Mucho Ruido y Pocas Nueces (Much Ado About Nothing) es una obra de teatro de William Shakespeare conocida por la película que dirigió y protagonizó Kenneth Brannagh en 1993, que contaba con un repartazo de lujo con nombres como Emma Thompson, Denzel Washington, Robert Sean Leonard, Kate Beckinsale, Keanu Reeves y Michael Keaton.
Al contrario que otras de sus obras más conocidas, Mucho Ruido y Pocas Nueces es una comedia romántica y de enredos que da inicio cuando don Pedro, príncipe de Aragón, vuelve a casa tras salir victorioso en una guerra. Claudio, su mano derecha, se enamora de la hija del Gobernador de Mesina, don Leonato, y don Pedro se ofrece a ayudarle a conquistarla. Pero don Juan, el celoso hermano bastardo de Pedro, está dispuesto a utilizar toda clase de artimañas para evitar el enlace entre los dos jóvenes.
Por otro lado tenemos a don Benedicto de Padua y a Beatriz (Brannagh y Thompson NACIERON para interpretar a esos personajes), la sobrina de Leonato y prima de Hero, dos nobles que han jurado no contraer matrimonio jamás y que se tiran los trastos a la cabeza cada ves que se ven porque no se soportan. Sin embargo, Pedro, Claudio y los demás están convencidos que están hechos el uno para el otro y concebirán un plan para que surja el amor entre ellos.
Beatriz y Benedicto
Mucho Ruido y Pocas Nueces es una divertidísima historia llena de enredos y equivocaciones en la que se desarrollan dos historias de amor; una más inocente y juvenil, cuando Claudio se enamora perdidamente de Hero y ya no piensa más que en casarse con ella, y otra más inesperada, la de Beatriz y Benedicto que hacen realidad el dicho de "los que se pelean se desean". Es la relación entre ellos dos lo que hace que el libro sea inolvidable, ya que todos sus diálogos están llenos de ironía e insultos de lo más elaborados, incluso cuando ambos piensan que el otro tiene interés romántico hacia ellos y ellos mismos se han convencido de que corresponden ese amor.
El problema que tiene Mucho Ruido y Pocas Nueces es que todo el texto está lleno de juegos de palabras, dobles sentidos y sarcasmos varios que se pierden con la traducción, y eso que hay numerosísimas notas del traductor aclarando varios de esos chistes. Shakespeare era un maestro del lenguaje y aunque seguramente sus obras dramáticas como Hamlet o Romeo y Julieta sean más conocidas, demuestra aquí que la comedia era también lo suyo.
El libro se hace muy entretenido y se lee en un pis pas, pero claro, siendo una obra de teatro, pierde en forma de texto y vale mucho más la pena verlo interpretado, además de como decía en castellano pierde mucha de la gracia que tiene el texto original (que tampoco es muy accesible si no se tiene un nivel de inglés muy elevado).
Tenía mucha curiosidad por leer el libro ya que la película de Brannagh era una de mis favoritas en mi juventud y aunque he pasado un gran rato con él, me quedo con la adaptación.
Nota: 7.5