La luz, la ligereza de las cortinas, el maravilloso suelo de barro,
la colección de vasijas, los remates de la barra de cortinas
en hierro trabajado artesanalmente, la galería adyacente
con una antigua puerta y una vieja alfombra de fibra...
Todo es puro encanto en este rincón donde hasta
el sujetapuertas es único y natural:
una curiosa y llamativa formación de conglomerado.