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miércoles, 10 de enero de 2018

Solenoide

“Nada es casual: ni que estemos aquí ahora, por ejemplo, ni que hablemos de todo esto. Tenemos que recordarlo porque necesitamos todas las claves y todos los fragmentos de la foto, desordenados en vida, pero claros y deslumbrantes tras la muerte. Los que no lo han comprendido, los que han vivido en vano, sin reunir las señales desperdigadas por todas partes, los que se han limitado a comer, a beber y a distraerse, los que han perseguido el dinero, el placer o la fama, merecen vagar y caer presos del fuego, del hielo, de los insectos gigantescos, de las arañas y las escolopendras, o permanecer para siempre en una habitación de paredes infinitamente gruesas, en la que nunca hay nada que hacer. Pero los otros, los buscadores, conocerían el camino y las respuestas.”




Ficha: "Solenoide", Mircea Cârtârescu, Impedimenta, 800 páginas, ISBN: 978 841 65429 94


El pasado mes de noviembre me encontré por casualidad con la obra de un escritor singular. Acababa de ser publicado su último libro y las impresiones sobre el mismo eran excelentes, inusuales diría yo. Decidí comenzar a leer todo lo que tuviera publicado en castellano este desconocido, al menos para mí, escritor rumano.

Estuve de suerte porque en la Biblioteca Regional que suelo frecuentar estaban casi todos los libros que de este escritor se han editado. Podía haberme lanzado directamente a la lectura de esta última obra, pero pensé, creo que con acierto, que una primera aproximación más modesta me llevaría a disfrutar, y entender mejor esta última y ambiciosa obra.

Durante el mes de mi descubrimiento no leí otra cosa. Hacía mucho tiempo que un escritor no conseguía interesarme tanto, había encontrado a un fascinante escritor, pleno de intensidad, con un magnífico dominio del lenguaje y que era capaz de empapar su prosa con rotundas imágenes poéticas, y a la vez de tocar argumentos que podríamos calificar de "extremos". Descubrí en suma a un escritor versátil, capaz de elaborar la prosa más sencilla y efectiva, con la que conectas de inmediato, y a la vez capaz de realizar las más grandes acrobacias argumentales e imaginativas que había leído nunca.

Quien piense que esto que escribo aquí son las típicas exageraciones de un lector poco rodado al que le impresiona encontrarse con un escritor de primera categoría casi por primera vez... bueno pues algo de razón tendría, no lo voy a negar, pero solo digo una cosa más al respecto: invito a cualquiera a leer "Lulu", o mejor aún, la alucinante colección de relatos titulada "Nostalgia" y luego hablamos... porque es posible que me haya quedado muy pero que muy corto en mis elogios ;-).



Alguna que otra vez en la gira promocional que le ha llevado por nuestras tierras españolas Cârtârescu ha insistido en que su obra NO es una novela, algo con lo que estoy parcialmente de acuerdo, no es una novela al uso, no es una novela del montón, vale, pero es que además habría que redefinir un poco el contenido de qué es una novela. Nada nuevo porque el formato de lo que denominamos novela, desde Cervantes, se ha estirado como la goma. En sentido ámplio "Solenoide" es una novela, es también un colosal novelón, un melodrama, un ensayo de tipo existencial sobre ética con un estilo marcadamente onírico, una obra inclasificable que coquetea con la fantasía, la ciencia-ficción, el terror y sobre todo el surrealismo... es una obra donde hay crítica social, demoledoras esas estampas de Bucarest, el régimen comunista de Ceaucescu o el sistema educativo rumano de la época, y donde también encontramos una considerable carga de ironía, una ironía profundamente amarga pero ironía al fin y al cabo. Hay también toneladas de poesía, un sustrato ininterrumpido de tristeza y melancolía, en ocasiones de una intensidad desgarradora y sobre todo es una llamada de atención a la conciencia del lector.

Solenoide es eso y mucho más, porque si alguna vez me he encontrado con una obra colosal, indefinible, capaz de sobrepasar cualquier cliché o definición ha sido precisamente esta. Tanto en su mensaje principal, de profundo calado filosófico, como en el aspecto formal. La novela es extensa, aunque siendo puntillosos restemos de esas 800 páginas el bonito postfacio de Marius Chivu, o esas diez páginas mecanografiadas con la llamada ¡socorro!, una excentricidad más de su autor. Y es extensa no solo por las páginas que suman sus 51 capítulos, sino también por la densidad que con frecuencia adquiere el texto... esto no son las 800 páginas de una novela de bolsillo de cualquier expositor en una librería, de esos que te encuentras en los aeropuertos, aquí hablamos de una pastilla de caldo concentrado del tamaño de un bloque de hormigón... no es en modo alguno una novela difícil de leer, para nada, pero sí una obra que tiene mucho, muchísimo que contar. Los lectores que disfrutan leyendo con el "piloto automático puesto" que se olviden si se aventuran con "Solenoide", y con cualquier obra de Cârtârescu en general.



Tenía mis dudas al comienzo de leerla sobre cómo le sentaría al bueno de Mircea el "gran formato" de una novela extensa, tras verlo desenvolverse en relatos y una novela corta, pero extremadamente intensa, como "Lulu". Mis reticencias habían desaparecido prácticamente al terminar el primer capítulo, me dije - esto es como "Nostalgia", pero a lo bestia -. El autor rumano siempre ha comentado en sus entrevistas que toda su obra parte de una base, su diario, un diario que seguramente nunca será publicado y que lleva escribiendo desde los diecisiete años. Ese diario es también la base de su, hasta ahora, obra más ambiciosa, la trilogía "Orbitor", cuyo primer tomo podría posiblemente ver la luz este año en Impedimenta traducido directamente del rumano... ¡ánimo Marian! :-). De momento nos tenemos que contentar con esta obra, la más "madura" según la crítica especializada. De ese tronco del diario saldrían las ramas de sus poemas, relatos y demás obras, tal y como comentó hace poco el autor en una entrevista ¿qué sería pues Solenoide?, para mí un apéndice monstruoso, semejante a esas "escobas de bruja" que parasitan en ocasiones los pinos. Los lectores de "Nostalgia" y "Lulu" se van a encontrar con muchos lugares comunes ya visitados en este "Solenoide", ahí aparece un conocido sueño, referencias a R.E.M., a la identidad sexual del protagonista... pero no es porque el autor se plagie a sí mismo en esta obra tomando ideas y retales de otras, sino porque nunca ha dejado de hacerlo, porque casi todo lo que emana de su pluma tiene la misma fuente, ese enorme y complejo diario nunca publicado. Aunque parezca increíble, o poco creíble al menos para los comunes de los mortales, los más de cincuenta sueños relatados en esta obra proceden de sueños reales recogidos en ese colosal diario que lleva recopilándose más de cuarenta años.


Ese es el sustrato, el "humus" del que brotan las historias que nos cuenta este singular escritor, una mirada a un alucinante y colosal mundo interior, un cuestionamiento permanente de la realidad... que como bien comenta en algún momento de esta novela, no es otra cosa que la "ficción más extraordinaria de todas". Nunca sabemos donde nos vamos a encontrar a cada vuelta de página, nunca sabemos si nos está contando algo "real", soñado, fantaseado o recordado de un sueño... lo onírico se filtra como una bruma a través incluso de los apartados más realistas. Nos encontramos leyendo una historia sobre algo supuestamente ocurrido en la vida real del personaje para que antes que nos demos cuenta perder el pie, y parpadeemos perplejos al advertir que es simplemente imposible, exagerado, irreal... y que no sabemos en qué punto se ha producido la ruptura. Hay visiones oníricas cuando de forma deliberada nos relata un sueño, pero también cuando habla de esa ciudad de sus pesadillas y su gris realidad, Bucarest, la ciudad más sucia, triste y decadente del mundo, una ciudad, escenario omnipresente en su obra, que parece haber sido reconstruida con ruinas. Con Cârtârescu nunca se sabe cuando estamos leyendo algo enfocado en la realidad, una fantasía, o una ensoñación... de hecho en ocasiones describe sucesos e historias aparentemente reales, pero tan exageradas y absurdas que de nuevo tienes que esbozar una sonrisa, el rumano ha vuelto a tomarnos el pelo ¿acaso importa demasiado en una obra que es ficción de cabo a rabo?, o que como bien comenta su autor "para mí todo es real".



