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2 de mayo de 2016

Escribiendo...

Hoy he sentido el amor, el odio, la desesperación, la pasión enfermiza que todo lo dulcifica, lo amarga, lo vuelve a dulcificar y a amargar una y mil veces.
Hoy he sentido que estoy viva de verdad, como corazón joven que palpita con todas sus fuerzas contra el destino inevitable.
Asumo el riesgo de sentirme viva a pesar del sufrimiento y por esa vena que late reveladora en algún rincón de mi cuerpo.
Merece la pena pasar por el mundo siendo visto. ¿Merece la pena?...

8 de noviembre de 2015

Truman (la película)



Hacía tiempo que el cine no me hacía vibrar de verdad.
Ha vuelto a hacerlo con Truman.

Debo reconocer que acabé de verla con dos lagrimones y con mucha esperanza. Esperanza, porque aún queda dentro del ser humano muchísimo valor. Nunca se ha ido, de hecho. A pesar de lo que pueda parecer cuando estamos en el camino de los días, de los años... De las prisas hasta para meditarlo.

Truman es una historia "de andar por casa", y dicho esto con la mejor de las intenciones.

Una historia con la amistad y la vida como telón de fondo; un telón demasiado complejo como para comprenderlo en tan poco tiempo. La existencia que recobra el sentido y lo pierde con una ambigüedad pasmosa. 

Es el cine que me gusta. Me gusta porque es creíble y natural. Sin aditivos innecesarios, sin bellezas o crueldades diferentes de las bellezas y crueldades que podemos tocar con nuestras manos cuando bajamos a la calle o subimos a casa. 

Una oda a la confianza, al amor, al miedo, a la muerte. Una oda a la vida. Esa vida que finalmente debe apoyarse en el verbo "compartir". Porque no estamos solos. Todos vamos en el mismo carro y hacia el mismo lugar y, por eso, NOS necesitamos.

¿Por qué nos empeñamos en hacernos los unos a los otros la vida imposible?
Es absolutamente ridículo.

11 de marzo de 2015

La vida...


Anoche, pude leer este fragmento que publicaba Luz Rodríguez en FB. Pensaba después, "la vida, la vida te hace comprender tantas cosas"...
Gracias, Luz. Lo difícil es, desde luego, describirlo tan bien.

“Es muy duro tratar de mantener con alguien una conversación que ya se ha mantenido en silencio miles de veces. Porque cada vez que cruzas tu mirada con la suya las palabras sobrevuelan y al tratar de hacerlas sonoras todo empeora. Es difícil tener que abrir una herida que ya sangra por sí sola, sin necesidad de tocarla. Es complicado tener que abordar algo que ya se tiene demasiado claro. Pero a veces es tan necesario como doloroso.”

'Alguien como yo'
Elísabet Benavent.



No nos olvidamos
11M

13 de enero de 2015

Y nada más...

Me trae recuerdos esta canción. Recuerdos de momentos que parecen tan lejanos...
Cuando me empezaba a dar cuenta de que la vida es extremadamente breve y apasionante.
Cuando fui consciente de que lo de ahora no es lo de ayer ni lo de mañana.
Sigue fluyendo la vida y nosotros dejándonos llevar casi sin percatarnos...


10 de abril de 2014

De cine...

@Campurriana_C: Todos estamos al borde de la desesperación y no nos queda más remedio que hacernos compañía.
(estoy viendo La gran belleza)

9 de junio de 2013

Para llevar(se)...

Fuente de la imagen

¡Cuántas veces siento que muchas de las personas buenas que he conocido y que se van marchando no han sabido/podido disfrutar de la vida!
Demasiado sacrificio personal por los demás, muchísimo trabajo y otras tantas preocupaciones de signo diverso. Extremo sentido de la responsabilidad inculcado por unos padres, por duras experiencias vitales.
¿Y ahora qué?

Intentemos llevarnos de la vida esos momentos dulces que podamos regalarnos; todo aquello que se deja fuera de las tumbas no vale para nada. Son sólo cosas.

6 de mayo de 2013

Pensamientos que no son míos (algunos sí)...





Parece que llega el sol dispuesto a calentar. Los gallegos lo necesitamos porque andamos muy justos de soles, de calores. Lo necesitamos más que nunca.

