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lunes, 23 de febrero de 2015

Descrédito total.


No hay peor síntoma que la pérdida del hambre, el abandono de una pasión. Sin hambre te acomodas y sin darte cuenta olvidas lo que algún día fuiste, o 'lo que quisiste ser'. Algo así es lo que ocurrió con la clase política chilena, la cual recuperó la democracia en 1990 tras 17 años de dictadura pero acabó acomodándose a una realidad limitada por los márgenes establecidos en dicho régimen. Fue así como los sueños de muchos fueron aplastados uno a uno por la realidad. Nos olvidamos del fortalecimiento de una educación y salud pública, dejamos todo en manos del mercado (absolutamente todo), y establecimos un sistema salvaje, una selva que encubrió el abuso y la barbarie bajo la palabra libertad.

Se acomodó la Concertación, se asentó la derecha mano a mano con los poderes económicos y sin darnos cuenta Chile se transformó en un fundo con patrones de distintos colores. De ahí que no extrañe en absoluto que hoy transversalmente la política nacional se encuentre manchada por escándalos relacionados con el financiamiento ilegal de campañas electorales, evasión de impuestos y licitaciones fraudulentas que incluso han llegado hasta la presidenta Michelle Bachelet, cuyo hijo, Sebastián Dávalos, se ha visto envuelto en un vergonzoso caso de uso de influencias con fines millonarios. Aquí no se salva nadie, por más que en la Nueva Mayoría intenten convencernos de que los malos están en la otra vereda la realidad demuestra que por una u otra, la suciedad es transversal, como viene siendo desde hace casi treinta años. 

Mentiras tras mentiras y a estas alturas el descrédito es total, frente a la opinión pública esto es prácticamente insalvable y plantea una cruda pero necesaria pregunta: ¿quienes irán a votar en 2018? A favor del mundo político corre el que la población chilena tiende a ser de memoria corta, es decir, estos escándalos podrían ir desapareciendo con el tiempo de la memoria colectiva, sin embargo el nexo entre la política y el dinero es estrecho, esto podría quedar acá o ser solamente la punta del iceberg. Tiempo al tiempo pero el escenario es complejo y tiende a ser dramático. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Pronóstico electoral

A una semana de las elecciones, me la juego. Basado en los siguientes hechos:

1 - Para la elección de 2009 (y las anteriores) votaron 6.9 millones (voto obligatorio). Siempre he creído que con voto voluntario, de ahí se bajan un millón de personas, principalmente gente pobre y viejos. Es decir, del padrón antiguo, votan este domingo entre 5.5 y 6 millones creo yo.

2 - En 2005 Michelle Bachelet obtuvo 3.2 millones en primera vuelta y 3.7 millones en 2da vuelta (se le sumaron comunistas + varios). En 2009 Eduardo Frei obtuvo en segunda vuelta 3.3 millones. Ahora, en la primaria de este 2013 Michelle Bachelet obtuvo 3.2 millones, es decir, sus votantes se mantienen dentro del margen esperado. Comparado con la segunda vuelta de 2005, Michelle Bachelet tiene 500 mil votos menos. Soy un convencido de que para la primaria Michelle Bachelet movilizó practicamente a todos sus votantes (comunistas incluidos). Es decir, pronostico que en esta elección Bachelet saca 3.5 millones de votos. 

1ra conclusión: Bachelet no inscribió a gente nueva para esta elección. Su voto es duro, es prácticamente la misma gente que votó por ella en 2005, pierde unos 300 mil votos de gente que se margina para esta elección. 

3 - Acá viene lo especial, lo dificil de explicar: la derecha. Ellos vienen sacando con el padrón antiguo desde 1999 un poco más de 3 millones (Lavín 3.4 / Piñera 3.3 y 3.7). Sebastián Piñera en 2010 obtuvo en primera vuelta 3 millones de votos, pero ahora en primaria la derecha sacó 800 mil votos. Es evidente que esa no es su votación real y ahora para la presidencial debería aumentar pero ... ¿cuánto? No veo por donde sumen 2.2 millones de personas para recuperar su votación normal. ¿Sumarán un millón? (lo cual ya es bastante). Pronostico entonces para Evelyn Matthei una votación de 1.8 millones. 

2da conclusión: La derecha pierde 1.2 millones de votos para esta elección, ahora, del millón de personas que yo digo que dejan de votar, Bachelet pierde 300 mil y la derecha 700 mil, por lo tanto, hay aún así 500 mil votos tradicionales de derecha que a alguien distinto tienen que ir a parar: Franco Parisi. 

4 - La derecha pierde para esta votación 1.2 millones de votos. 0.7 es gente pobre o vieja que se abstiene de votar pero 0.5 no va a ir a parar a Marco Enriquez, Marcel Claude , Sfeir ni Roxana Miranda. Franco Parisi obtiene esa votación y además suma nuevos jóvenes que votan por primera vez. ¿Cuántos? 500 mil. Pronostico 1 millón de votos para Franco Parisi. 

5 - Marco Enriquez Ominami obtuvo en 2009 1.4 millones de votos, sin embargo, más de la mitad de esa votación era tradicional de la Concertación. Gente de izquierda que no votó por Eduardo Frei pero si había votado por Bachelet en 2005 (Bachelet 3.2 millones en 2005 / Frei 2.1 millones en 2009) . Entonces, Marco Enriquez le robó voto a la Concertación pero hoy Bachelet recuperó esos votos. Es decir, Marco Enriquez se queda con unos 400 mil votos de esos 1.4 millones. Sumará gente nueva ...pero ¿cuánta? ¿300 mil? Ok. Pronostico 0.7 millones de votos para Marco Enriquez. 

6 - Marcel Claude. Del padrón antiguo Marcel no suma muchos votos. Habrán molestos con el Partido comunista, habrá algo de fuga de votos de Marco Enriquez, también el voto del Partido Humanista (100 mil votos en la última parlamentaria) y gente nueva. Nuevamente Michelle Bachelet arrasa con los candidatos de izquierda y pronostico 300 mil votos para Marcel Claude. 