La sensación unánime que puedo observar en todas las críticas que he podido leer en Internet es la misma... es una obra maestra. Una novela impresionante, que no puede dejar indiferente a nadie, y en la que es muy fácil terminar saturados, machacados y exhaustos, al menos esa ha sido mi experiencia, pues, cuando crees que has leído el capítulo más alucinante e intenso, todavía te aguardan nuevas sorpresas. No es una novela perfecta ¿acaso puede existir algo así?, abundan las repeticiones, las reiteraciones, inevitables en esa vida gris y mediocre, en apariencia, del personaje. El argumento es escueto, la acción es mínima... por no hablar de ese gusto morboso del autor por lo terrorífico y lo escatológico, os aseguro que en más de una ocasión el vello se os va a poner de punta, no hay prácticamente ninguna emoción humana, ningún nervio ni punto sensible por pulsar, y muchas veces el lector va a ser cazado por sorpresa con párrafos y páginas enteras dignos de ser releídos varias veces. Solenoide es una ventana abierta a la psique de un ser excepcional y más de una vez nos sentiremos como un minúsculo ratón perdido en una enorme catedral gótica. No importa, porque hay laberintos donde merece la pena perderse. Para todos aquellos lectores "golosos" este es un banquete de proporciones colosales, lo advierto, es una novela que engancha y empacha a partes iguales... hay que tomársela con calma. Por cierto sería imperdonable, no solamente en este comentario sino en cualquiera que se haga sobre esta novela olvidar la labor de la excelente traductora Marian Ochoa de Eribe, a la cual no puedo elogiar más porque no conozco la lengua rumana... pero apuesto a que estamos ante la mejor traducción del original de cuantas se van a hacer de esta obra.

Conclusión.
No voy a comentar nada más de este libro, de su sencillo argumento, de sus múltiples significados y facetas, algo que daría para una serie de artículos y no uno solo... no me da la real gana, porque este es un libro que simplemente hay que leer, o intentarlo al menos, si a uno le interesa la buena literatura. Gustará o no, eso está claro, pero mi recomendación no es otra que la de enfrentarse a la misma, meterse en su lectura y empaparse de ese aire melancólico y malsano que la inunda, encogerse ante las reflexiones existenciales y metafísicas de su protagonista, compartir su angustia vital, que es la de cualquier ser humano ante los misterios insondables de la existencia, y zambullirse en esa supernova que es el mundo de un escritor fuera de serie. Me lo vais a agradecer...  este libro aparece en casi todas las listas de "lo mejor de 2.017" pero le vienen pequeñas, porque dentro de diez o veinte años se seguirá leyendo y seguramente casi todas sus compañeras de lista de este año habrán sido olvidadas ¿alguien ha dicho Premio Nobel? ¿qué pintaría Cârtârescu con un Nobel al lado de Bob Dylan o Kazuo Ishiguro?, mejor que se lo den a Murakami o a Paul Auster que seguro que les hace más ilusión... ¡y ya estáis tardando en echarle un vistazo :-)!.

"Después de leer docenas de miles de libros, no puedes evitar preguntarte: ¿dónde ha estado mi vida durante todo este tiempo? Has engullido un revoltijo de vidas ajenas que tienen una dimensión menos que el mundo en el que existes, por muy sorprendentes tours de force artísticos que sean. Has visto los colores de otros y has sentido la aspereza y la dulzura y la posibilidad de la exasperación de otras conciencias, que han eclipsado y han arrastrado a la sombra a tus propias sensaciones. Y si al menos hubieras penetrado en el espacio táctil de otros seres como tú, pero se han limitado a hacerte girar entre los dedos de la literatura. Te han prometido siempre, con mil voces, la evasión, y a cambio te han robado incluso la bruma de realidad que te queda."

Para redondear esta perorata de artículo, el primero de este año 2.018, y para que podáis comprobar que no soy el único tío raro al que le ha encantado Solenoide, a estas alturas hay ya un nutrido "club", os invito a curiosear en algunos enlaces:

Comentario en el blog literario "Anika entre libros" a cargo de Inés Macpherson. "Es Literatura en mayúsculas. Y es un libro que, al cerrarlo, hace que te preguntes cómo es posible que quepan tantos universos en la mente de un único hombre."

Comentario en "Revista de Letras" de Ricardo Martínez Llorca. "Desconocemos qué ha supuesto para él. Pero a nosotros nos cambiará algo, aunque solo sea la forma de entender la literatura. Por fin aterriza una gran obra sincera, después de tantas décadas esperando y refugiándonos en obras, que en comparación con ésta, son meros divertimentos"

Añado también el artículo en "WMagazin" de Winston Manrique Sabogal y este otro, en inglés, de la web "The Untranslated", el más completo que he podido encontrar sobre esta obra y donde podéis leer completamente, o casi, el argumento de esta increíble novela.

Añado en este post, que se encuentra en construcción permanente, este magnífico comentario sobre el libro en "El Cuaderno", en él se hace precisamente la sinopsis del argumento y la temática que yo me he negado a escribir aquí, cuidado que hay "spoilers" por un tubo... el club de fans de Cârtârescu y su impresionante obra no dejan de aumentar :-).

Buen provecho.


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sábado, 12 de agosto de 2017

La digestión es la cuestión


"A veces me asusta que los científicos discutan a puerta cerrada sobre conocimientos importantes, sin que se informe a la opinión pública. A menudo la precaución científica es mejor que una afirmación precipitada, pero el miedo también puede destruir importantes oportunidades. Actualmente, se da por sentado en el mundo científico que las personas con determinados problemas digestivos a menudo presentan trastornos nerviosos en el intestino. Su intestino envía entonces señales a una zona del cerebro que procesa sentimientos desagradables, aunque esas personas no hayan hecho nada malo. Los afectados sienten malestar y no saben por qué. Resulta muy contraproducente cuando su médico los trata como casos psicológicos irracionales, y ese es solo uno de los ejemplos de por qué algunos conocimientos científicos deberían divulgarse con mayor celeridad".



Ficha:  "La digestión es la cuestión", Giulia Enders, Ediciones Urano, 302 páginas, ISBN: 978 84 7953 897 2

Hace ya dos años que se publicó este curioso ensayo de una autora completamente desconocida, la alemana Giulia Enders, licenciada en biología médica por la Facultad de Microbiología de Frankfurt, durante sus estudios e investigaciones de doctorado se encontró con una buena cantidad de material que juzgó lo suficientemente interesante como para probar suerte en el mercado editorial, y como reza un antiguo dicho romano "audentes fortuna iuvat", la fortuna sonríe a los audaces, porque desde luego hay que ser audaz para escribir un libro de divulgación, siendo un "don nadie" y encima hacerlo sobre el que es en palabras de la autora "el órgano más infravalorado del cuerpo humano", su excelencia el intestino.

Dos millones de copias vendidas solamente en Alemania, más varias traducciones al inglés, francés, italiano y castellano (de momento) avalan el éxito conseguido, es uno de esos ensayos dirigidos al gran público no especializado, escrito de principio a fin en un estilo ameno y coloquial donde el autor no deja de ponerse en la piel de un lector medio de ensayos de divulgación, nada que ver con un entorno académico o con una obra para especialistas... naturalmente ahí radica la principal virtud de esta obra, y por supuesto la clave de su éxito, el saber cómo interesar al lector y hacerlo encima con un tema tan aparentemente trivial, incluso desagradable, como una descripción detallada de las funciones de nuestro aparato digestivo.

Como muy bien expresa al comienzo la autora, de forma muy esquemática el cuerpo humano está atravesado a lo largo por tres conductos, uno dedicado a la circulación de la sangre con un centro en el corazón, otro dedicado a transmitir los impulsos nerviosos, con su centro de mayor densidad en el cerebro, y otro dedicado al proceso de la digestión... cuya parte principal la tenemos en el intestino, es a ese conducto que comienza en la boca y termina en el ano al que se dedica al libro. Parece un tema simple pero como veremos a lo largo de toda la obra las implicaciones de lo que ahí ocurre son literalmente interminables.




Así pues tenemos un ensayo de divulgación centrado en el aparato digestivo y especialmente en ese órgano tan menospreciado como el intestino, cuando hablamos de órganos del cuerpo enseguida aparecen en nuestra memoria los "reyes" de la fisiología, el cerebro como órgano más complejo y fascinante, con gran diferencia, y posteriormente quizás el corazón, los pulmones, el hígado o los riñones... el estómago y especialmente el intestino nos vienen a la cabeza mucho después, no parecen gran cosa, un saco lleno de ácidos dedicado a descomponer los alimentos y un largo tubo sonrosado de varios metros de longitud dedicado a asimilar la "papilla" producida por el estómago y las secreciones de diferentes glándulas. Ahora bien, si nos dicen que el intestino posee un juego de neuronas propio con la suficiente envergadura como para reconstruir el cerebro de un gato, hay más células nerviosas controlando el sistema digestivo que en la misma médula espinal, que posee una conexión muy importante con el cerebro, y que es capaz de influenciar a este de forma notable, y recibir también influencia del complejo órgano... la cosa quizás cambien un poco. Estamos sin duda en la época dorada de la neurología, nunca había tantos libros hablando sobre el cerebro ni se estaban desvelando tantas sorpresas del órgano craneal... y sin embargo tras leer este libro de la joven autora alemana me pregunto si tantos estudios de neurología no estarán errados o incompletos desde su mismo punto de partida al limitarse a la "materia gris" y obviar, o menospreciar, la enorme influencia que el mismo puede recibir a través del resto del cuerpo, y no me refiero solamente a la información que este recibe a través de los órganos de los sentidos... sino sobre todo a través de la batería de sustancias químicas que recibe a través del intestino. En ese humilde órgano por ejemplo se produce el 95% de la serotonina, y el 50% de la dopamina que genera el cuerpo humano, neurotransmisores fundamentales y vitales para el funcionamiento de todo el sistema nervioso... está más que probada la interacción entre ambos órganos y cuanto más se estudia el tema más sorpresas se descubren. Es un tema relativamente nuevo, emocionante y extremadamente complejo.



