Al fin leo algo de un argentino-israelí en una línea
de pensamiento y argumentación diferente a la que aparece a diario en los
medios españoles. (El militar de origen
argentino con el que contactan casi a diario en La Sexta da verdadera grima).
Margalit lleva 50 de sus 72 años viviendo en Israel donde ha sido concejal en
el ayuntamiento de Jerusalén por un partido pacifista y es un activista por los
derechos humanos. Lógicamente la versión que ofrece de determinados hechos es
muy diferente de la de otros israelíes
que solemos escuchar. (Ahora mismo estaba escuchando en la radio a Shlomo Ben
Ami con un discurso defendiendo los ataques indiscriminados que hace Israel,
incluyendo a la misión de la ONU).
El libro de Margalit es un intento de explicar por qué
la sociedad israelí está reaccionando como lo hace en el actual conflicto. Para
ello ha dividido el libro en 7 capítulos con títulos tan descriptivos como: ¿Cómo
hemos llegado a este callejón sin salida, Colonialismo y racismo o Artimañas
para esquivar la paz, por citar solo los más significativos.
A lo largo de las 171 páginas del libro va profundizando
en prácticamente todos los aspectos de esa sociedad y dando una visión que a mí
me ha resultado bastante sorprendente por la gran complejidad que tiene esa
sociedad y que, desde luego, yo desconocía. Por citar solo alguno de ellos: la
cada vez mayor separación del judaísmo estadounidense del israelí, la
diferencia de la sociedad de Tel Aviv (y la costa) con la de Jerusalén (y el interior) o la poca importancia que se
da al tema de los rehenes.
En fin, una sociedad en la que el ministro ultraderechista Betzalel Smotrich puede decir:
“Con la actual realidad internacional no podemos gestionar una guerra. No nos dejará matar a dos millones de civiles de hambre, incluso aunque sea algo justificado y moral”, por lo cual agregó: “Dejan entrar ayuda humanitaria a Gaza porque no tenemos otra opción”. (p. 138)
Un libro muy interesante e iluminador para una mejor
comprensión del drama que se está viviendo en la zona. Evidentemente, también
es una visión de parte, de hecho él mismo reconoce que solo va a hablar de los
aspectos negativos porque de los positivos ya se encargan otros, pero de una
parte que, creo, que es la que menos tiene que ganar y más arriesga con estos
planteamientos.
Meir Margalit, El eclipse de la sociedad israelí.