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18 de julio de 2017

Cerca del mar o deseándolo



Me basta, de momento, con el aroma a mar de los paseos cercanos. Me basta, de momento, con el roce de la brisa, de los instantes cerca de olas y desembocaduras. Como esta imagen, así recuerdo mi fin de semana en tierra de lujos.

Hoy es una tarde de julio nublada, aunque cálida, aquí por Galicia. Pienso retomar el blog, la escritura, la lectura tranquila. Pienso hacerlo porque lo echo de menos. Os echo de menos a vosotros; los observadores, los críticos, los que os detenéis para meditar. Para, simplemente, disfrutar de la luz, de la oscuridad, de sus juegos mutuos, silenciosos y tremendamente bellos.

Hacía tiempo que no pasaba una tarde en soledad como la de hoy. Comienzo a ser fructífera a eso de las diez. Soy nocturna. Disfruto de ese silencio de la noche interrumpido, de cuando en vez, por una cisterna o por un coche en busca de sexo fugaz. No olvidemos que, cuando un hombre hace gemir a su coche, pretende, más tarde, hacer gemir a una mujer.

Suerte a todos en esta tarde de julio. Pero, lo más importante, suerte a todas. No elijáis a los hombres que utilizan el coche para atraer hembras. Suelen tener algunos inconvenientes.

29 de septiembre de 2016

Y sigo pensando "en verano"...


Sigo alargando el verano hasta la náusea, en la medida que se me permite. La culpa no sólo la tiene el sol de Galicia, que este año nos está regalando más de un momento especialmente dorado o doradamente especial, en tiempos más cercanos a castañas y magostos.

No es que me haya olvidado de este saloncito, ni mucho menos. Entre la falta de tecnología en el hogar por motivos varios, y mis viajes constantes por otras tantas razones, no he podido centrarme para escribir siquiera un párrafo entre los innumerables que habitan estos extraños y mágicos mundos virtuales.

Mi cámara sigue durmiendo en algún rincón de una casa casi deshabitada últimamente. Sigo utilizando el móvil para abrir mejor los ojos. Sacar fotografías es exprimir de una manera más óptima todo aquello que nos rodea. Los hay que piensan todo lo contrario y no estoy de acuerdo en absoluto con ellos.

No sé por qué o no quiero contarlo aquí; me cuesta centrarme para escribir algo en este desahogo virtual, que son los blogs. Tenéis que disculparme. Sólo se me ocurren tuits relámpago; de ésos que, una vez nacen, ya han desaparecido para siempre. 

Pues sí. Que mi rincón actual sigue siendo Tuiter, quizá por mi momento personal. Una red social en la que abunda la agilidad con la que corretea la desinformación que proviene de partidos políticos y opiniones radicalizadas. Ésas que escupen gentes que sólo ven lo suyo como bueno. De repente, es cierto, una ráfaga de luz rompe la oscuridad de las innumerables bocas dentadas. Hay personas que elevan los tuits a la altura de los pensamientos meditados. Detrás de pocos carácteres, aparece el fruto breve, pero tan intenso, como el de una meditación profunda y detenida.

Hoy pensaba, cuando terminé de leer el correo de un amigo, que mientras las personas escriben un libro, no hacen nada malo a nadie. 
Existen excepciones, claro. Pero pocas.

28 de agosto de 2016

Fin de vacaciones campurrianas




Regreso ya a una cierta rutina cotidiana. Aunque, hablar de rutinas en esta vida cambiante, es un poco osado por nuestra parte. 
Pero sí. Campurriana espera dejarse ver más el pelo que durante estos meses de escapadas, de huidas, de duelos en cierto modo.

Durante todo este tiempo, no he perdido el mar de vista. He saboreado también la montaña que convive con la costa y que, no por ello, es menos montaña.

Tengo pendiente una escapada a esa estepa dorada que tanto adoro. A esa otra montaña alejada de playas y acantilados marinos.

Comienza el curso y me siento extraña. Como si comenzase una vida nueva. Un cierto vértigo me invade en estos momentos de asomo a los precipicios vitales, a las etapas... 

Os habéis librado. No me apetece absolutamente nada hablar de política.

Y sí. He pensado en vosotros. 

7 de agosto de 2016

Crónica veraniega de Campurriana






Que el mundo es cada vez más efímero... Eso solemos escuchar últimamente, por mor de las redes sociales, por poner un ejemplo de corriente infinita y demasiado rápida para la asimilación mental.

