Mostrando entradas con la etiqueta Exposiciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Exposiciones. Mostrar todas las entradas

26 de enero de 2016

Ingres en el Museo del Prado






Ingres no es sólo bañistas, aunque sus bañistas son de una suavidad tan delicada que es fácil perderse en ellas, a través de ellas...de sus redondeces e, incluso a veces, de la redondez de sus cuadros...

Desde mi punto de vista, la obra de Ingres es sensibilidad pura. Y él, sin duda, es un gran retratista que diferencia sus retratos con toques tan especiales y únicos que dan ganas de llevárselos a casa. Éste último que pongo aquí del periodista Louis-François Bertin** me pareció delicioso y tan natural como su pose. 

Hay muchos más... Recuerdo esa bondad en los ojos que tienen gran parte de sus retratados, o esa rebeldía femenina escondida entre gestos suaves, románticos. Las mujeres desnudas de Ingres también son especiales a pesar de reconocérseles grandes retoques. La imaginación...para él era tan importante o más que la realidad...

** Una curiosidad sobre Louis-François Bertín, leída en la Wikipedia: Se atribuye a Bertin la invención del folletín (feuilleton), un suplemento a la sección política, normalmente en tipos de imprenta más pequeños, donde se publicaban asuntos de cotilleo, moda, crítica, epigramas y charadas, con una estrategia periodística similar a lo que posteriormente se denominó sensacionalismo.

Parece ser que no le gustaba dedicarse tanto al retrato y que él prefería las grandes obras históricas, los mitos clásicos. Sus escenas que parecen sacadas de sueños son tremendamente expresivas. Me gustaron éstas también...

Se atrevió, además, con la pintura religiosa. Recuerdo a la Virgen adorando la sagrada forma, que parece más bien prepotente en su mirada. No veía yo adoración ninguna en sus ojos pero...ya me contaréis los que vayáis o hayáis ido a esta maravillosa exposición. Observadla con detenimiento.

Todo esto lo escribo desde el corazón y sólo desde el corazón. El que desee recibir críticas más formadas e informadas, ya sabe dónde encontrarlas. Ingres para mí es puro corazón y, cuando no lo ponía en alguna de sus obras, éstas fracasaban. Es sólo un opinión personal de una persona que vive hoy sobre otra persona que vivió otra época... Pero mi opinión sobre uno de mis pintores favoritos al que he tenido la suerte de encontrarme varias veces por diferentes lugares del mundo.

Enlace de la exposición. ¡Aún estáis a tiempo!

25 de enero de 2016

Andrzej Wróblewski: el valor de una mirada




A los que estáis cerca o vais a estar: No os perdáis la exposición de Andrzej Wróblewski en el Parque del Retiro de Madrid (Palacio de Velázquez). Fácil de ver pero muy dura. Es un testimonio personal, un "desnudarse" de este pintor polaco que vivió la Segunda Guerra Mundial y sufrió sus secuelas en carne y ojo propio. La pintó con cierta poesía, con diferentes estilos. Con una visión que, a pesar de todo, reflejaba una cierta esperanza.

Su corta vida no impidió una vasta obra.
Merece la pena pasar un ratito conociéndola.
Conociendo a Wróblewski.

Ya me contaréis los madrileños.

12 de diciembre de 2012

Lo vi en Madrid



Entré en el Museo y me miró con una sonrisa tan simpática que no pude evitar fotografiarlo. No me gusta la moda pero sí me llamó la atención esta exposición a la que no habría asistido si no estuviese la de retratos al lado. 

A veces una se sorprende.

Feliz tarde, navegantes.

P.D.: Os dejo de regalo dos de los retratos que tuve la oportunidad de ver...Más adelante, pondré más. Apunté los que me gustaron especialmente...


La marroquí, de John Currin (2001)

Chaïm Soutine, El botones, [1925] © Centre Pompidou

1 de noviembre de 2012

Jacques Henri Lartigue. Ser fotógrafo es atrapar el propio asombro.











