Después de mi anterior lectura me apetecía algo ligerito y fresquito, ideal para combatir el calor asfixiante del verano y el estrés pre-vacacional. Viendo que muchas de las booktubers a las que sigo se deshacen en elogios cuando se trata de Morgan Matson, pensé que era el momento ideal de probar a esta autora que cada vez tiene más seguidores, así que me puse con uno de sus libros más conocidos, Desde que te fuiste.
Y no, no estuvo a la altura de las expectativas.
Emily es una adolescente extremadamente tímida que se siente perdida desde que su mejor amiga Sloane desapareció sin decir nada. Sloane, extrovertida, descarada y todo un terremoto, es todo lo contrario que Emily, así que esta dependía totalmente de su amiga para divertirse. Además, tenía la manía de hacerle listas de cosas que tenía que hacer, generalmente de cosas que asustan a Emily, y ahora, lo único que le ha dejado es una de esas listas. Pensando que si la completa encontrará el modo de reencontrarse con ella, Emily se pone manos a la obra.
De fondo, la historia está bien: la chica introvertida y asustadiza que prefiere pasar desapercibida a que todo el mundo vea que es rara y que siempre está sola empieza a ser más valiente, a atreverse a hacer cosas que no parecen nada del otro mundo pero que para ella significan un gran paso adelante, a abrirse a otras personas y a hacer nuevos amigos. Lo que me estaba gustando del libro era que Emily por fin estaba comprendiendo que dependía excesivamente de Sloane y de que era totalmente capaz de pasarlo bien sin ella, conociendo a gente que genuinamente disfrutaba estando con ella, creando nuevos vínculos más allá de la otra chica. Porque Sloane como amiga deja mucho que desear, obligando a Emily a hacer cosas que la hacen sentir incómoda, dejándola tirada para irse con el novio y luego largándose rompiendo todo el contacto. Siendo yo una de esas personas a las que salirse de su zona de confort supone un esfuerzo titánico, y que básicamente ha tirado su juventud a la basura por eso, suelo disfrutar de este tipo de aventuras en las que el o la protagonista vence sus miedos y recibe una recompensa a cambio.
Pero la novela no termina de sacar todo el jugo a su premisa porque Matson no es muy hábil a la hora de narrarla. Los personajes, especialmente Emily, son bastante insulsos, y las conversaciones entre ellos tienen muy poquita gracia. Estaba totalmente convencida de que este era el primer libro de la autora porque su prosa es muy, no sé, como de principiante, además de ser extremadamente repetitiva. Llegó un momento en el que me entraban ganas de gritar cada vez que un personaje asentía con la cabeza (o sea, hay más reacciones aparte de asentir), cada vez que Emily "se daba cuenta" de algo o cada vez que la ropa de Sloane era descrita como vintage (spoiler alert: es descrita así TODAS las veces). El libro es bastante infantil y encima la autora deja colgada una de las tramas más importantes y que era vital para el viaje de Emily.
La traducción es muy regulera, además. Entiendo que en el original el "darse cuenta" estaría más repartido entre realize/notice, y es muy irritante que los "just" estuvieran traducidos casi todas las veces como "tan solo" porque no suena nada natural.
Y encima... ¿cómo diablos pretendía Sloane que trabajaran las dos en una heladería en la que no entra ni Dios?
Una decepción, vaya. Llegó un punto en el que solo lo hubiera salvado el que Sloane hubiera sido el love interest de Emily en vez de Frank o el que Emily la hubiera mandado a tomar por saco. But, alas.
Nota: 2/5