domingo, 27 de febrero de 2022
La casa delle voci (La casa de las voces)
lunes, 23 de noviembre de 2020
Hannah
La protagonista de la novela es Hannah, una joven estudiante de psicología que se encuentra preparando su doctorado sobre las expresiones faciales de las emociones en el arte renacentista, para lo que se ha instalado junto con una amiga en la ciudad toscana. El fallecimiento de su abuela con la que compartía nombre y que la había criado tras la muerte de sus padres en un accidente, lleva a Hannah de vuelta a Madrid donde, organizando cajones, descubre una cartilla militar nazi donde aparece el nombre de su abuela junto a un número y un nombre: G. Wolf. Si bien la abuela, italiana de origen judío, vivió sus primeros años como niña en Florencia durante la II Guerra Mundial, nunca compartió con su nieta ningún recuerdo de aquellos años ni menciono aquella libreta. La joven Hannah siente, sin embargo, que si su abuela conservó aquel documento durante tanto tiempo fue porque lo consideraba importante, por lo que inicia una investigación para tratar de descubrir así algo más sobre la vida de su adorada abuela. «Preservar la memoria. Es lo único que tenemos».
Placa en recuerdo a Wolf en el Ponte Vecchio |
"Las personas que tienen la osadía de creer que pueden cambiar el mundo son las que terminan cambiándolo."
viernes, 1 de junio de 2018
Rezar por Miguel Ángel
Acompañamos a Miguel Ángel cuando entra por primera vez en Roma en 1492 dispuesto a trabajar para el cardenal Riario y descubrimos con él los monumentos y las calles así como el ambiente de la primera ciudad del mundo, de la Ciudad Eterna, donde pronto triunfará y alcanzará fama y prestigio el genial escultor a pesar de su juventud. El Papa Borgia Alejandro VI, seguido de Julio II della Rovere le encargarán sus grandes obras. Otros Papas vendrán: León X, el breve Adriano VI, otro Médici de nombre Clemente VII... unos más proclives a Michelangelo que otros, pero el genio no dejó de crear, ora en Roma, ora en Florencia, su inmortal obra, bien a las órdenes de los Papas, bien en su ciudad natal bajo la protección de las grandes familias florentinas.
Otro elemento interesante que muestra la novela es la rivalidad encarnizada con Leonardo da Vinci, el exitoso y brillante genio que supone el contrapunto del joven y hosco Michelangelo que tampoco congeniará con Bramante, el arquitecto papal que reconstruye la basílica de San Pedro mientras que el florentino decora la capilla Sixtina ni con el joven Rafael Sanzio que, a pesar de todo, lo admira sin límites. Igualmente mantendrá por años una enemistad manifiesta con el escultor Torrigiano desde que, siendo muy jóvenes, se enfrentaran en el jardín de la Academia donde ambos se formaban. Pero a pesar de su conocido mal carácter, reflejado en su moto cotidiano: «Desde que amanece estamos obligados a pensar: hoy me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un envidioso y un egoísta», Michelangelo contará con unos pocos amigos como Giuliano da Sangallo o Nicolò Macchiaveli e igualmente sentirá afinidad con Copernico, cuyas teorías enfrentan ciencia y religión y están cerca de la concepción del mundo que defendía el florentino. Y es que el paso de la idea antropocéntrica según la cual el hombre, como criatura predilecta del Dios creador, es la medida de todo, se opone a los descubrimientos que la observación del cielo y los astros le proporcionan al astrónomo polaco según los cuales todo gira en torno al sol, el hombre deja de ser el centro del universo, idea que no agrada a los dirigentes de la Iglesia
En paralelo con el relato principal, vemos como en 1573, diez años después de la muerte del genio, las dudas sobre la posible condición herética de Michelangelo y, por consiguiente, de toda su sublime obra recorren Roma y empañan su valor artístico. Figuras como Giogio Vasari, escultor y biógrafo de artistas, el Papa Gregorio XIII, el cardenal Gulli o monseñor Carlo Borromeo son algunos de los que analizarán con ojo crítico la obra dejada por el florentino en busca de símbolos ocultos o señales conspirativas que indiquen su distanciamiento e incluso oposición a los dogmas de la iglesia. Los temores de que en sus pinturas se oculten mensajes heréticos ponen en riesgo la misma subsistencia de la monumental capilla Sixtina.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Tiempo de cenizas
La vida y el negocio de Joan se encuentran en constante peligro por las inacabables guerras entre bandos, fundamentalmente entre los Borgia y las familia Orsini y Della Rovere, eternos candidatos al papado, las presiones de los distintos bandos que luchan en territorio italiano por la supremacía de los reyes español, francés, los florentinos... En medio de tan incierto panorama Joan tratará de cumplir con la promesa que le hizo a su padre de luchar por mantenerse simpre libre, además de colaborar en la transmisión de esa idea de libertad a través de los libros que imprime y vende, pero pronto comprobará que muchas cosas le impiden alcanzar plenamente ese ideal de libertad: sus compromisos con el clan de los catalani, las responsabilidades hacia su familia, hacia su negocio y hacia los reyes de España a los que aún les debe servicios. Joan entiende lo difícil que es que un hombre se pueda considerar plenamente libre, que tome siempre las decisiones que desea y no las que debe tomar.
