viernes, 17 de julio de 2015

Roma, citta aperta, o no. (II)

Pues bien, estábamos en Roma, dispuestos a conocer una ciudad llena de restos arqueológicos, iglesias, barrios pintorescos, museos... o en palabras de mi sobrino "Vamos, que aquí hay un monumento detrás de cada esquina ¿no?".

Efectivamente, el muchacho tenía razón, literalmente había algo que ver en cada esquina, y solo tres días para recorrerla.

- Os preguntaréis qué vimos ¿verdad? Si el Coliseo, si el Vaticano..
- Pues la verdad es que no.

No me extraña ni lo más mínimo, la verdad.

Así que por una vez seré breve, y contestaré como esa gente que pasa 30 años viviendo en la selva amazónica y le preguntan cómo fue su odisea de supervivencia y se toma su tiempo, para decir al final:

- Difícil

Así os diré que Roma es (atención al adjetivo que jamás habréis escuchado)

- Bonita

Si de esta no me contratan para el Lonely Planet, no sé cuándo lo harán.

Lo dicho, voy a dejar a un lado los restos del Imperio Romano de Occidente, los museos y las mil y una iglesias, para centrarme en algo realmente importante: las puertas de los baños de nuestro hotel.

No me digáis que vosotros no os fijáis en eso cuando vais de viaje, por favor.

Está Trip Advisor hasta arriba de fotos de puertas del baño del hotel de la gente, y comentarios y de todo. Y qué decir de feisbuk, hasta las fotos de pies han sido desbancadas ante la imparable avalancha de selfies de gente delante de la puerta del servicio de su hotel. 

Ya, ya, ya sé que estaréis hartos de verlo, pero no puedo evitarlo, es un tema tan apasionante....

Termas de Caracalla, el tema va de baños


Empecemos por el principio, el hotel lo escogimos por su ubicación y porque mi sister y su Santo habían estado ahí años ha y guardaban bastante buen recuerdo, tanto como para volver. Lo que no guardaban eran las gafas de sol de mi hermana, que se dejó olvidadas en el servicio de recepción y jamás aparecieron. 

Íbamos cuatro personas que, a lo loco, nos metimos en una habitación para cuatro. Reservar una habitación más grande que la típica doble, supone al llegar al hotel un inevitable tira y afloja de:

 "Esto no es una habitación de cuatro, sino una normal y corriente en la que habéis conseguido meter cuatro camas, algo que no nos satisface, aunque encontramos meritorio vuestro esfuerzo"

El siempre necesario:

"Esta... ¿qué es? ¿la hija pequeña de la la habitación que sale en las fotos de vuestra web?"

Y el habitual:

"Y además estos no son los droides que estabais buscando"


En fin, que después de estas breves discrepancias sobre el concepto "habitación para cuatro personas" terminamos bastante satisfechos en una habitación que sí era la que salía en las fotos de la web.

De los droides, nada, ni idea, los buscamos denodadamente en los desayunos, pero que si quieres arroz.


El único problema era que el cerrojo del baño era algo caprichoso e imprevisible, para que os hagáis a la idea, una especie de Escarlata O'Hara de la cerrajería, pero sin pamela.

No sé si conocéis esa modalidad de puerta que cuando estás dentro, sigue abierta, y en cuánto sales, se cierra. Personalidad contradictoria, la llamaría yo.

Útil, puede que no, pero siempre sorprendente.

Sobre todo para el encargado de la recepción al que hay que avisar a las once de la noche porque nadie puede entrar al baño. 

Aunque la verdad, por la cara que traía el muchacho, sorprenderle, lo que se dice sorprenderle, no le sorprendía mucho. Por la cara y por el destornillador y otro cacharro que se ve que le tocaba utilizar con tanta frecuencia como para tenerlo en la recepción del hotel las 24 horas.

Era ese típico diálogo imposible de desayuno de hotel que todos hemos mantenido alguna vez:

- ¿A dónde vamos hoy? 
- No sé, lo que digáis.
- ¿No tienen fruta fresca?
- No sé, yo por si acaso me he cogido un zumo.
- ¿A vosotros también se os va y se os viene la cobertura de móvil?
- No sé, lo que digáis.
- Oye ¿qué tal están los croissants?
- Mejor que el zumo, en todo caso.
- ¿Se dice croissant o cruasán?
- ¿Alguien sabe dónde está la guía?
- Ni idea
- ¿Y los droides que estamos buscando?

