DESCRIPCIÓN
El inicio de la ruta lo haremos en la Plaza de
San Antonio, que la rodea un entorno muy pintoresco y cuidado, donde se
encuentra la Iglesia de San Antonio de Padua, templo construido en el año 1711 sobre
los cimientos de la antigua Ermita hecha en 1645, que a su vez fue levantada en
sustitución de la original datada en 1617; actualmente destaca su fachada
recubierta de piedra chasnera y la portada con arco de medio punto y rematada
con dos columnas laterales; la torre también llama la atención su cúpula
bizantina por encima del campanario. En el interior resalta el retablo
neoclásico del Altar Mayor, el techo de artesonado mudéjar y algunas imágenes
religiosas unidas a obras de arte de cierta importancia, por ser de los siglos
XVII y XVIII.
Iglesia de S. Antonio de Padua (izq.)
Por la Calle de la Iglesia, que es peatonal, ascenderemos junto a un
hotel rural hasta confluir con la Calle Carmona, en este punto tendremos a la
vista la Calle del Agua, por la que continuaremos nuestro recorrido en fuerte
pendiente, realizando un trayecto urbano que termina unos doscientos cincuenta
metros después, en la Calle Tagoro; haciendo esquina en la bifurcación de ambas
calles, se encuentra la Plaza de Santa Lucía donde se alza una pequeña Ermita
datada en el siglo XVIII, de construcción sencilla, donde destaca un gran
portón de madera rematado con un arco de medio punto; destacan en el lugar seis
ejemplares de Laureles de Indias de gran porte, que contribuyen a dar sombra al
lugar, sobre todo en días calurosos. En dicha plaza hay un panel interpretativo
que informa de la importancia histórica del lugar.
Ermita de Santa Lucía.
Salimos de la plaza y encontramos un cruce de calles, de frente
discurre la Calle El Molino, que se dirige hacia la Montaña del Lugar (802 m.),
un cono volcánico cuya imagen destaca sobre las viviendas del lugar; a mitad de
camino y en una propiedad particular, existe un viejo molino de agua con su
correspondiente acueducto de piedra, que se encuentra en buen estado de
conservación; a pocos metros de la plaza y en la misma calle, estaban los
lavaderos públicos, desaparecidos hace más de sesenta años, en el solar donde
actualmente se encuentra el estanque de abasto público.
Ubicación de los antiguos lavaderos (izq.); acueducto del molino (dcha.)
Cruz de San Antonio.
A la derecha continúa nuestro recorrido, en fuerte pendiente, por la
Calle Cruz de San Antonio, ubicada más arriba en un pedestal en el centro de una
minúscula placita desde donde podremos ver más claramente la imagen del
acueducto perteneciente al molino, anteriormente citado. La calle sigue su
curso con fuerte desnivel de subida, alejándonos cada vez más del núcleo urbano
y fundiéndose seguidamente con la Calle Alejandrino, justo donde se encuentra el
Embalse La Charca, un estanque de agua para riego; desde este punto salta a la
vista la imagen de la Montaña Santa (888 m.), un cono volcánico con una cumbre
llana, situado sobre la zona agrícola que rodea el cercano paso del Barranco de
la Fuentita.
Medianías del municipio de Granadilla.
Casas - Cueva (izq.)
El recorrido sigue su curso ascendente, siempre asfaltado, entre
multitud de huertas de cultivo por la zona de Alejandrino y más adelante por la
de Los Castañeros, esta última bordeando la base de la Montaña Iferfe (909 m.),
por la que salta a la vista un canal horadado en el terreno y otro hecho de
tosca que discurre paralelo al anterior; también hay excavadas varias
casas-cueva, que se usaron en el pasado como viviendas y justo antes de entrar
en el Caserío de Cruz de Tea, podemos avistar un ejemplar de Cedro Canario (Juniperus
cedrus) que crece junto a nuestros pasos. Unos metros más adelante
llegaremos a un cruce de caminos donde se encuentra una cruz de madera que le
da nombre al caserío, la Cruz de Tea; de frente continúa la Calle Buen Viaje,
que es un ramal del viejo Camino de Chasna, por el que tendremos que pasar al
regreso demuestra ruta. Este recorrido era una de las vías de comunicación más
importantes desde la época de los guanches, pasando a ser uno de los Caminos
Reales después de la conquista y utilizado por los habitantes de la isla para
el intercambio de productos agrarios entre la banda sur y la del norte, ya que
partía desde La Orotava y terminaba en Vilaflor, con dicho ramal que finalizaba
en Granadilla, pasando por la Cruz de Tea.
