos, una para cada hemisferio si la explicación era básicamente
estacional.

Dejando de lado los colores con que las distintas lenguas identifican la tristeza,
estuve buscando el origen de la teoría del blue monday que en principio parecía
tener una explicación científica y al final resultó ser puramente comercial,
surgiendo a raíz de una campaña publicitaria que se hizo hace años.

En cualquier caso, estos días de enero y el propio mes de febrero, salvo que
seas un forofo de los carnavales, son realmente tristones y creo no ser la
única a quien enero y febrero resultan los meses menos atractivos del año
en el hemisferio norte.

Sí, se puede decir que he tenido una grey week sin apenas ganas de nada,
poco motivadora y que unida a lo debilucha que me dejó la gripe ha dado
como resultado que el prometido post con el reportaje del B&B que nos
acogió las vacaciones navideñas quede pospuesto para el lunes.

Pero el fin de semana está a la vuelta de la esquina y la cosa empieza a tomar
otro color. ¿Rosa, quizás? No, para mí azul porque precisamente es el color que
más me motiva, el que mejor me hace sentir, el que más me favorece.

Y como es viernes os traigo un DIY muy fácil, económico, bonito y con
posibilidad de doble uso: portavelas o florero.

Ideal para compartir en los Findes Frugales de Marcela Cavaglieri.


Tan sólo necesitaremos un bote grande de cristal, de los de conservas,
tijeras, una pinza y cordón grueso.

Yo utilicé cordón de sisal porque buscaba un resultado natural y algo rústico,
pero quedaría igual de bien con cordón de lino encerado.


Cortaremos un número par de tiras de cordón de un largo unas cuatro veces
mayor que la altura del tarro. En mi caso corté seis tiras de cordón pero si
queremos una red o malla más tupida añadiremos más tiras de cordón.

Haremos un nudo uniendo los cordones en la mitad del haz de tiras y lo
colocaremos en la base del tarro para empezar luego a formar la malla
anudando las tiras de dos en dos de manera alternativa, ayudándonos
con la pinza para mantener los cordones estirados en la parte superior
del tarro.

Cuando hayamos cubierto todo el tarro iremos enrollando las tiras de cordón
restantes sobre la boca del mismo, anudándolas entre sí.

Finalmente enrollaremos encima algo más de cordón nuevo para cubrir
totalmente la boca del tarro.


Así de sencillo conseguimos un recipiente reciclado y decorado que quedará
ideal introduciendo una vela gruesa como portavelas, por ejemplo.


¿Qué os parece cómo queda en este rincón de inspiración noretnic?

El puff de cuero y la alfombra marroquí con diseño de rombos son dos de los
must have más buscados en decoración y como ya os comenté, los conseguí
por muy buen precio en Chaouen: 20€ el puf y 40€ la alfombra (100x150cms).

En ambos casos se trata de artesanías bereber. La alfombra Beni Ourain,
tejida con lana natural sin teñir y tradicionalmente decoradas con sencillos
dibujos geométricos en marrón, gris o negro, es uno de los elementos más
característicos en la actual decoración nórdica con toques étnicos o boho.


Los cojines de estilo nórdico son dos DIY que ya compartí en su momento con
vosotros: el de rayas blancas y negras aquí y el jaspeado de trapillo en blanco y
negro aquí.


Nuestro tarro decorado con técnica macramé queda igual de bonito como
florero, ¿no os parece?



Os deseo un feliz y colorido fin de semana, sea cual sea el color
que os haga sentir mejor ;-)

viernes, 7 de noviembre de 2014

Atrapasueños * DIY





Hace unas semanas recibí unos preciosos portavelas de madera
creados por Oscar y María de La Alcoba Brocante *

Llegaban acompañados de una carta donde me explicaban que cada
uno de sus trabajos se inspiran en algún lugar, algún color, una ciudad,
una flor, una canción, una época...

Dos preciosos portavelas en tonos empolvados hechos artesanalmente.

Uno en rosa, decorado con una mariposa y estrofas de la canción
Come fly whit me.

El otro, en verde, lleva un evocador fragmento de un poema cherokee.





El texto, las vetas de la madera, el vuelo...

La inspiración estaba servida y el resultado ha sido un DIY para
compartir en los findes frugales de Colorín Colorado.

Un atrapasueñosobjeto originario de la cultura de los pueblos nativos
norteamericanos al que se otorgaba propiedades mágicas y apotropaicas
con la finalidad de alejar el mal o propiciar el bien.

Icono del estilo indie, los atrapasueños han vuelto a ser tendencia y
son utilizados frecuentemente en decoración para conseguir ambientes
de estilo boho.




Alambre, hilo de colores, trozos de tela y plumas es todo lo que
he necesitado para fabricar mi atrapasueños.





Cortamos un trozo de alambre, le damos forma redonda y pegamos
los extremos con cinta de carrocero.

Envolveremos el alambre con hilo, cuidando que quede apretado y junto.

Después iremos atravesando hilos para formar una especie de tela de araña.
En mi caso he buscado un efecto sencillo y geométrico, improvisado, sin
recargar mucho y utilizando los dos tonos de hilo que usé en el aro:
rosa y verde, como los portavelas.