7 - Finalmente los marginales:
Roxana Miranda (será la sorpresa de esta elección) : 250 mil votos
Alfredo Sfeir: 150 mil votos
Ricardo Israel: 30 mil votos
Jocelyn Holt: 20 mil votos 

EN DEFINITIVA. MI PRONÓSTICO ES El SIGUIENTE :

De un total de 7.750 millones de votos (6 millones del padrón antiguo + 1.7 millones de nuevos votantes:

Michelle 45.1 %
Matthei 23,2%
Franco Parisi 12,9 %
Marco E  9.3 %
Marcel  3.8 %
Roxana 3.2 %
Sfeir 1.8 %
Israel 0.4 %
Jocelyn Holt 0.3 %

Veremos a cuanto le apunto...

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cuesta creerles...

Por un asunto de dignidad: yo no voto Concertación.

Cuesta creerles el "ahora si que si" y frente a la duda, prefiero abstenerme. Es un asunto de dignidad. Se han cambiado el nombre, hoy se hacen llamar "Nueva mayoría", sin embargo, siguen siendo los mismos (más el Partido Comunista) quienes frente a la contingencia, viendo que la cuestión social está de moda y dado que existe voto voluntario (lo cual permitirá el ingreso de muchos jóvenes al sistema) han acomodado su discurso. Pero siguen siendo los mismos, piensan y razonan igual por lo que no veo razón por la que hoy deberían actuar diferente.

En educación, hablan de fortalecer el sector público (muy general aquello por cierto), sin embargo, en 2007 cuando la mismísima Michelle Bachelet tuvo la oportunidad de cambiar la historia de miles de chilenos decidió derogar la LOCE para aprobar la LGE. Es decir, maquillar el asunto para que el modelo siguiese funcionando. No tocó a los colegios particulares subvencionados, no incrementó de manera importante el financiamiento ni tampoco avanzó un centímetro en la formación docente.

En materia de pensiones Michelle Bachelet también tuvo la oportunidad de hacer historia. Enfrentada a una cruda realidad, que hablaba de miseras pensiones entregadas por el sistema de AFP, el equipo de hacienda (encabezado por el entonces ministro Andrés Velasco) generó el llamado "pilar solidario", el cual tenía por objetivo mejorar las pensiones mínimas que recibían personas que poseían lagunas en su período laboral. En aquel entonces declaraba el mismo Velasco: "la idea es que mediante este sistema, una persona que actualmente recibiría una pensión de $90.000, reciba $109.000 en 2009 y a partir de 2012 pueda recibir $138.000". Un avance, si. Pero habría que preguntarle a Andrés Velasco si el podría vivir con 138 mil pesos...

Tanto en educación como en previsión, las medidas propuestas por el gobierno de Michelle Bachelet fueron meros parches que poco o nada mejoraron la situación de los chilenos, sin embargo, la promulgación de ambas leyes se realizó entre aplausos en el congreso. Con brazos alzados al aire, tanto la derecha como la Concertación hablaron entonces de "reformas históricas" (*) y en ningún momento le oímos decir a la mandataria que estás medidas no eran de su agrado o insuficientes dada la realidad. Todo lo contrario, la auto complacencia fue generalizada.

Lo mismo había ocurrido unos cuantos años atrás, en 2005 para ser más preciso, año en que Ricardo Lagos modificaba la constitución retirando de ella los llamados "enclaves dictatoriales". Negar la importancia de aquellas reformas sería absurdo pero de ahí a creernos el que era otra constitución hay un mundo de distancia. Pero Ricardo Lagos y el mundo concertacionista hablaba (nuevamente) de una jornada histórica (**) y destacaban el hecho casi como si fuese a marcar un antes y un después para Chile.

La Concertación no solo mantuvo el modelo de mercado impuesto en dictadura, sino que lo profundizó teniendo la oportunidad de actuar distinto. ¿Cómo se puede entender entonces el que hoy lo critiquen? ¿El que hoy hablen del fortalecimiento de la educación pública? ¿De un nuevo sistema de pensiones? ¿De una nueva constitución? ... ¿Es creíble todo aquello? Para mi no. Por un asunto de dignidad yo no voto Concertación. 


sábado, 30 de marzo de 2013

El desafío de Marco

Marco Enríquez-Ominami reloaded

El gran desafío de Marco Enríquez-Ominami para esta elección es el de presentar una propuesta de gobierno potente, coherente y que logre generar apoyo significativo real, es decir, dejar de representar el voto protesta, el voto rechazo y pasar a encabezar una alternativa efectiva de cambio.

Por Esteban Martínez Covarrubias (@emartinec)

Las elecciones presidenciales de 2009 resultaron novedosas en múltiples aspectos, comenzando por lo obvio, cayó (al fin!) la Concertación. Pero también vivimos otro asunto interesante: por primera vez desde el regreso a la democracia en 1990 un candidato no perteneciente al eje derecha/concertación resultaba efectivamente competitivo. Antes muchos lo habían intentado, tuvimos a Max Neef en 1994, a una Gladys Marín en 2000, a Tomás Hirsch en 2005 pero fue Marco Enríquez Ominami el primero en lograr remecer el, hasta ese entonces, estático padrón electoral chileno.

Sin embargo, la duda es legítima: ¿fue efectivamente Marco Enriquez o simplemente el desgaste de la Concertación lo que provocó el remezón? Siendo más preciso aún : si el candidato de la Concertación no hubiese sido Eduardo Frei, si Marco Enríquez no se hubiese enfrentado a una coalición de gobierno tan deteriorada ¿habría logrado la cifra del 20% de adhesión ? 

El gran desafío de Marco Enriquez Ominami para esta elección es el de presentar una propuesta de gobierno potente, coherente y que logre generar apoyo significativo real, es decir, dejar de representar el voto protesta, el voto rechazo y pasar a encabezar una alternativa efectiva de cambio. Y en aquella dirección lo hemos visto durante las últimas semanas, apareciendo en diversos medios e intentando dar a conocer su propuesta (*), lo cual desde ya me parece positivo, considerando que ni la concertación ni la derecha tienen plan de gobierno y que ambas coaliciones se encuentran más preocupadas de encontrar el rostro que les permitiría recuperar/mantener el poder y no discutir acerca de lo que harían con ese poder.