Cuando uno decidió dar un golpe de mano a la situación y si no se podía a la situación, pues al zumo de piña que me cayó en la ropa.

El desayuno se amenizaba con esta magnífica muestra escultórica, así se le cae el zumo a cualquiera




















Me levanté y fui corriendo - vale, mi versión de "ir corriendo" - al baño que había en recepción. La mancha no diré que me la quitara pero a cambio descubrí que los cierres de las puertas de este baño, en dura competencia con los de las habitaciones, también se cerraban caprichosamente.

Claro que lo descubrí ... dentro del baño.

Menos mal que llevaba el móvil y podía llamar... a gritos, porque se había vuelto a perder la cobertura (cuánta volubilidad en un solo establecimiento hotelero!)


Ahí fui pasando por las diferentes fases de la depresión:

Negación

No, no, esta puerta se tiene que abrir ¡Se tiene que abrir!

Ira

Maldita puerta.
Maldito móvil.
Maldito parné que por su culpita dejaste al gitano que fue tu querer. 

Negociación

A ver, si vuelvo a llamar ahora, seguro que funciona.
Y si muevo el pomo con decisión, se abre. Bueno, no, con delicadeza, no. Un poco a la derecha... ¿no?

Depresión

Noooooooo, mi cuerpo aparecerá aquí abandonado, un cadáver con un pertinaz olor a zumo de piña

Aceptación

En fin, siempre hay que ver el lado bueno de las cosas, si muero estando de vacaciones, no tendré que volver al trabajo.


Al cabo del tiempo, oí unos pasos y empecé a pedir ayuda, sin saber qué idioma utilizar.

- Help, per favore, por favor, ayúdeme. Bueno, si es usted alemana no, que las alemanas cuando rescatáis os ponéis un poco chungas.

- Que soy tu hermana!!! No me digas que te has quedado encerrada.

- No, es que he pensado que para qué ver las Termas de Caracalla si podía ver un lavabo alicatado hasta el techo.

En fin, tras la visita de otro recepcionista con el mismo destornillador y cara de rutina habitual, se produjo un emocionante reencuentro digno de Sorpresa, sorpresa con estas emotivas palabras de mi Sister.

- Dime hermana ¿no habrás encontrado mis gafas de sol, verdad?




miércoles, 8 de julio de 2015

Roma galáctica (I).... y resultado sorteo

En vista de que no había alegaciones, publicaré al final de la entrada, los ganadores del sorteo del libro, pero antes... una bonita historia.

Érase que se era una niña inocente que conoció breve, muy brevemente la bella Roma, fue en medio de uno de esos viajes infernales en los que se ven 52 países en cuatro días.

¿Se ven? Más bien se intuyen.

Y en medio de ese viaje que parecía calcado de "Si hoy es martes, esto es Bélgica" descubrió Roma y se quedó alucinada, y le dijo a su madre:

- Mamá (porque era muy fina y nunca decía "mama") tira una moneda a la Fontana de Trevi, que yo quiero volver.

Y la madre rebuscó y rebuscó en su bolso y encontró un céntimo pocho, cuando no se utilizaban los céntimos en España, que se ve que le habían colado en un cambio y que llevaba esperando años el pobre que le sacaran del fondo del bolso, todo roñoso y aburrido.

Y eso es lo que tiraron, y pensó la niña:

- Pues anda que como tenga algo que ver volver con lo que hayas tirado, no voy a volver en la vida.

Y pasaron los años, las décadas, los siglos, los milenios (bueno, uno), las eras geológicas y la niña (ahora mujer de incontestable belleza) no conseguía volver a la Ciudad Eterna, que se ve que era eterna porque le estaba costando una eternidad el volver.

¡Hasta que por fin, volvió a la ciudad Imperial! A Toledo, en concreto, en verano de 2014, y unos meses más tarde, a Roma.

Aquí, el primer capítulo de tamaña aventura. Cambiemos la persona verbal y volvamos al Siglo XXI. Música de cambiar el tiempo verbal y de avanzar muchos años, que es la misma, más o menos.