La Cruz de Tea.
Nuestra ruta continúa hacia la izquierda progresando por la Calle las
Cumbritas, que va llaneando asfaltada hasta llegar a otra bifurcación con la
Calle Zurrones, donde empieza el PR-TF-83, como así lo indica un panel
informativo alusivo al mismo y una señal de dirección que indica el itinerario;
este sendero homologado parte desde este punto y termina en Los Escurriales,
teniendo dos variantes, el PR-TF-83.1
que une La Florida con el Caserío de Las Vegas y el PR-TF-83.2 que hace de nexo
de unión de ambos, por el Camino de la Corredera; así mismo tiene algunas
variantes más alrededor del citado Caserío.
Punto de inicio del PR-TF-83.1
Paisaje agrícola de las medianías de Granadilla(dcha.).
Seguimos por la Calle las Cumbritas pasando de largo un restaurante y
en pocos metros nos desviaremos a la derecha por una pista cementada que
asciende con fuerte pendiente por la zona conocida como Redondo; avanzamos
cerca de un pequeño pinar y entre algunas huertas de cultivo, a medida que
ascendemos podemos observar la Montaña de las Ricas (1087 m.) que nos queda
justo enfrente y que más adelante bordearemos sus laderas, a nuestras espaldas
las vistas panorámicas del valle costero del municipio de Granadilla nos
permiten observar numerosos conos volcánicos que sobresalen y destacan del
paisaje árido del entorno, a nuestra derecha podemos ver las Montañas de Tilena
(999m.), en los altos del Caserío de El Frontón, más a la izquierda y
repartidos por todo el valle se pueden ver en primer plano la Montaña de Iferfe
(910 m.), seguida de la Montaña del Lugar (802m.), la Montaña de las Chozas (845
m.), la Montaña Chiñama (682 m.) y la Montaña Gorda (646 m.), además de la Montaña
Roja (172 m.) en la costa turística de El Médano.
Sendero bordeando Montaña de las Ricas.
Unos quinientos metros después del inicio de la pista, ésta termina y
comienza una vereda estrecha y delimitada por algunas rocas, que se va abriendo
paso entre multitud de Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Malpicas (Carlina
salicifolia), Vinagreras (Rumex lunaria), Pencones (Opuntia
máxima), Matorriscos (Lavandula canariensis), entrando
paulatinamente dentro de los límites del Monumento Natural de la Montaña
Colorada, un espacio natural protegido, de unas quinientas hectáreas, formado
por tres edificios volcánicos principales como son la Montaña de las Mesas
(1508), cuya ubicación está dentro de los límites del municipio de Vilaflor, la
Montaña de las Coloradas (1414 m.) y la Montaña de las Ricas (1087 m.); dicho
conjunto presenta un alto valor geológico y un interés paisajístico que merece tener
la categoría concedida.
El sendero va avanzando en suave ascenso y con firme
muy erosionado, ya que discurre por las faldas de la Montaña de las Ricas (1087
m.), compuesta de material volcánico de muy fácil desgaste; a nuestra izquierda
y bajo nuestro camino, veremos el cauce del Barranco de la Simona que separa la
ladera por la que vamos andando, de las lavas petrificadas pertenecientes a la
Montaña de las Coloradas (1414 m.) en el llamado Lomo de la Simona. A nuestra
derecha se eleva un promontorio rocoso en la Hoya de las Ricas mientras el
camino continúa su avance entre algunos Codesos (Adenocarpus foliolosus),
Tederas (Bituminaria bituminosa), Taginastes (Echium virescens),
Malpicas (Carlina salicifolia), Amagantes (Cistus symphytifolius)
y algunos ejemplares aislados de Cruzadillas (Hypericum reflexum).
Degollada entre Mña. de las Ricas y Mña. Colorada.
