jueves, 26 de marzo de 2015

Este jueves un relato; Palíndromos.

Este jueves nos conduce Charo, quien nos propone hacer una historia a partir de un palíndromo a nuestra elección entre los que ella nos propone, !ahí vamos!.


SE VAN SUS NAVES

Vino desde tierras lejanas donde no existe el mar, aquí tampoco hay mar, por eso siempre lo añoro, no se si fui yo quien le enseñé como bucear en mis ojos y pasear por el fondo del mar o simplemente sabía como hacerlo, el caso es que buceó. Él es el único ser que me miró sin miedo ni asustarse de mi cola de pez, puede que por ello yo si me asustase de él.
Al verme retroceder donde lo había provocado, armó su propia flota, nada lo detiene, es valiente, obcecado, nunca se pone límites, es un hombre con alma de pez… ¿cómo no enamorarse de él?.
Me miró desde lo alto de proa y me preguntó con la mirada tres atardeceres, tres, si iba a irme con él y yo no contesté, barada en la arena el ancla del miedo y mil cosas más que no entiendo me mantienen estática en la arena de la playa.
SE VAN SUS NAVES, por muchas vueltas del derecho y de revés que le de SE VAN SUS NAVES, ya no me mira, me tendió su mano llena de posibles, de sueños, de aventuras, de latidos, de deseos, de amor y yo me reforcé de escamas de acero… ¿o simplemente lo imaginó mi deseo?
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Solo sé que ahora contemplo como SE VAN SUS NAVES, y lo leo del derecho y del revés, a través de un mar salado que se desborda por mis pestañas y no puedo ya hacer nada, SE VAN SUS NAVES y yo, sirena cobarde, me quedo en la arena barada y sin saber si una caricia suya sería capaz de hacer caer todas mis escamas.


jueves, 19 de marzo de 2015

Este jueves un relato:A través de la ventana.



Arrebujada en una pañoleta me dirijo a tu casa, me espera una taza de café caliente, una charla como siempre cómplice y agradable, hace días que no nos vemos y a pesar del frío de la mañana voy contenta al encuentro... llamo una vez, bajito por si él duerme que siempre le gusta remolonear en la cama y nos deja que las chicas hablemos de nuestras cosas... espero y vuelvo a insistir un poquito más fuerte, pero nada, decido dar la vuelta y tocar por la ventana pero os veo allí, abrazados, rompiendo el frío de la mañana en jirones, debo irme pienso, pero la escena me atrapa como la mejor película de cine, una puesta en escena perfecta, unos actores entregados como si la vida les fuera en ello, no exactamente, es como si la misma vida brotase de ese abrazo...
Os veo entregaros el uno al otro, sé que debo dejar de mirar, pero no puedo hacerlo, la pasión me atrapa, me veo envuelta en oleadas de calor, de pasión, de deseo, de amor, y una punzada de vergüenza me martiriza por estar allí como simple mirona, pero no puedo moverme, me conquista cada uno de sus movimientos por tu piel, cada una de las caricias que le dedicas, es delicioso mirar como os amáis y dejarse embargar por los sentimientos que parecen desbordarse y escaparse por las ranuras de la ventana y colarse directamente en mi cuerpo, invadiéndolo, violándolo, tal es así que ya no se quien observa a quien, si yo estoy invadiendo vuestra intimidad o sois vosotros los que me poseéis, lo sé, no he sido invitada a esta fiesta, pero me he visto arrastrada a ella sin poder oponer voluntad ninguna, que no soy dueña de mí misma, ni de mi cuerpo que no responde a mi mente que le dice, “vete”, y siento en mí cada caricia, no las de él hacia ti, si no todas y cada una de ellas, las que das, las que recibes, por lo que creo que no caben más sensaciones en mi cuerpo y siento estallar mi interior justo a la vez que llegáis al orgasmo, y no han sido dos, si no tres, y me sorprendo tanto que casi me fallan las piernas...
De repente me miras y me sonríes como si tal cosa, me giro dispuesta a irme por no estar en condiciones de darte una explicación, que aún siento mareos y el cuerpo rendido por la sacudida de unas sensaciones tan desorbitadas, tan invasoras que no les he podido oponer defensa alguna, pero abres la puerta y me gritas...
...¿dónde crees que vas?...
Me vuelvo tranquila y sonriente, siempre sé en tu tono de voz que es lo que sientes, si ya nos miramos nuestras miradas desde niñas se lo cuentan todo y con solo mirarte sé que no tengo que darte explicaciones que ya lo sabes todo, y es tan inexplicable como cierto, tan sencillo como no necesitar razonarlo, imposible de pasar por criba social o moral, solo por el corazón que nunca se equivoca ni puede tener mala intención... dos cuerpos en esa cama, solo dos... tres corazones al unísono en una sola explosión...