La propia Giulia reconoce que su interés por la medicina y especialmente por una nueva especialidad que trata de estudiar y esclarecer los vínculos entre cerebro e intestino, le llegó a través de una enfermedad cutanea que padeció en su juventud y que finalmente fue curada simplemente cambiando la alimentación, el enfoque parcial de estudiar la enfermedad en la misma piel terminó en fracaso, fue ella misma experimentando (de forma un tanto imprudente), quitándose productos lácteos o gluten de la dieta por ejemplo, como consiguió que la enfermedad remitiera... es decir vinculando la alimentación con la manifestación de la misma, actuando como una enferma del tracto digestivo, y no como una enferma de una afección cutánea. 

La inclusión de este ensayo en el catálogo de una editorial donde tienen cabida libros de autoayuda, medicinas alternativas y ensayos "heterodoxos" no es casual, dudo mucho que este sea un libro que vayan a recomendar de forma oficial los centros de estudios de medicina... sin embargo su éxito, teniendo en cuenta el tema, tiene que tener un porqué. Para mí no hay duda, hay funciones del cuerpo que están ahí y aunque son absolutamente vitales no somos conscientes de ellas, sin embargo colaboramos de forma consciente con el cuerpo cada día para nutrirlo, sufrimos la digestión, a veces también tenemos patologías relacionadas con la misma, como los vómitos o las diarreas... por no hablar del estreñimiento, y creo que hay ha sobrada conciencia de que "somos lo que comemos", o como muy bien expresa nuestro cocinero televisivo Carlos Arguiñano "por la boca entra la salud y la enfermedad", un dicho muy cierto. 


El libro abarca todo el proceso completo de la digestión, desde la masticación a la defecación, sin embargo no presta la misma atención a todo el mismo. Este es un libro centrado fundamentalmente en las funciones del intestino y la flora intestinal. Los microbios de pululan en cantidades astronómicas por el tubo sonrosado y por la terminal gruesa del final van a ser los protagonistas de todo el ensayo de forma indiscutible. No obstante también se habla de la boca, la saliva, el esófago, el estómago, del proceso de la digestión, de los problemas que pueden surgir con la misma y las alergias, las intolerancias alimentarias... la celiaquía y la intolerancia a la lactosa y fructosa tendrán sus apartados específicos, así como un simpático apartado dedicado a las heces... si, la mierda, con perdón, tendrá su apartado de honor... unas páginas dedicadas en su honor bellamente diseñadas :-).


Aclaro que todo el libro está ilustrado por Jill Enders, hermana de la autora, con una buena colección de dibujos sencillos, de corte claramente naïf, pero muy simpáticos. Reproduzco algunos de los mismos en este comentario. Tras la primera parte centrada en la fisiología llega la segunda centrada en el sistema nervioso del aparato digestivo y los detalles de cómo se transporta la comida de principio a fin... algo que parece sencillo, seguramente porque es un sistema autónomo que no precisa de nuestra intervención salvo en su primer tramo, y que resulta enormemente complejo... nunca imaginé que ese viaje que nuestra comida recorre cada día hasta su transformación en excremento pudiera tener tantos detalles interesantes. 

Los fenómenos que interfieren en ese viaje, tales como el vómito, el estreñimiento, los eructos con reflujo de ácido y la mutua influencia entre intestino y cerebro en el trayecto... así como un apartado dedicado a la conciencia del cuerpo cierran este interesante capítulo.El tercero está centrado en el mundo de los microbios, Giulia se suma al carro de la nueva y moderna visión del cuerpo humano como un complejo ecosistema microbiano. Aprenderemos cosas sobre el sistema inmunitario y las bacterias del aparato digestivo y por supuesto... ese heterogéneo conjunto indispensable para la vida y que algunos médicos consideran un órgano aparte, la flora intestinal. La diferencia entre la flora intestinal de un niño y un adulto, su desarrollo, los genes de las bacterias, la influencia de las bacterias en la digestión y cómo pueden hacernos engordar, el famoso colesterol... etc.

El siguiente apartado, tras hablar largo y tendido anteriormente de las bacterias "normales" y beneficiosas se centra en las dañinas, se nos presentará a la conocida salmonela, a los helicobacter o bacterias estomacales presentes en toda la historia de la humanidad, los parásitos peligrosos como los toxoplasmas y su relación con los gatos... y los desagradables oxiuros, gusanos del intestino grueso responsables de los "picores anales nocturnos"  :-P. El libro termina con unos interesantes apartados centrados en la higiene, la naturaleza uso y abuso de los antibióticos y los prebióticos. En resumen estamos ante un libro muy completo, no exhaustivo por supuesto, pero muy asequible e interesante para un lector no entendido en estos temas, como un servidor.

Para otras lecturas sobre fisiología recomiendo algunos libros comentados aquí:


Lo mejor:  Un trabajo muy ameno, lleno de simpáticas ilustraciones, bien escrito, con un estilo coloquial y cercano al lector, no exento de gracia y de ironía, que demuestra de nuevo que es posible informar entreteniendo. Se lee con facilidad, aunque reconozco que en mi caso la parte final me ha costado un poco más, creo que la autora cuando entró en esa tercera parte dedicada a la flora intestinal se dejó llevar un poco por el entusiasmo. Por lo demás muy recomendable, todo un éxito de ventas para mí más que justificado. 

Lo peor:  Un libro como este que proporciona tantos conocimientos interesantes y posee tantos términos físicos, anatómicos, químicos y biológicos, hubiera necesitado de un buen índice temático al final, mucho mejor que esa lista de fuentes de libros que solamente pueden interesar al lector especializado y que en la práctica a la mayoría no nos sirven para nada.



lunes, 10 de julio de 2017

Eso no estaba en mi libro de Historia Natural



Ficha: "Eso no estaba en mi libro de Historia Natural", Sergio Parra Castillo, editorial Almuzara, colección Guadalmazán, 363 páginas, ISBN: 9788 494 608513

Fue una sorpresa encontrarme en las estanterías de una librería esta obra de divulgación científica centrada en la vida animal y sus curiosidades, hace tiempo que sigo, más o menos, la actividad de Sergio Parra como colaborador de diferentes blogs y nunca me había detenido a leer su curriculum como escritor, este es ya por lo visto su quinto libro. Con él tengo una deuda de gratitud al haberme descubierto hace años por ejemplo a Edward O. Wilson, del que he leído y comentado un par de obras aquí, la excelente y fundamental "Consilience. La unidad del conocimiento", uno de esos libros que debería leer, si o si, cualquier aficionado a la ciencia y la divulgación, se esté o no de acuerdo con sus premisas, y la bonita, entretenida y también muy recomendable "Cartas a un jóven científico". De modo que no pude evitar echarle un vistazo a esta simpática obra de divulgación y la verdad es que el flechazo fue inmediato. 

Ya había leído otro libro de esta pequeña colección editorial que se caracteriza por una muy cuidada y curiosa presentación y que ha elaborado un estilo propio muy atractivo en sus portadas presididas por bonitos dibujos y un toque "retro" que recuerdan a los grabados de los libros antiguos y que llama bastante la atención la verdad. El libro en cuestión, que también recomiendo, es "El escritor que no sabía leer y otras historias de neurociencia", de José Ramón Alonso Peña. Hace poco en la misma colección apareció uno dedicado a Aristóteles, "La laguna", y centrado en su labor de biólogo, habitualmente dada de lado y menospreciada por los divulgadores de filosofía, que tengo ya en mi lista de libros a consultar en biblioteca o adquirir, previo ahorro claro... que ya no gano para libros :-)

La vida y su mera existencia es sin duda el elemento más increíble y fascinante de todo lo que conocemos del universo, y con diferencia, naturalmente también podríamos incluir ahí el cerebro humano o la conciencia, pero claro estas también derivan de esta. Ya se que la exploración del espacio, la investigación de los secretos de la materia y la inteligencia artificial, entre otras, también tienen su "miga", pero todo palidece y se queda gris y desleído cuando se compara con el hecho mismo de la vida y sus complejidades. Dentro de este tema tan sumamente amplio podríamos encuadrar el fascinante mundo de la vida animal y sus curiosidades. En otra época un servidor era un ávido lector de ciencia ficción, todavía muy de vez en cuando me acerco a ese género literario... pues bien no hay NADA más imaginativo, sorprendente e increíble, mil veces más que la más delirante de las fantasías del mejor escritor que podamos concebir, que la realidad del mundo animal cuando se examinan algunas de sus facetas más curiosas... esa idea la expresa el autor en el prólogo y aparece recogida también en plan propagandístico la contraportada de este libro, y la verdad es que se queda corto, muy corto, cuando uno contempla el cuadro completo mostrado en la obra.