He estado ahora leyendo un artículo sobre la amistad que tampoco aporta demasiado, la verdad. Aviso por si las moscas para que no se me culpe de pérdida de tiempo. Es, más bien, la típica columna de momento de relax en fin de semana. Sin mayores pretensiones. Todos conocemos y podríamos explicar este concepto de la amistad tan manoseado. La vida va cambiando, nosotros con ella. Hay amigos que sabemos que, aunque no estén, están. Otros que están y como si no estuviesen. Estos últimos lógicamente no pueden denominarse amigos. Tampoco considero amigo al que muestra sólo interés en el contacto, al que no pregunta y sólo cuenta, al que sólo pregunta y no cuenta nada. A aquél que siempre llora o a aquél que siempre ríe. Al que únicamente llama cuando las cosas van bien o sólo llama cuando las cosas van mal. Al que se gusta tanto a sí mismo que no gusta nada a los demás, al egoísta hasta la saciedad, al que está ahí sólo si le apetece a pesar de que lo necesites más que nunca, al que es tacaño hasta para pagar una copa de vino pero dispuesto siempre a ser invitado. Este último, además, suele ser de los que no tiene necesidad económica alguna o, si la tiene, es mucho menor que la tuya. Curiosas las relaciones de amistad. Curiosas todas la relaciones.

El artículo termina así:

Ya lo decía Borges y todos los sabemos, la amistad tiene muchos patrones parecidos a la relación amorosa. Pero con una ventaja esencial, que si se rompe hace que el vínculo también lo haga. Su frase era: “La buena amistad soporta la infrecuentación”. Sí, esa puede ser la diferencia. Con un amigo de verdad, el “decíamos ayer” funciona. Con un amor, si el contacto se rompe, se rompe la relación. Otra cosa es que se convierta en la mejor amistad, pero eso es ya otro artículo.

Me ha gustado este texto que sigue (relacionado con la vida también)...

Después de algún tiempo aprenderás la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni los regalos son promesas…

Aprenderás que con la misma severidad conque juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.

Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles. Aprenderás que es uno mismo quien debe cultivar su propio jardín y decorar su alma, en vez de esperar que alguien le traiga flores.

Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza alta y la mirada al frente, con la valentía de un hombre y no con la tristeza de un niño y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado. Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas.

Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma. Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.

Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.

Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos porque nunca estaremos seguros de cuando será la última vez que las veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.

Descubrirás qué se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto. Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges. Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlaran y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados. Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario enfrentando las consecuencias. .. Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.

Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.

Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y seria una tragedia si lo creyese, porque le estarás quitando la esperanza. Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel.

Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo. .. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

Si algo he aprendido en la vida, es que la mentira se pone en contra de quien la inventa y a la larga siempre surge la luz de la verdad.


5 de abril de 2013

De casarse con plebeyos (en todos los sentidos)...



Lo cierto es que no gana para sustos esta tocada monarquía que nos des-reina. Si ya no es poco lo de la imputación-no imputación de nuestra Infanta, ahora sale un libro del primo de Letizia que no hace más que echar más leña al fuego o a las cenizas que ya sólo quedan de una familia que, sinceramente, cada vez me da menos pena.  Y no soy de ésas a las que les gusta hacer eso mismo del árbol caído pero una tiene su paciencia.

Se han ganado a pulso los unos y los otros (es decir, las denominadas Instituciones con mayúsculas) esta falta de respeto que generan al aparecer en los medios y, sí, soy consciente de que no hay que hacer demasiado caso a los medios pero lo que está claro es que nos han tocado los bolsillos de verdad porque, yo al menos, he recibido desde los desgobiernos zetapecianos hasta los actuales rajoyanos cada vez menos dinero y cada vez menos derechos que fueron fruto, por cierto, de renuncias económicas en un tiempo pasado. Y todo esto está ocurriendo mientras ellos nos toman el pelo sin despeinar el suyo, sin dar la cara por vergüenza o desvergüenza, vaya usted a saber. Por desvergüenza, pienso y aclaro.

Es eso mismo, vergonzoso, observar esta situación a la que hemos llegado por la avaricia de tantos, de tantas categorías profesionales también; sufrir cada día el robo a manos llenas de los ineptos que han des-dirigido este país desde todos los ámbitos, hasta los más pequeños, no tener leyes bajo las que ampararnos porque las han tirado y las siguen tirando con facilidad pasmosa por los suelos...¿dónde vamos a llegar? ¿qué va a ocurrir?. Nunca había sentido esta impotencia, esta indignación que intento olvidar la mayor parte del tiempo para no caer en pérdidas de vida innecesarias. Porque, no lo olvidemos, el tiempo que sufrimos no vuelve nunca, lo perdemos para siempre y eso no nos lo podemos permitir ninguno, ni ellos se lo merecen. La vida es precisamente lo que hacemos mientras hacemos otros planes (alguna frase he leído en algún sitio con este sentido y me parece que debemos tener muy presente su significado para no arrepentirnos en un futuro).

Soy consciente de que, dentro de lo que cabe, hoy por hoy soy una persona "afortunada" por el hecho de tener un medio de vida a pesar de todas las injusticias. Soy consciente también de que, si no tuviese nada que perder, sería nociva ¿quién no sale a defender lo suyo con uñas y dientes?. Lo sé: lástima de país individualista.