El resto de participantes en casa de nuestra querida Gaby

jueves, 12 de marzo de 2015

Este jueves un relato; Miradas


Los humanos racionalizáis tanto las cosas que se os ha olvidado muchas que son sencillas y simples.
A ver cómo os lo explico, os pondré un ejemplo: las miradas.
Decís cosas como: “sentí su mirada clavada en mí”, “se me erizaron los pelillos del cogote como si alguien me estuviera mirando”… ¿a que sí?.
Eso es porque las miradas tienen materia, se os ha olvidado, pero las miradas necesitan un espacio, te tocan las de los otros, tú tocas a los otros con la mirada e incluso a veces, esa desazón que sentís y que echáis la culpa a la claustrofobia (que os gusta ponerle nombre a todo) es simplemente que vuestras miradas no encuentran espacio en el queexpandirse.
Imaginaros lo mal que lo pasé cuando decidí mudarme a la tierra firme y me metí en una casa rodeada de paredes, de ahí mi manía de tirarlas todas buscando espacio para mi mirada, me mudé a un ático y cambié el techo por uno precioso de cristal que me dejaba extender mi mirada hasta las estrellas… visualizadlo, ¿a que os sentís mejor solo de pensarlo?.
Recuerdo la primera vez que él me rozó con su mirada, no recuerdo ni el sitio ni el día, solo recuerdo que me tocó y yo involuntariamente exploré sus perfiles con la mía, nos reconocimos como seres parecidos y el deseo de tenernos fue tan intenso que todo desapareció a nuestro alrededor, nuestras miradas solo estaban la una para la otra…
Perdón que me disperso y yo venía a plantearos lo de racionalizarlo todo hasta olvidar que sois animales y que hay muchas, pero muchas cosas que ya no usáis porque están atrofiados vuestros sentidos, como por ejemplo el de las miradas.
Imaginaros el resto, hay algunos humanos que aún de alguna forma los usan, como él, que corresponde a cada uno de mis sentidos y los percibe perfectamente, todo es distinto, las caricias, los besos, los juegos… perdón que me disperso de nuevo, ¡esto del recién llegado calorcito primaveral me tiene todos los sentidos revolucionados!, ¿veis?, ¡eso es lo que os digo!, eso que sentís cuando llega la primavera sería otro buen ejemplo.
Nunca sé si me explico o seguiréis pensando que las sirenas somos bichos muy raros.

El resto de relatos en casa de nuestra conductora de este Jueves, Matices

jueves, 5 de marzo de 2015

Este jueves un relato: Con título sorpresa.

Para la convocatoria de este jueves Dorotea que es quien nos conduce nos retaba a asignarnos un título y escribir sobre él, me parece divertido y original a mi me ha asignado:
Romance de un ultaligero.


Erase una vez un ultraligero que se enamoró de una roca perdida en medio del mar.
Puede ser que viera en ella la consistencia, el peso, la rotundidad de sus formas tan contrarias a él mismo… ya sabéis que los contrarios se atraen.
Estaba desesperado por acercarse a ella y no sabía cómo, ¡eran tan distintos!
Pero mira por donde Cupido siempre encuentra extraños caminos para sembrar el amor.
Resulta que en esa roca solía parar una sirena que se entretenía oteando el horizonte vigilando por si aparecían náufragos a los que salvar.
El piloto del ultraligero también miraba hacia el horizonte pues siempre soñaba llegar un poco más allá.
Cupido sonrió e hizo que se cruzasen las miradas de sirena y piloto.
Ella al verle pensó que sería fantástico volar y él al verla a ella que bucear en los océanos debería ser toda una aventura.
Aterrizó sobre la roca con el ultraligero y se posaron sus ligeras alas sobre la roca estática y dura.
La roca se estremeció al notar el leve roce de algo tan sutil y delicado y el amor surgió llenándolo todo, invisible y tan presente como la sal en el agua.
Hicieron el amor entre el cielo y el mar, el agua se onduló de placer al ritmo de los latidos de los amantes, el viento se llevó los susurros de las hermosas palabras de amor que cruzaron entre jadeos e invadieron todas las costas de alrededor.
Aún hoy, si os sentáis en la orilla del mar con los pies en el agua sentiréis esa pasión que traen las olas de aquel inigualable encuentro y si sabéis escuchar, oiréis todo lo que se dijeron roca y ultraligero, no podéis escuchar con los oídos, si no con el corazón, probad.

Lo que pasó entre la sirena y el piloto no pensaréis que pienso contároslo ¿verdad?, que las sirenas somos muy discretas con nuestras cositas, ¿o no?, bueno, ya veremos, si os portáis bien, éso, os lo contaré otro día.