UN MUNDO FLOTANTE 
FOTOGRAFÍAS DE JACQUES HENRI LARTIGUE

25 de octubre de 2012 - 3 de febrero de 2013
Comisarios: Florian Rodari y Martine d'Astier


«Ser fotógrafo es atrapar el propio asombro». Durante toda su vida, Jacques Henri Lartigue (1894-1986) fue fiel a esa inquietud. Desde su más tierna infancia fotografió todo aquello que le conmovía, que le hacía feliz, que le parecía bello y que le servía para luchar contra el paso del tiempo y el olvido. Reconocido hoy de forma unánime como uno de los grandes nombres de la fotografía del siglo xx, su obra constituye un documento único de una época y una forma de vivir. Un mundo flotante. Fotografías de Jacques Henri Lartigue (1894-1986) es la primera gran exposición antológica del fotógrafo que se realiza en España. Reúne alrededor de doscientas piezas procedentes de la Donation Jacques Henri Lartigue de París, entre copias modernas e instantáneas originales tomadas y reveladas por él mismo —algunas de ellas con la técnica estereoscópica—, así como cámaras y cuadernos. La muestra hace especial hincapié en los temas que resultaron una constante durante toda su carrera: la fotografía como instrumento de la memoria, una herramienta para capturar la fragilidad de la existencia y la brevedad de la felicidad. También refleja su particular visión de las mujeres y de un mundo que cambiaba velozmente. Todo ello permitirá descubrir al visitante el retrato de una época ya desaparecida a partir de las imágenes inconfundibles de Lartigue, un maestro que durante sus casi 90 años de trayectoria nunca dejó de considerarse un aficionado. 

Fuente de todas las imágenes



Otra exposición que espero ver...

Imágenes que transmiten, que son sencillamente complejas o complejamente sencillas.

Preciosas.

14 de febrero de 2012

Un soplo de aire fresco...


A veces me gustaría colarme en alguno de sus cuadros. Si por algo envidio a los que habitan Madrid es por estas oportunidades de oro que surgen continuamente para luchar contra la modorra-casera-permanente. Salir por la mañana y elegir galería, museo, exposición, ambiente y, si se tercia, una verbena de ahumados con una caña fresquita. Porque los madrileños tendrán muchos fallos pero sus cañas son las mejor tiradas que yo he probado en mi vida.

Si visitáis esta exposición, contadnos. Dadnos un poco de envidia.
:)

¡Será por excusas para visitar Madrid!

30 de octubre de 2011

Hace mucho que no hablamos de arte...

Un museo en el museo...

MANUEL DE LOPE 29/10/2011

Hay algo enorme y milagroso en ver surgir un velázquez de un cajón de embalaje. Cuatro o cinco personas en bata blanca asistían al acontecimiento como un equipo de médicos y enfermeras dispuesto a intervenir. A pocos metros se colgaba con las precauciones necesarias Descanso en la huida a Egipto de Nicolas Poussin. El maestro francés ha sido una referencia de composición en todos los iconos de la pintura moderna, desde los bañistas de Cézanne a los saltimbanquis de Picasso. La frialdad habitual de Poussin se ve compensada con algunos detalles tiernos. El asno bebe en un pilón, María y el Niño reciben una bandeja de dátiles del tamaño de meloncillos, José sonríe a la mujer que le ofrece un cuenco de agua. El cuadro de Velázquez representa un almuerzo de mendigos y pícaros donde no falta el lujo de un mantel de hilo que valoriza la escena como si fuera un mantel de altar. Es curioso acoger a un velázquez en el Prado. Es como recibir a un miembro de la familia que ha emigrado al extranjero. Uno de los pícaros, con la cabeza rapada al cero para evitar los piojos, levanta el dedo pulgar y sonríe al espectador. A pesar del ambiente despreocupado del almuerzo toda la escena está impregnada de esa indecible melancolía velazqueña que debió ser la melancolía de toda España en la época de los últimos Austrias.

Cuando yo era joven las obras de arte no viajaban, o viajaban poco, cualquiera que hubiera sido su ajetreada vida anterior. Una vez depositadas en las pinacotecas o en las grandes instituciones culturales las obras de arte parecían alcanzar un descanso definitivo que a veces se trataba de un merecido descanso. Con los riesgos y aventuras que han sufrido algunos cuadros se podrían escribir novelas. Las obras de los grandes maestros nacían en el taller, corrían una suerte diversa según los azares de la historia o de las peripecias de sus propietarios sucesivos y terminaban por disfrutar del sueño de los siglos en la penumbra entonces poco frecuentada de los museos. Museo era sinónimo de panteón. Todo esto ha cambiado mucho. Las obras de arte se mueven. Ahora no nos asombra, pero debería asombrarnos si no hubiéramos perdido nuestra capacidad de asombro, que una selección de piezas del Museo del Hermitage de San Petersburgo se exhiba en el Museo del Prado. Un museo acoge al otro. Es un museo en el museo.

