Nos dirigíamos hacia Loma Verde y, al avanzar hacia territorio ansotano, tanto la cantidad como la calidad de la nieve mejoraba considerablemente.
Decidimos, no se muy bien porqué, continuar ascendiendo hacia las Simas de la Zapatilla y Choucas...¡error!. En la barranquera, aunque estaba totalmente cubierta de nieve, se echaba en falta un buen paquetón que permitiera avanzar más cómodamente. Si hubiéramos optado por los Lomeros de Esper seguramente hubiésemos acertado, aunque la cosa no fue nada grave.
Después nos fuimos desplazando hacia la Garganta del Aspe por encima de la Golochera de Esper, en un flanqueo sin dificultades provocado por el estado de la nieve. En otras ocasiones toca perder cota para enfilar desde abajo hacia la Brecha de la Garganta del Aspe o Brecha de Aspe.
Metidos de lleno en los confines del extenso término municipal ansotano nos encontrábamos como en casa. Comentábamos lo alejado que estaba este agujero y lo poco conocido que es. Nos preguntábamos como lo aprovecharían con el ganado en tiempos pretéritos y las dificultades que tendrían para meter y sacar de allí los rebaños de ovejas desde Estanés.
Aunque en el collado se veía volar la nieve, dentro del circo la calma era total. La orientación no permitía la entrada del sol y aquello parecía una auténtica nevera. La baja temperatura permitía mantener la nieve en unas condiciones extraordinarias y a nosotros nos permitía subir sin apenas sudar.
Al llegar al Paso de la Garganta de Aspe o Brecha de Aspe, temíamos que el aire se nos llevara y, aunque pegaba bien, nos dio la sensación de que se había calmado algo. Cambiamos las vistas del Valle de Aspe por las del Valle de Aisa y seguimos por la muga entre Ansó y Aísa hasta la cima del Aspe.
En este tramo tuvimos que utilizar los crampones porque la nieve estaba como un "calcafierro" (como diría Peyo). Los días de sol habían hecho que la cara sur estuviera dura mientras que la norte mantuviese la nieve seca y suelta lo cual nos beneficiaba de cara a nuestras intenciones de esquiar la Canal Norte.
Dejamos las mochilas y los esquís preparados en la entrada de la Canal Norte y como dijo Pablo hicimos un "Aspe-express". Nos hicimos la foto y nos tiramos para abajo. La Canal Norte tenía unas condiciones buenísimas con una nieve polvo espectacular. Permitía bajar disfrutando y con confianza una zona que en otras condiciones resulta impensable e incluso imposible bajarla con esquís.
Bajamos hacia la cabecera del Barranco de Tortiellas dejando atrás nuestro término municipal ansotano y entrando definitivamente en el de Aísa. Colocamos pieles otra vez para remontar hasta la pista de La Tuca y disfrutamos de las pistas de Candanchú para bajar hasta el coche.
Un buen plato de lomo con queso y pimientos en el Kiosko Pista Grande ,donde nos atienden estupendamente siempre que allí acudimos, completaron un día redondo de esquí, en un entorno espectacular y dando la sensación de estar en casa.