En un estilo cercano al lector, semejante al empleado normalmente por los articulistas de las publicaciones de divulgación, aunque adornado con no pocas pinceladas de humor, Sergio nos introduce en las mil y un curiosidades del mundo animal, en muchas ocasiones nos vamos a encontrar con seres vivos absolutamente reales que parecen descripciones de seres fantásticos fruto de la febril imaginación de un escritor de fantasía. Da la impresión de que conforme avanzan las investigaciones científicas más y más sorpresas inesperadas nos depara la biología. Fisiología relacionada con el sexo que parece absolutamente demencial, seres extraños, historias alucinantes de parásitos capaces de controlar el sistema nervioso de sus huéspedes, un caracol capaz de elaborar su concha con metal, otro animal que es capaz de deshacerse de su piel para escapar de un depredador, otro que fabrica un espantapájaros parecido a él, un insecto al que se consideraba extinto y que sobrevivía en un islote, el ornitorrinco y su increíble anatomía más propia de un bestiario medieval que de un ser real, animales enormes, otros diminutos, proezas físicas, las más sorprendentes formas y tamaños, venenos letales, los animales y su virtuosismo a la hora de jugar con la química, sus impresionantes sentidos, los sorprendentes microbios y los no menos fascinantes hongos y cómo algunas variedades de los mismos inspiran hasta a los informáticos a la hora de elaborar sofisticados algoritmos... y hay que decir que a pesar de todo lo sorprendente que podemos encontrar en este libro no estamos rascando apenas la superficie de las sorpresas y tesoros que alberga el reino animal, tal y como el mismo autor expresa en el prólogo.

Ahí tenemos a los campeones de las "pruebas" deportivas, los más rápidos, los más ruidosos, las especies invasoras y su problemática, un vistazo también a las especies vegetales y sus curiosidades, las nuevas especies surgidas a raíz de la intervención humana en el entorno natural, los increíbles parásitos... los campeones de la resistencia a los medios hostiles, los más estudiados por la ciencia tanto en neurología como en genética. El libro llega un punto en que se sale un poco de su temática y comienza a abarcar hasta a los mutantes humanos y los orígenes de la vida, también dedica un capítulo, muy interesante por cierto por si faltara poco, a la vida artificial, virus informáticos y los videojuegos.

Conclusión.
Un libro muy entretenido, escrito en un estilo directo y ameno, que da justo lo que promete y algo más. Lleno de curiosidades, anécdotas e historias interesantes que no deja de sorprender en todo su recorrido. Personalmente conocía algunas de las historias y curiosidades que contiene, lo mismo imagino que le pasará a muchos lectores más o menos habituales de obras de divulgación científica, aun así me ha sorprendido en no pocas ocasiones. Mención aparte me merece la abundante y generosa colección de grabados y fotografías en blanco y negro reproducidas en sus páginas para amenizar su contenido, y por supuesto, la sección de bibliografía recomendada al final de cada capítulo, todo un detalle.

Lo recomiendo sin reservas, su lectura ha sido todo un placer. La única nota negativa, por decir algo, sería la pequeña colección de erratas que trae el texto y que confío en que sea subsanada en futuras ediciones, da la impresión de que la revisión por parte de la editorial antes de su publicación en esta primera edición fue un tanto apresurada, por lo demás ¡chapeau!.


martes, 16 de mayo de 2017

Aquí en la tierra

"Los horizontes estrechos y los marcos temporales breves siempre resultan engañosos. Por esa razón es imposible determinar si, incluso en los drásticos cambios que podemos observar en el transcurso de una vida, estamos asistiendo a un descenso hacia el caos o a una profunda revolución que conducirá a un futuro mejor. Es necesaria una visión más amplia, que abarque la humanidad a lo largo de los milenios, y al mundo a lo largo de los eones, si pretendemos discernir la verdadera senda de nuestra trayectoria evolutiva. Para escribir este libro, he adoptado esa visión amplia, y, a pesar de los desafíos que afrontamos en la actualidad, me siento optimista: por nosotros, por nuestros hijos y por nuestro planeta."



Ficha: "Aquí en la tierra. Argumentos para la esperanza", Tim Flannery, Penguin Random House, 316 páginas, ISBN: 978 843 060 8331
 
Bill Bryson comentó tras la publicación de este libro en 2.010 que era "Absorbente, divertido e increíblemente erudito"... bueno, no se que concepto de la diversión tiene el amigo Bill, sin duda uno de los mejores ensayistas que he leído... maravillosos sus libros "Una breve historia de casi todo" y "En casa", pero tengo que coincidir con el comentario que en "Papel en blanco" se hizo de este libro, que de divertido nada... y maldita la gracia.
 
De hecho lo de "argumentos para la esperanza" suena casi a chiste macabro teniendo en cuenta los acontecimientos que hemos vivido tras su publicación... ¿escribiría de nuevo el bueno de Tim este título tras la victoria de D. Trump en los EEUU?. Posiblemente lo que nos pasa es que nos falta "perspectiva" pero la verdad es que hay pocos motivos para la esperanza, al menos a corto plazo. El libro se embarca en la tarea de mostrar al lector los detalles del funcionamiento del planeta, su historia en lo que a biología se refiere, la estrecha relación entre los seres vivos, el clima, la atmósfera etc etc ... y cómo nos estamos cargando el medio ambiente. Algo hay de optimismo, sobre todo cuando se examina cual era la actitud hace décadas o un par de siglos y cual es el estado de conciencia actual en lo referente al mundo. El problema es que hace tiempo que se conocen los efectos devastadores de la actividad humana sin control en la ecología y el clima (aunque algunos siniestros individuos lo nieguen) pero todo viene a ser como en esas viejas películas mudas del oeste... estamos atados a la vía y vemos venir el tren... y no podemos soltarnos.
 
 
 
Desde luego que algo positivo se puede decir... el desastre ecológico y climático que tenemos a la vuelta de la esquina no va a suponer en ningún caso la extinción de la vida en el planeta, solo pondrá a prueba nuestra supervivencia... algo es algo. Porque desde luego que examinando los actos del ser humano, su impacto en el clima y la necesidad de tomar medidas urgentes... y lo que hasta ahora se ha hecho solo puede cundir el pesimismo. El libro, muy bueno, de Alan Weisman "El mundo sin nosotros" recoge perfectamente el espíritu de estos tiempos que huelen a apocalipsis. Puede parecer exagerado lo que escribo aquí, teniendo en cuenta que el libro de Tim Flannery apuesta por tratar de inculcar una cierta esperanza en el lector... pero me temo que le sale el tiro por la culata en ese aspecto, porque está claro que todo lo que se ha hecho, se está haciendo y se va a seguir haciendo es claramente insuficiente, lo segundo peor de no encontrar una solución es llegar a ella demasiado tarde y esa es mi percepción de las cosas.
 
Hasta un optimista redomado como el novelista Kim Stanley Robinson en su excelente novela "2312" habla de un futuro siglo 24 en el que los comienzos de este siglo son recordados como "la gran inacción" o "la gran pausa", un momento de la historia en el que se debió actuar con fuerza y decisión y se terminó permitiendo un desastre climático de enormes proporciones... vamos que lo que el siglo XX tuvo de catastrófico en cuanto a guerras el siglo XXI lo tendrá de desastre ecológico, con iguales, o peores resultados... y eso asumiendo de forma optimista la supervivencia del género humano y la colonización del sistema solar :-) ... vamos que en mi humilde opinión esos "argumentos para esperanza" de Tim Flannery no se los cree ni él.
 
 
A pesar de todo lo que comento el libro es francamente bueno, es todo un compendio de múltiples disciplinas que harán las delicias del lector curioso, y ahí desde luego es donde en todo caso podemos encontrar la "diversión" de la que Bill Bryson habla. A pesar de su brevedad, en mi caso leí la versión de bolsillo que vendía casi regalada una de las ediciones de la revista Muy Interesante, es complicado encontrar un ensayo que en menos páginas consiga hablar de más cosas, en sus páginas veremos aparecer a Darwin y los inicios de su teoría de la evolución (junto con el dilema moral que se le presentó al tener que divulgarla ya casi por obligación), las ideas de Malthus, la distorsión de las ideas del gran naturalista británico de forma interesada por la ideología de la época, la actual teoría de la evolución con su acepción neodarwinista y la importancia de los genes, los pensamientos replicantes (mnemes) y su papel de modificar y contrarrestar los efectos de la evolución, la figura casi olvidada de Russel Wallace y su relectura del proceso evolutivo, la tesis de Lovelock conocida como "Gaia", la historia geológica de la tierra y la influencia que en nuestro mundo, incluso a nivel mineral, continental y atmosférico ha tenido el fenómeno de la vida... la utilización de la energía solar por las plantas y la captación del CO2 de la atmósfera...
 
