Ayer fue el cumpleaños de mi hijo Javier y lo pasamos en casa como
corresponde a este tiempo de cuarentena que debemos respetar si queremos
acabar cuanto antes con la pandemia y poder retomar nuestras vidas con el
menor coste humano, social y económico posible.
Lo cierto es que, a pesar de las circunstancias, resultó un día entrañable, con
muchas sorpresas virtuales. Se nota que estamos más emotivos y tenemos
más tiempo para idear y preparar regalos de esos que no cuestan dinero
pero generan muy gratos recuerdos (los mejores)
Y, por supuesto, hice una tarta.
Desde que comenzamos el confinamiento las redes sociales se han ido llenando
de fotografías con ricos pasteles y dulces. Parece que estemos horneando como
si no hubiese mañana y es que pocas cosas son tan reconfortantes y transmiten
esa agradable sensación de protección de hogar que el olor de un pastel en
un horno ¿No creéis?
de fotografías con ricos pasteles y dulces. Parece que estemos horneando como
si no hubiese mañana y es que pocas cosas son tan reconfortantes y transmiten
esa agradable sensación de protección de hogar que el olor de un pastel en
un horno ¿No creéis?
Javier me dijo que le apetecía de chocolate y así lo hice aprovechando una
receta que surgió un día en que no tenía harina y utilicé en su lugar copos
de avena. El resultado nos sorprendió tan gratamente que ahora siempre
hago los bizcochos así porque resultan más saludables y porque deja una
textura más gruesa y natural.
También por dietética sustituyo hace tiempo la mantequilla por aceite.
receta que surgió un día en que no tenía harina y utilicé en su lugar copos
de avena. El resultado nos sorprendió tan gratamente que ahora siempre
hago los bizcochos así porque resultan más saludables y porque deja una
textura más gruesa y natural.
También por dietética sustituyo hace tiempo la mantequilla por aceite.
Bauticé el bizcocho de copos de avena y aceite como "Pastel Serendipia" porque surgió sin buscarlo.
Os paso la receta por si queréis probar a hacerlo (utilizo como medida un vasito de cristal de yogur)
-Poner en la batidora 4 huevos y 2 vasitos de azúcar. Mezclar.
-Añadir 1 vasito de aceite y 1 de leche. Volver a mezclar
-Añadir 4 vasitos de copos de avena. Mezclar nuevamente.
-Añadir cuatro quesitos en porciones. Mezclar de nuevo.
-Finalmente añadir 1 sobre de levadura en polvo y dar una última batida.
-Untamos el molde con aceite de oliva y espolvoreamos con harina.
-Echamos la mezcla en el molde y horneamos en la bandeja media, durante 40
minutos a 180 grados con ventilador.
-Conviene comprobar que el pastel está en su punto introduciendo un pincho de
brocheta que, al sacarlo, debe salir limpio.
Si queremos que el pastel sea de chocolate, añadimos a la mezcla dos vasitos de cacao en polvo.
Para la cobertura o ganache de chocolate necesitaremos:
-100 ml de nata para montar
-130 gr de chocolate para fundir
-20 gr de mantequilla o margarina
-2 cucharadas soperas de agua
-Una pizca de sal (no es imprescindible
pero potencia el sabor del chocolate)
Preparación de la cobertura:
-Poner en un cazo la nata y, cuando hierva, apartar del fuego y añadirle
el chocolate ligeramente troceado y la mantequilla.
-Remover bien hasta que el chocolate se disuelva por completo.
-Añadir las 2 cucharadas de agua para que la cobertura quede fluida y pueda
extenderse fácilmente por la tarta.
¡Y a disfrutarlo!
Os deseo lo mejor en estos momentos difíciles que, espero de corazón,
pasen pronto y no se vuelvan a producir.
Cuidaos mucho <3