lunes, 28 de julio de 2014

La tabla de planchar

Recuerdo cuando era una niña ver como planchaba mi madre. ¡Hay que ver la que se montaba!
Cuando ya tenía la ropa y las planchas a punto, digo planchas porque eran de hierro y estaban encima de una cocina de carbón...¡Cuánto tiempo ha pasado!.
Planchaba encima de la mesa de la cocina. Más adelante, vi que tenía un tablero que colocaba entre dos sillas, (no os riais los más jóvenes). Yo, cuando me casé y funde mi nido de amor...también planche en la mesa de la cocina. Claro que ya con plancha eléctrica.
Me he enterado, que hubo que esperar hasta la época victoriana para que Estados Unidos patentase en 1860, la primera tabla de planchar con patas plegables, tal y como la conocemos hoy día y a la que se le añadieron piezas específicas para planchar mangas y sombreros. Aquí las conocemos hace tres días...
Aunque aquellas fuesen muy practicas, no tienen ni punto de comparación con las que tenemos ahora.
Voy a poner un ejemplo con la mía:
Es grande, tiene patas de tijera en las cuales hay una rejilla para ir colocando la ropa planchada. Tiene soporte para la plancha con un cable que la sujeta, otro cable que sujeta el cable que sujeta el cable de la plancha...bueno me estoy haciendo un lío, el mismo que cuando tengo que recogerla. Que esa es otra, cuando la llevo a su sitio después de planchar siempre se me enredan los cables ( no me refiero a los de mi cerebro), más de una vez he pensado por que no sigo planchando encima de la mesa de la cocina, unos cuantos sofocos me evitaría.
  Seguro que todos tenéis una magnifica tabla de plancha que no se parece en nada ni a la de mi madre, ni a la de vuestras abuelas...
Aunque lo peor de todo es...tener que usarlas. Porque si hay algo que me guste poco hacer en la casa, es...planchar.
Dentro de un momento tengo que planchar unas camisas de mi niño y estamos en Madrid a 38 grados, no se si Fahrenheit o Celsius, el caso es que hace un calor, como diría un jugador de mus...de órdago.

sábado, 26 de julio de 2014

No es más rico el que más tiene...

A veces nos creemos que cuanto más atesoremos de dinerito, joyas, llenar el frigorífico, etc. somos los más felices, o eso nos parece a nosotros.
Más de una vez, hace muchos años, he visto a niños jugando con pelotas de trapo y niñas que envolvían también en trapos viejos, cualquier cosa que se pareciese a una muñeca...aquellos eran otros tiempos. Lo que cuento hoy no se cuando ocurrió, pero seguro que no hace mucho..

Un hombre riquísimo, quiso que su hijo apreciase la cantidad de cosas que tenía y, para ello, decidió pasar con él un fin de semana en una casa de campo cuyos propietarios eran tan humildes que apenas contaban con lo básico para sobrevivir.
Cuando acabó el viaje y ya estaban de regreso en su fastuosa mansión a las afueras de la ciudad, el padre le preguntó, con curiosidad al muchacho:
-¿Que te ha parecido este viaje?
El niño aún estaba impresionado por la belleza de los campos y la naturaleza, por lo que no dudó en su respuesta:
-¡Ha sido muy bonito papá!
El hombre de negocios siguió comentando algunos momentos del fin de semana.
-¿Viste lo pobre que puede llegar a ser la gente?
A lo que el niño contestó:
-Sí.
Curioso por saber que le había impresionado más, el padre prosiguió:
-¿Y que aprendiste?
El muchacho le respondió lo siguiente
Nosotros tenemos un perro, ellos cuatro. En nuestra casa hay una gran piscina, ellos tienen un arroyo que no parece tener fin. Nuestro jardín está iluminado con lámparas de importación, pero esos campesinos tienen las estrellas. Ellos disfrutan del tiempo necesario paran hablar y convivir. Mamá y tú os pasáis el día trabajando
.El padre quedó mudo y su hijo añadió estas palabras:
¡¡Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser!!

¡Cuan feliz hubiese sido este niño jugando con medio ladrillo como si fuera un tren!
¡Con una pelota de trapo!
¡Y bañándose en un arroyo de límpidas aguas y no en una piscina con cloro!...
¡¡¡Buen fin de semana amigos!!!