Esta primera parte del libro donde describen todo lo citado y mucho más es una verdadera joya del ensayo de divulgación... y aún hay más, el libro trata temas de geología, biología, historia humana, relación de los seres vivos con el clima, la historia de la explotación de los recursos naturales, economía, zoología, paleontología, antropología ... habla, como no, de la contaminación ambiental, de los descabellados proyectos de explotación de recursos naturales y de intervención en el clima que fueron oportunamente abandonados en el pasado, habla de las toxinas vertidas al medio ambiente, de la radiación, de psicología, de la teoría de los juegos, de la historia humana... en definitiva de un sinfín de cosas que marea solo citar. En ese aspecto solamente puedo calificar este ensayo del científico y conservacionista australiano de absolutamente brillante.
 
 
"Pero existe otra posibilidad. Puede que la paradoja de Fermi nos diga que realmente estamos solos en el Universo, simplemente porque somos el primer superorganismo global que ha llegado a existir. Al fin y al cabo, ha hecho falta la totalidad del tiempo -desde el Big Bang hasta el presente- para crear el polvo de estrellas que constituye toda forma de vida, y para forjar ese polvo de estrellas, a través de la evolución por selección natural, y darnos forma a nosotros y a nuestro planeta viviente. Si de verdad somos el primer superorganismo inteligente, tal vez estamos destinados a poblar todo lo que existe, y al hacerlo, a cumplir la visión de Alfred Rusell Wallace de perfeccionar el espíritu humano en la inmensidad del universo".
 
 
Lo mejor: Un ensayo realmente ameno, que hace gala de una variedad de temas y una erudición impresionante, muy bien escrito... y con una intención noble, y rara en estos tiempos, la de mover al lector a un estado de esperanza en el futuro del planeta y del ser humano. Creo que en cuestiones de ecología hay dos extremos que hay que evitar a toda costa, uno que da la lucha por perdida... y por lo tanto anima a no hacer nada, y otro que toma cualquier dato positivo y lo magnifica dando la impresión de que es un indicio de que las cosas van a cambiar... induciendo por lo tanto también a la pasividad ya que serán siempre "otros" los encargados de provocar el cambio. El libro de Flannery trata de eludir ambos extremos, tanto de caer en un pesimismo paralizante como de mostrar un optimismo infundado, y creo que casi lo consigue.

Lo peor: Es fácil leerlo y terminar abrumado por la enormidad de la tarea, la inutilidad de nuestros políticos, la falta de conciencia cívica que vemos por todas partes, el lavado de cerebro continuo de la publicidad que nos impulsa a mal-consumir, la ignorancia, la incultura y esa nociva ideología del consumismo e individualismo a ultranza... y un millón de cosas más. En fin, es fácil leer este libro y gritar la consabida proclama "que paren el mundo que me bajo"... pero esto es lo que hay, lo bueno para aquellos adictos al pesimismo sería mostrarles el libro y decirles "tranquilos que nos queda poca cuerda" :-). Vamos a saber muy pronto, posiblemente en el espacio de una generación o menos, si el futuro se parece a un mundo tecnificado dominado por las autopistas de la información, o bien, al mundo moribundo descrito en la novela "La carretera". Leyendo a Flannery y otros autores como él vamos a salir pronto de dudas.

domingo, 5 de febrero de 2017

La Biología en 100 preguntas


Ficha: "La Biología en 100 preguntas", Jaione Pozuelo Echegaray, Ediciones Nowtilus, 350 páginas, ISBN: 9788 499 678146

Me llamó la atención este librito nada más verlo, fue una de esas compras impulsivas que hago en ocasiones, la Biología es un tema ya de por sí apasionante, pero cuando te la presentan de esta manera ya se convierte en algo irresistible. Ultimamente abundan los libros de divulgación científica empeñados en presentar al lector los últimos avances de tal o cual campo, libros que incluso tratan de señalar el rumbo de las investigaciones más interesantes... libros que en definitiva parten del supuesto que el lector ya tiene una base, más o menos sólida, y que solo se interesa por los aspectos más vanguardistas, o bien, trata de captar su atención sobre temas curiosos presentando la divulgación científica bajo muchas y diferentes apariencias. Abundan los trabajos articulados entre series de preguntas que suelen destacar por su extravagancia y sensacionalismo... vamos que abundan los divulgadores de ciencia que parece que ya no saben como presentar los temas para captar la atención de los potenciales lectores y que en ocasiones parecen descuidar algo de lo más importante en un libro de divulgación, que una cuidada presentación, un formato compacto y a la vez denso y una abundancia de imágenes y gráficos otorga a cualquier obra de divulgación científica, especialmente en Biología pero no únicamente aquí, de un valor extra. 



Jaione Pozuelo Echegaray, licenciada en Ciencias Ambientales, doctora por la Universidad Autónoma de Madrid, profesora de secundaria de Biología y Geología y ganadora del Premio Nacional de Educación en 2.015, nos trae este pequeño pero completo tratado de Biología para todos aquellos lectores curiosos que desean refrescar y ampliar sus conocimientos sobre el tema, y lo mejor de todo es que se trata de una obra enfocada a dotar al lector de una base de conocimientos que le hagan posteriormente apreciar y entender otros trabajos más específicos, podríamos titularlo "biología a partir de cero", porque de eso justamente se trata, de dotar al lector de unos conocimientos mínimos de Biología en los más diversos campos.


El libro, como su título indica, se divide en cien preguntas, el orden de las cuales no es casual, aunque no habría ningún problema con leerlo de forma salteada yendo de aquí para allá en función de qué pregunta nos interese, personalmente no lo recomiendo, ya que hay una agrupación de las preguntas por temas y estas además siguen un orden progresivo y metódico. Así veremos que las primeras nueve están agrupadas en un capítulo denominado "El origen de la vida", las siguientes trece se enmarcan en el capítulo "La herencia genética", las siguientes doce en el capítulo denominado "Evolución"... "Biodiversidad" es el capítulo más importante del libro agrupando a veintinueve preguntas, y para terminar los capítulos "Salud y enfermedad" y "El cuerpo humano" terminan de completar el libro. 

Difícilmente encontraremos en el mercado del libro en castellano una obra de divulgación más completa que esta, y que además posee la virtud ya mencionada, se ocupa de una buena cantidad de datos y explicaciones sobre asuntos que muchas otras obras dan ya por sabidas... por lo cual posee un valor especial para el lector interesado en la Biología, apuesto que más de uno que se haya embarcado en su lectura y aún siendo lector habitual de estos temas habrá aprendido bastante.




Si uno simplemente lee las preguntas de que consta el libro directamente del índice no se hará una idea, vamos ni se acercará, a la riqueza de explicaciones y datos que aporta Jaione en su libro, por ejemplo en la pregunta número 6 "¿Cuál es la célula más grande que existe?" naturalmente la misma va a ser respondida... en cuatro o cinco líneas al final del texto, porque antes vamos a tener que lidiar con cuatro páginas dedicadas a explicarnos cómo es una célula por dentro y de qué partes se compone etc... acompañado además con dos bonitos dibujos. 

No será la primera ni la última vez que la autora utilice "preguntas gancho" para, con la excusa de algo que parece interesante o fácil, embarcarnos en una explicación detallada, y a la postre mucho más interesante que lo apuntado en el título... seguramente trucos de una pedagoga experimentada acostumbrada a lidiar con estudiantes, muchos de ellos con poca o escasa motivación, y que vuelca su habilidad en una obra que seguramente podría leer cualquier estudiante de secundaria (y cualquier adulto naturalmente) lo suficientemente curioso. Otro apartado a destacar del libro es la claridad explicativa, la enorme diversidad de temas abordados, y en definitiva la labor de un profesional excelente que sabe ponerse, una y otra vez, en la piel de sus lectores dándoles seguramente el libro de divulgación científica que a ella misma le hubiera gustado leer.

Lo mejor: Un pequeño gigante de la divulgación científica, una verdadera joya, útil como libro de referencia para tener a mano, pequeño, compacto, pero repleto de información interesante, bien escrito, con un apéndice en forma de "lecturas de ampliación" de lo más recomendable. En definitiva un trabajo excelente.

