que apenas la comprendes.
ANDRÉS NEUMAN en Década
De vegades, sóc molt mala alumna
E A
Por Ester Astudillo
El empeño de las cosas
de imponer sus límites exactos
me hace superflua:
¿por qué esta obsesión por describir
el despliegue de todo cuanto ocurre
si el mundo es, fue y será mundo
sin mi vigilia?
Si acaso existir fuera imperioso,
que lo hagan esos pájaros atípicos
ojos de nombre:
su filo apunta justo al fin del término,
se ciñe éste al objeto como un guante,
performan su función sin conmoverse,
existen para ver
y a eso responden.
Yo y mi yo superfluo haremos
a cuanto exige nuestro nombre:
monosílabo trabado
que escapa de su cuna así se sabe.
Vivir yo, pues, por un instante
-primero y último-
el goce de saberme también
al mismísimo borde de lo perfecto.