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03 junio 2008

Alberdi, la musiquita, el power y Dios

Un muy buen amigo de la infancia me envía una de las tantas cadenas de correos que dan vueltas por internet. Vive en el interior del país y es muy laburante. Tiene (o tenía hasta donde me acuerdo, hace 15 años que no lo veo) tres laburos: empleado municipal, profesor de gimnasia y otro más cuando duerme. No heredó nada y lo que tiene lo logró rompiéndose el lomo.

Lo que manda es un powerpoint, con musiquita. Así que les voy a evitar ese mal trago y lo transcribo:

Título: “Argentina y una realidad histórica”

“Los medios de protección que la Constitución nos proporciona son la libertad y los privilegios y recompensas conciliables con la libertad. Los argentinos hemos sido ociosos por derecho y holgazanes legalmente. Se nos alentó a consumir sin producir. Nuestras ciudades capitales son escuelas de vagancia, de quienes se desparraman por el resto del territorio después de haberse educado entre las fiestas, la jarana y la disipación. Nuestro pueblo no carece de alimentos sino de educación y por eso tenemos pauperismo mental. En realidad nuestro pueblo se muere de hambre de instrucción, de sed de saber, de pobreza de conocimientos prácticos y de ignorancia en el arte de hacer bien las cosas. Sobre todo se muere de pereza. Es decir, de abundancia. Quiere pan sin trabajo, vive del maná del Estado y eso les mantiene desnudos, ignorantes y esclavos de su propia condición”.

“El origen de la riqueza son el trabajo y el capital ¿Qué duda cabe de que la ociosidad es el manantial de la miseria? La ociosidad es el gran enemigo del pueblo en las provincias argentinas. Es preciso marcarla de infamia: ella engendra la miseria y el atraso mental de las cuales surgen los tiranos y la guerra civil que serían imposibles en medio del progreso y la mejora del pueblo”.

Y finaliza, el mail, en su última diapositiva, con: “Sabes tú quién es el periodista argentino que ha escrito estas reflexiones sobre nuestro país?: Juan Bautista Alberdi (Sistema Económico y Rentístico de la Confederación Argentina. Marzo de 1855). NADA HEMOS APRENDIDO…DIOS NOS PROTEJA”.

Bien. Hasta acá el mail. Entonces lo llamo a mi amigo y le pregunto, así de corrido: No entiendo. ¿Es una defensa del paro del campo, por eso de “nuestras ciudades capitales son escuelas de vagancia y se nos alentó a consumir sin producir? ¿O es un ataque a los dueños de tierras que decidieron volverse rentistas y alquilar el campo a los pooles por eso de de “se nos alentó a consumir sin producir” o por la parte en donde dice “sobre todo se muere de pereza. Es decir de abundancia?”. ¿O es una especie de defensa del “federalismo” contra el centralismo gubernamental? ¿ O es un ataque al falso federalismo que hoy llena los medios de comunicación por eso de “la ociosidad es el gran enemigo del pueblo en las provincias argentinas?” ¿O es contra los empleados estatales, los ñoquis, los desempleados con planes, por eso de “Quiere pan sin trabajo, vive del maná del Estado y eso los mantiene desnudos” ¿O pensás que se viene una guerra civil culpa del tirano? Estoy confundido: ¿qué carajo quisiste decir cuando me mandaste eso?

La respuesta es desconcertante: “Ufa. ¿Para eso me llamás? Qué se yo qué es y qué quiere decir. Me gustó la musiquita. Vos siempre el mismo rompepelotas con la política. Chau”.

No puedo evitar un gusto amargo en la boca. Y me viene a la mente, con perdón de Chacho Álvarez, las “Zonceras sobre la población (O de la “autodenigración”)” de Jauretche. Sin ánimos de ponerme en pseudo-revisionista (posición por demás cómoda en estos días, cuando no se trata de repetir conceptos de hace 50 años sino más bien de hacer un esfuerzo intelectual –abrevando en ellos, claro- para discutir el hoy y ahora de nuestra realidad nacional), no dejan de ser sorprendentemente ilustrativas estas frases de Alberdi: si así pensaba el redactor de nuestra Constitución sobre sus “constituídos” debe haber sufrido bastante el muchacho.

Así que sigo con la duda: ¿qué quiere decir el autor de esta cadena? ¿qué implicancias tiene sobre nuestra actualidad? Reconozco que mi amigo tiene razón, aunque sólo en parte: yo siempre rompiendo las bolas con la política sí, pero la musiquita esa es una bosta.