Lo peor: En ocasiones los defectos vienen por la misma senda que las virtudes, habrá lectores que lo tacharán de demasiado académico, de que en ocasiones parece que estamos leyendo un libro de texto para escolares. También la enorme diversidad de temas tratados hará que el lector encontrará más o menos interesante el libro en función de sus propias cualidades y conocimientos, no todos los temas tratados poseen la misma dificultad y evidentemente aunque hay algunos capítulos-pregunta que se leen de un tirón, otros, como los dedicados a la química celular o a la genética precisan de una lectura más sosegada y atenta, porque más allá de su interés, todos lo son, la dificultad de comprensión variará mucho. Así ha sido al menos mi experiencia como lector.


sábado, 21 de enero de 2017

La invención de la naturaleza

"El momento más emocionante fue cuando, por fin, ascendí el Chimborazo, la montaña que tan fundamental fue para Alexander Humboldt. Mientras subía por la inhóspita ladera, el aire estaba tan enrarecido que cada paso parecía eterno, una lenta marcha hacia arriba con las piernas de plomo y vagamente separadas del resto de mi cuerpo. Mi admiración por Humboldt creció con cada paso. Él subió al Chimborazo con un pie herido (y, desde luego, no con unas botas tan cómodas y sólidas como las mías), cargado de instrumentos, y parándose constantemente para hacer mediciones. 

El resultado de esta exploración por paisajes y cartas, por pensamientos y diarios, es este libro. "La invención de la naturaleza" es mi intento de redescubrir a Humboldt y devolverle al lugar que le corresponde en el panteón de la naturaleza y la ciencia. Es también un intento de comprender porqué pensamos como lo hacemos hoy sobre el mundo natural."


Ficha: "La invención de la naturaleza", Andrea Wulf, Penguin Random House, 578 páginas, ISBN: 978 84 306 1808 8

Supe de la existencia de Alexander Von Humboldt a raíz de mi lectura del libro de Bill Bryson "Una breve historia de casi todo", un extraordinario ensayo donde el escritor británico intentaba que sus lectores alcanzaran una comprensión lo más global y completa posible del mundo de la ciencia y su historia, era un trabajo excelente que años después sigo recomendando a todo el mundo y que entre los cientos de personajes que adornan sus páginas me presentó al científico prusiano como uno de los grandes naturalistas del siglo XIX y uno de los mayores exploradores de la historia.

Este ensayo que ahora comento aquí viene a intentar hacer popular al naturalista que vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX, y que aunque hoy ha sido bastante olvidado, ya que apenas se le conoce fuera del ámbito académico, fue el principal instigador de una forma de concebir el mundo que ha venido siendo habitual desde que él la plasmó en sus libros, pero que en modo alguno era algo "normal" en sus tiempos. En aquel entonces el término "naturaleza", tal y como lo consideramos hoy era simplemente desconocido. El mundo, al menos en occidente, era simplemente el escenario donde se desarrollaba la vida y la actividad humana, y era algo que simplemente nos pertenecía, algo destinado a ser conquistado, domado, explotado y esquilmado por los seres humanos, los reyes de la creación, los animales, las plantas y el conjunto de los seres vivos eran fundamentalmente estudiados en función de su utilidad, clasificados, etiquetados, disecados y dibujados como cualquier otro objeto, los investigadores trabajaban fundamentalmente en sus laboratorios y bibliotecas y solamente se desplazaban fuera de los mismos para recoger espécimenes, que luego analizaban, diseccionaban y clasificaban... antes de Humboldt a nadie se le había ocurrido realizar una investigación de la naturaleza "en vivo", estudiando la flora y la fauna en su hábitat natural, estableciendo relaciones entre la vegetación y el clima, entre las especies y su hábitat, y la relación entre unas especies y otras... todo se sacaba de la naturaleza, se diseccionaba y terminaba convertido en un saber muerto para ser coleccionado en museos y en sesudos trabajos cuya principal obsesión era la taxonomía y la clasificación. Ahí terminaba todo.


Humboldt fue un visionario, se dio cuenta que era inútil describir las especies animales y vegetales sin tener en cuenta su entorno, se dio cuenta de que había grandes semejanzas entre las especies vegetales y el clima, la interdependencia entre estas, las similitudes de la fauna y flora de diferentes continentes, de que la naturaleza era un todo interconectado donde la vida de animales y plantas... y por supuesto la acción del hombre, era un elemento de suma importancia. El romanticismo como corriente artística y filosófica en lo que más tarde sería Alemania propuso una nueva visión del mundo y del papel del hombre en la naturaleza, Humboldt trajo esa nueva visión al mundo de la ciencia, hubo un antes y un después de la publicación de sus trabajos. Nunca ha habido, ni seguramente nunca lo habrá, un científico más popular en todo el mundo... la fama que hoy otorgamos a un Newton o a un Einstein solo son comparables, y no mucho, a la fama que llegó a tener Von Humboldt en vida, es curioso que hoy sea uno de los personajes de la ciencia más olvidados... sin embargo lo que no ha sido olvidado para nada son sus ideas, hoy más presentes que nunca, sus ideas acerca de la interconectividad entre todos los seres vivos, la alarma ante el papel destructor de los ecosistemas del hombre, el aviso acerca del cambio climático que podían provocar las actividades humanas, la defensa de la libertad y su mensaje contra el colonialismo expoliador de recursos y contra la esclavitud, la necesidad de compartir los conocimientos científicos y de que el mundo de la ciencia debe estar por encima de las enemistades políticas... desde que él vivió, miles, millones de personas han participado de sus ideas sin haber leído nunca nada de Humboldt ni haber sabido siquiera de su existencia.


América Latina.
Humboldt protagonizó un increíble viaje por América Latina que duró cinco años y donde navegó por el Orinoco, cruzó la selva, visitó los llanos venezolanos, escaló montañas y volcanes, tomó miles de notas y dibujos y recogió miles de espécimenes para los museos, aquel viaje que realizó por la entonces América colonial española por cuestiones del azar, ya que las guerras napoleónicas condicionaron en gran medida su destino, fue en verdad memorable. En Europa llegó a conocer al joven Simón Bolívar en la época en que este empezaba a gestarse como revolucionario, años más tarde Bolívar llegó a decir que Humboldt era quien realmente había "descubierto" América, es decir, no su descubridor como Cristobal Colón, sino el primero que realmente "vio" América, no es extraño que el lugar del mundo donde más se recuerda al naturalista prusiano y su legado sea precisamente América Latina. El científico realizó incontables elogios de la naturaleza salvaje latinoamericana, era un enorme contraste para un europeo que vivía en un continente sometido durante milenios a la acción modificadora del hombre encontrarse con un continente donde había todavía enormes zonas vírgenes y donde podía observa a la naturaleza en estado puro... precisamente por ello comenzó a ver las primeras señales alarmantes de deforestación, de modificación del medio ambiente, de desecación de lagunas antiguamente abundantes... fue el primero en dar la voz de alarma sobre los efectos de la tala indiscriminada de árboles en el clima, en ver cómo la acción humana podía convertir un paraíso natural en un erial.


Humboldt se podía haber limitado a realizar un trabajo más convencional, sin embargo aquí estamos ante el primer naturalista y científico "total", Alexander Von Humbold era un prodigio intelectual cómo ha habido muy pocos en el mundo, le interesaba todo, leía sobre todo, poseía una memoria prodigiosa, su vista abarcaba desde el mundo de las estrellas al mundo microscópico, en su viaje gastó la mitad de la fortuna que había heredado de sus padres en comprar una buena colección de los mejores aparatos de medición de la época, barómetros para medir la presión, termómetros, cianómetros para medir la intensidad del azul del cielo... conforme se movía miles de kilómetros con su fiel ayudante, el botánico francés Aimé Bonpland, no dejaba de tomar medidas de presión, temperatura, observar los cielos, tomar muestras de plantas, minerales, capturar ejemplares, dibujar y tomar notas de absolutamente todo... hasta de interesarse por las gentes y las culturas locales y sus idiomas, no había absolutamente nada que quedase fuera de una curiosidad omnívora y devoradora, alimentada además por una voluntad de hierro, un enorme amor al trabajo y una inmensa inteligencia, nunca el mundo de los exploradores ha tenido un ser humano mejor dotado que él, trabajador, inteligente, valiente... hay hechos de su vida que nos hacen preguntarnos una y otra vez ¿pero de qué pasta estaba hecho este hombre?, si las personas de hoy en día parecemos pigmeos a su lado... mejor no comentar nada de sus contemporáneos. 