No puedo entonces referirme en este blog a lo que la concertación quiere para Chile, ya que salvo ideas vagas no hemos oído durante todos estos años ninguna propuesta clara aún por parte de ellos. Lo mismo corre ente,para la derecha, aunque lo lógico sería asumir que los tipos intentarán darle continuidad a una política económica subsidiaria y centrada en el crecimiento económico, aspectos que han caracterizado al gobierno de Sebastián Piñera. Sin embargo, Enríquez - Ominami ha apuntado sus dardos de manera muy clara, afirmando en reiteradas ocasiones el que ha sido el sistema político el que ha fallado en Chile y que el hermetismo de este ha impedido (y seguirá impidiendo) la realización de cambios profundos en el país.

Efectivamente cambiar la constitución en Chile es complicado. De hecho, cualquier modificación relacionada con las atribuciones del Estado, reguladas constitucionalmente, requieren como mínimo la aprobación de los 4/7 de los senadores y diputados en ejercicio, es decir, casi un 60% de ambas cámaras, lo cual bajo un sistema electoral binominal es prácticamente imposible de alcanzar por algún sector político. Marco Enríquez - Ominami propone entonces saltarse al poder legislativo, promoviendo un plebiscito que permita poner sobre la mesa el tema de la constitución y generar cambios desde allí. Es una apuesta arriesgada pero muy práctica considerando el limitado margen de acción que posee el candidato dado el hermético sistema electoral chileno. No nos olvidemos de que el sistema binominal impide la entrada al congreso de las minorías, un ejemplo claro de lo que menciono fue el caso del distrito 20  (Estación central / Maipú/ Cerrillos) para las parlamentarias de 2009  (**), ocasión en que Alvaro Escobar (Independiente por la lista de Marco Enriquez- Ominami) obteniendo el segundo lugar en las votaciones (21,85%) no resultó electo, en desmedro de Pepe Auth (PPD), quien llegó tercero (20,70%) pero si llegó al congreso. Así es el sistema, así funciona la democracia en Chile. 

Es clara, directa, valiente y válida entonces la propuesta de Enríquez, quien ha apuntado sus dardos hacia la constitución, entendiendo que el cambio que necesita Chile no es  en un inicio económico sino que político y que mientras la constitución funcione como lo ha hecho desde 1980, ningún cambio responderá a las necesidades reales del país. 

(*) http://www.chilevision.cl/home/content/view/452716/229/

(**) Ver resultados Distrito 20  http://www.sitiohistorico.elecciones.gob.cl/SitioHistorico/index2009_dipu.htm

miércoles, 3 de octubre de 2012

La imagen es todo.



El panorama político chileno ya no puede ser más decadente. Tenemos a ambas coaliciones afirmando sus esperanzas en personajes a los cuales la oportunidad de estar en La Moneda les cayó del cielo. Porque así están las cosas en Chile, tal parece que el cargo de Presidente de la República se regala al personaje más simpático del barrio. 

Por Esteban Martínez Covarrubias

Las encuestas mandan en la política nacional y estas parecen mostrar una realidad sin vuelta atrás: Michelle Bachelet y Laurence Golborne corren con ventaja para las presidenciales 2013. Para alguien como yo, o sea una persona que (ingenuamente) aún cree que la política trata de un combate de ideas esta situación ya pasó de la indignación a la tristeza.

Michelle Bachelet es una mujer a quien ya en 2005 la nominación a la presidencia se le dio sin querer. La candidata natural de la Concertación era Soledad Alvear pero de pronto en las encuestas apareció Michelle. Por simpática, espontanea, por no entrar quizás en el perfil clásico del político mentiroso. Se habló mucho de su carisma por aquellos años y probablemente aquel sea su punto fuerte, sin embargo, por muy carismática o cercana que sea una persona esta no necesariamente está preparada para dirigir a un país. Los hechos demostraron que al mandato de Bachelet le faltó siempre peso ideológico. Tuvo la oportunidad de dar un giro en la educación (cuando vivió la revolución pinguina en 2005) y simplemente no fue capaz de actuar a la altura de las circunstancias, decidió profundizar el modelo educativo de mercado y postergar con esto la crisis en el tema. En materia económica su gobierno no presentó ninguna diferencia en relación a los anteriores mandatos de la Concertación, los monopolios, tan característicos del modelo chileno, se mantuvieron siendo que Bachelet vivió , por ejemplo, una polémica de colusión de farmacias que (nuevamente) le presentaron la oportunidad de generar un cambio en favor de los chilenos, sin embargo, la mandataria optó por no ensuciarse con los poderes económicos que manejan Chile. 

Pese a todo esto y a que en los tres últimos años Michelle Bachelet no ha sido capaz de pronunciar una sola palabra acerca de la contingencia nacional, su figura sigue liderando las encuestas, señal clara de que en Chile las ideas han pasado a un plano secundario,  da lo mismo lo que el candidato piense o los intereses que defienda, en Chile las elecciones se encuentran al nivel de un programa de televisión, una especie de reality show en donde los electores deciden votar  por quien les resulta simpático. Por cierto, no se en que estuvo Leonardo Farkas al decidir no lanzarse a las presidenciales, mal no le habría ido. 

Ahora, si lo de Bachelet da para cuestionarse todo, lo de Laurence Golborne es para quedar con depresión. Y es que estamos hablando de un empresario único mérito (dije ... ¿mérito?) fue estar ubicado en el centro de la noticia tras el incidente de los mineros ocurrido hace unos años. ¿Se habrá imaginado 3 años atrás Golborne que se encontraría en este escenario? Por supuesto que no. 

