Por acá, por el fondo de Sudamérica, el nombre de Alvar Núñez Cabeza de
Vaca es célebre por ser el primer europeo que dejó registro de su encuentro con
las Cataratas del Iguazú (situación tragicómica de la que nos encargaremos en otro momento). Pero hoy no hablaremos de ese (su segundo viaje
a América) sino del primero, aquel que dejó registrado en sus notas de viajes editadas bajo el nombre de “Naufragios”.
Lo interesante al leer esta historia es el impacto que causa
ver a un hidalgo con armadura y deseos de riquezas que de un día para otro se
encuentra desnudo frente a las amenazas del Nuevo Mundo. Como se verá no fue el
típico colonizador, pero aquí queremos resaltar que tampoco fue (como algunos
tratan de hacernos notar) un salvador para los indígenas, ni que
tampoco fue un abogado de la paz. Fue el artífice de una conquista diferente en la cual tan
solo el instinto de supervivencia y las diferentes casualidades lo llevaron a
tener una relación distinta con las tribus de Norteamérica, aunque hay que
aclarar que en sus escritos hay un sentimiento subrepticio que no lo abandona, nunca dejó de ser del todo el tesorero de una Expedición de Conquista para la Corona Española.
También es célebre por ser uno de los grandes caminantes de la historia, en esta
expedición tuvo que recorrer a gamba desde el este hasta el oeste del territorio (actual) de
frontera entre EEUU y México, de Florida a California, durante 7 años.
En 1527 partió desde Sanlúcar de Barrameda en la expedición fallida de Pánfilo de Narváez (aquel "enemigo" de Cortés), con el objetivo de conquistar Florida y buscar la Fuente
de la Eterna Juventud, la leyenda hacía creer que podía estar allí. De los 600
hombres, 140 abandonaron en Santo Domingo y se calcula que en Cuba, luego de
una tormenta murieron otros 70. En la Bahía de Tampa se encontraron con los
primeros indígenas, hicieron un par de expediciones por los pantanos de Florida
(donde fueron recibidos con flechas y otras situaciones no muy amistosas) y luego por la desembocadura del Mississippi,
hasta que perdieron sus barcos. Tuvieron que comerse los pocos caballos que
tenían e improvisar herramientas con espuelas y partes de ballestas para
construir precarias canoas. Entre los
huracanes, tempestades, pestes y falta de comida (como se ve, la venían pasando de diez) fueron perdiendo varios
hombres hasta que las barcas de Cabeza de Vaca y Pánfilo (¡tenía que ser Pánfilo!) se separaron, por lo
que Cabeza de Vaca y 14 hombres fueron abandonados a su suerte y llegaron a la
actual Galveston, donde una tribu los capturó y repartió como sirvientes entre
sus familias.
A partir de ahí comienza la verdadera aventura de Cabeza de
Vaca, y por lo cual vale contar su historia. En un principio en su relato se
habla de metales, de riqueza, de seres inferiores a quienes hay que conquistar
y de a poco comienza a hablarse de maíz, mantas y hermanos indígenas. Se empapó con la cultura de diferentes tribus, mezcló sus conocimientos en medicina con el
chamanismo, lo que le permitió convertirse en curandero y así ser respetado por
los indios. Luego ofició de mercader entre las diferentes tribus lo que lo
llevó a recorrer grandes territorios hacia el oeste (por las cercanías del Río
Bravo) y aprehender sus idiomas e idiosincrasia.
Hasta que después de una expedición fallida y de pasar
numerosos días (y hasta meses) de hambre por los desiertos para conseguir el regreso a Europa,
se encuentra por casualidad con un grupo de antiguos compañeros y consigue
organizar el regreso. Aunque para ello tuvieron todavía que caminar y caminar, ahora hacia
el sur, el territorio actual de México (Culiacán, Compostela, ciudad de México).
Lo más interesante de su relato se da sobre el final, y deja en
evidencia la ambivalencia constante de Cabeza de Vaca al escribir. Al Conquistador en busca del “Paraíso” que representa América, se le
empieza a caer el disfraz y ya no ve la hora de rajar de ese “Infierno” en el que se encuentra Conquistado. También hay una parábola (una curva) que describe los sentimientos de Cabeza de Vaca acerca de lo que le ocurría. Durante su estadía en América todo era chamanismo, hechos
mágicos de la Naturaleza y espiritualidad. Pero tanto antes de poner un pie en esta tierra como cuando está por irse,
las situaciones son física, materialess: se hablará de metales, medicina europea, dinero
y el uso del evangelio para dominar a los indios.
Es así como a partir de este relato nació la “Leyenda de Las Siete
Ciudades”, un mito parecido al de “El Dorado” en donde se aseguraba que las
ciudades del oeste de Norteamérica estaban llenas de oro.
Recomiendo leer el libro, aunque para los que se sienten más
cómodos con lo audiovisual, pueden ver la película "Cabeza de Vaca", una producción mexicana de
1991 y fue dirigida por Nicolás Echevarría con guión de Guillermo Sheridan.
El film arranca
justamente con el naufragio, condensando todo el principio de la historia en
frases que dirá Pánfilo de Narváez (¡tenía que ser Pánfilo!). Así, el guión nos vuelve a mostrar la visión del Cabeza de Vaca mítico, aquel
que para los indígenas tenía poderes sobrenaturales intercalándolo con el
hidalgo desnudo y hambriento perdido en el desierto.
La ambientación es excelente, los escenarios donde se dan
las secuencias están muy bien logrados y creíbles con bastante rigor histórico,
pero Juan Diego, el actor principal por momentos sobreactúa y teatraliza lo que debieran decir las imágenes y su silencio.
Aparecen personajes a los que Cabeza de Vaca jamás describió en su relato (y algunos como el enano ni siquiera nombró), pero como dijimos es una libre
interpretación del texto y vale. Por momentos la metáfora de las secuencias es muy
directa (rozando lo burdo), como por ejemplo cuando Cabeza de Vaca observa a una iguana atada a un
palo que al intentar escaparse se enreda cada vez más, como una descripción de
lo que le sucede a él mismo, incluso se muestran secuencias de el tropezando, dando vueltas en círculos y zambulléndose en un río de acuerdo con la escupida que sufre la iguana. Algunas secuencias como la del ritual chamánico están mejor
logradas y nos demuestran ese choque entre la medicina europea que conocía
Cabeza de Vaca y la curación mágica de las tribus, a la que la sugestión
colectiva ayuda a sanar; y al mismo tiempo esa parábola espiritual que sufrió Cabeza de Vaca.
El film es algo espectacular e hipnotizador y se centra más
en la aventura, aunque basa su estructura en una filmación del tipo documental (de
estilo antropológico), con ambientaciones y situaciones muy verosímiles.
El encuentro con el Viejo mundo es descrito en “Naufragios”
a través de un objeto (no diré cual) y en la película a través de otro (incrustado
en el cuerpo de un indígena), otra de las libres interpretaciones para darle
mayor impacto al film, y que también vale.
El final del film es una interpretación libre del director, pero
tiene una gran simbología de lo que fueron todas las Conquistas en América.
Si leen el libro o ven la película avísenme y debatimos ciertos detalles que todavía están frescos.
A la memoria de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca.
Frodowhisky.