Félix Hugo Noblecilla Purizaga

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Flix Hugo Noblecilla Purizaga

Naci en la ciudad de Tumbes el 1 de abril de 1958. Est casado con la Prof. Anna Lorena Velsquez
con quien tiene dos hijos: Hugo Adrin y Marcela Celeste.

Estudi en el Instituto Superior Pedaggico "Jos Antonio Encinas" de donde egres como Profesor
de Ciencias Naturales. Licenciado en Educacin por la Universidad Nacional Federico Villareal de
Lima.

Actualmente estudia Maestra en Psicologa Educativa en la Universidad "Csar Vallejo", Expresidente


de la Casa del Poeta Peruano Filial Tumbes (2006-2008).

Presidente Fundador de POETAS UNIVA (Unin Mundial de Poetas por la Vida, con sede permanente
de Tumbes)

Obras Publicadas:
El cocodrilo de Tumbes en Peligro de Extincin (1989)
El mono Coto en Peligro de Extincin (1990)
Fauna Silvestre de Tumbes en Peligro de Extincin (1992) (1995) y (1999)
La Ecologa de Tumbes (1995) y (1997)
Antologa del Cuento Breve de Tumbes (1997)
Gua de Educacin para la Conservacin del Ecosistema de los Manglares de Tumbes (1997)
El Sueo del Cocodrilo <Cuentos y poemas de autores de Tumbes> (1992) (1995) (1998)
Gua prctica para la observacin de aves en los ecosistemas de Tumbes (2000)
Primera Muestra de la Poesa para Nios de autores tumbesinos (2001)
Gua Didctica de Educacin Ambiental en el Contexto del Bosque Seco <integrante del
equipo de elaboracin> (2004)
Espacio para el maana (poemario, 2009)

Premios:

En 1989 su cuento El Cangrejo Ermitao gan el Primer Premio en el Concurso Nacional de


Cuentos para nios convocado por la Asociacin Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.
En 1995 su cuento La Caza del Venado gan el segundo lugar en el Concurso de Cuentos y
Leyendas convocado por Radio Cutival de Piura.
Mencin Honrosa en el rea de Poesa del Concurso Nacional de Educacin HORACIO
(2010), con el poemario Espacio para el maana II.

Con este cuento obtuve, en el ao 1989, el Primer Lugar en el concurso de cuentos para nios
organizado por la Asociacin Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, hacindome merecedor del
Premio "Francisco Izquierdo Ros". El cuento lo escrib con la finalidad de hacer ms didctica mis
clases sobre relaciones ecolgicas en el curso de ciencias naturales y por supuesto despertar en mis
alumnos ms amor por los animales y con ello inters por la conservacin de los ecosistemas. A poco
ms de 20 aos de su creacin, lo pongo a disposicin de todos ustedes, agradeciendo como siempre
sus muy valiosos comentarios.

EL CANGREJO ERMITAO
Un da, hace ya muchos aos, naci en nuestras playas un cangrejito que no tena caparazn y los
dems seres que habitaban junto a l se burlaban de su aspecto. Las jaibas y otros cangrejos, que
eran ms robustos y bravos, le daban fuertes horquetazos en su cuerpo desnudo y le decan: " Quita
de aqu pelao! ... Fuera de aqu, cabeza de mate! ... y le hacan miles de mofas.
Pero a quienes ms les tema nuestro cangrejito, era a las gaviotas y a las garzas, ya que ellas le
tenan una gran apetencia, porque al verlo sin caparazn les pareca ms delicioso. Por esta razn el
animalito sufra mucho y casi no poda salir a pasear libremente por la playa o jugar con las olas, como
si lo hacan las jaibas, caracoles y dems seres del mar.
Cierto da decidi refundirse en lo ms apartado del mar y no conversar con nadie, por lo que los
dems vecinos empezaron a llamarle cangrejo ermitao; ms siempre senta el deseo de dar una
vuelta por la playa, para lo cual esperaba que sta estuviera solitaria. Un da, mientras estaba
correteando alegremente, lo divis una gaviota. Nuestro cangrejito se vio perdido y corri sin saber
dnde ocultarse. Felizmente choc con la concha vaca de un caracol y all se refugi; el ave no pudo
comrselo. Estuvo largo tiempo oculto en dicho lugar y, una vez que la vio alejarse volando hasta
perderse en el horizonte, hizo el intent de trasladarse hacia el agua siempre con la concha a cuestas,
por temor a que volviera su enemiga; al principio sus movimientos fueron torpes y lentos, ms poco a
poco se fue acostumbrando y decidi que ese escondite le servira, a partir de ese da, de carapacho
o casa.
-Creo que esta concha de caracol puede protegerme de mis enemigos! -se dijo feliz nuestro querido
cangrejito. Pero pas el tiempo y su cuerpo creci. La concha le quedaba muy estrecha y se dijo: -
Oh! Y ahora qu hago? ... Mi hogar cada da me resulta ms estrecho! ... No puedo moverme! ... -
As estuvo con el problema hasta que se encontr con otra ms grande, y decidi trasladarse hacia
ese nuevo hogar, ms amplio.
-Ahora ya puedo salir a pasear! Creo que estoy algo protegido! -se dijo dignamente el cangrejito.
Ms aun as, no se senta muy seguro, y como ya haba aprendido a pensar, dijo: -Si no estoy muy
seguro puedo buscar algo que me proteja an ms, y as como encontr por casualidad esta concha,
tambin puedo encontrar otra cosa que me sirva para defenderme mejor.
Un buen da, mientras paseaba por unas rocas marinas, se encontr con una anmona que estaba
comiendo unos trozos de pescado:
-Buenos das, seora anmona! -La salud cortsmente el cangrejo ermitao.
-Buenos das! -contest molesta la anmona.
Por qu est usted molesta -pregunt sorprendido nuestro cangrejo-; Si la veo que est usted
almorzando, debera estar ms bien alegre.
-Si usted supiera, seor cangrejo, -cmo sufro de estar todo el da aqu sin poder moverme a ningn
lado! -dijo tristemente la pobre anmona-. Si ahora estoy comiendo es porque tuve la suerte de que
hace un rato un tiburn estuvo comindose un pescado aqu cerca, y entonces, quedaron estos restos.
- Pero usted tiene suerte, seora anmona -replic el cangrejo, luego de meditar un momento- Nadie
puede hacerle dao, ni las gaviotas ni los peces ms grandes, tampoco las jaibas. A mi varias veces
me han ofendido. Existe el temor de chocarse con su veneno.
-Bueno, en eso tiene razn, seor cangrejo... pero lamentablemente, de aqu no puedo moverme.
-Yo en cambio puedo moverme y trasladarme de un lugar a otro, pero ando con temor hacia mis
enemigos. Si yo tuviera sus defensas, otro sera el destino de mi vida! Exclam con tristeza el
cangrejo.
A la anmona se le ocurri una idea, y le dijo a nuestro amigo:
-Qu tal, mi estimado cangrejo, si con sus tenazas me coloca encima de su casa y me traslada por
diferentes lugares? De esta manera puedo conseguir mejor mis alimentos y a usted lo defiendo de sus
enemigos. As nadie se atrever a molestarlo.
Sin pensarlo dos veces, el cangrejo acept la propuesta y acto seguido, levant a la anmona con sus
fuertes tenazas y la coloc en la parte superior de su concha.
Desde aquel da, estos dos seres -antes infelices- vivieron ayudndose mutuamente. Nuestro cangrejo
jams tuvo miedo de pasear por los fondos marinos y nuestra anmona jams tuvo que sufrir para
conseguir sus alimentos

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