Ahora, nobleza obliga a reconocer que al menos la derecha ha intentado probar otras alternativas. Es decir, desde hace mucho ellos saben que Golborne aparece como la carta de mayor popularidad pero de igual manera saben que no es su mejor carta, por algo la UDI ha insistido con Pablo Longueira y RN con Andrés Allamand y tal parece que esperarán hasta último momento para jugar una de esas dos opciones. No creo que se de una primaria dentro de la derecha, simplemente no es su estilo, pero si tengo claridad en que los dos partidos del oficialismo no quieren que Golborne sea el candidato. Optarán por él solamente si es que no existe otra posibilidad.

Mientras tanto, en la vereda opuesta el planteamiento ha sido a la inversa. La Concertación ha presentado sus clásicas candidaturas de cartón, entiéndase Juan Antonio Gómez o Ximena Rincón, pero todos bien sabemos que llevan dos años esperando (y ansiando) que Michelle Bachelet se decida y defina su candidatura. Aunque dado el nulo interés que se aprecia en las filas del PS o la DC por levantar una candidatura alternativa debemos asumir que internamente ellos deben tener claridad y efectivamente Michelle Bachelet irá como candidata.  

Estoy completamente seguro de que Arturo Alessandri, Salvador Allende, Patricio Aylwin, Eduardo Frei (padre e hijo), Ricardo Lagos o Sebastián Piñera fueron tipos que se soñaban con la banda presidencial, que se miraban al espejo cada mañana imaginando como sería aquel momento. Por un asunto de ego o por Chile da igual, el punto es que lucharon por aquello. De igual manera también estoy seguro de que ni Bachelet ni Golborne soñaron con esto, simplemente se les dio, porque así están las cosas en Chile, cualquiera puede ser Presidente, literalmente cualquiera. 

martes, 10 de julio de 2012

Cheque en blanco a Bachelet

Tropezando con la misma piedra

Por estos días andan discurseando lindo en la Concertación. Pareciese que fuera del poder el corazoncito rojo les volvió a latir. Hablan de reforma tributaria, electoral, políticas medio ambientales, educación gratuita y de calidad, además de un trabajo junto a los movimientos sociales. Sin embargo, no les creo.

Por Esteban Martínez Covarrubias ( @emartinec )

Lo imaginamos durante mucho tiempo, diseñábamos teorías al respecto y sabíamos que tarde o temprano llegaría el momento en que la Concertación dejase el poder, el tema es que ocurriría con ellos al llegar ese instante. ¿Se quebraría la coalición de una buena vez? ¿Se reinventaría en la derrota? ¿Se vendría la anhelada auto crítica o vencería en el sector una vez más la auto complacencia ? Muchos ingenuamente creímos que estando fuera del poder parte importante de la Concertación, los sectores más de izquierda basicamente, podrían analizar en calma sus errores, falencias, omisiones y a partir de ahí construir una nueva hoja de ruta que incluyese a quienes estuviesen dispuestos a luchar por ella. 

Lamentablemente en estos 2 años de gobierno de derecha he visto a los partidos de la Concertación más preocupados de como recuperar el poder que de reconstruir los cimientos de su coalición. Eso no quita, por supuesto, el que hablen precioso. ¡Si la labia de buen político no la pierden! (el carepalismo tampoco). Por estos días andan discurseando lindo, si hasta pareciese que fuera del poder el corazoncito rojo les volvió a latir. Hablan de Reforma tributaria, electoral, políticas medio ambientales, educación gratuita y de calidad, además de un trabajo junto a los movimientos sociales. Sin embargo, no les creo.

Y no les creo no solo de desconfiado que soy, no solo porque tienen un tejado de vidrio gigantesco (¡20 años en el gobierno y ahora se acordaron lo injusto que es Chile!). No les creo por su presente, por su discurso acomodado y mentiroso. 

¿Dije acomodado y mentiroso? Si. Porque déjenme decir algo: no veo a la Concertación trabajando junto a los movimientos sociales, sino que tras ellos. Se colgaron de la polémica ambientalista tras Hidroaysén siendo que los últimos 3 gobiernos aprobaron 102 termoeléctricas (21 en el mandato de Eduardo Frei, 39 en el Ricardo Lagos y Michelle Bachelet se anotó con 42), se sumaron a las movilizaciones estudiantiles siendo que estos reclaman en contra de un sistema impuesto y desarrollado por la mismísima Concertación, adhirieron a cuanta protesta colectiva se dio (Magallanes, Aysen) siendo que jamás en los 20 años escucharon a las masas. Hoy la Concertación, con tal de criticar al actual gobierno, se suma a cuanta protesta exista. ¿El objetivo? Uno solo, recuperar el poder a como de lugar.

Esto último que afirmo se ve reflejado en el reciente apoyo que el PPD le ha entregado a Michelle Bachelet frente a las futuras elecciones presidenciales. Sin tener claridad aún acerca de si la mujer se presentará o no a dichas elecciones y sin siquiera conocer la posición de Michelle Bachelet en torno a la contingencia nacional, el PPD le entrega un cheque en blanco a la ex presidenta. ¿Porqué? Solo una explicable razón: Michelle Bachelet lidera aún las encuestas de popularidad. Es decir, es la única carta que los acerca el poder. Colocan entonces a la persona por sobre el proyecto. Se siguen moviendo por las encuestas y no por principios ni convicciones. 

Y no hay más, es poder y punto. Da lo mismo lo que piense o diga Michelle, su figura siempre fue y seguirá siendo un juguetito populista que le resulta simpático a los chilenos, lo utilizarán mientras les sirva y les de resultados. Da igual si cometió errores durante su mandato que contradicen por completo las actuales propuestas del conglomerado. Todo da lo mismo, lo importante es volver. El resto se verá después, una vez re instalados en La Moneda se analizará si efectivamente se puede cumplir todo lo que están prometiendo.

Ahora, "por si acaso", vemos a la Concertación levantando candidaturas de cartón. Está Ximena Rincón, Orrego o Juan Antonio Gomez (¡era que no!). Todo esto por si Michelle decide no ir a las elecciones pero todos bien sabemos que en cuanto Michelle se decida, todos se bajan. Quizás armarán una primaria para darle validez a la candidatura, otro show más, total, todo vale en la recuperación del poder incluso el volver a tropezar con la misma piedra.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La derrota de Camila

Ahora es cuando

Las recientes elecciones realizadas en la Fech enfrentaban dos formas de sentir la contingencia actual. Triunfaron quienes están por construir una alternativa política al margen de la Concertación y la Alianza por Chile. ¿Se decidirá el PC luego de esto a avanzar en aquella dirección?

