El objetivo del día era ir a dormir al Refugio de Respomuso ya que habíamos hecho la reserva previa el día anterior.
Para ser la primera porteada del año no estuvo mal. Una hora y media nos tocó llevar los esquís en la mochila hasta el Refugio de los Ibones de Bachimaña. Antes de iniciar el porteo, aún teníamos esperanzas de pillar nieve en la Cuesta del Fraile pero no hubo suerte.
Cruzamos los Ibones de Bachimaña y nos dirigimos hacia el Collado de Infiernos por los Ibones Azules que siguen bien blancos.
Antes de llegar al Collado de los Infiernos echamos un vistazo a la ascensión a los Infiernos por su cara norte, donde vimos que se había desprendido una buena placa en el inicio de la trepada.
Al acercarnos al Collado de los Infiernos ya pudimos ver el Pico Tebarray, y al llegar a él también adivinamos su ibón.
Íbamos bien de tiempo, el día estaba perfecto y las ganas de esquiar a tope, así que decidimos subir al Pico Tebarray. Teníamos todo el día por delante y las vistas, merecía la pena disfrutarlas.
Abajo quedaban Sallent y Formigal que los teníamos a vista de pájaro desde nuestra atalaya, todo un lujo para nuestros ojos.
El descenso no tuvo desperdicio, y llegamos hasta el mismo Ibón de Tebarray donde pusimos de nuevo las pieles para remontar, esta vez al Collado de Tebarray.
Giros y giros en una bajada directa, con una fina capa de nieve reciente sobre una base estable, una maravilla estando ya en primavera.
Tras la rápida remontada, otra vez a quitar pieles y a disfrutar del descenso hacia el Refugio de Respomuso.
Seguíamos bajando y disfrutando por una nieve espectacular. En alguna parada echábamos la vista hacia atrás para ver desde dónde veníamos.
Al llegar abajo nos atrevimos a cruzar el barranco por un puente de nieve y solo nos quedaba seguir el camino de verano para llegar al Refugio de Respomuso.
Tramos con cortes de nieve nos hicieron ver que no habíamos elegido bien la bajada al refugio y tomamos nota para salir el día siguiente.
Un poco antes de una buena cena, vimos como se nublaba y empezaba a "nevusquear". Poco nos importó para irnos a dormir plácidamente ... mañana será otro día