El
20 de septiembre de 2016, ante la posibilidad de que llegara a la presidencia
de los Estados Unidos Donald Trump y con él
el Partido Republicano, 377 miembros de la Academia Nacional de Ciencias
de los Estados Unidos (incluyendo 30 Premios Nobel) publicaron una Carta
Abierta ( http://responsiblescientists.org/
) para llamar la atención sobre los
graves riesgos del cambio climático. La Carta advertía sobre las graves e
irreversibles consecuencias para el
planeta y la credibilidad de los Estados Unidos, si abandonaran el Acuerdo de
París. "El cambio climático no es una creencia, un engaño o una conspiración...
el problema del cambio climático causado por el ser humano es real, grave e
inmediato, y plantea riesgos significativos para la salud humana, la producción
de alimentos y la red interconectada de
sistemas vivos”.
Un
"Parexit" -añadían- enviaría una clara señal al resto del mundo de
que a los Estados Unidos no les importa el problema global del cambio climático
causado por los humanos… Tal decisión haría mucho más difícil desarrollar
estrategias globales de mitigación y adaptación al cambio climático. Las
consecuencias de optar por quedar fuera de la comunidad mundial serían graves y
de larga duración – para el clima de nuestro planeta y para la credibilidad
internacional de los Estados Unidos”.
Con
fecha 2 de abril de 2017, desde la Fundación Cultura de Paz, se lanzó el “Llamamiento muy urgente: -¡Frente a graves amenazas globales, ahora sí, ciudadanos del mundo,
¡uníos! (https://llamamientourgenteblog.wordpress.com/
) que se iniciaba así: “Por primera vez en la historia, la humanidad debe hacer
frente a procesos potencialmente irreversibles, de tal modo que, si no se
adoptan medidas correctoras a tiempo, podrían alcanzarse puntos de no
retorno” y continuaba manifestando que:
“Es inaplazable advertir a escala planetaria de la irresponsabilidad
inadmisible en la que incurriríamos si no reaccionamos con firmeza para
reconducir las actuales tendencias”.
Tanto
la Carta Abierta como el Llamamiento fueron consecuencia del recelo y
desconfianza que provocaba la posible llegada a
la Presidencia de los Estados Unidos no sólo del Partido Republicano
sino de Donald Trump. Han pasado ya cuatro meses desde la toma de posesión del
Presidente Trump. Han sido muchas las decisiones e iniciativas que ha tomado de
forma impulsiva e irreflexiva con serias repercusiones para la gobernabilidad y estabilidad mundial.
En
el llamamiento se indicaba que: “Los anuncios efectuados por el Presidente
electo Trump relativos a las armas nucleares, al rechazo de las Naciones Unidas
y al incumplimiento de los Acuerdos sobre el Cambio Climático constituyen una
intolerable amenaza global”. Lamentablemente, esos “anuncios” se han
convertido en realidad, el día 1 de junio de 2017: Trump comunica desde la Casa
Blanca que "considera el Acuerdo de París perjudicial para la economía
estadounidense". Está claro que al Presidente no le importa el deterioro
de la calidad de vida en la tierra, ni le afecta la de forma irreversible la
habitabilidad a escala planetaria... ni piensa en las generaciones que llegan a
un paso de nosotros, sus hijos y nietos incluidos... A él sólo le importa la
economía de EE.UU.
Pues
bien, "nosotros los pueblos" de todo el mundo, afectados por esta
irresponsable decisión, decidimos dejar de adquirir productos estadounidenses y
a contribuir al negocio de sus compañías.
Es
necesario un gran clamor popular y una movilización global para frenar esta
decisión que tendrá consecuencias impensables, sobre todo, para las
generaciones futuras.