lunes, 23 de octubre de 2017

22 de Octubre: hoy aquí empieza todo


Se descorrió el telón electoral finalmente y la decisión popular reordenó el nuevo escenario donde se desarrollarán los próximos dos años de vida democrática.
Mirá que interesante el panorama que se abrió:
1.-El macrismo se consolidó como el partido de la derecha a nivel nacional.
2.-Cristina, aun perdiendo, se consolidó como la dirigente con más densidad de votos en la provincia de Buenos Aires y por ende, del país. Ningún gobernante y/o dirigente del peronismo logró la contundencia de votos que ella logró arrancando su campaña con un solo capital político expresado en: voluntad, decisión, proyecto, convicciones y memoria colectiva. No es poco para empezar de nuevo.
3.-Unidad Ciudadana emerge como la base de una nueva construcción social y política a construir que incluye la herramienta electoral pero no se agota allí. Cuando alguien pregunte cómo se llama la oposición a Macri, de ahora en más habrá una sola respuesta mayoritaria: Cristina Fernández de Kirchner.
4.-Perdieron todas las falsas oposiciones que priorizaron sus buenas amistades con el gobierno de Macri y, por el contrario, triunfaron aquellas alternativas que se plantaron con firmeza frente a las políticas de ajuste neoliberal y de desprecio al estado de derecho.
5.-Implotó definitivamente la tesis de la “tercera via” expresada por Massa y otros espacios afines, como el de Randazzo. Aunque hay que subrayar que todos ellos colaboraron directa o indirectamente en apuntalar el triunfo electoral del macrismo. Sigue siendo una verdadera pena que mucha militancia honesta se haya dejado llevar por operadores que nada tienen que ver con la lucha de los sectores populares que esa militancia expresa. Ojalá recapaciten y vuelvan al lugar de donde nunca tendrían que haberse alejado. Para no volver a errar el rumbo tendrán que admitir que vienen de posibilitar que no haya ingresado al Senado un militante de la entereza y la dignidad de Jorge Taiana.
Así, los que quisieron negar y competir con el liderazgo de Cristina cayeron al vacío. ¿Hace falta ponerles nombre y apellido?
6.-En el escenario quedaron en pie, de manera desigual y combinada, sólo dos contendientes y es muy probable que de la resolución final de esta contienda dependa el destino de los argentinos para lo que reste del siglo XXI.
Esos dos contendientes son: Cambiemos de un lado y Unidad Ciudadana, del otro. O si se prefiere: el neoliberalismo salvaje y el movimiento nacional y popular. El poder económico y el pueblo. Macri y Cristina.
7.-El campo popular, con sus dificultades, tendrá de aquí en más todo a su favor para ensanchar su caudal. Dependerá de la inteligencia y la grandeza de sus dirigentes posibilitar la construcción de un amplio frente que reúna en su seno todas las energías necesarias que se muestren dispuestas a enfrentar el salvajismo de la derecha y reconstruir en consecuencia una alternativa capaz de volver a gobernar el país para las mayorías populares.
8.-Sabemos que el gobierno que ganó estas elecciones legislativas sólo traerá dolor y despojo a los sectores sociales. Ganó la derecha. Es decir, ganó la expresión renovada de los sectores más ricos, más concentrados y poderosos de la economía local y trasnacional. Nada bueno para el pueblo habrá que esperar de ese lado de la vida.
9.-Ahora bien, como la política no escribe manuales de autoayuda sino hojas de ruta y cartas de navegación donde se miden y planifican los objetivos en función de las distancias y los vientos, de las relaciones de fuerza y el sentido común dominante en cada coyuntura, habrá que empezar por saber que el domingo 22 de octubre terminó de expirar el viejo sistema de partidos políticos que rigió en la Argentina desde mitad del siglo XX hasta principios de este siglo XXI.
¿Dónde está el peronismo ahora?
¿Dónde está el radicalismo ahora?
¿Dónde está representada la vieja oligarquía terrateniente y la nueva oligarquía agro-financiera ahora?
¿Dónde están representados los trabajadores y las clases medias oprimidas ahora?
El escenario se reconfiguró, pero sin fragmentarse al infinito. Y eso es un buen dato.
10.-Se recreó un nuevo bipartidismo que deja al desnudo como nunca antes las contradicciones antagónicas de esta sociedad.
La derecha ya no precisa intermediarios para gobernar. Y el movimiento popular, en reconstrucción, tampoco; porque tiene en Cristina un liderazgo que lejos de opacar sus objetivos y su representación social, se muestra dispuesto a consolidar y ensanchar las bases del movimiento popular sin dobleces ni medias tintas.
Estos dos polos son los que se enfrentan y enfrentarán de aquí en más, en paz y en democracia, hasta encontrar un punto de apoyo histórico que resulte más estable y consolidado para los próximos años.
Si el movimiento popular no se dispersa más y consigue desde este presente disparar coordenadas de entendimiento y construcción frentistas hacia adelante, estaremos ante la posibilidad histórica de afrontar los próximos desafíos con mayores recursos y con más claridad en el discernimiento de las clases sociales que componen este entramado llamado pueblo.
11.-Como requisitos imprescindibles para este desafío se imponen la memoria, las convicciones, la propia identidad y la identificación con un proyecto de país que está en las antípodas del proyecto de minorías que hoy gobiernan.
Contamos con una base territorial importante, aunque no suficiente, una militancia mayoritariamente joven, un liderazgo como el de Cristina, y además, contamos con el factor tiempo para seguir avanzando. Necesitamos tiempo, no sólo el que marca el calendario y el reloj; sino ese tiempo político que se construye día a día en cada lugar de militancia.
12.-La derrota duele. Tenemos mucha historia como para no saberlo. Pero hay que sobreponerse rápidamente porque en diciembre hay que llenar las plazas para acompañar a Cristina y los nuevos legisladores que asumirán las bancas como si fueran banderas que flamean en lo alto y resisten y marchan hacia la victoria, siempre.
Y antes hay que estar de pie en los innumerables conflictos sociales que sobrevendrán de aquí en más. Y hay que estar decididos a lograr verdad y justicia para Santiago Maldonado. Y hay que aguantar los trapos como lo venimos haciendo desde hace doscientos años.
O sea.
Si Cristina no se rinde, aquí no se rinde nadie!