Por Esteban Martínez Covarrubias

Las recientes elecciones realizadas en la Fech deberían mover a reflexión. Se enfrentaban dos tendencias dentro del mundo universitario de izquierda: una lista favorita liderada por la siempre carismática Camila Vallejos y una oposición encabezada por un entonces desconocido Gabriel Boric. Nadie que sepa un poco de política desconocerá que lo que en realidad se ponía a prueba era una determinada manera de hacer política estudiantil. La linea de Camila Vallejos durante el último tiempo estuvo marcada por su acercamiento con el colegio de profosores (en particular con su presidente Jaime Gajardo), con un alineamiento temático por parte del Partido Comunista (quienes llevan un tiempo importante trabajando junto a la Concertación en la oposición al gobierno de Sebastián Piñera) y una verdadera obsesión por la gratuidad de la educación superior. En la vereda opositora se encontraba "Creando izquierda", tendencia  que mostraba una mirada más crítica frente a los conglomerados que actualmente monopolizan la política nacional (Concertación y Alianza por Chile). En sus lineas asomaban rostros como el de Francisco Figueroa, personaje que ha sido capaz de enfrentarse tanto a Ena Von Baer como al mismísimo Sergio Bitar en televisión (*1), marcando así claras diferencias con Camila Vallejos quien solo se limitó durante este 2011 a apuntar dardos hacia la derecha (¿órdenes de partido?).

Para sorpresa de todos Camila no arrasó y por si fuese poco perdió. Por una mínima diferencia (no más de 200 votos), pero perdió. De inmediato comenzaron las declaraciones confusas. Teillier argumenta que no se sienten derrotados pese a los resultados contrarios, Camila afirma que está conforme porque de todas maneras la mesa directiva de la Fech será de izquierda (¿?), las bases del PC insinuan que sectores del gremialismo se lanzaron a votar por Boric a última hora, en la Concertación argumentan también que ha triunfado una "ultra" izquierda contraria a los partidos políticos. Ahora, sea cual sea la razón que se esgrima me parece que la derrota hace un click y cuestiona fuertemente el camino político adoptado en el último tiempo por la antes llamada "izquierda extra parlamentaria".

La vida del Partido Comunista de Chile durante estos últimos 20 años ha sido tan difícil como digna. Y es que vaya que tiene méritos el intentar hacer política en Chile sobre un piso tan excluyente como el nuestro. El Partido Comunista intentó por distintas vías. En las presidenciales de 1994 y 2000 de manera aislada, primero con un candidato ajeno (el cura Pizarro) y luego con alguien de la casa (la mismísima Gladys Marín), en 2005 las fuerzas se concentraron en la construcción de un conglomerado que reuniese fuerzas dentro de la izquierda (Juntos Podemos Más, con el humanista Tomás Hirsch de candidato) . En estos últimos años nos hemos encontrado con un PC bastante más rendido en la lucha, hecho que se vio reflejado en las pasadas presidenciales de 2010 , donde el candidato fue Jorge Arrate, funcional absolutamente a la opción presidencial de la Concertación (Eduardo Frei).  El cansancio se entiende y se respeta. No pretenderé yo por un segundo siquiera cuestionar el acercamiento con la Concertación. Básicamente porque el partido intentó durante más de 15 años ingresar al sistema desde afuera y simplemente no se pudo. Es válido entonces buscar por dentro. Sin embargo, creo que ha llegado el momento de analizar si la estrategia tomada es la más adecuada.

En primer lugar me detengo frente al pacto con la Concertación, el cual se planteó en un primer minuto como meramente instrumental/electoral pero con el correr del tiempo se transformó en un acuerdo programático. Partido Comunista y Concertación han trabajado en bloque la oposición al gobierno de Sebastián Piñera con un único objetivo conjunto: el regreso de Michelle Bachelet a la presidencia en 2014 (*2). Y analizando desde lo práctico... ¿han obtenido algo? De acuerdo a mi parecer : nada de nada. ¿Se aprecia alguna diferencia notable en el parlamento luego de la inclusión del PC en la cámara de diputados? Me parece que no. Es cierto que el tiempo ha sido escaso y que 3 diputados tampoco dan para marcar mucha tendencia, pero un camino claro si se observa. 

Mi segunda reflexión guarda relación con la renuncia a ser alternativa política en Chile, asunto que lo ligo con la derrota en la Fech. Y es que siento que precisamente es hoy cuando las cartas están para jugar en aquella dirección. Con una Concertación fuera del poder, desnuda de ideas, carente de convicción y completamente quebrada, con una derecha torpe e incompetente en el gobierno, con una población que se muestra cada vez más y más crítica, con una inminente reforma electoral que avanzará hacia el voto voluntario. Es decir, si no es ahora... ¿cuando? En ese sentido me parece que los estudiantes que han apoyado a Gabriel Boric por sobre Camila Vallejos la tienen bastante clarita y es de esperar que el PC se decida de una vez por todas a sumarse a este camino ya que ser el brazo izquierdo de una Concertación completamente quebrada no se que tanto sentido tenga... 


(*1) El día en que Sergio Bitar enloqueció frente al emplazamiento de Francisco Figueroa y la entrevista en un matinal junto a Ena Von baer
 http://www.youtube.com/watch?v=q-3MaNKVAV4 
http://www.youtube.com/watch?v=Z0dJ6mJsLQg&feature=related
    
(*2) http://diario.latercera.com/2011/12/04/01/contenido/pais/31-92763-9-guillermo-teillier-bachelet-es-la-carta-mas-segura-pero-sin-un-programa-acorde.shtml


lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Educación gratuita?

¿Tanto para nada?

