No hay peor ciego...
Las pasadas municipales dejaron bastantes temas sobre la mesa: la derrota electoral de la derecha, el mal manejo del proceso por parte del gobierno, los ganadores de la elección (si es que los hubo) y bueno, el más grande de todos, la alta cifra de abstención electoral. La cual, para mi, sigue siendo un fruto más del sistema educativo que nos rige.
Por Esteban Martínez Covarrubias
¡Y les salió el tiro por la culata! El mundo político, sentado en bases erróneas, decidió jugársela por el voto voluntario y en lugar de generar mayor participación juvenil dejaron al descubierto (más de lo que ya estaba) lo poco representativo que es el sistema "democrático" chileno. Finalmente la abstención a nivel nacional rondó el 60% , llegando en algunas comunas incluso al 70%. Cifras impresentables se miren por donde se miren.
Creyeron que los jóvenes no votaban por mera flojera, que eliminando el trámite de inscripción estos acudirían a las urnas. ¡Error! Evidentemente no conocen el país que gobiernan e insisten en menospreciar el alcance que tiene el desigual sistema educativo chileno. No nos olvidemos que en Chile el sistema educativo de mercado ya va para los 30 años de funcionamiento. El modelo ya ha incubado por lo que podemos ver sus resultados y cuando tu como país decidiste que la calidad de la educación primaria, secundaria y superior se regiría por factores de libre mercado los resultados no podrían haber sido otros.
La educación es la llamada a generar capacidad de análisis en una población. La educación es información, es poder de decisión, por lo que si alguien no tiene acceso a ella no será capaz de realizar ninguno de los dos actos mencionados. Y bueno, eso es lo que en Chile ha ocurrido. Existe un sistema elitista, escuelas básicas que se financian con 40 o 50 mil pesos por alumnos versus colegios que reciben 150 o 200 mil pesos por persona. Esa diferencia abismal, que se presenta en Chile desde sus niveles iniciales se amplifica en cada año de crecimiento y desarrollo de los chilenos, porque bien sabemos que la educación es un proceso que suma sobre otros, es decir, si no se invierte de manera consistente en los primeros años de educación de la población difícilmente la situación podrá revertirse durante la adolescencia los jóvenes y en edad adulta ni hablar, por ende no deberíamos sorprendernos de estos resultados, están directamente relacionados.
Si, existe desmotivación, es real que el sistema político chileno se encuentra en descrédito, que existe una crisis de ideas y está presente una sensación creciente dentro de la población de que las cosas no cambian, salga quien salga. Pero el factor educacional es mayor, porque los menores de 30 o 35 años en Chile no tienen idea donde están parados, no saben de Historia de Chile, no logran comprender procesos históricos por lo tanto menos van a generar un presente. Existe indignación en muchos de ellos pero tengo la sensación que ni ellos mismos saben de que.
Esta vez, al mundo político, la crisis les ha reventado en la cara. Ya no se trata de mirar con pena la realidad de miles de chilenos (sus hijos no van a jardines o colegios de pobres, ni estudian en universidades para pobres así que al final del día les da igual) sino que esta vez el problema parece amenazar su territorio. ¿Entenderán de una vez lo insostenible del asunto o seguirán parchando con tal de sobrevivir?
Esta vez, al mundo político, la crisis les ha reventado en la cara. Ya no se trata de mirar con pena la realidad de miles de chilenos (sus hijos no van a jardines o colegios de pobres, ni estudian en universidades para pobres así que al final del día les da igual) sino que esta vez el problema parece amenazar su territorio. ¿Entenderán de una vez lo insostenible del asunto o seguirán parchando con tal de sobrevivir?