La mala educación (Parte I)
Ahora fue la Evaluación Diagnóstica Inicia, en otras ocasiones han sido los resultados de evaluaciones nacionales tales como SIMCE o PSU, en otras evaluaciones internacionales. ¿Cuántas pruebas más se necesitan para asumir el fracaso y cambiar la dirección?
Por Esteban Martínez Covarrubias
Recientemente el Ministerio de Educación publicó los resultados de la llamada Prueba Inicia (*1). Esta se trató de un test de diagnóstico que evaluó de manera voluntaria durante los años 2008 y 2009 a profesionales recién egresados del área de la educación ( en particular profesores de Educación Básica y Parvularia, para 2010 queda pendiente la evaluación de profesores de Educación Media). Los resultados, ampliamente difundidos por los medios, son para llorar. Estos se resumen en la tabla que se muestra a continuación.
Analizando el documento entregado por el Ministerio en detalle nos encontramos con que un 89% de los profesionales evaluados escribe con faltas de ortografía o que un 94% no presenta un buen vocabulario. Para que seguir. La evaluación desnuda completamente las falencias del sistema educacional chileno, con la salvedad (y gravedad) de que esta vez los evaluados con nota roja no fueron los estudiantes sino que los docentes, y lo que es peor aún: docentes recién egresados.
Las razones de estos pésimos resultados habría que buscarlas en 3 frentes diferentes entre si pero que se conectan cuando hablamos de educación. En primer lugar el fracaso absoluto de un modelo educativo de mercado que lleva casi 30 años de práctica en nuestro país. El fracaso de la idea de que la competencia libre entre colegios mejoraría la calidad de la educación. La generación de una amplia oferta no terminó mejorando la calidad del producto. Y en este caso los resultados están a la vista ya que los profesores evaluados por el Test Inicia promedian los 25 años de edad, es decir, pertenecen a una generación completamente educada por los gobiernos de la Concertación. Digámoslo con todas sus letras: este fracaso es absolutamente propiedad de la Concertación y sus gobiernos.
La segunda arista de esta problemática guarda relación con la calidad de la profesión docente. No es secreto para nadie que bajo las condiciones de trabajo actuales de los profesores son pocos los estudiantes talentosos que optan por la carrera docente. Hoy en Chile los buenos estudiantes de Matemática quieren ser ingenieros. Los buenos biólogos quieren ser médicos o estudiar enfermería. Los buenos humanistas quieren ser abogados. Lo cual por cierto tiene cierta lógica. Vivimos en una sociedad que consumo tremendamente cara, luego es comprensible que nuestros estudiantes antepongan necesidades económicas ante cualquier otra necesidad. Dicho en palabras simples: en Chile le hemos mostrado un mundo individualista en el cual sobrevive el más fuerte (se pagan los colegios, la salud, vivienda, transporte... se paga absolutamente todo) . A esto le agregamos que las condiciones del profesorado actual no son buenas. Han mejorado en estos últimos 15 años pero siguen sin ser óptimas en función de el logro de resultados. No nos quejemos entonces si nuestros alumnos optan por carreras que entreguen en el papel mayores ingresos.
Toda esta situación deriva inevitablemente en el hecho de que los estudiantes de carreras relacionadas con la pedagogía suelen ser alumnos de rendimiento bajo en sus colegios y de puntajes insuficientes en la PSU. Aveces nos encontramos con que la carrera de pedagogía es un "descarte" para muchos. A quienes no les alcanzó para entrar a Ingeniería son profesores de Matemática. Y así con todas las áreas.
La tercera y última patita de este análisis tiene que ver con las instituciones de educación superior. La carrera de pedagogía es impartida por diversos tipos de instituciones no siempre acreditadas de manera adecuada ni tampoco especialistas en el tema de la educación. Se abren carreras de pocas horas, con profesores poco preparados y se reciben estudiantes de bajos puntajes. En Chile desde hace mucho lo importante no es la calidad sino la cantidad ¿Se pueden esperar resultados diferentes entonces?
La educación secundaria y superior es un negocio en Chile, luego no podemos pedir que tras 30 años de funcionamiento de esta modalidad la realidad sea diferente. Lo más preocupante de todo es el hecho de que no se ve la preocupación donde debería estar. Los tres frentes que he mencionado en esta columna no fueron nunca atacados por los gobiernos de la Concertación y tampoco figuran dentro de las prioridades del actual gobierno. Esto será el motivo de mi siguiente columna.
Hasta entonces.
(1*) Puedes revisar el informe oficial del Test inicia en http://www.programainicia.cl/docs/RESULTADOS2009.pdf