Un
poco más adelante transcurre con menos desnivel, hasta que lleguemos a una
degollada situada entre la Montaña de las Ricas (1087 m.) y el Morro del
Arrastradero, una de las laderas volcánicas de la Montaña Colorada (1414 m);
nos podemos asomar a un balcón natural para disfrutar de las vistas del amplio
valle costero que se extiende desde la Montaña Roja (172 m.) situada en El
Médano hasta la zona donde se ubica el espacio protegido del Monumento Natural
de Montaña Amarilla (38 m.), perteneciente ésta última al municipio de San
Miguel de Abona. Al otro lado de nuestra posición podemos disfrutar de las
panorámicas de la zona agrícola de las medianías de Granadilla, que se extiende
por debajo de la masa forestal del Parque Natural de Corona Forestal, que rodea
la isla.
Senda por el Morro del Arrastradero.
Nuestra ruta continúa su curso ascendiendo por el Morro del
Arrastradero por un sendero muy deteriorado que remonta con fuerte desnivel
entre un pinar poco frondoso que presenta un sotobosque pobre sin apenas
vegetación; avanza zigzagueando continuamente hasta coronar la loma por la que
vamos ascendiendo y terminar en El Arrastradero, donde hay unos muretes de
piedra seca en forma de huertas abancaladas en estado de abandono.
Muretes de piedra seca en El Arrastradero.
Nateros bordeando el sendero.
Continúa
luego mucho más llano, aunque remonta suavemente por algunos tramos, cruzando
pequeños barranquillos donde se ubican algunos nateros, apilamientos de piedras
que tapan el cauce, con el fin de crear pequeños huertos para cultivar; en
ellos crecen algunos ejemplares de Jaguarzos (Cistus monspeliensis) y
Amagantes (Cistus symphytifolius). Mientras transcurre la ruta por la
senda, podemos vislumbrar frente a nosotros la cumbre más alta del conjunto de
la Montaña de las Coloradas (1414 m.) y en algunos casos, cuando la vegetación
lo permite, también podemos disfrutar de las vistas panorámicas que nos ofrece
el valle costero del municipio de Granadilla.
Un poco más adelante volvemos a encontrarnos un tramo muy deteriorado
que zigzaguea cruzando un claro del pinar, donde hay algunos ejemplares
aislados de Escobones (Chamaecytisus proliferus), para luego continuar
llaneando por un trecho desde donde se vislumbra una construcción de piedra
rodeada de grandes muros de piedra seca, que delimitan unas huertas de cultivo
ya en desuso, situada en una de las laderas de Montaña de las Coloradas (1414
m.).
Otro murete de piedra seca, esta vez delimitando nuestro camino, nos
servirá de referencia para, unos metros después de haber cruzado bajo unos
grandes ejemplares de Escobones (Chamaecytisus proliferus), encontrar
una desviación hacia la derecha que es la que debemos de tomar; en este punto
nace el Barranco de los Tiones, inapreciable por tener un cauce poco profundo
que se precipita hacia el morro de la Simona. Continuamos la marcha por una
vereda más estrecha que asciende ligeramente bordeando el Barranco de las
Cocinas, cuyo cauce transcurre entre el Morro del Pinalete y la Morra de Las
Arenas, iremos andando entre Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Amagantes
(Cistus symphytifolius) y algunos Escobones (Chamaecytisus proliferus)
hasta terminar poco después en una vieja pista agrícola que se cruza
perpendicularmente con nuestro camino.
Camino Hacia Montaña Colorada (dcha.)
A nuestra izquierda veremos cómo se abre
paso entre la frondosa vegetación, el camino que va hacia la cumbre de Montaña
Colorada (1414 m.), el cual evitaremos; de frente
continuamos nuestra ruta descendiendo mediante un sendero muy pedregoso y
erosionado que sigue su trazado bordeando el Barranco de las Cocinas. Después
de la intensa bajada, el sendero reduce su desnivel y continúa muy marcado,
llaneando con firme de tierra combinado con algunos tramos más compactos compuestos
de tosca; al finalizar encontramos otra pista agrícola que da acceso a varias
fincas de cultivo cercanas, por la que tendremos que seguir su trazado hacia la
derecha.