Ese viaje de cinco años le proporcionó material sobre el que reflexionar y estudiar el resto de su vida, de hecho no realizó más viajes como aquel durante muchos años simplemente porque no pudo, los ingleses de la Compañía de Indias Orientales, evitaron a toda costa proporcionarle el visado para que viajara a las colonias inglesas y a la India, no podían consentir que un naturalista que había lanzado abundantes soflamas contra el colonialismo, la esclavitud y la expoliación de la naturaleza en sus trabajos tras su viaje por la América colonial española visitara la India... no podían arriesgarse a que tras el mismo escribiese posteriormente sus trabajos, que para aquel entonces eran ya inmensamente populares en toda Europa y América, sin duda alguna no hubiese dejado en muy buen papel a los británicos, tal y como había hecho con los españoles años antes.

La última pieza del puzzle.
La vida le proporcionó otra oportunidad de viajar cuando el Zar de Rusia le invitó, o más bien accedió a sus ruegos, a viajar por su imperio, era 1.829 y tenía ya sesenta años, aunque le controlaron todo lo que pudieron durante el mismo para evitar críticas al gobierno zarista y el interés principal del viaje era el descubrimiento de nuevas materias primas... algo que Humboldt que había sido inspector de minas antes de su aventura americana cumplió sobradamente al señalar a los rusos dónde podían encontrar diamantes, lo que finalmente ocurrió cuando hicieron prospecciones justo donde él les había recomendado hacerlas, el viaje fue finalmente más de lo que se esperaba en un principio. Aquel viaje de más de 16.000 kilómetros por la Rusia siberiana era la pieza que le faltaba al rompecabezas que estaba ya montando en sus investigaciones, a falta de viajar al Himalaya por culpa de la negativa británica, algo que Humboldt lamentó toda su vida, pudo por fin realizar estudios comparativos de la fauna y la flora asiáticas con todo lo que había averiguado y estudiado sobre la flora y fauna europeas y americanas (además de todo lo que sabía de otros continentes gracias a la aportación de muchos científicos con los que estableció la red de intercambios más grande de aquel entonces), todo encajaba, no encontró ningún dato que fuese en contra de sus teorías sobre el clima y la biodiversidad de la tierra... pudo centrarse en la redacción de la que fue su obra más ambiciosa, "Cosmos", la que finalmente le terminaría de dar una enorme fama.


Andrea Wulf, nacida en la India aunque de nacionalidad alemana y residente en Gran Bretaña, ha realizado un ensayo sorprendentemente bello e interesante, uno de esos libros que van a ser recordados por mucho tiempo y que trata de devolver a la fama a uno de los científicos y exploradores más grandes de todos los tiempos. Resulta increíble que un hombre que en 1.869, cuando llevaba ya una década muerto y se conmemoraba el centenario de su nacimiento, fue recordado en todo el mundo, con discursos, desfiles, fiestas con fuegos artificiales, actos conmemorativos de todo tipo en Europa, Estados Unidos, América Latina, Australia... y hoy apenas se le recuerda fuera del ámbito académico, Humboldt debe ser la persona más injustamente olvidada de todos los tiempos. De ahí el afán de Andrea de escribir un ensayo que honre su memoria, que le haga justicia y sobre todo que muestre una y otra vez la plena vigencia de sus ideas. 


Su legado.
El libro por ese motivo no se detiene cuando llega al momento de la muerte del científico, hay cuatro capítulos dedicados a cuatro importantes personas, alguna de ellas mucho más conocidas que él, que fueron quienes fueron principalmente porque se inspiraron en sus libros y sus ideas... hablamos de Charles Darwin ¿a que os suena?, Henry Thoreau, George Perkins Marsh, Ernst Haeckel y John Muir. El padre de la teoría de la evolución por ejemplo nunca se hubiera embarcado en el Beagle si no hubiese conocido los trabajos de Humboldt, él mismo lo dijo, ambos llegaron a conocerse y profesarse una gran admiración mutua, los trabajos del científico prusiano fueron toda una inspiración para Darwin y él siempre lo admitió. Thoreau, el autor de Walden vio en las ideas de Humboldt y en su visión poética de la naturaleza, un mundo donde no solamente había que dejar entrar la visión racionalista sino donde había que usar la imaginación y la fantasía propias del arte, ese fue uno de los más bellos legados de Humboldt y que inspiró al filósofo americano en sus escritos sobre sus vivencias en la naturaleza. George perkins se inspiró en las ideas de Humboldt para escribir su influyente tratado "Man and Nature" donde ponía la voz de alarma en la destrucción de la naturaleza y donde se exponían múltiples ejemplos del impacto negativo en los ecosistemas, la contaminación y la destrucción del mundo que también sustentaba al ser humano, todo un jarro de agua fría que modificaba radicalmente la mentalidad utilitarista y mercantil que imperaba por aquel entonces (y por desgracia también ahora). 

Ernst Haeckel, fue quien precisamente inspirado por las ideas de Humboldt sobre la fusión del arte y la naturaleza acuñó el término "ecología", sus dibujos de microorganismos fueron muy populares y cientos de artistas, incluido nuestro inmortal Antoni Gaudí, se inspiraron en sus diseños para encontrar en la naturaleza motivos "artísticos", y es que las obras de Humboldt, no solamente transmitían conocimientos, algo previsible, sino también y por encima de todo el amor por la naturaleza que su autor poseía y su visión emotiva y poética de los paisajes, las selvas, los desiertos y las montañas... trataba de plasmar ese asombro y esa fascinación que ha embargado a los exploradores del mundo natural desde sus comienzos y seguramente lo hizo mejor que nadie. La gente leía sus obras y se sentía transportada a una selva sudamericana, a la visión de un atardecer en los Andes, o a la descripción de un amanecer en el desierto... la poesía y la emoción no estaba reñida con la divulgación científica, todo lo contrario, Humboldt era consciente de un hecho que en ocasiones se olvida facilmente, que del conocimiento de la naturaleza surge la pasión y el amor por la misma casi inevitablemente, y que no se puede amar lo que no se conoce.


Ese espíritu poético y romántico de la naturaleza caló especialmente en un incansable viajero, naturalista y aventurero norteamericano llamado John Muir, a través de la obra de Humboldt penetró en él el "gusanillo" por los viajes y la contemplación de los vastos espacios naturales y con los años se convirtió en el principal valedor de la causa de la conservación de la naturaleza en los Estados Unidos, se puede afirmar que gracias a él se constituyeron los primeros espacios protegidos en esa nación y en el mundo, si otros como el nombrado Perkins Marsh ponían el acento en la conservación de los espacios naturales para evitar su destrucción y mantener su posterior aprovechamiento por el hombre Muir fue el primero en defender los valores de la naturaleza salvaje por sí misma, de forma independiente a cualquier aprovechamiento práctico de la misma. Fue también el primero en llevar el ecologismo a la acción política y luchar contra leyes y acciones que perjudicasen el medio ambiente, una lucha que continúa más viva que nunca y que en principio fue inspirada por las ideas de Humboldt con las que Muir se familiarizó desde su juventud.

Para terminar y para los curiosos que no le tengan miedo, o le hagan ascos, al inglés un enlace a Youtube en el que podemos ver a la autora en un vídeo presentando su libro, aquí tenéis otro, más largo e interesante con la autora presentando su trabajo y muy bien acompañada por Brian Cox en el empeño, y finalmente otro enlace a un artículo sobre la publicación de este ensayo.


Lo mejor: Un trabajo extraordinario, un libro MARAVILLOSO, ameno y muy bien escrito, que consigue enganchar al lector desde la primera página, que no puedes dejar de leer, que ha obligado a su autora a viajar por medio mundo siguiendo las huellas del coloso prusiano, un libro bellamente presentado y muy bien editado, repleto de dibujos en blanco y negro y a color, un ensayo que trata de devolverle a Humboldt algo de la fama que nunca debió de perder, y que nos muestra hasta que punto somos deudores suyos. Aviso a los lectores de ensayos históricos y científicos: este seguramente es el mejor libro que te vas a leer este año si te animas a ello... y seguramente también el año que viene, así que ¡ya estás tardando! :-).

Lo peor: Me gustaría que este libro no fuera un punto y final en relación a Humboldt, algún ensayo hay sobre el científico publicado en castellano, pero muy poco en relación a lo que merece su influencia y su obra. El libro aunque es muy completo y está atiborrado de datos sobre la vida y los trabajos del científico adolece de cierta falta de citas del mismo... hubiera sido estupendo poder incluir más párrafos provenientes de su obra. Dada la extensión de la misma creo que un ensayo recopilatorio de algunos de sus mejores textos hubiera sido una muy buena idea tanto para incluir en este libro como para una futura y probable segunda parte, se queda uno con ganas de leerle directamente y frustra un poco el ver que poquito hay de sus obras traducido al castellano. Editoriales, por favor, rescaten la obra de Humboldt, que vale la pena.


lunes, 26 de diciembre de 2016

¿Tenemos suficiente inteligencia para entender la inteligencia de los animales?

"La diferencia mental entre el hombre y los animales superiores, aun siendo grande, ciertamente es de escala y no de tipo."

Charles Darwin.