"Hay cosas que, aunque parezcan absurdas, los seres humanos nos vemos obligados a hacer. Esas son las decisiones que nos hacen libres y esclavos a la vez."Es esta una magnífica novela histórica trufada de aventuras y escenas de acción donde nos codeamos con el Papa Borgia y su familia, los Sforza, Della Rovere, Orsini, El Gran Capitán de las tropas de Fernando de Aragón, Girolamo Savonarola y tantos otros personajes históricos relevantes. Los escenarios fantásticamente recreados nos introducen con facilidad en el relato: los peligrosos callejones de Roma, los palacios de los poderosos, las naves que batallan en el Mediterráneo, la Barcelona medieval y tantos lugares donde se disputan batallas, se traman conjuras y se dirimen luchas intestinas que riegan de cadáveres las calles. Asistimos junto a nuestro protagonista al fin de la época de los caballeros y el triunfo de la pólvora y las balas en el arte de la guerra, al final de la Edad Media y el despertar del Renacimiento junto sus amigos Miquel Corella, más conocido como Don Michelotto, leal servidor de César Borgia, con Niccoló Macchiaveli, florentino refugiado en Roma huyendo del régimen del fanático Savonarola y defensor de la libertad, al igual que Joan que tendrá siempre presente la amenaza de la Inquisición española, gran enemiga de los libros libres. Así se entremezcla la ficción con las figuras históricas con mucha fluidez, intercalando las tramas personales con los hechos históricos con enorme naturalidad y paseándonos de Roma a Florencia y de Nápoles a Barcelona siempre al hilo de acontecimientos dramáticos que giran, en su mayor parte, en torno a la lucha personal del protagonista de hacer prevalecer la libertad de pensamiento sobre las dictaduras de cualquier tipo.
"En la vida estamos siempre a merced de la Providencia. Desconocemos nuestro destino y es imposible vivir sin riesgo. Sin embargo, sí que podemos vivir conforme a nuestras convicciones."Una recomendable lectura, por tanto, con numerosos y acertados elementos de novela histórica, de aventuras, intensos personajes, poderosos romances y apasionantes pasajes narrados con fuerza y credibilidad. Una novela con la que disfrutar plenamente inmersos en una época convulsa y apasionante de la Historia. Un disfrute de novela, sin duda alguna.
jueves, 8 de mayo de 2014
La agonía y el éxtasis
En ese ambiente se mueve el joven Miguel Ángel, quien, a pesar de que su padre se avergüence de tener un hijo "picapedrero" como él, sabe desde muy pronto que su pasión por la escultura es más fuerte que toda la racionalidad y las ambiciones paternas y que no se podrá ganar nuca la vida en nada que no tenga que ver con el arte. Su habilidad con el dibujo le llevan a trabajar en el taller de pintura de Ghirlandaio como aprendiz y de allí pasa al taller de escultura del palacio de los Médici a las órdenes de Bertoldo, hasta que su extraordinaria capacidad le lleva a ser invitado por el propio Lorenzo de Medici a pasar a residir con la familia y a disponer de los medios necesarios para esculpir por fin en mármol, la gran aspiración del jovencísimo artista. Tras una breve estancia en Bolonia llega finalmente a Roma donde realizará sus mayores obras, tanto en escultura como en pintura y arquitectura a las órdenes de los numerosos papas que irán sucediéndose en el Vaticano a lo largo de su larga vida.