miércoles, 30 de diciembre de 2009
pie pillado
!Ay, que malita estoy!. Bueno, no es que esté mal, es que me he pillado un pie con la puerta del coche de mi hijo. Yo iba tan campante al supermercado, con mi bolsita, mi paraguas, (pues llovía a chaparrón) el monedero, ya que sin él poco habría hecho, mis guantes, mi bufanda...en fin no me faltaba de nada.Mi niño con toda su buena intención, me dice: -yo te llevo que llueve mucho, yo voy a regañadientes pues no me gusta mucho ir en coche y menos al "super". Por no hacerle un desaire acepto, hago intención de entrar en el coche con paraguas y todo, claro esto es imposible, yo me siento y trato de cerrar el paraguas; mecachis en la mar que difícil es estando sentada ya en el coche. Mientras me estoy peleando con el paraguas y al estar en un poco de pendiente, !Zas! se cierra la puerta y ¿quien la frena?...mi pie, me lo pilla por el tobillo, hago un respingo y digo !ay¡ mi pie, mi hijo se cree que es broma y me dice que no haga el tonto que ya soy mayorcita...nos vamos al supermercado, hacemos la compra, volvemos a casa, como es la hora de la comida, lógicamente comemos, yo no noto nada anormal en mi pie, recojo la cocina, me tomo el te de las cinco, leo un poco, me meto en el ordenador; hasta ahora todo perfecto. A eso de las siete y media viene mi vecina Noemí, que por cierto además de joven es un encanto, a hacerme una visita, nos sentamos a charlar ( que se nos da muy bien) y cuando decide marcharse...no me puedo levantar...vamos que no me puedo tener de pie. Ella como es lógico se asusta un poco y trata de ayudarme, yo le digo que no se preocupe que será un calambre, ya que de vez en cuando me da alguno, ella sigue preocupada; me quiere llevar a urgencias...en ese momento hace su aparición en escena mi niño que al percatarse de mi dolencia, me mira y al ver lo hinchado del tobillo, cae en la cuenta, que yo ya ni me acordaba, de que era de la pillada de la puerta del coche. !La que han armado los dos! Noemí decía. -Hay que ponerle hielo. Mi hijo decía. -Voy a la nevera a por los cubitos que hay. !No! decía mi vecina. -Trae una bolsa de guisantes...yo pensaba... entre estos dos me dejan sin cena, pues tenía pensado hacer guisantes en salsa con huevos escalfados. Al final me han puesto los guisantes en el tobillo; fuera guisantes. Me han dado unos masajes con una pomada, me han hecho tomar un papelillo de no se qué...no han acabado conmigo de milagro, porque yo además soy poco amiga de los médicos ni sus medicinas,pero tengo que reconocer que, en este momento que son más de las doce de la noche, estoy mejor y me duele muchísimo menos. Gracias a mi vecina Noemí y a mi niño que solo tiene el pobre 30 años, !Angelito!
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