Ficha: "¿Tenemos suficiente inteligencia para entender la inteligencia de los animales", Frans de Waal, Tusquets editores, 365 páginas, ISBN: 9788 490 662502

Si te interesa el mundo de los animales, si tienes alguna mascota, si crees que la zoología es un tema apasionante y no has leído ningún libro de Frans de Waal la verdad es que no se a qué estás esperando, acude a la biblioteca o visita una librería... de verdad que no sabes lo que te estás perdiendo.

Tras "El bonobo y los diez mandamientos" y "La edad de la empatía" de Waal publica ahora este interesante ensayo donde pone en tela de juicio la mayor parte de lo asumido hasta ahora por la investigación sobre inteligencia animal, el título y la cita que encabezan este artículo lo dicen todo, o casi todo, los recientes experimentos sobre la cognición e inteligencia animal demuestran que aquel pensamiento de Darwin que parecía hecho muy a la ligera está resultando ser muy cierto.


Durante mucho tiempo no obstante se pensaba justo lo contrario, que la inteligencia humana tenía algo de especial... no solamente era netamente superior a la de los animales, incluso a la de los animales más inteligentes, algo por otra parte para lo que no hay necesidad de experimentación alguna... sino que era de un TIPO diferente, una vez aceptada como cierta la teoría de la evolución de Darwin daba la impresión de que en algún momento del pasado remoto hubo un salto evolutivo, una especie de comprensión súbita que elevó al ser humano muy por encima de todos los animales y le concedió la bendición, o maldición según se mire, de una inteligencia muy diferente, de tener conciencia de sí, consciencia, de ser autoconsciente y estar dotado de raciocinio, de capacidad de pensar... mientras que el resto de los seres vivos del planeta se movían principalmente por instinto en el caso del hombre había entrado el pensamiento y el raciocinio por la puerta grande, marcando un antes y un después, y una diferencia, un abismo fundamental entre este y los animales. La habilidad para fabricar objetos y principalmente la adquisición del lenguaje nos convertían en algo tremendamente especial... y la verdad es que se mire como se mire lo somos, pero no tanto como creíamos, en ese punto es en el que Frans de Waal y muchos investigadores de esa joven rama de la ciencia denominada etología, una especie de psicología animal, van descubriendo sorprendentemente que si queremos establecer una diferencia fundamental, de tipo y no de grado, entre el hombre y los animales hay que redefinir muchas cosas.



De hecho es sorprendente la ceguera de los estudiosos, de los experimentadores y científicos en general, durante años... llevados por la idea preconcebida que bien poco tiene de científica y mucho de dogma cuasi religioso, se negaban a aceptar muchos resultados y observaciones experimentales, Frans de Waal recoge en este libro una buena cantidad de ejemplos de experimentos defectuosos, conclusiones precipitadas, prejuicios y en general MALA ciencia que iba no ya encaminada al descubrimiento de la verdad, sino a encontrar pruebas que justificaran los prejuicios existentes... vamos el peor pecado que puede cometer un científico. Veremos una buena cantidad de ejemplos de experimentos defectuosos porque los experimentadores no tenían en cuenta la fisiología y el mundo sensitivo de los animales sujetos a experimentación... un ejemplo concreto e instructivo es el que se realizaron con elefantes, a los que se dejaba un palo tirado en el suelo y un racimo de plátanos fuera del alcance de su trompa, un mono no dudaría en coger el palo y utilizarlo para alcanzar los plátanos casi al instante, pues los simios están acostumbrados al uso de herrramientas para manipular objetos, pues bien los elefantes no hacían nada de esto, no cogían el palo para alcanzar los plátanos... se dedujo que la inteligencia del elefante era inferior a la del mono. Hasta que alguien se dio cuenta de que el elefante vive en un mundo predominantemente olfativo y auditivo, que son criaturas poco visuales en comparación con los simios, y que al agarrar un objeto con la trompa cierran su conducto nasal y quedan ciegos a los olores. Se repitió el experimento dejando un cajón de madera por la habitación... y se pudo comprobar cómo el elefante rápidamente iba a por el cajón, lo arrastraba, y lo usaba para auparse y conseguir llegar a los plátanos... incluso aunque el cajón estuviese fuera de la vista en otra habitación. Es un ejemplo de conclusiones precipitadas causadas por nuestro imperfecto conocimiento de la realidad sensitiva de un animal... así se podrían citar muchos ejemplos, el libro hace hincapié en este tema... de que tenemos que intentar ponernos en la piel del animal a investigar, pero ello requiere tiempo, paciencia, y sobre todo abandonar determinados prejuicios. 

Afortunadamente con el tiempo tras una serie de trabajos de etólogos y primatólogos menos escrupulosos con la corriente ideológica dominante que trataba a los animales como meros autómatas, fueron llegando otro tipo de conclusiones, sorprendentes pero a la vez rigurosas, que hacían tambalear el mundo de la supuesta supremacía humana, la idea preconcebida de que se estaba evaluando la inteligencia animal del modo correcto... veremos como los animales son capaces de experimentar sentimientos muy semejantes a los que poseemos los humanos, cómo son capaces de realizar comportamientos complejos donde se llevan a cabo alianzas políticas, simbiosis con otros organismos, cómo tienen en cuenta la experiencia del pasado, como no viven exclusivamente en el presente tal y como se pensaba sino que muchos de ellos son capaces de anticiparse a las circunstancias futuras... y en definitiva la prueba de que la cognición animal es fruto de la evolución al igual que cualquier otra característica física, y que características que consideramos netamente humanas están ya ahí en nuestro pasado evolutivo y que muchas veces no cometemos ningún disparate al usar analogías con el comportamiento humano a la hora de traducir en palabras el comportamiento de los animales. 


Una y otra vez en el libro seremos testigos de cómo los investigadores tenían que elevar el listón de lo que se consideraba un rasgo fundamental y diferenciador de la inteligencia humana respecto a la inteligencia animal, pues en cuanto se conseguía demostrar experimentalmente que tal rasgo también estaba presente en los animales había una conmoción en determinados sectores de la ciencia y pasaban a replantear sus propias cuestiones, a su vez los etólogos y científicos que como de Waal se habían marcado el reto justo opuesto, de demostrar que el pensamiento de Darwin es correcto, volvían a la carga con más pruebas experimentales... al final la nueva etología evolutiva ha salido triunfando, ello no nos quita mérito alguno a los seres humanos, basta echar un vistazo al mundo que el hombre ha construido en el planeta, pero desde luego que nos ha acercado mucho más a los animales, demuestra que ese enorme abismo que parecía que nos separaba a lo mejor no es tan grande. Lo interesante, lo mejor con diferencia, no es solamente que las líneas investigadoras de estos modernos etólogos evolutivos nos llevan a una mejor comprensión de los animales, algo valioso por sí mismos, sino que están ayudando también a entendernos mejor a nosotros mismos... en resumen que no podemos llegar a entender bien la inteligencia animal sin comprender a la vez mejor la nuestra... de ahí el título del libro, indudablemente la investigación termina marchando en ambas direcciones.

"Perseguimos la validez ecológica de nuestros estudios, y seguimos los consejos de Uexküll, Lorenz e Imanishi, quienes promovieron la empatía humana como medio para entender a otras especies. La auténtica empatía no se centra en uno mismo, sino que se orienta al otro. En vez de convetir a la humanidad en la medida de todas las cosas, tenemos que evaluar a las otras especies por lo que son ellas mismas. Al hacerlo, estoy seguro de que descubriremos muchos pozos mágicos, incluyendo algunos que por ahora están más allá de nuestra imaginación".


Lo mejor: Un libro ameno, interesante, riguroso, sorprendente... seguramente el mejor de Frans de Waal que he leído hasta la fecha. Aquí le veremos contar con pelos y señales los detalles de muchos experimentos con simios, su especialidad, pero sobre todo teorizar sobre la inteligencia humana y la animal y su origen evolutivo, y también de ofrecer ejemplos sacados de la experimentación con otros animales y trabajos de otros colegas centrados en las aves y los mamíferos marinos. Ello lo convierte en el libro más variado y completo de los que he leído en comparación. Muy recomendable.

Lo peor: Que no se reediten más los libros de este autor y que otras obras escritas por él no estén más accesibles, si hay un divulgador científico al que vale la pena leer en el campo de la zoología es sin duda alguna este. Hay un punto en el libro en que se enzarza en discusiones teóricas sobre cómo debería ser la investigación con animales, qué habría que buscar, qué podemos esperar en un futuro próximo... para el lector más especializado puede ser un tema interesante pero creo que la parte final del libro pierde un poco esa familiaridad y sencillez del comienzo, aunque desde luego que está lejos de ser un tema difícil o árido. Lo dicho, si te gustan los animales y no conoces la obra de Frans de Waal es que no sabes lo que te estás perdiendo ;-).