Volamos a Roma en un bonito avión de Alitalia, la diferencia entre un avión de Alitalia con uno de Iberia es que en vez de zumo de naranja asqueroso de cartón, te dan aranciata que es una de esas cosas que, al ser italianas, solo por serlo, mejoran.

Y la diferencia con un avión de Ryanair, que te dan algo, algo que no es la matraca con que compres lotería, vaya.


Llegamos de noche al aeropuerto de Fiumicino, que también es exactamente igual que cualquier otro mega-aueropuerto del mundo, pero que también parece mejor por el nombre que tiene: "Fuimicino"

No me digáis que no suena a pasar las vacaciones en "La Riviera", a los años 50 y mujeres que viajan en descapotables con pañuelos de seda estilosamente anudados.

Por cierto ¿alguna vez habéis ido en descapotable?
- Sí, mujer.
- ¿Por carretera? ¿En el asiento de atrás?
- Mmmm no.
- Pues yo sí, y me hubiera gustado llevar un pañuelo.
- ¿Para el pelo?
- Para ahorcarme más bien y acabar con mi sufrimiento.

Os juro que el pelo ya me daba igual, ya solo me importaba llegar viva a mi destino, y a ser posible, sin que las gafas hubieran salido despedidas en el P.K. 25,300 de la Nacional II.

Sí, amigos sí, ir en descapotable (por lo menos sin que el parabrisas te proteja) es de esas cosas que pueden parecer divertidas y glamurosas pero que en la vida real son incómodas, como poco, y pueden llegar a ser profundamente irritantes.

Como hacer un viaje en caravana con tu grupo de futuros ex-amigos o no llevar ropa interior.

En fin, que llegamos al aeropuerto de noche, como uno llega a un aeropuerto: cansado, somnoliento, despeinado, cargado con las maletas.... vamos, como si hubieras viajado en descapotable, pero aún conservando las gafas.

Pero mientras hacíamos una cola interminable con un montón de gente que estaba como nosotros de agotados e irritables (quizá viajaban con amigos... o sin ropa interior) y nos entreteníamos en ver los carteles que llevaban todos los taxis que anunciaban el precio único del tramo "Roma - Fiumicino: 48 €",  ignorábamos que estábamos a punto de vivir una maravillosa aventura con un personaje increíble.

¡Sí, amigos, estábamos a punto de conocer a un taxista Jedi!

Por cierto ¿vosotros pronunciáis "yedi" o "yedai"? Yo ahora pienso "Era un taxista yedai". Pero  suelo decir: 
- ¿Los iguocs qué pintaban en "El retorno del yedi"?

Lo bueno es que la película anterior se despacha universalmente diciendo "El amperio contra Paca", que si no...

Pero dejemos esos bosques donde vivían esos peluches que una desconocida llega a su territorio y le hacen unas trenzas, y llegan unos soldados imperiales y labores de peluquería no les hacen, precisamente, y volvamos a Roma.

Como os decía, conocimos a un taxista Jedi al que la fuerza le permitía conducir sin tocar el volante.

Sí, sí, lo haría con "La Fuerza" o con la rodilla, pero lo cierto es que con una mano sujetaba el móvil y comprenderéis que el otro lo tenía que utilizar para gesticular ¿no? 

No solo era Jedi por eso sino porque consiguió convencernos de que - a pesar de que su propio taxi anunciaba que costaba 48 € - a él le teníamos que pagar 60 € porque eso era Roma - Fiumicino, pero no Fiumicino - Roma.

¿Veis como no os mentía cuando le he llamado "personaje" y además "increíble"?

¡Y cuando le insistimos nos soltó un rollo larguísimo en italiano a cien palabras por segundo, sobre un peaje o no sé qué, que lo malo no es el rollo que nos soltó, sino que también soltaba el volante, que ahora necesitaba las dos manos para gesticular!

Que al final decían todos:
-  Cóbrame los 60 € pero no me mates, hombre.

Menos yo, que decía
- Ya sabía yo que no volvía a Roma, por lo menos viva.

Aunque lo mismo lo que estaba era haciéndonos los gestos esos para que pensáramos que esos no eran los droides que estábamos buscando.
Lo que pasa es que debía estar aprendiendo y se le escapaba de vez en cuando lo que era él y el resto de los honorables miembros de su covacha, y acababa diciendo:

- ¡Ladri! ¡Ladri!

