Foto: Enrique Lozano
A esta sirena que tiene cola recubierta de escamas le cuesta mucho caminar, da igual que me pongas alfombras rojas sembradas de pétalos de rosa, no importa que el camino que me propongas sea de hierba fresca y sombra de álamos a la vereda de un río, nada puedes hacer cuando el mar me llama y salte al agua y desaparezca para poder descansar.
No tienes tú la culpa.
Ni yo de ser un medio pez que juega a ser humana, el mar es mi casa… ese silencio que lo invade todo, ese abrazo suave y leve del agua, ese no saber si se está del derecho o del revés… es inevitable que me capture y me conquiste.
No me mires así que me pesa tu tristeza y tus lágrimas son piedrecitas en el camino que hieren aún más mis pies.
No me reproches ser quien soy, ¿no te advertí que era una sirena?.
Mira mi piel, se desquebraja si permanezco mucho fuera del agua, me romperé entre tus dedos si no me voy, mírame agotada y ese reguero de escamas que voy dejando…
Te haré el amor esta noche, te susurraré al oído cuanto te amo e inventaré cuentos que hagan reír a tus labios, esos labios que tantas veces han calmado mi sed de besos, te cobijaré entre mis brazos hasta que te duermas y velaré tu sueño para que solo sueñes cosas bellas, pero por la mañana déjame volver al mar antes de que me convierta en sal.
Os dejo esete poema de mi querido Hipogeo, nunca os he hablado de él, ¿no?, que raro, ya sabéis, seguid mi consejo y pasaros por su casa, es uno de mis favoritos... al fin y al cabo hoy me siento sardinilla más que sirena y él es mi Boquerón, ¿como no encajar los dos escritos? y ha sido pasar por su casa, leerlo y ver que era perfecto para este cuento y robérselo ¿o es tomarlo prestado?... mmm ya veremos si no me gano un cosqui por impulsiva...
(...pobres humanos persiguiendo sirenas, pobres sirenas si pretenden ser humanas para amarlos... )
Poema:
rompen contra la arena del silencio
lo que no tiene nombre
violentas las palabras
y un murmullo de mar
fugaz como la espuma
da ritmo musical al alarido
de un náufrago que muere y que renace
que se hunde se ahoga asciende sale a flote
aspira bocanadas de aire y laso
bracea contra el tiempo y la marea
en pos del mismo canto de sirenas
de idéntico El Dorado inexistentes
desde que el ser humano en un lamento
se transmudó en poeta
El resto de relaciones en casa de nuestra conductora de este Jueves, nuestra San