Corté tiras de unas telas de color y texturas desgastadas por el tiempo y el uso.
Coloqué plumas blancas en los extremos y anudé las tiras al aro.





Así de sencillo.

Como el soporte donde lo he colocado: unas ramas con restos de pintura en
spray que había utilizado para sujetar piezas en trabajos anteriores.

Cruzadas y anudadas con un rústico cordón forman un colgador ideal
para el atrapasueños.




¡Os deseo un fin de semana lleno de sueños de los buenos!




*Gracias a La Alcoba de María por su preciosas piezas.






lunes, 13 de octubre de 2014

Salón de otoño





Adecuar la decoración de nuestros hogares al cambio de temporada
no tiene porqué suponer una gran inversión o esfuerzo.

Añadiendo pequeños detalles decorativos y cambiando los complementos
textiles conseguiremos dar un toque especial que aluda a la estación que
vivimos haciendo más acogedores nuestros ambientes.




Unos cojines de lana en color gris, un centro de mesa otoñal, unas velas
y mi salón está ya preparado para la temporada de otoño.





Empieza a apetecer acurrucarse en el sofá al abrigo de una mantita y
pronto sacaré las de pelo que aportan sensación de calidez y visten el
invierno como ningún otro complemento





Algunas de las fotografías que hoy os muestro ya habéis podido
verlas en la edición de otoño del Magazine Little * Haus, junto
otras de mi casa.

Si no es así os invito a hacerlo porque en él podéis encontrar
mucha y fantástica inspiración otoñal.

¡Os deseo un feliz comienzo de semana!










viernes, 9 de mayo de 2014

DIY portavelas geométricos diamante





Un nuevo Finde Frugal en el que compartimos inspiración
sencilla y baratita.

Este viernes os traigo un DIY con el que reciclar unas botellas
de plástico para conseguir portavelas y jarrones.




Las formas geométricas son tendencia y al ver unas botellas de limpiadores
de Mercadona con la parte superior en forma de diamante, se me ocurrió
que fácilmente podría convertirlas en portavelas.




Cortando con un cuchillo el extremo de la rosca para el
tapón y, por otro lado, la línea donde terminan los heptágonos
conseguimos unas bases para velas.




Al terminar me di cuenta que la parte de la botella que iba a desechar
también podía reutilizarse, pues el cuello se estrecha para luego abrirse,
dándole una bonita forma.




Mi idea inicial era pintar la piezas resultantes con spray dorado y cobre,
pero me parecieron demasiado serios para la época primaveral en la
que estamos.

Como la combinación del color amarillo y el morado me gustaba,
me limité a pintar las piezas de la botella transparente en color
turquesa, igual que el líquido que contenía inicialmente.





De momento los he dejado así, aunque he de reconocer que con
el acabado en spray, que resta brillo, mejora el resultado.

Seguramente los acabe pintando en negro, cobre y dorado,
pero por ahora disfrutaré de sus alegres colores.





Probé también a poner las bases una encima de otra con unos
palitos de bambú perfumados que tengo en color turquesa. 

El resultado me pareció original.




En cuanto a los recipientes grandes, vienen fenomenal para contener
pinceles, cucharones de cocina, poner unas flores...





¿Qué os ha parecido?

Os invito a visitar el blog de Marcela y descubrir muchísimas
otras formas de crear algo lindo, sencillo y frugal. 

¡Feliz fin de semana!









viernes, 21 de febrero de 2014

DIY base para velas de aluminio perforado





Tenía ganas desde hace tiempo de una pieza decorativa en metal cobrizo.

Hay tanta inspiración en la red de novedosos diseños en cobre o
aluminio rosado que finalmente he caído en la tentación.




Siguiendo mi tendencia low cost y handmade decidí hacerla yo misma.

En una vieja ferretería de mi barrio había visto azucareros de aluminio de
los años 70 muy baratitos (1,50 €), como el que os muestro en la imagen
que sigue.



Sin embargo, cuando fui a comprarlo se habían acabado:
sólo les quedaba un modelo menos redondeado y sin la tapa.

Aún así decidí llevármelo y, como adquirí varias cosas más, el señor
de la ferretería me lo regaló.

La idea era perforarlo haciendo un dibujo para crear una base
para velas.





Tras retirar las asas, dibujé en el reverso de una lámina de papel adhesivo
una especie de flor con puntos, aprovechando el cuadriculado.




Después puse el papel en un cristal para transferir el dibujo al anverso.

Cortando cada flor, probé diversos diseños sobre el azucarero y finalmente
me decidí a hacer una greca continua de flores cerca de la base.




Con punzón y martillo de silicona, y ayudándome de un mango de mortero
en madera para evitar abolladuras, fui haciendo los agujeros, introduciendo
el punzón hasta el fondo para conseguir el diámetro más grande en la cruz
de la flor y perforando sólo un poco para los agujeros más pequeños.




Y ya está, así de sencillo y económico conseguí un pequeño candelabro
para velas de té en el color y el material de moda.









Un DIY bonito, barato y de creación propia para participar en
el Finde Frugal de Colorín Colorado
de esta semana.




Os animo a pasaros por el blog de Marcela donde cada viernes la
inspiración está asegurada a raudales.

¡Feliz fin de semana!