En realidad, creo, no es tan efímero como nos está pareciendo ahora. Las noticias permanecen, a veces, más de lo que nos gustaría. Bien es cierto, que un atentado sólo se borra con otro atentado y un Gobierno con otro Gobierno. Una muerte con otra muerte. Un romance veraniego con otro romance veraniego...

Pero, en el fondo, si lo pensamos bien, todo permanece, casi todo, por muchísimo tiempo. Y si no permanece, se repite cíclicamente a lo largo de las repetidas estaciones y a lo largo de los repetidos acontecimientos de la vida de una sociedad dirigida y observada.

Pienso que seguimos ahí, con los dimes y diretes de las nuevas izquierdas y las derechas renovadas. Pienso que seguimos con los mismos protagonistas de mensajes-bomba que agitan los foros interesadamente, por pasta o por votos. Pienso, en realidad, que nuestras vidas son casi calcos de las vidas de nuestros antepasados. Somos envidiosos, generosos, cotillas, desinteresados, maliciosos, oportunistas, manipuladores, corruptos, amables, hoscos... Seguimos siendo así aunque muchas veces nosotros mismos no nos veamos tan claramente ubicados.

Ahora que he regresado a Twitter (Ripley me pondría verde en un comentario a pie de entrada), me gusta analizar los mensajes, las discusiones, las preocupaciones de los que, de vez en cuando, pegamos un gritito entre los millones y millones de gritos de socorro que pululan por los espacios virtuales. En realidad, son, efectivamente, "gritos de socorro".

El verano, lo que tiene, es que cede tiempo personal a la meditación. Meditación, por otra parte, más que necesaria durante el resto del año también. Un lujo, bien lo sé, para muchas personas que viven sobre una moto acuática que va a toda velocidad sobre las calmas o las tempestades que conforman nuestras vidas.

Yo ahora tengo la suerte de poder saborear la soledad deseada, el silencio, los paseos cerca del mar.
 Me llenan y me vacían. Eso es lo que busco en ellos precisamente...

Os dejo unas fotos del móvil. A ver si retomo la fotografía de cámara y trabajada...
Tenéis que disculparme los expertos.

Anda, contadme algo. Este silencio me aterroriza.
;)

6 de agosto de 2016

Perdida, más que encontrada...



Ando de un lado a otro con el rumbo que marcan estas épocas estivales, a veces demasiado alejadas de las rutinas también necesarias.

Camino sobre las aguas o, al menos, disfruto de esa sensación tan dulce, tan agradable, tan digna de ser recordada en los fríos días de los largos inviernos que se avecinan.

Me he tomado el verano tranquilo. Como una huida, como un acercamiento.  

He echado de menos a los que ya no están, a los que están pero parece que se han ido también. He saboreado la dulzura de la nostalgia y, a su vez, el amargo sabor que va dejando en nuestras vidas. 

A veces, me da la sensación de que vivo observando lo que otros viven. 
¿Os ha ocurrido alguna vez algo semejante?

10 de julio de 2016

Una playa, un remedio


Sigo casi desconectada y sin ordenador. Es fácil si uno vive cerca del mar. Una toalla, crema solar y ganas de zambullir los pies en la arena y la cabellera en las aguas azules.
Ahora, desde la cama, siento aún el calor de este día tan brillante del verano de Galicia.
Aquí, tenemos que saborearlos bien por si las moscas.

25 de agosto de 2015

Agarrarse al verano...



Agarrarse al verano es imposible. Como agarrarse a cualquier persona que no queremos que se marche nunca. Se escaparán inevitablemente como se escapan los días...

20 de agosto de 2015

El verano y yo



Me he escapado últimamente a mi verano. Sigo pensando en la fugacidad de los días y en la fugacidad aún mayor de los días de sol en Galicia.

He buscado otros veranos. Veranos en los que todo permanece como hace tanto tiempo, en los que los recuerdos de infancia se enfrentan a los recuerdos y vivencias de la vida de adulto, en la que apenas nada es igual pero se valora muchísimo más.

El verano es un tiempo de análisis, un tiempo de reflexión. Mientras meditamos, seguimos viviendo apenas sin ser conscientes de ello.

Leed libros, id a la playa y quedaos hasta el cierre de escenario, saboread una buena cena a la sombra de una parra en las tardes infinitas, tened conversaciones intrascendentes a la puerta de la casa del pueblo, pasead escuchando el sonido de la naturaleza nocturna, del suave mar de algunas costas o el bravo batir de las olas de otras muchas...
 