En 1941, San Petersburgo, entonces Leningrado, sufrió el largo asedio de las tropas alemanas, lo mismo que Madrid sufrió un asedio de tres años durante la Guerra Civil. Las colecciones del Hermitage y del Prado fueron parcialmente evacuadas. Los dos museos tienen una épica. El museo que fundó Catalina la Grande envía al Prado una muestra del tesoro imperial, una exhibición de escultura y artes decorativas, y una escogida selección de pintura que va desde los grandes maestros clásicos hasta la modernidad. La exposición ha llegado acompañada por 13 conservadores y funcionarios del museo ruso.

Junto con la selección de pintura, el Museo del Hermitage ha desembarcado en Madrid una cueva de Alí Babá con muestras de la colección de orfebrería. Antiguamente se almacenaba en una dependencia de palacio llamada El Gabinete de las Maravillas. El gusto por la abundancia de oro y joyas es un rasgo de carácter oriental. Buena parte de las piezas exhibidas procede sin embargo de talleres occidentales, incluido el del maestro Fabergé, el famoso fabricante by appointment de los huevos de Pascua del zar. Resulta difícil imaginar que sobre esos tesoros intactos ha pasado la revolución rusa, se ha asaltado el Palacio de Invierno y ha tenido lugar la Segunda Guerra Mundial. Eso dice mucho sobre el genio protector que vela por encima de las mayores convulsiones. Estas joyas brillan ahora como resucitadas de otro mundo, supervivientes y testigos de un Antiguo Régimen casi incomprensible en su esplendor. Cualquiera que sea su rango o su mérito, la orfebrería fatiga pronto la mirada. Uno busca por instinto o por descanso las piezas más sencillas, como esas flores azules, precisamente del taller de Fabergé, que se reconocen como flores familiares de los caminos en los linderos de campos de cereal. Es una sublimación de la naturaleza como hubiera podido describirla un autor místico. Las flores son de esmalte, las espigas son de oro y el vaso de agua, con un efecto óptico que engaña al ojo, está labrado en un fragmento macizo de cristal de roca.

El tesoro arqueológico de los zares forma la colección llamada del Oro Siberiano, el oro de los escitas, un pueblo guerrero, etnológicamente mal definido, del que ya habla Herodoto. Es un arte funerario arcaico, remoto para nosotros, remoto incluso para el mundo eslavo, hallado en las tumbas de sus reyes, desperdigadas por la estepa euroasiática. Algunos broches de formas suaves y bulto casi plano representan motivos violentos y de lucha. Una leona con atributos de cabra y lagarto rompe con las mandíbulas la cerviz de un caballo. La leona es leona y el caballo es caballo. La parte monstruosa de los animales es un recurso decorativo. En la impresión de crueldad y en el motivo mismo de la leona y la víctima se reconoce la influencia de los bajorrelieves de Asiria. Un peine de largas púas representa una escena de batalla. Dos guerreros a pie combaten contra un tercero a caballo sobre el cadáver de otro caballo. Es una instantánea congelada, pero llena de ruido y furia. Su perfil recuerda escenas similares labradas en el mármol de frisos griegos o dibujadas en línea continua en las vasijas negras de Ática. Desde Grecia y Asiria al mundo de los escitas. ¿Cómo se transmiten las formas? Los elegantes brazaletes de sus mujeres han inspirado a Bulgari.

El guardián de toda la exposición es un Perro de Paul Potter con mayor presencia que el retrato oficial de la emperatriz en traje de gran gala. Es un perro de aspecto feroz pero flaco y triste, que ha permanecido demasiado tiempo encadenado. El pintor holandés ha firmado su nombre sobre la caseta del perro como si fuera la puerta de su casa. Me pregunto cuál sería en aquel momento su estado de ánimo. Paul Potter es el autor de un famoso cuadro que representa a un novillo de raza, redondo, bien cebado, que se exhibe en el museo Mauritshuis de La Haya. Entre aquel novillo satisfecho y este perro desgraciado algo debió pasar en la vida del artista.

