Erase una vez una hormiguita que había en mi jardín. Como brillaba tanto, yo la puse por nombre SOL.
Todos los días la veía cogiendo miguitas de pan que yo echaba para las palomas, pajaritos y hurracas, todos ellos tenían siempre mucha hambre y devoraban todo cuanto yo echaba desde mi terraza.
Un día (sabedora la hormiguita SOL de mi buen hacer de repostera), me dijo:
¿-Por qué no me haces algo rico para que coman mis hijitas en el hormiguero?
-No te preocupes SOL, te haré un rico bizcocho.
Al día siguiente iba la hormiguita SOL canturreando con el enorme bizcocho que yo le había echo cuando un escarabajo le cerró el paso riéndose de su carga y de su trabajo.
No era la primera vez que lo hacía. La hormiga no le hizo caso, bordeó al escarabajo y siguió andando.
Días después el escarabajo quedo atrapado en la resina pegajosa de un árbol y pidió ayuda. Algunos animales, que habían sido victimas de sus burlas y sus malos modales, no se acercaron. La hormiga, sin embargo, le tendió una larga brizna de hierba y el escarabajo pudo librarse de la resina.
Agradecido, el insecto le preguntó por qué lo había ayudado si siempre se burlaba de las cargas pesadas que la hormiga llevaba. Entonces, ésta le respondió:
->Puedo cargar hasta 20 veces mi propio peso, pero hay una carga demasiado pesada para mí que no puedo ni quiero cargar: El RENCOR.
Por eso intento que éste jamás se quede sobre mi espalda, pues la necesito para transportar cosas que son muy importantes para mi supervivencia y la de mis hijitas<.
El escarabajo, muy avergonzado, cambió su actitud a partir de entonces.
MORALEJA
Recuerda siempre que guardar RENCOR
es como agarrar un carbón encendido y resistirse a no soltarlo.
EL ÚNICO QUE SE QUEMA ERES TÚ.
Y ahora, a ver si alguien se ríe un poco con este chiste:
Una noche, un señor elegantemente vestido, detiene un taxi y le pide al chofer lo lleve a su casa. En mitad del camino ve a una señora muy bien arreglada entrando en un club de alterne...La mujer le pareció familiar, por lo que pide al taxista:
-Aquí tienes 1000 euros. Te lo ganas si sacas a la mujer vestida de rojo que acaba de entrar a ese sitio, pero eso sí: A patada limpia...sin contemplación, esa desgraciada es mi esposa.
El taxista que jamás había visto tanto dinero junto, acepta y se mete en el club.
A los diez minutos el taxista sale con una mujer arrastrándola por los cabellos, toda golpeada y diciéndole cuanto improperio te puedes imaginar.
El señor echa una ojeada y se da cuenta que la señora está vestida de verde, y sale corriendo a detener al taxista por el error cometido.
-Pare señor, pare ¡¡¡Esa no es!!!
El taxista jadeando le responde:
-Tranquilo amigo, que esta es la mía. Ahora voy por la suya.