¡Cuánto valoro estos instantes detenidos!

Detenidos porque espero recordarlos hasta el fin de mis días...como un caramelo dulce en medio de tanta amargura...

19 de julio de 2015

Recordando con fotos de mi verano...

Sabemos que el verano desaparece antes de aparecer. Como la lluvia fresca de la mañana. Como el sabor del salitre en la comisura de los labios después de un día de playa.
Verano...ya nostálgico verano.

Disfrutad, navegantes (que no "mareantes").
La vida es corta y, con esta original ocurrencia, he recordado también este inteligente pensamiento, que quizá ya haya colgado en el saloncito en un pasado cercano.
Delicioso pensamiento...

.
.
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27 de agosto de 2014

Verano fugaz




Verano fugaz. Tan fugaz que no lo he visto este año. Ni siquiera nos hemos cruzado como se cruzan los vecinos desconocidos de escalera. No sé si ha venido o ya no se ha molestado en hacerlo.
Llueve. Hace calor también. Las yemas pegajosas de los dedos se pegan incómodamente al teclado del ordenador de sobremesa.
Benditas sobremesas aquéllas. Y benditos veranos.

21 de agosto de 2014

Más fotos de verano







Y es que, si algo tiene el verano, son imágenes.

Del resto, de lecturas de actualidades y desinformaciones, no sé nada. Apenas nada. Lo que nos cuentan, lo que contamos entre foto y foto, y lo que nos imaginamos, que puede que sea mucho más real que el resto de los inputs.

Me ha salido así este pensamiento breve y así lo dejo.

Hasta la próxima, navegantes.
Disfrutad de los momentos.

18 de agosto de 2014

Regresando...



No hace falta marcharse demasiado lejos para sentirse "regresada".
Benditas "desapariciones".

9 de agosto de 2014

Vacaciones de ¿verano?



Este título, sólo apto por mis alrededores. Y es que, este año, creo que mi cuerpecillo no se tostará al sol demasiado a no ser que salga de sus fronteras habituales.

Disfrutad, navegantes.
Disfrutad hasta que se os caiga el rabo.

Ahora escuchando un programa radiofónico sobre las generaciones. Creo que sí. Nos marcan las generaciones. Mucho.
Pensadlo. Pensad cuánta Historia con mayúsculas hay detrás de ellas.

6 de agosto de 2014

Fotos de verano









Son fotos hechas con mi cutrimóvil.
Pero son fotos de verano.
De mi verano.


Por aquí hay que pillarlo con la punta de los dedos. 
Y parece que se escapa sin haber llegado del todo...

21 de agosto de 2013

La última noche bajé la luna a la tierra...



La lluvia de verano se agradece a pesar de las lluvias interminables del invierno del norte. Sigo en mi alejamiento de la rutina por unos días; haciendo y deshaciendo maletas como quien viaja entre las etapas de la vida...etapas siempre impredecibles...

Os dejo la noche fresca que viví ayer con gotas de agua y tierra.

¡Una delicia!

7 de agosto de 2013

Retazos de verano




He vuelto a respirar esos aromas que llevan de nuevo a la infancia, a la primera juventud. Aunque algo tan importante no siga allí, el olor permanece impregnándolo todo; hasta los recuerdos que creía olvidados regresaron de forma natural...
Extraño sentido el del olfato.

21 de julio de 2013

Lo bueno de Galicia

Lo bueno de Galicia es que todo está cerca. 

Perdonad mi brevedad veraniega pero es que no tengo las neuronas para farolillos con tanta actividad y con este tiempo, que por el norte debe ser aprovechado... 
Si ocurre algo importante, que deba saber inevitablemente, avisadme.

Felices días a todos los navegantes de esta isla. 








7 de julio de 2013

Veranito al fin!!!






Nuestros cuerpos entumecidos empiezan a despertar por el norte.
Dejadme ser guiri por unos días. 
Iba a preguntaros algo serio pero lo dejo para después...

24 de junio de 2013

Santiago con sol es también una delicia!!!





De verdad que apetecía que, al fin, nuestros cuerpos entumecidos de tan largo invierno se viesen acariciados por sus rayos.

En Santiago, lo que no falta, son rincones con encanto.
Incluso, aunque haga sol.
:)