En suave descenso iremos caminando por la misma, rodeados por un lado
de un muro de piedra seca y por el otro de un vallado que deslinda una finca
privada, donde podemos ver un viejo horno y una casa de campo en estado medio
ruinoso, hecha de piedra al más puro estilo arquitectónico canario; enseguida
evitamos una curva cerrada de la pista, donde hay una vieja Cruz de madera,
para ir en línea recta unos metros sobre el camino original, desembocando de
nuevo en la pista que ya se nos presenta con superficie asfaltada, después de
haber cruzado el cauce del Barranco del Vallito.
Sendero bordeando el Barranco de las Cocinas.
Continuamos por el asfalto, pasando cerca de otra vieja casa de campo y
bordeando unas huertas donde hay un horno de piedra en estado semiderruido,
hasta que lleguemos a una bifurcación donde tendremos que desviarnos hacia la
derecha; de frente continúa la carretera hacia el Caserío de El Pinar y la Cruz
de Vilaflor, por donde pasa el Camino de Chasna.
Casa de campo y horno tradicional para secar fruta.
Nuestro rumbo es en descenso
por la Calle las Paredes, una vía muy sinuosa rodeada de pequeñas huertas
plantadas de parras, que discurre luego bordeando el cauce del Barranco del
Tizón donde se encuentra la Galería de El Tizón; unos metros antes hay una
desviación hacia la derecha que se adentra en el cauce donde se ubica la Fuente
de El Tizón.
Fuente de El Tizón.
Calle Las Paredes.
La carretera avanza en continuo descenso y dentro de los límites
del espacio protegido; por nuestra derecha están las laderas pedregosas y
cubiertas de Pinos Canarios (Pinus canariensis) del Risco Atravesado que
pertenecen a Montaña Colorada (1414 m.) y al lado contrario discurre el cauce
profundo del Barranco de El Tizón. Después hay una larga recta con fuerte
pendiente que transcurre desde La Asomadita, pasando junto a la pequeña Ermita
de San Andrés, hasta el Morro de los Chícharos donde confluiremos con la Calle
de las Canales Altas, por donde discurre el PR-TF-83.
Ermita de San Andrés (dcha.)
PR-TF-83.1
Por esta última y por el
propio PR continuamos en suave descenso, fundiéndose dicha vía con la Calle
Virgen del Buen Viaje, llamada así porque enseguida nos encontraremos con la
Ermita de la Virgen del Buen Viaje, un templo recientemente construido en el
mismo lugar donde se encontraba otra más antigua; alrededor de la misma hay una
plaza que invita a un buen descanso a la sombra de un Pino Canario (Pinus
canariensis) de gran porte.
Ermita de la Virgen del Buen Viaje.
Realmente, nuestros pasos continúan por una de las variantes del Camino
de Chasna, un ancestral recorrido que empezaba en La Orotava y terminaba en
Vilaflor, existiendo este ramal que terminaba en el Núcleo urbano de Granadilla
uniéndose allí con el Camino
Real del Sur. De camino hacia el final, continuamos nuestra marcha haciendo
una parada en el Horno de la Cruz de Tea, situado en una pequeña placita donde
hay un panel informativo que explica la importancia que tuvo este elemento etnográfico en
el siglo pasado, recuperado y puesto en valor, junto a la acequia de piedra
chasnera que acompaña el camino, en el año 2003.
Horno de la Cruz de tea (izq.); Embalse La Charca (dcha.)
Plaza de San Pedro o de La Cruz.
Calle de la Iglesia, al finalizar la ruta.
Continuamos por la calle siempre en suave descenso hasta alcanzar de
nuevo el hito de La Cruz de Tea, donde dimos un giro a la derecha para ir hacia
Montaña Colorada; en este punto tendremos que desandar todo el recorrido por la
Calle Alejandrino y la Calle de San Antonio hasta llegar de nuevo a la Plaza de
Santa Lucía, una vez allí iremos por la Calle Tagoro que termina unos
trescientos cincuenta metros después, en la Plaza de San Pedro o de La Cruz,
donde hay una Cruz de madera y una pequeña fuente, así como un molino
tradicional de gofio en una de las calles que rodea la plaza, este molino,
datado en 1912, aún conserva las piedras originales para hacer la molienda; la
Calle Carmona nos lleva directamente a conectar con la Calle de la Iglesia, que
termina en la Plaza de San Antonio, donde daremos por finalizado el recorrido
propuesto.
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
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