martes, 15 de agosto de 2017

El día después


1. El macrismo se consolida como partido político nacional.
2. Ganó Cristina.
3. Ganó Agustín Rossi.
4. Implotó la tercera vía de Massa.
5. Implotó Lousteau.
6. Perdieron los gobernadores que serruchaban a CFK.
7 Macri engendró su propio monstruo: Carrió.
8. Randazzo fracasó y arrastró a Intendentes y militantes valiosos.
9. Larga vida a Unidad Ciudadana.
Estos primeros apuntes obligan a:
1. No subestimar a la derecha que por primera vez en la democracia moderna suma una representación política electoral propia a los otros factores de poder que tuvo desde siempre: poder económico, poder financiero, poder en la justicia, poder de los medios masivos de comunicación. Décadas estuvieron apelando a las fuerzas armadas como intermediarias de sus intereses por carecer de representación política propia. Hoy la tienen. Y eso es auspicioso para el sistema democrático. Vale repasar la lección que enseña que el neoliberalismo no es un proyecto sólo económico sino profundamente ideológico-cultural que disputa e impone la batalla por el sentido común de los ciudadanos.No los subestimemos. Ellos no vinieron a despedirnos del trabajo un día para que salgamos al otro día a buscar otro empleo. Ellos vinieron a destruir la categoría trabajo, que es muy distinto. Por eso la cerveza artesanal y los pilotos de drones. Una forma banal de decirnos que vinieron a demoler el país peronista para imponer el país vaciado, endeudado y saqueado que se corresponde con esta etapa neoliberal del planeta tierra. Claro, como en otros órdenes de la vida, uno elige donde pararse para mirar el mundo. O nos paramos en la superficie que cimentaron los poderosos y que sigue siendo mucha. O nos ubicamos en la certeza de saber que 2 de 3 argentinos rechazan las políticas neoliberales. En la primera opción, terminamos depresivos y con un cuadro de anomia severa. En la segunda, construimos poder popular, en las calles, en Unidad Ciudadana, en los sindicatos, en las Unidades Básicas, en los locales, en el barrio, en el patio de tu casa.
2. La victoria épica de Cristina en la provincia de Buenos Aires demuestra que el proyecto nacional popular está vivo y tiene una base política territorial inalterable desde donde podrá reconstruir una nueva mayoría política que reconstruya el campo popular para octubre y para las presidenciales del 2019. ¿Alcanza?: No alcanza. Hay que seguir ampliando Unidad Ciudadana federalmente. Ya existen a favor dos elementos esenciales para cualquier construcción que disputa poder: un liderazgo consolidado, para adentro y para afuera del espacio y un proyecto de país para seguir construyendo. Habrá que tejer, desde allí, todas las alianzas posibles y todas las incorporaciones necesarias para triunfar en las próximas batallas. No hacerlo, será condenarnos a mayor dispersión y en consecuencia, a nuevas derrotas.
3. Inscribiría el triunfo de Rossi en Santa Fe en el marco conceptual anterior. Y agrego: el crecimiento exponencial de Rossi tiene alcances nacionales por el perfil del dirigente santafesino: Es un peronista-kirchnerista leal y consecuente al proyecto recreado por Néstor Kirchner y CFK en lo que va del siglo XXI.
