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martes, 3 de noviembre de 2020

ANDAMIO

 

Tal y como está el tema con la pandemia, las películas las he visto en casa. Dos son antiguas, pero ha merecido la pena volver a verlas. Las series responden, como suele ser habitual, a muy diferentes procedencias y géneros

En general, ha sido una buena temporada desde la última entrega aunque siguen faltando esas series que hacen época.

 

Películas

 

Ciudad de vida y muerte. Vuelvo a ver esta película china de 2009 y me impresiona como la primera vez. Narra en un extraordinario blanco y negro la toma de Nanking por las tropas japonesas en 1937 y la posterior matanza que produjeron (se habla de 300.000 muertos). No ahorra escenas realmente escalofriantes en las que a veces se hace difícil seguir mirando la pantalla. Una gran película que fue bastante premiada en su momento.

 

El juicio de los 7 de Chicago. Una película de Aaron Sorkin con lo bueno y lo menos bueno de este guionista y director. Cuenta el juicio contra siete participantes en los enfrentamientos entre manifestantes contra la guerra de Vietnam y la policía en 1968. Muy buenos diálogos en general con algún momento demasiado “épico” algo que, por otra parte, suele ser habitual en este tipo de películas. Una vez más tenemos un ejemplo de cómo en ese país es donde más y mejor se hace crítica política desde el cine.

Por cierto, hay varios momentos en que recuerda el juicio a los dirigentes del procés.

 

Escuadrones de la muerte. La escuela francesa. Película documental francesa de 2003. Narra y explica los orígenes franceses del sistema represivo, incluyendo la tortura, que primero practicaron en Argelia y luego fueron “exportando” a los países sudamericanos. Extraordinario por muchas motivos, pero sobre todo porque entrevista tanto a militares franceses como chilenos y argentinos, que fueron los que crearon y/o pusieron en práctica esos sistemas, que no se cortan al contar lo que hicieron e incluso alguno se regodea en ello. Trae malos recuerdos y es duro de ver a veces pensando en lo que sucedió, pero tal y como se está poniendo hoy el mundo es muy recomendable.

 

 Series

 

Dead to me. Serie estadounidense de 10 episodios de media hora cada uno. Entre la comedia y el drama sin saber muy bien qué camino coger. Buenas interpretaciones, pero un guion tremendamente desigual que alterna algunos buenos momentos con otros perfectamente desechables. Hay segunda temporada.

 

Quiz.¿Quiere ser millonario? Miniserie británica de solo tres episodios de algo más de 45 minutos. Basada en un caso real de principios de siglo en el que se produjo una supuesta manipulación en el conocido concurso. Un guion magnífico y unas estupendas interpretaciones dejan con la duda de qué es lo que realmente sucedió. Muy entretenida.

 

Ratched. Serie estadounidense de 8 episodios de entre 45 y 60 minutos. Es una serie difícilmente clasificable. Tiene elementos de trhiller, de cine gore, de drama, pero no es ninguna de estas cosas. Además, el diseño de producción es muy diferente a las series habituales. Un empleo permanente de colores muy vivos y poco naturalistas y un vestuario también en la misma línea hacen que sea visualmente muy espectacular. La historia se desarrolla entre 1947 y 1950 en un hospital mental de California. Un guion un tanto cambiante, pero en el que queda clara una defensa de la homosexualidad, una fuerte carga crítica a determinada forma de hacer política y un alegato contra la pena de muerte. No sé si veré la previsible segunda temporada.

 

Kielergata. Serie noruega de 10 episodios de unos 45 minutos cada uno. Parece un thriller típico por su comienzo, pero no lo es. Está más en la línea de alguna serie británica que se dedica a reflejar la forma de vida en un pueblo pequeño y los problemas familiares de algunos habitantes. Eso sí, tiene detrás un fondo un tanto inquietante. Momentos buenos y otros un tanto densos y pesados. Realmente prescindible.

 

Detlev Rohweder. Un crimen perfecto. Miniserie documental alemana de cuatro capítulos de unos 45 minutos de duración cada uno. El tema principal es el asesinato en 1991, sin resolver aún, del hombre de negocios alemán al que se le encargó organizar el proceso de cambio económico de la Alemania Oriental una vez producida la reunificación alemana. Sin embargo, creo que lo más interesante no es el aspecto criminal sino todo lo que muestra del final de la RDA y de los inicios de la reunificación. Es muy interesante ya que intervienen varios personajes que tuvieron papel protagonista en la época aunque, en este aspecto, hay una serie de fallos en la edición para España porque no se han traducido los cargos que ocuparon y eso hace que se pierdan cosas.

 

Antidisturbios. Me ha costado decidirme, pero al final la he visto. Magnífica miniserie española de seis episodios de unos 45 minutos cada uno. Buen guion y puesta en escena y sobre todo muy buenas interpretaciones que es lo que a mí me aleja de las series españolas. Se ve la mano de un gran director como demostró ya en El reino. Ha habido opiniones bastante divergentes sobre el fondo de la serie. Es cierto que humaniza a los protagonistas aunque yo veo ahí unos de los principales aciertos de la serie: evitar el maniqueísmo que se podría haber producido con un tema tan difícil. Si fuese una producción de los Estados Unidos nada de esto se discutiría, allí lo ponen todo en cuestión sin problema, pero aquí no existe esa tradición. Muy recomendable.

 

Upright. Serie australiana de diez capítulos de menos de 30 minutos. Una estupenda comedia con algún tono dramático o melodramático. Auténtica road movie en la que un músico quiere trasladar un piano vertical desde Sydney hasta Perth, es decir, a lo largo de más de 3.000 kilómetros. Enseguida le acompañará una joven de 16 años y les pasará un poco de todo. Divertida y tierna.