martes, 22 de julio de 2014

Desde la hamaca I

¡¡Ya estoy de vuelta!!
Ya se me han acabado las vacaciones, si Dios quiere, hasta el año próximo. Aunque estoy jubilada y podría pasarme el año dando vueltas y más vueltas en trenes o autocares...pues el avión ni lo toco, no voy a tener vacaciones hasta el próximo verano, que es cuando puedo viajar acompañada por mi hijo el soltero, pues como es natural, el casado viaja con su familia y la "mama", que soy yo, me agarro al que tengo más cerca y...¡ale! nos vamos los dos a la playa. Aunque también tengo que deciros que ¡¡¡se está también en casa!!!
He titulado esta entrada "Desde la hamaca", no os podéis hacer una idea las cosas que uno ve y aprende mientras está tumbado a "la bartola" en uno de estos artilugios.
He visto cosas bonitas, agradables, encantadoras, gamberradas y algunas muy tiernas que ya iré contando poco a poco, por eso la he numerado con el > I <, pues creo que tengo mucho material para ir contando poco a poco.
He visto la felicidad de los niños correteando por la playa, haciendo castillos de arena, "pasteles de arena" con unos juguetes preciosos y, todos estaban muy felices.
En ese momento me acordaba de esa maldita guerra entre israelitas y sus enemigos. ¡Que dolor están pasando sus niños!...
Un día nada más llegar a la tumbona, en la que estaba al lado de la mía, estaban un padre con su hijo de unos diez años. El niño no paraba de llorar y gritar a su progenitor. Me pareció que estaba mal educado, pensé, cuando venga la madre seguro que le reñirá...la mamá no llegó. Aunque no estaba pendiente de ellos, ya que los tenía codo con codo a mi lado, escuché decir a ese niño que yo creía mimado:
-No quiero, yo no quiero ir a Benicasin. ( Benicasin está a 10 kilómetros de nosotros que estábamos en Oropesa del Mar)
El padre le contestó:
-Hijo, yo tampoco quiero que te vayas pero no hay más remedio, el próximo mes te toca con mamá.
El niño siguió llorando, al padre le faltó poco, a mí, por cotilla, se me saltaron las lágrimas.
Me causó mucha pena.
Ahora es moda o como se quiera llamar a los divorcios, a veces no hay más remedio que cada uno tire por su lado pero...¿Y los niños?
No he visto solo el caso del papá solitario, también he visto el lado contrario, o sea, la mamá. Pero eso lo dejo para otro día.
Gracias todos los que habéis pasado por aquí y me habéis dejado mensaje, también a los que ha pasado y no me han dicho nada. Lo mejor es que han pasado.

martes, 1 de julio de 2014

No maduramos

No, no maduramos.
Esto va para todo el mundo, todos los países, hombres y mujeres, e incluso niños: no se puede consentir que ocurran cosas como lo que ha pasado en Israel. Secuestran a tres muchachitos que van haciendo auto stop. Muy mal hecho. Se los llevan a Dios sabe donde. Muy mal hecho, pero lo que es peor...los asesinan.
¿Qué narices han hecho estos jóvenes para terminar así?
Ni estos, ni muchos otros que acaban de una manera tan trágica.
Muchos años nos hemos echado las manos a la cabeza criticando lo que hicieron los alemanes en la segunda guerra mundial, seguimos siendo igual de malos. ¿Qué es por la religión? Ni Alá, ni Mahoma ni Dios, quieren que hagamos la guerra. No nos escudemos en Ellos.
Me siento muy orgullosa cuando en aquella dichosa guerra donde perseguían a los judíos, fue mi País quien ayudó a muchos de ellos, Los dejaba pasar por nuestro territorio para que les fuera más facil llegar a Israel.
El pueblo judío y el estado de Israel agradecieron la actitud humanitaria, adoptada por España durante la era hitleriana, cuando dieron protección a muchas víctimas.
Suiza los expulsaba de su territorio.
 El único país de Europa, que de verdad echó una mano a los judíos, durante la segunda Guerra Mundial, fue un país en el que no había ninguna influencia judía: España.
España, que salvó a más judíos que todas las democracias juntas.
Lo mismo nos ocurrió a los españoles al finalizar nuestra maldita Guerra Civil: nadie nos daba ni un gramo de harina. Todos los países incluida la propia Europa, nos cerro el grifo. En este caso también hubo un país que nos echó una mano, mejor dicho, muchas manos...Argentina.
El Gobierno argentino nos concedió un préstamo de 350 millones de pesos. Nos mandó varios barcos cargados de trigo, maíz, carne congelada, legumbres, aceite huevos y otros productos.
Creo que los españoles siempre les estaremos muy agradecidos a los argentinos. No solo se lo agradecemos, si no que los queremos. Todos lo sabemos, que un argentino en España, es uno más de nosotros.
Hay una anécdota muy graciosa respecto a las lentejas.
 Las lentejas en aquella época tenían tantos bichos, que los españoles, que aunque tengamos hambre somos graciosillos, decíamos que comíamos lentejas con carne. Cosa curiosa, las que venían de Argentina no tenían bichos.
Si lo se es porque lo he vivido...¡ soy tan mayor!
Quizá me he ido por otro derrotero, pero es que cuando pasan cosas como estas sientes una rabia especial porque tu no eres capaz de solucionarlo.
No quería abrir heridas, solo que siento mucho dolor de ver como mueren a diario jóvenes de todas las nacionalidades. Unos secuestrados, otros al saltar "ciertas vallas" para buscarse un trozo de pan que llevarse a la boca, otros, porque una banda de sinvergüenzas les dan un navajazo en una discoteca, en fin, ¿Es que los muchachos no van a poder caminar libres por donde quieran?
Voy a tomarme unos días de vacaciones, pero puedo aseguraros que no voy contenta pensando en esas tres madres y otras muchas que hoy lloran a sus hijos.
Me he extendido un poco, pero como voy a estar unos días sin daros la lata, tendréis tiempo de releer la entrada...
Un abrazo a todos mis seguidores...¡¡¡vuelvo pronto!!!
¡¡¡No me olvidéis!!!