En la sala de escultura surge un busto de Voltaire por Houdon. Es un Voltaire calvo, escéptico y viejo, con toga de senador romano. La mueca cínica del joven Voltaire de Houdon que está en París se ha transformado en la sonrisa de este viejo desdentado. Trabaja el escultor y trabaja el tiempo. El filósofo librepensador fue unos años el ideólogo por necesidad de la despótica Catalina ilustrada. La emperatriz compró el busto en memoria de aquella relación.

De repente, un San Sebastián de Tiziano. Parece que se abren las puertas, que se nos caen escamas de los ojos. Su presencia se impone en la sala como la presencia del perro. Nada que ver con los sansebastianes torneados. Como en el tenebroso San Sebastián de Ribera se tiene la impresión de contemplar a un verdadero hombre sacrificado, al hijo de aquel Adán expulsado del Paraíso. La organización del museo ha escogido a un Efebo de Caravaggio tocando el laúd como imagen pública de toda la exposición. Mirar cuadros es como sacar cerezas de un cesto. Las cerezas se enredan como los cuadros recuerdan otros cuadros. El adolescente del laúd evoca toda la serie de efebos de Caravaggio dispersada por los museos de medio continente como una incitación al abuso de menores. Hay que pasear la mirada entre este Caravaggio y aquel Tiziano para comprender la distancia entre la sugerencia del placer y la evidencia del dolor.

En la segunda planta, dedicada a la pintura moderna, la mayoría de los cuadros expuestos proceden de aquellos legendarios coleccionistas rusos que emigraron con la revolución. Un gran matisse azul domina la sala. Picasso se halla bien representado con un Bodegón con botella de Pernod de la época cubista, una enorme Mujer desnuda de la época del arte negro, desparramada sobre un diván como una marioneta sin hilos y una triste prostituta a punto de convertirse en un espectro delante de un vaso de absenta. Pero es el gran lienzo de Matisse el que atrae las miradas. A Picasso le hubiera dado un ataque de nervios. Matisse se ha retratado a sí mismo de perfil, prisionero en un pijama de rayas en una especie de estado sonámbulo. Una misteriosa mujer sentada, también de perfil, se funde a medias en el azul de la noche. Todo el cuadro está impregnado de atmósfera onírica. El motivo de la ventana abierta, recurrente en Matisse, se abre sobre las llagas de un jardín sembrado de tulipanes rojos. El arabesco de la barandilla de hierro separa el jardín luminoso de la atmósfera del sueño. Algo hace pensar en la consulta de Edipo a la Esfinge. Seguramente se puede hacer un rosario de interpretaciones pero sólo Matisse sabía lo que soñó aquella noche.

La exposición se cierra con aquello que en la escena final de las películas del cine mudo se llamaba un fundido en negro. La historia empieza con un cézanne inacabado, un remolino de follaje azul que parece inaugurar en la pintura moderna la expresión abstracta del motivo. Y hay un Cuadrado negro de Malévich que parece representar el camino sin salida de la abstracción. Entre aquel cézanne y este malévich sólo pasaron treinta años. Seguramente Malévich llegó a esa intuición temprana en un momento desesperado, pero su Cuadrado negro fue acogido con tal éxito que Malévich lo repitió en varios ejemplares como lo hubiera hecho un buen pintor de oficio. En realidad, por todo lo que anunciaba sobre el largo camino de la pintura abstracta, es un cuadro sobrecogedor.

Fuente

Ya que no pude saborear como quisiera esta colección en su lugar de origen, me encantaría no perdérmela ahora que se ha acercado a Madrid.
Claro que sí: muy recomendada.

Si vais, ya nos contaréis, navegantes...


El Hermitage en el Prado. Paseo del Prado, s/n. Madrid. Del 8 de noviembre al 25 de marzo de 2012.

25 de septiembre de 2011

Mi visita a la Mérida nocturna






No llevaba la cámara de fotos en mi paseo nocturno por Mérida. Aunque la hubiese llevado, las fotografías no creo que fuesen mejores que las que hice con el móvil para que me quedase, al menos, un recuerdo dulce y tangible de aquel momento tan especial.