¿Es la gratuidad de la educación superior una piedra angular dentro de la problemática educativa actual? La verdad es que ni por si acaso. Existen muchísimos temas muchísimo más urgentes que el mencionado. ¿Porque entonces la obsesión de parte de los estudiantes frente a este asunto? Cuesta entenderlos en realidad...

Por Esteban Martínez Covarrubias

Con todo respeto: se equivocan los estudiantes. No me atrevería a afirmar si este error está siendo manipulado con intenciones políticas (PC+ Concertación pensando en objetivos electorales para 2012 y 2014) o derechamente responde a la incapacidad de jóvenes que evidentemente no son expertos en temas educativos (no tienen porque serlo además).  El punto es que acá no se puede tratar de apoyar a ciegas la posición demagógica en la que se han situado los estudiantes, quienes, existiendo decenas de tópicos en donde la educación chilena muestra pobreza y necesidad urgente de transformación,  han decidido entramparse en un gallito con el gobierno en torno al tema de la gratuidad de la educación superior, transformando el lema "educación gratuita" en una frase tan vacía e inconsistente como el "fin al lucro" de 2005 o el "patagonia sin represas" de mediados de 2011. Los estudiantes y su obsesión con el gobierno  han terminado por entrampar una discusión que podría haber generado beneficios históricos para el país.

Digo posición demagógica porque siendo francos ... ¿quién podría estar en contra de que la educación superior fuese gratuita? ¡Absolutamente nadie! Sin embargo, el punto es si efectivamente la educación gratuita es una pieza clave dentro del engranaje educativo actual y la respuesta es: no. Definitivamente no.

Los datos están hoy a la mano. Tenemos un sistema que segrega a nuestros niños desde muy temprana edad. La calidad de la cadena sala cuna / jardín infantil / educación básica / educación media guarda directa relación con el dinero que una familia esté dispuesto a desembolsar mensualmente. De ahí que tengamos resultados tan diferenciados según dependencia de establecimiento año tras año tanto en SIMCE como en PSU . En 2010, por ejemplo, los alumnos de colegios municipales promediaron 473 puntos en la PSU de Matemática, particulares subvencionados 501 puntos y particulares pagados 618 puntos (en lenguaje la situación es muy similar). ¿Qué alumnos ingresan entonces a las mejores universidades del país? Está claro: principalmente los alumnos provenientes de los dos primeros quintiles. Aterrizando el discurso: tiene razón el gobierno al declarar que una educación superior gratuita beneficiará principalmente a los sectores más acomodados del país. ¡Y ojo! Que tiene razón un gobierno que no puede estar más perdido en materia educativa. Dicho en buen chileno: un gobierno que no cacha pa' donde va la micro... Pero tienen razón.

Entonces no se entiende. Sinceramente no se entiende la posición del movimiento estudiantil. Quienes argumentan que desean reestructurar el sistema educativo chileno, sin embargo, se la han jugado por un tema casi cosmético dentro de este. Por que digámoslo claramente: si la educación superior (la perteneciente al Consejo de rectores)  pasa a ser gratuita el día de mañana, en Chile no cambia absolutamente nada, excepto, que muchos chilenos andarían más felices por las calles (sobretodo de Plaza Italia para arriba) dado que tendrían más dinero en los bolsillos y menos cuentas que pagar. Pero en términos de calidad educativa no cambiaría absolutamente nada. En términos de movilidad social tampoco. Los pobres seguirían poblando institutos y universidades de mala calidad, los ricos las más prestigiosas. Los pobres seguirían siendo más pobres, los ricos más ricos. 

Distinto sería si ese mismo dinero pensado hacia la gratuidad de las universidades se decidiese capitalizar y dirigir hacia la educación inicial y básica de los chilenos. ¡Hay tantos temas donde es urgente avanzar! Por ejemplo, solo por mencionar un par:

-  Mejorar la calidad docente en niveles iniciales (pre escolar y educación básica), además de las condiciones laborales. Para esto se hace urgente avanzar en la formación de estos (no puede ser que alguien que obtenga 400 puntos en PSU después esté educando niños de edad inicial) , mejorar remuneraciones de este sector y al mismo tiempo las jornadas de trabajo. 

- Aumentar de manera notable la subvención por alumno tanto en liceos municipales como particulares subvencionados (por lo bajo 3 veces el presupuesto actual por alumno). Pero al mismo tiempo se debe controlar de manera efectiva la calidad de colegios particulares subvencionados exigiendo metas y resultados a estos, metas que de no cumplirse deben dar paso al cierre del establecimiento. Cursos con número reducido de alumnos, profesores con jornadas adecuadas que permitan generar una reflexión constante acerca del trabajo educativo. ¡Así se controla el negocio! ¡Así se termina con el lucro! Entregando los medios para que el sector público mejore su calidad pero como el dinero invertido no puede ir a dar a un saco roto, ni puede ir a parar a los bolsillos de un empresario, se deben exigir de manera clara mejoras considerables en los resultados de los colegios. Y si el sostenedor no cumple o no está a la altura, se le quita el colegio,  asume el estado y asunto acabado. Pero primero se le deben entregar los medios para alcanzar resultados.  

Medidas como las mencionadas (¡entre tantas otras!) cuestionan de verdad el actual modelo pero tal parece que nadie por el momento está dispuesto a avanzar hacia ellas. Por un lado el gobierno muestra incapacidad e desinterés evidente (y esperable) en atacar el problema de raíz, la oposición Concertación + Partido Comunista, se encuentra más preocupada del cálculo electoral que de la problemática real y los estudiantes han confundido por completo el rumbo en este asunto. Tengo la sensación de que estos últimos (sobretodo sus líderes, ya que el resto es solo masa que sigue la corriente) se marearon con tanta encuesta, al sentir apoyo masivo de la población frente a sus protestas se sintieron protagonistas de una revolución, se sintieron con el derecho de pasar por delante de cualquier poder del estado y de la forma que fuese (asunto que se vio reflejado unas semanas atrás en la irresponsable y torpe irrupción de muchos de ellos al congreso) y se olvidaron del objetivo que supuestamente en un inicio los movilizaba: mejorar la educación chilena, transformar a Chile en un país más justo y digno. La verdad es que hoy por hoy estamos muy, pero muy lejos de aquel objetivo.  

viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Convergencia opositora?

