La derecha de rodillas
Lo mencioné precisamente en mi columna anterior: con el voto voluntario el duopolio temblará. Y al menos en un 50% del asunto le apunté ya que tras los resultados de la primaria presidencial realizada este 30 de Junio, la derecha lo está pasando mal, muy mal. Y lo pueden llegar a pasar peor aún...
Por Esteban Martínez Covarrubias
La primaria presidencial tenía como objetivo obvio e inmediato el escoger al personaje que encabezará la competencia por llegar a La Moneda de aquí a fin de año tanto en la derecha como en la Concertación (hoy llamada "nueva mayoría", aunque siguen siendo los mismos más el Partido Comunista). Sin embargo, existían otros asuntos no menores frente a los que debíamos estar atentos. Uno de ellos guardaba relación con la cantidad de personas que se motivasen a votar por cada pacto y ahí, los escasos 800 mil votos que registró la derecha deberían ser motivo de preocupación en la Alianza. Preocupante en primer lugar porque los votos de la derecha no alcanzan a ser ni siquiera un 10% del potencial electorado nacional (se supone que cerca de 10 millones de chilenos están en condiciones de votar), ahora siendo realistas, sabemos que a la derecha nunca le ha importado demasiado la representatividad por lo que este dato para ellos debe resultar irrelevante. Pero el hecho que si les debe haber importado y que seguramente los tendrá con pesadillas bastante tiempo fue el que Michelle Bachelet sola logró doblar la votación de la derecha y la Concertación completa los triplicó.
La derecha se ha pisado la cola ... y con fuerza. Mirando el detalle de las votaciones podemos observar el hecho de que Pablo Longueira, pese a su insistente discurso en torno a lo que el llama una derecha popular, venció a Andrés Allamand gracias a que los más ricos del país votaron por él. Allamand lo venció en regiones y en comunas de Santiago tales como Cerrillos, Cerro Navia, Independencia o Puente Alto, mientras que en comunas de altos ingresos, como Lo Barnechea, Las Condes o Vitacura Longueira arrasó, sacando ahí la ventaja de más de 20 mil votos que le permitieron ganar la primaria. La verdad (finalmente) ha sido expuesta.
En la vereda de enfrente, la Concertación ha postergado su agonía gracias al indiscutido liderazgo de Michelle Bachelet, quien en base a su llegada con las personas logró movilizar a un millón y medio de personas a las urnas, dejando que el resto de los candidatos se repartiesen el resto de la torta (600 mil votos aproximadamente). Tenemos con esto entonces un escenario completamente abierto para las elecciones de fin de año. Tanto para presidenciales como para las parlamentarias. La alta y sorprendente cifra de personas que se decidieron a votar para esta primaria puede ser una señal importante pensando en fin de año... ¿superaremos los 6 millones que venían votando hasta 2010? ¿cuanta gente nueva (joven) se incorporará? ¿se podría romper el binominal considerando la baja votación que en muchos sectores presenta la derecha?
En la derecha se aprendieron un discurso de memoria, el cual andan repitiendo portodos lados, aseguran que mucho electorado de su sector se quedó en la casa en la primaria y no votó porque les daba lo mismo si pasaba Allamand o Longueira, pero que a fin de año si votarán. La verdad es que eso no se lo creen ni ellos mismos. Yo veo un escenario muy complejo para aquel sector, históricamente la derecha ha representado a un 30% del país y aquella realidad se había visto maquillada gracias al voto obligatorio, el cual obligaba a los electores inscritos a escoger entre solo dos alternativas, una desgastada Concertación que se encontraba gobernando y una derecha que desde en frente jugaba a ser "el cambio". En 1999 Joaquín Lavín alcanzó un 49% de aquel electorado y en la derecha utilizan aquel ejemplo para recordar que "es posible". Y si, claro, es posible... pero en aquel contexto es posible, es decir, con un electorado estático y viejo, con muy pocos jóvenes y gente pobre participando. Hoy, con voto voluntario y múltiples candidatos que invitan a realizar un verdadero cambio la verdad es que la derecha tiene muy pocas opciones considerando el discurso conservador que repiten y repiten.
Manuel José Ossandon, uno de los tipos más cuerdos con los que cuenta Renovación Nacional, lo dijo en estos días: "si la derecha no se abre de una vez por todas a salir de su burbuja, a salir de sus comunas, a modificar el binominal y propiciar los cambios que realmente la gente está exigiendo, la vamos a pasar muy mal..." Clarito ¿no?