Ya estamos en diciembre, así de un brinco o de un paso de gigante nos plantamos en esta época, tan admirada por unos y tan denostada por otros. Hemos dejado atrás once meses de este año en curso al que sólo le faltan unos días para acabar, y yo apenas me he dado cuenta.
Hace unos días leía una frase de H.D. Thoreau que decía:
"¡Simplifica tu vida! Mantén tus necesidades y deseos simples y disfruta de lo que
tienes. Vive el presente. ¡Simplificar!"
El caso es que ese "simplificar" me resuena todo el rato como un suave eco en mi interior, sobre todo, después de la vorágine que he tenido durante estos últimos días. Por lo tanto, he decidido hacer caso a esa íntima vocecilla que no deja de susurrarme y voy a simplificar y a tratar de hacer que estos próximos días sean lo más simples y sencillos que pueda (esto no significa que sean anodinos o insustanciales)
Voy a empezar con la decoración navideña, es costumbre adornar la casa durante el puente de la Constitución, pero como estaré de viaje, mañana me ocuparé de esta tarea y espero conseguir un ambiente discreto y acogedor sin exceso de adornos que puedan romper la armonía y serenidad que tanto necesitamos al llegar a casa.
Tengo idea de simplicar mucho cenas, comidas, regalos y lo que haga falta para tener tiempo simplemente de estar con la familia, o sencillamente, de disfrutar de cada momento sin complicarme la vida con menús excesivamente elaborados, pienso robarle algo de mucho tiempo a la cocina...
Incluso simplificaré la lista de regalos, sólo una sorpresa por cada miembro de la familia; lo mejor de todo es que todos estamos de acuerdo con la frase de Thoreau, lo que me facilita mucho las cosas.
Mi ser es de silencio. En la quietud
del campo, solo, donde siempre,
debajo de las peñas, mantengo
la contemplación largo rato.
Sin más allá: vivir sintiendo
que la vida te pertenece
por completo, pararte a comprender
esa simpleza mientra te escucha,
largo rato, el silencio. Para volver
a congraciarse con el mundo.
Fermín Herrero (Sin ir más lejos)
¡Simplifica!