Esta historia comienza con una entrada de ese rincón del náufrago que tanto me gusta. Se habla en ella de la exposición Camerinos y, al margen de la polémica surgida en su momento, quería señalar que terminé viendo parte de la misma y me encantó. Me acordé de los habitantes de esta isla a los que tengo tantas veces presentes (¡muchas gracias!). No sé si era la magia de su lugar de emplazamiento, la noche de una ciudad con un pasado tan rico, la compañía, el calorcito de un paseo a la luz de la luna sin chaqueta o todos estos motivos juntos y, por supuesto, las imágenes expuestas allí.

Quizá es que paseaba simplemente sin pretender nada más. No conocía esta ciudad ni pensaba que iba a aparecerse ante mí el templo de Diana, iluminado como si fuese una aparición divina. Se me pusieron los pelos de punta al darme de bruces con este monumento en un sitio tan sencillo que lo ensalzaba aún más, si cabe. Y la exposición tras él terminó de hacer su cometido: poner la guinda a una noche mágica.

Prometo regresar a Mérida y dedicarle el tiempo que merece.

6 de julio de 2011

De Madrid a Roma...(en El Prado)







No quiero ver a Pajín justificando sus vacaciones ni a la SGAE justificada. No quiero saber nada del hombre que no quiere dejar de gobernar ni postrado (pienso ahora en Chávez). No quiero seguir leyendo la prensa y estoy de acuerdo con el Papa:

Benedicto XVI ha señalado que los diarios deben informar de los problemas sociales, pero que no deberían olvidarse de ofrecer a los lectores muchas noticias positivas y alentadoras.

Fuente de la noticia

A ver si al menos por un día los medios de desinformación nos dan un respiro. Yo de momento me largo a El Prado (virtualmente). Suena bien esta exposición...

5 de julio - 25 de septiembre 2011

Si vais, me encantaría escuchar vuestras opiniones, sugerencias, consejos...
Gracias.

5 de mayo de 2011

Picasso descubriendo a una mujer....(Suite Vollard)











Sin duda, la obra de Picasso no podría existir, al menos de la forma que la conocemos hoy, sin su brutal vinculación con el sexo. Y digo brutal porque realmente me parece que era así como disfrutaba él de los placeres carnales, de sus mujeres...

Su intensa relación con Madrid, Barcelona, París, el arte y los artistas de esos años locos; su atrevimiento para entrar en todo tipo de pintura, de escultura, de técnicas varias...; para probar, para experimentar dentro y fuera de ese arte que lo alimentaba, que nos alimentaba, ha provocado que este hombre se convirtiese en maestro de tantas cosas...
A pesar de todo.


Exposición Suite Vollard
Hasta el 22 de mayo de 2011 en la Sede de la Fundación Novacaixagalicia de Ferrol.

26 de abril de 2011

Falsas apariencias. Miradas fragmentadas sobre la infancia...(en Ferrol)

Fuente: Flickr
Fuente: Flickr
Fuente: Flickr




Fue una de las exposiciones que visité en Ferrol en el Centro Torrente Ballester y me gustó (más bien, me gustaron porque en realidad son varias las que se presentan actualmente en este pequeño gran centro). 

Quizá fue por la forma tan extraña de exponer ese momento tan "curioso" de nuestra vida: la infancia. De repente me vi meciéndome en un columpio, corriendo tras una pelota gigante, acariciando a un perro o no pudiendo dormir por esa presencia inquietante del monstruo peludo.

Pintores gallegos, pinceles muy conocidos, cuentos ilustrados, vídeos de sonidos evocadores, pequeñas lolitas, crítica social con dibujo infantil, momentos de cumpleaños e, incluso, la muerte representada por una colección de fotografías post-mortem de la sociedad de finales del siglo XIX y primera mitad del XX. Como se indica aquí: una necesidad vital para los familiares del pequeño anxeliño... (se me ponen los pelos de punta)

4 de enero de 2011

La pequeña gran colección que pude ver...














Soy consciente de que no son de buena calidad las imágenes que he encontrado por esta red de redes. Ni que decir tiene que vistas al natural ganan muchísimo...Aun así, quería compartirlas con vosotros.

¿Os atrevéis a descifrar datos de estas obras? ¿Y a compartir lo que os inspiran?...

Pues espero entonces.

Feliz tarde, navegantes. Y recordad: no malgastéis el dinero en estos días pre-Reyes Magos.