4. Hace dos años dijimos y escribimos: No hay espacio para la ancha avenida del medio que propone Massa porque la Argentina se debate desde hace doscientos años entre dos polos antagónicos: El campo de la oligarquía (en cualquiera de sus expresiones contemporáneas) versus el campo del pueblo. Y ambos campos siempre tienden a unificar personería y representación. Esta vez Macri versus CFK expresan el punto gordiano a desatar para seguir consolidando o degradando la democracia, según cuál sea la resolución de la contradicción.
5. La implosión de Lousteau va por igual andarivel que el de Massa. La lucha de clases, que es la lucha entre pueblo-oligarquía, ha llegado a un escenario de confrontación tan nítida, que los enmascaramientos de uno y otro lado de los polos corren el riesgo de diluirse irremediablemente.
6. Los gobernadores que se planteaban como un factor político de poder para recrear una suerte de renovación que niegue y reemplace el liderazgo de Cristina perdieron abrumadoramente. Por eso es ella la que se impone en el horizonte como la única figura política desde donde reconstruir el campo popular todo, con un claro y conciso programa de oposición al neoliberalismo. Y esto sucede con alguien que, como Cristina, viene de sufrir el mayor asedio, persecución política, mediática y judicial, ofensas, traiciones y difamaciones como nunca o pocas veces se vio en la historia de los argentinos. Quizá este rasgo la haga más fuerte aun en su liderazgo. Barajar y dar de nuevo significará volver a dialogar con todos o casi todos aquellos gobernantes que tengan la voluntad de unir al pueblo con el liderazgo de CFK.
7. Está claro que el triunfo aplastante de Carrio en la CABA le plantea un dilema irresoluble a Macri: lidiar con una figura aliada que no es ni será predecible, encuadrable y disciplinable para ningún partido político. Su terminal es otra. Y atención: Una locura sin poder de fuego es un anecdota más. Pero una locura con volumen y densidad electoral, es como co-habitar con un mono con navaja en el dormitorio de tu casa.
8 El caso Randazzo debería computarse en la lista gris de las des-lealtades del campo popular a lo largo de la historia. ¿Porqué lo hizo? ¿No sabia que un liderazgo como el de Cristina es una construcción colectiva popular que lleva décadas consolidar? ¿Porqué arrastró en su capricho internista y egoista a compañeros y compañeras valiosas de la militancia y representaciones comunales que deberían estar ocupados y preocupados por vencer a Macri y no a Cristina? Con muchos de ellos (no con todos seguramente) habrá que dialogar e intentar construir puentes de cara a octubre y de allí en adelante. Vale el intento.
9. La construcción de esta nueva herramienta política que es UNIDAD CIUDADANA debería dimensionarse a nivel social, cultural y político, evitando su encorsetamiento al mero ejercicio electoral. Nace tan fuerte que fue capaz de desprenderse de la vieja piel del viejo pejotismo y sin embargo llenarse de peronismo en convivencia y articulación con otras tradiciones políticas y variadas expresiones de la sociedad. Cuidar a Unidad Ciudadana es ser capaz de juntar más y más masa crítica, más representación, más federalismo, más oposición, más democracia. Sólo así se construirán nuevas mayorías. Sólo así impediremos más ajuste al pueblo por parte del gobierno neoliberal. Sólo así rescataremos con vida a Santiago Maldonado y liberaremos a Milagro Sala. Sólo así seguiremos soñando con un país y un continente que esté a la altura de quienes dejaron jirones de sus vidas por llevar estas banderas a la victoria. Sólo así vamos a volver.