Y ahora ... ¿quien podrá defenderlos? 

Ver a la Concertación fuera del gobierno era uno de esos espectáculos que muchos esperábamos presenciar. La coalición venía desgastada desde hace mucho y no había que ser un genio para anticipar el que todas las carencias internas se harían visibles sin el escudo protector que otorgaba el poder.

Por Esteban Martínez Covarrubias

En todos los partidos existen corrientes internas. Dentro de la Concertación siempre triunfó aquella más acomodada al contexto, la más conservadora por sobre aquella más reacia a aceptar el modelo de Pinochet. Mi interpretación histórica de aquel hecho guarda relación con el fracaso de la Unidad Popular en los 70's. ¡Claro! Se quedó sin argumento la izquierda chilena y no les quedó otra que "agachar el moño" y aceptar con una sonrisa mentirosa lo que viniese, incluso lo inimaginable : Patricio Aylwin, cómplice directo del golpe de estado de 1973, asumiendo como Presidente de la República el primer período post dictadura. 

"Ya llegará el momento de los cambios profundos" - habrá pensado para si mismo parte de esa izquierda. Pero el tiempo pasó y la historia no solo no fue escrita por ellos, sino que el acomodamiento al modelo fue masivo dentro del mundo político. Comenzó de pronto a dar lo mismo el que la constitución que nos regía no fuese democrática, el binominal ni hablar. El "Crecer con igualdad" se transformó en un eslogan publicitario vacío y carente de toda consistencia, la "protección social" pasó a ser un concepto manoseable que les permitía sentirse mejor con su corazoncillo rojo al final de cada jornada.  

Como decía en un comienzo, en la Concertación siempre predominaron los sectores conservadores, quienes encontraron en los momentos complicados siempre una fiel aliada: la encuesta de aprobación. Lagos se despidió un 70% de rating, Bachelet un 80%. ¿Qué había que temer entonces? ¡La gente estaba contenta!  Lo que ellos no vieron (o no quisieron ver) era que esta supuesta aprobación no era ideológica, sino más bien correspondía casi a una medición de simpatía. Lagos y Bachelet le eran agradables a la gente como también le eran Stefan Kramer o el Kike Morandé. Son asuntos mediáticos que se sostienen en base al personaje, al caudillo, no son aprobaciones de carácter ideológico ni nada parecido.

Pero se vino el desplome. Porque todo, absolutamente todo tiene que caer en algún momento. Cayó Pinochet (se demoraron bastante en sacarlo eso si) y cayó la Concertación (nos demoramos demasiado en sacarlos también). Y junto con el desplome ha quedado en completa evidencia la carencia de ideas y el inexistente proyecto de país que poseían más allá del mantenerse en el poder y "echarle pa'delante" al modelo. Aquella falta de argumentos se pudo apreciar incluso durante la campaña presidencial de 2010, en donde la única consigna que mantenía unido al mundo Concertacionista era el "no a Piñera", el (nuevamente vacío) "no virar a la derecha"

Y precisamente esas encuestas que durante tanto tiempo fueron amigas y sirvieron de escudo frente a la hipocresía hoy están dando una gran bofetada donde precisamente más le duele al mundo político: en la llegada con la gente. O sea, al gobierno le ha ido mal con la aprobación pero lo de la Concertación ya es patético. Si al gobierno lo quieren pocos, a la Concertación si que no la quiere prácticamente nadie. 

Las malditas contradicciones 

Y es que este conflicto estudiantil los ha desnudado por completo. Las contradicciones no pueden ser más obvias. En 2005, por ejemplo, Sergio Bitar aprobó como ministro el crédito con aval del estado que aplicaba a los estudiantes intereses altísimos, hoy lo vemos justificando su decisión. ¿Su argumento? "En ese entonces no se podía hacer más, pero hoy (que no estamos en el gobierno) ...si se puede hacer" (*1). En 2006 Ricardo Lagos Weber afirmaba que "no hay razones para esta nueva movilización" (*2) (refiriéndose al movimiento estudiantil que tuvo que enfrentar Michelle Bachelet en su momento). Hoy, 5 años después lo vemos apoyando con pasión a los estudiantes (sobran comentarios). No olvidemos de hecho que Michelle Bachelet pudo utilizar su alta aprobación en favor de los chilenos y ahorrarnos esta crisis modificando el sistema educativo chileno, sin embargo prefirió profundizar el modelo y parcharlo para que siguiese viviendo. También hemos visto a Francisco Vidal en distintos lugares mencionar el como "el modelo político, económico- social en Chile se agotó" (*3)  ¡Ojo! Se agotó hoy. Con Sebastián Piñera en el gobierno, no cuando ellos gobernaban, sino que precisamente hoy. ¿Qué hipócritas , no?

Lagos (padre e hijo), Tohá, Bitar, Vidal ... y así, la lista de arrepentidos que en realidad no se han arrepentido de nada suma y sigue. Hoy los vemos fuera del gobierno, aparentemente más críticos del modelo. Hablando de renovar la coalición. ¡Pero no nos engañemos! Siguen siendo exactamente los mismos, quienes solamente cuentan los días para retomar el poder en 2014 de la mano del regreso triunfante de la muda de Bachelet . Pero ellos siguen siendo los mismos. Lo que ha cambiado es el contexto, al cual ellos intentan acomodarse una vez más para sobrevivir, tal como lo hicieron en 1990. La diferencia la marcamos  nosotros, que también somos parte de aquel contexto. Nos mintieron 20 años atrás e intentarán repetir el numerito, pero yo no me la vuelvo a tragar ... ¿y tú? 


(*1) Sergio Bitar justificándose :  http://www.youtube.com/watch?v=q-3MaNKVAV4

(*2) Ricardo Lagos Weber criticando y quitándole el piso a movilizaciones estudiantiles: http://www.emol.com/noticias/nacional/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=233200

(*3) Francisco Vidal y su singular visión del modelo político actual:


jueves, 11 de agosto de 2011

Segundo tiempo de Piñera

¡Otra oportunidad, otra oportunidad... !


