Ayer tuve una conversación muy interesante con una alumna mía que estudia
Bellas Artes en
Madrid.
Simplemente, le pregunté si, al estudiar en Madrid, no visitaban mucho el
Museo del Prado.Y la respuesta fue, sorprendentemente,
¡que no!Yo, inocentemente, le pregunté
por qué no.Y ahí sí que aluciné:
"¡porque no les gusta nada Velázquez ni Goya!"* Según parece, dicen que
no son pintores, sino sólo retratistas. Una especie de foto-matón con pinceles. Que pintar como ellos es "fácil", y que si la gente está tan atontada con estos dos es sólo porque son españoles, son famosos...
Yo entendería que esta actitud se diera en profesores de la
Pérfida Albión, como diría
Santiago Bergantinhos, ya que ellos no tienen muchos -aunque sí algunos de los mejores- Velázquezes. Y que para no robar protagonismo a sus grandes pintores- minimizaran las referencias a nuestro genio del Barroco. Entendería incluso lo contrario, que los profesores españoles dijesen que
Van Dyck no es para tanto; una mentira piadosa para centrar la atención en los pintores patrios.
Pero, que justo en Madrid, donde tienen algunas de las mejores pinturas de la Historia, precisamente de la mano de Velázquez y Goya, desaconsejen a los alumnos de Bellas Artes visitar el Prado o el Thyssen... ¡me parece hasta surrealista! Como era de esperar animan a sus pupilos a visitar el Reina Sofía, porque es más moderno, y bla-bla-bla... creo que está bien que no sólo visiten el Prado o el Thyssen, también el Reina Sofía tiene grandes tesoros. Pero ¿desaconsejarlo? ¿"muera la inteligencia"? Es muy absurdo. Que en Bellas Artes censuren a Velázquez es algo así como si en Física despreciaran y hasta impidieran estudiar a Newton o a Einstein. Sus teorías, aunque en parte superadas, siguen siendo la base de todo el desarrollo posterior. Pero hasta es más grave, porque la ciencia construye evolutivamente, supera realmente las teorías antiguas... pero para un pintor de hoy, Velázquez es una referencia tan viva y válida como cualquier otra actual, a pesar de los siglos transcurridos.
¿Cuál es la explicación de esa censura anti-Velázquez y anti-Goya? En un primer momento pensé en la típica tontería snob, o como decía Stravinsky, de los
pompiers de vanguardia. Pero no es tan sencillo, no cuadra, porque existen contradicciones. La primera: les inculcan una tremenda
picassomanía. Es decir, para estos mismos profesores, para los que Velázquez o Goya son mediocres retratistas de tercera, Picasso es lo máximo. No digo que en el monte Picasso sea todo orégano, pero mucho de Picasso bebe de los clásicos (Velázquez y Goya) con avidez. Sin Velázquez o Goya no se entiende Picasso. También se contradicen al ponderar a Antonio López -que fue profesor de su facultad- porque lo dicho para Picasso se cumple incluso más en Antonio López. Es extraño criticar a Velázquez y Goya pero hablar bien de Picasso y A. López.
Automáticamente, al ser Picasso y López españoles, descarté el
anti-patrioterismo ("todo lo que no es español es mejor"), tan típico de nuestro país como el propio patrioterismo. No entendía cuáles eran los criterios de estos profesores. Cuando ya daba todo por perdido, mi alumna me explicó que ella visitaba secretamente el Prado cada vez que tiene ocasión. Y según me contó, se encontró a alguno de sus profesores anti-Prado pecando, deleitándose absorto en la contemplación de las Meninas... al encontrarse, el profesor decía: "bueno, pasaba por aquí, vine por pasar el rato"...
Inmediatamente se me vino a la cabeza una explicación basada en algún tipo de
complejo de inferioridad. Puede que en el fondo admiren a Velázquez y Goya de tal modo que la sombra de estos gigantes les haya impedido florecer como artistas y quieran evitarle estos mismos problemas a sus pupilos haciéndoles apartar la mirada de los grandes... Pero imagino que habrá también otras explicaciones complementarias:
Por una parte supongo que habrá mucho de
pose esnobista. Nada puede quedar más rompedor que negar a Dios en pleno Vaticano, o lo que es parecido, negar a Velázquez y Goya en la ciudad del Prado. Intelectualmente supone el colmo del
"enfant-terriblismo" para lucir por ahí en inauguraciones, cócteles, etc.
Por otra parte, quizá algunos profesores adopten esta pose por
razones pedagógicas. Me explico: existe en la "masa", una veneración algo marujil por Velázquez. Para muchos Velázquez es lo máximo... de oídas. Se tiende a pensar que la pintura es la imitación de la realidad y se supone -erróneamente- que el máximo de verismo fotográfico es Velázquez. Ni mucho menos. Velázquez es, como buen pintor, un maestro en el artificio. Sus cuadros son tan mentirosos que parecen reales. Pero incluso sobrepasan la realidad, llegando a la apariencia de "vida", una rara cualidad que tan sólo un puñado de artistas ha llegado a poseer. Mucha gente que dice amar a Velázquez en realidad jamás han visto un cuadro suyo. Cuando de hecho ven los cuadros, que de cerca son un puro borrón, se decepcionan. Según mi alumna me contaba, los alumnos llegan a la facultad de Madrid queriendo ser mini-Velázquezes. Es en este sentido, el de
desmitificar, hacerles tomarse las cosas con calma y más perspectiva, en el que puedo comprender la necesidad de denostar a Velázquez (y Goya) como estrategia pedagógica.
Pero lo que no entiendo es
la necesidad -o necedad- de mentir, porque todo en el mundo real contradice esa tesis de que Velázquez y Goya son mediocres. Aparte de la inmensidad de pruebas de la calidad de Velázquez y Goya, desde literatura, testimonios de artistas de todas las épocas, etc, está la prueba irrefutable -para mí la única en realidad válida- que consiste en, simplemente, ir un día a pasear por el Prado. De entre todas las pinturas, todos los grandes autores que el Prado atesora, Velázquez y Goya brillan con luz propia, deslumbrando a todo el que posea aunque sea un poquito de sensibilidad artística. Y si el que va a ver las Meninas, las Hilanderas, etc, además de sensible al arte es pintor, Velázquez sigue siendo una fuente en la que beber hasta llenarse, y aún después de saciados, seguirá manando a chorros, inagotable, dispuesto a seguir dándonos de beber una y otra vez.
Mi consejo fue, como otras veces, que ignore los consejos de sus profesores, aunque esto pueda resultar paradójico. Como cualquier artista en formación, aparte de ejercitarse, debe seguir su intuición artística. ¡Si desea ir al Prado, al Thyssen o al Museo de Geología, debe hacerlo!
Ver pintura no hace daño, como no hace daño leer. Ayuda a ir desarrollando un criterio propio y una cultura visual. Otra cosa es que le confiese sus pecadillos (visita al Prado, Thyssen, Biblioteca Nacional...) a los profesores. Por propia experiencia sé que no es muy bueno enfrentarse a quien te puede suspender, sobre todo si es un imbécil insensible y autoritario.
*Conste que sobre gustos no hay nada escrito. A uno puede no gustarle Velázquez o Goya y no pasa nada, ¿no?