"Adiós, Princesa es la historia del choque de un gran tren expreso, los borbones, contra una modesta caravana de gitanos, los Ortiz-Rocasolano. Nos han arrollado y ni siquiera se han preocupado de mirar hacia atrás. Érika está muerta y los demás nos hemos quedado solos y mutilados. Por eso escribo esto. Sé que la historia no tiene vuelta atrás. Pero esa historia, hasta ahora, solo ha sido contada de arriba abajo, con todo su glamour y su mentira. Ahora yo voy a contarla de abajo arriba. Desde lo que queda de aquella caravana destruida de gitanos. Advierto desde ya: no es una historia alegre".

3 de febrero de 2013

Si piensas mucho, no te mueves...

Lejos de ser un período de declive, la mediana edad representa uno de los momentos más importantes de nuestra vida individual y colectiva. Pese a aparecer los primeros signos de la vejez, en nuestra quinta y sexta décadas de vida los humanos estamos en uno de nuestros mejores momentos.

30 de noviembre de 2012

Otra vez, Sostres

Como hoy estoy vagoneta, dejo aquí unas palabras de Sostres de su última columna, titulada "Muere la quinta joven".
Hoy anda más "suavecito"...
Eso parece.
:)

Instrucciones para que no vuelva a pasar:

1) Huye de las multitudes.

2) Más de cinco personas es multitud.

3) Huye de las fiestas de los días señalados.

4) Huye de las fiestas en general.

5) Los pabellones deportivos los carga el diablo.

6) Todo lo que empiece por macro es un mal presagio.

7) Elige a tu barman. No bebas si no es de lo que él te prepare.

8) Controla la noche. Decide tú, no vayas donde la gente va.

9) Haz que tu vida se parezca siempre lo más posible a tu personalidad.

10) Por si no habías pensado en ello: define muy claramente tu personalidad. Lo que eres y lo que no eres. Lo que haces y lo que no haces.

11) Aférrate con uñas y dientes a tu humanidad. No tienes nada más. No eres nada más.

12) Elige con el máximo esmero a tus amigos.

13) No tengas miedo de quedarte sólo. Sé quien eres con toda tu fuerza.

14) Que tu mundo gire alrededor tuyo: proyecta tu atractivo y no te conformes en girar tú alrededor de una órbita ajena.

15) Si tienes que correr, que sea hacia ti mismo.

16) No salir es a veces la mejor opción. Sea como sea, nunca la descartes.

17) Date cuenta cuanto antes de que eres el único responsable de tu vida.

18) Ten muy presente que hay cosas que no tienen repuesto.

19) Hazme caso si te digo que luego de nada sirve quejarte.

20) Aunque no creas nada reza un Padre Nuestro cada noche antes de acostarte. Tú ahora no puedes entenderme, pero ya me entenderás.

19 de septiembre de 2012

Sin título o el que queráis poner...


Podría esta imagen representar la vida; la vida de cada uno de nosotros sin excepción alguna, a pesar de las distinciones. El presente apenas se percibe, mientras que el pasado cae sobre nuestras espaldas augurando futuros demoledores.
Nadie se libra.



Entrada relacionada que hoy he vuelto a leer.
Merece la pena.

Y más música...



ACTUALIZANDO...

La protagonista de la fotografía...


No esperaba encontrármela en ese lugar. Me asombré porque suelen tener miedo y, en este caso, corría hacia mí como una posesa.
Después, al verme, se escondió entre el follaje.

8 de julio de 2012

Tremendas historias...Alfonso Graña.


Debo reconocer que la acabo de conocer. Al menos conscientemente no la recordaba aunque, ahora que lo pienso, puede que sí la hubiese escuchado en algún momento de mi vida...

Se trata de la historia de Alfonso Graña. En El Faro del fin del mundo, un blog mágico y especial que tengo enlazado al saloncito desde que lo visité por primera vez, he sabido de ella y me he adentrado más a través de este documental que recomiendo ver con calma, con tranquilidad. Por ejemplo, con la tranquilidad de una tarde de domingo...

A veces la televisión puede resultar muy interesante. Todo depende de las intenciones con la que se haga. Como todo en esta vida, ¿verdad?.

Abrazos meigos para todos.
Aprovechad los momentos. Nunca regresan.

29 de febrero de 2012

7 de febrero de 2012

Marchando una de Ángeles Caso

Lo prometido es deuda y hoy Campurriana abre las ventanas del saloncito para poder respirar de nuevo aire fresco. 

Gracias a Luna por enviarme esta columna tan reparadora. Siempre es bueno que nos recuerden lo que ya sabemos. Lo que deberíamos saber y aplicar para vivir con inteligencia y serenidad esta vida; un regalo, sin duda alguna.

Fuente de la imagen



Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.



Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.



Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.



Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.


También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.