Con un 26% de aprobación el gobierno de Sebastián Piñera asume que debe renunciar a sus convicciones con tal de mantener el rating alto. No entiende que la crisis que vivimos incluso se encuentra por sobre su persona. Es una crisis de Estado que requiere cirugía mayor.


Por Esteban Martínez Covarrubias


Siempre me ha llamado la atención la encuestitis aguditis que sufre la política chilena. Como cuando Ricardo Lagos presentaba índices de aprobación que rondaban el 70% ¿Lo recuerdan finalizando su período? ¡El tipo era un semidiós! ¡Intocable! Se retiró de La Moneda ovacionado y todo lo adoraba. Sin embargo, Lagos fue un irresponsable mayúsculo. No fue capaz (o derechamente no tuvo el cuero) de aprovechar ese momento de embobamiento nacional para poner sobre la mesa temas de vital importancia tales como educación, , democracia, participación ciudadana, , la discusión tributaria, matriz energética. Todos temas que hoy nos revientan en el rostro. Y eso sin mencionar siquiera lo que se venía con Transantiago: la incompetencia hecha carne. 

Con Bachelet la historia se repitió, pero esta vez fue peor aún. Como vivimos en un país aún tremendamente machista a la mami Michelle se le perdonó todo por ser dama. Entonces no solo se volvió a tropezar con la misma piedra y se le elevó a una categoría inmerecida solamente gracias a las encuestas sino que además se le dio un trato preferencial por el solo hecho de ser mujer. ¡Siendo que Michelle si que se mandó un numerito imperdonable! Ella vivió en mitad de su gobierno una "revolución pinguina", es decir, tuvo la chance perfecta de hacer historia y cambiar el rumbo en materia educativa. Estuvo en sus manos el evitar todo lo que hoy estamos viviendo. Pero tal como Lagos en su momento, no fue capaz (o no tuvo el coraje) de usar el momento a favor del país, de su gente y prefirió abanicarse con las encuestas. 

El político se debe a su público - dirán algunos, por lo que las encuestas mandan. Si estas andan bien, es señal de que el rating va subiendo y el sistema camina. ¿Y el contenido? ¿El fondo?...  ¡Que importa! Lo importante es que la rueda gire. Eso nos da el sueldo y nos da de comer. 

¡Bastante miope nuestra clase política entonces! Ya que cualquiera que conozca un poco la historia de Chile sabrá que cuando se tiene cierta oportunidad histórica esta se debe aprovechar para que no nos reviente en el futuro. La irresponsabilidad de los políticos de fines del siglo XIX generó un descontento social que comenzó a manifestarse poco a poco a comienzos del siglo XX , primero vía nacimiento de partidos políticos de izquierda, luego a través de protestas obreras masivas e históricas a lo largo del país. La injusticia y la miseria por aquellos años era evidente, pero las instituciones gubernamentales no lo comprendieron del todo hasta cuando la crisis estaba desatada frente a sus narices. Todos sabemos como culminó aquello: país completamente polarizado, lleno de odios de clase, un gobierno de Allende que ansiaba dar ese necesario paso histórico hacia la justicia social (en muchos casos con más ganas que talento, hay que decirlo), una derecha anti democrática que no estaba dispuesta a permitir el avance de la izquierda en el país y posterior golpe de Estado en 1973. 

Hoy, a casi 40 años de aquel desastre, nos encontramos con un gobierno que enfrenta baja aprobación ciudadana, protestas en las calles, descontento social y si bien la crisis no se ha desatado con el nivel de polarización que se encontraba en 1970, si me parece nuestro presente muestra similitudes el gobierno que llevase adelante Jorge Alessandri en 1960 ( historia cíclica ... ¡cuidado!). "Gobierno gerencial", "Ministerio técnico" que a mitad de período da paso a uno político dadas las necesidades del momento y fin del mandato en medio de una descarga social generalizada. En ese entonces el descontento dio paso a un gobierno de Eduardo Frei Montalva, hoy no sabremos a donde irá a disparar esto. 

Por estos días Sebastián Piñera me da un poco de pena. Víctima de los síntomas de la encuestitis aguditis asume que si estas andan mal, es señal de que debe renunciar a sus convicciones. Le han recomendado que se calle un poco (luego de tanta "piñericosa" el consejo suena cuerdo) y políticamente más que una nueva, exhibe una muy añeja forma de gobernar, situando en sus ministerios a personajes de una vieja escuela y más relacionados con la dictadura de Pinochet que con el futuro (Matthei, Chadwick, Lavín, Longueira, Allamand...¡Team 1990 a la carga!). Piñera habla en su eterna jerga pelotera y se refiere al segundo tiempo de su gobierno casi como pidiendo otra oportunidad. Y bueno, la tendrá. El hombre espera el milagro, el cual con Bachelet se dio. Ella partió muy mal pero a mitad de período arregló su naipe también sacando de la manga a la vieja escuela (Belisario, Pérez Yoma), se escondió siempre tras los dichos Francisco Vidal, dejó que Andrés Velasco tomase las decisiones relevantes en materia económica y los asuntos mejoraron. 

Ahora, independiente de si esta vez ocurre el milagro o no. Independiente si este cadáver vuelve a caminar, me parece relevante insistir en el que el problema que vivimos en Chile no tiene que ver con personajes en particular. Es una crisis de instituciones, de representatividad y participación, de sistema democrático, modelo económico y social. Es una crisis que se viene gestando desde mediados de los 80's y que nadie ha tenido los pantalones de asumir. El temor que tengo es que la historia se repita y sea nuevamente un gobierno de izquierda quien decida modificar esto de una vez por todas, el drama ahí es que la derecha que veo en Chile me sigue pareciendo tan anti democrática como la de 1970 , ellos no se han renovado ni han aprendido de sus errores, por lo que la historia puede volver a repetirse. Esperemos que no.