En fin, que dejamos al Jedi en prácticas antes de que aprendiera a robarnos las maletas a golpe de espada láser y comenzamos la visita.

A la vuelta, se nos ocurrió que si desde el hotel nos pedían el taxi, era más probable que llamaran a alguna compañía de taxis que no se hubiera pasado al lado oscuro. En la recepción nos dijeron que ellos tenían un servicio de transporte puerta-puerta en monovolumen por 50 €, o sea, apenas 2 € más que el precio oficial.

Después de contratarlo, me decía mi hermana:

- Seguro que lo tienen en sentido contrario, si lo hubiéramos sabido, nos hubieran podido venir a recoger al aeropuerto y no hubiéramos hecho la cola.

- Ni el canelo, hermana, ni el canelo


Continuará...

Anexo: El resultado del sorteo de ese libro nuevo que lo está petand... vale, vale, de mi libro, lo reconozco.

Decíamos ayer que había que escoger un número del 1 al 41.

Y los afortunados son el 16 y el 39

Que son Ex-Seminarista Ye-Ye y Sara Cira

Enhorabuena a los premiados y espero que me mandéis vuestras direcciones de correo postal para que Branson os haga llegar los ejemplares.




lunes, 6 de julio de 2015

Resultados sorteos y breve promesa

Finalizados los plazos de los sorteos hete aquí los participantes de uno y otro y los ganadores:

Sorteo Las Pequeñas Mentiras de Laura Balagué

Participantes

  1. Ana González Duque
  2. La Esi
  3. Isa
  4. Yakoytroy
  5. Ana Bolox
  6. Jane Jubiliada
  7. Saramaga
  8. MadreconCarné
  9. Mª Ángeles Bookeandoconmangeles
  10. C.F. Durá
  11. Isaura B.P.
  12. ExSeminarista ye-ye
  13. Ana María García
  14. Isabel
  15. Ángeles Arca Bustelo
Como no había puntos ni condiciones, sorteo entre los 15 a la de tres, sin más ambagajes, mientras busco cómo se escribe "ambagajes" que no me lo reconoce Blogger.


Y los ganadores son Isa y (chachaaaaaaan), no perdón, e Isabel... curiosa coincidencia.

Enhorabuena, os lleváis un libro de esos que lo mismo sirve para bajártelo a la playa, como para ayudarte en momentos bajos. Escribidme un mail a [email protected] con vuestras direcciones y la editorial os los enviará en breve.

Y a todos los demás, muchas gracias por participar y recordad que existe un trámite legal para que os podáis cambiar el nombre a Isabel y que os toquen todas los sorteos.


Sorteo Confesiones de una Heredera con demasiado tiempo libre (quién le habrá puesto un nombre tan largo!) de Servidora Dediosyusté

Bueno, pues esto es más complicado, porque se ha apuntado gente que no está en el Club de Lectura, y era una condición indispensable, pero como me explico tan rematadamente mal, creo que al final voy a incluir a todo el mundo, y asignar un punto por inscribirse, aunque sea, porque en fin, digamos que había un defecto de forma.

De todas maneras, para que sea un poco más justo, voy a asignar dos puntos extras a todos los que sí se apuntaron (sobre todo porque se dieron cuenta a pesar de mis extrañas explicaciones)

1- 7     Mª Ángeles Bookeandoconmangeles (7 puntos)
8-12    Clarita2102 (5 puntos)
13-17  ExSeminarista Yeye (5 puntos)
18       Charo Prado Romo (1 punto)
19-21  Doris Muca (3 puntos)
22-26  MaríaT (5 puntos)
27-29  Aurora López (3 puntos)
30-34  Vane Garrido (5 puntos)
35-41  Sara Cira (7 puntos)

Voy a dejar un par de días para ruegos, preguntas y otras cuitas sobre este extraño recuento de puntos, con el que yo, por lo menos, me he hecho un taco impresionante.

Nota: La breve promesa es incluir pronto una entrada "de verdad"

Nota2: ¿Alguien me puede enviar algún tratado de matemáticas básicas, no sé, en plan "El hada de los números" o "Contar con Teo es fácil", o quizá "Mi primer sorteo, chispas"?