Este señor Muley-Hacen Abdul Hassan, que como vemos tenia un nombre muy rimbombante, era ni más ni menos que el dueño de granada durante algunos años. No se puede decir que fuese adúltero porque no lo necesitaba pues tenía un harén para él solito, claro que, un día vio a una linda mujer castellana y...a partir de entonces, no solo abandono dicho harén si no que también abandono a la sultana.
Como todos sabemos, la castellana era doña Isabel de Solís, fue secuestrada para pedir un rescate, cosa que era muy frecuente, pues tanto moros como cristianos hacían incursiones, robaban señoritas para intercambiarlas por dinero e incluso alimentos, así estaban las cosas.
Lo bueno o lo malo, es que el moro se enamoró perdidamente de la cristiana y la dama no iba a ser menos, se enamoró del rey moro.
La sultana Aixa, no solo puso el grito en el cielo, si no que quiso poner los cuchillos en el precioso cuello de la cristiana Isabel.
Muley-Hacen se llevó a Isabel, primero a una torre, que se llamó desde entonces, "de la cautiva" después a sus aposentos, no sabemos si antes o después de casarse, porque al final se casaron.
Me gustó tanto la historia del Sultán y la cristiana que el romanticismo me puede. No he parado de buscar y encontrar todo lo referente a esta historia de amor. Por eso, se que después de muchas vicisitudes y peleas con la sultana y su hijo Boabdil vivieron felices, Ella adoptó el nombre de Zoraya, tuvieron dos hijos, llamados: Nars ben Alí y su hermano, Saad ben Alí.
Vivieron felices hasta la muerte del Sultán, que murió en el castillos de Mondujar, quiso ser enterrado en el lugar más cercano al cielo y alejado de la civilización. El pico más alto de la Península Ibérica, de ahí que se llame...Mulhacen.
Desde entonces fueron muchas las búsquedas que se han realizado en esta montaña para localizar la tumba del monarca y los tesoros que se supone puede contener, pero nunca ha sido encontrada.
Después de la muerte de Muley-Hacen, Isabel, aunque había aceptado la religión musulmana, volvió a su religión cristiana, cambió el nombre de sus hijos, que fueron: Don Fernando de Granada y Don Juan de Granada, este último tuvo descendencia.
Por lo tanto todos aquellos que se apelliden Granada, son descendientes de Muley-Hacen e Isabel de Solís.
Hay un monumento en el pueblo donde nació Isabel precioso, a mi al menos me lo parece.
Es una mujer con el cuerpo desnudo hacia Granada, como entregándoselo al rey y la cara hacia la iglesia entregándose a su Dios.
Una preciosa historia de amor con final feliz cómo a mí me gustan.Besicos
ResponderEliminarLa historia en si es tan larga como bonita, siento que la he tenido que acortar pero de todas maneras nos hemos enterado.
EliminarUn beso Charo
Qué hermosa historia la de hoy Ma.de los Angeles, y con final feliz como nos gusta a casi todos, un abrazo!
ResponderEliminarLos finales felices es cierto que nos gustan a todos, este es unos los felices y bonitos.
EliminarUn fuerte abrazo María Cristina