lunes, 29 de diciembre de 2008

EL AÑO DE LOS PAJAROS


Los pájaros advierten tempranamente cualquier cataclismo. Saben que viven con el trigo y que mueren con la soja transgénica. Por eso ya no hay tantos pájaros en Gualeguaychú ni en las plantaciones sojeras de la pampa húmeda ni más al norte. La memoria de la especie les indica huir donde quiera que el peligro esté.
Su destino de belleza alada está en juego, igual que la vida del niño banderillero que señala el surco a las avionetas que rocían con glifosato esos campos que defienden Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli.
El cuerpo del peoncito también es rociado, envenenado, condenado a muerte tempranamente por los barones de esa soja que también defienden Elisa Carrió, Cleto Cobos, Felipe Solá y el ex senador Duhalde.
Ellos tienen quién les escriba los partes de guerra contra la esperanza, en las plumas consonantes del otro Solá (un tal Joaquín), Van Der Koy y Grondona, esos buenos muchachos que toman la hostia todos los domingos.
Allí está el tormento de los pájaros y el nuestro. No quieren perder el país que demolieron hace tiempo con Martinez de Hoz, Cavallo y Menem.
Es lo que motivó la batalla del 2008 por las retenciones a la renta extraordinaria que libró la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Este Gobierno tuvo la osadía de meterse contra el poder económico y mediático constituido. Y fue para redistribuir la riqueza, para invertirla en más escuelas, más caminos y hospitales, para impedir que nos conviertan en un país de monocultivo, evitando la muerte de la diversidad y del banderillero y de los pájaros.
Está en juego el poder, es decir, la construcción de un país para todos o de un país para pocos. Por eso saltaron violentamente sobre las rutas y en Rosario y en Palermo.
El Gobierno recogió de entre los escombros su Resolución 125, caída por el voto cínico de Cobos y esperó el momento para cobrarse una victoria que de tan poderosa, ni se dieron cuenta. Se liquidaron las AFJP, se recuperó para el Estado la administración de los ahorros de los trabajadores y se envolvió para siempre con la celeste y blanca el cóndor de Aerolíneas Argentinas.
Es para celebrar el año que se va y para advertir y advertirnos que en el 2009 se librará la batalla cultural por excelencia: la sanción de una nueva “ley de radio-difusión”, que permitirá que todas las voces, todas, puedan escribirse, decirse, oírse, mostrarse.
Allí nos convocaremos.
Para no perder nunca más el canto de los pájaros que nos siguen habitando.
Publicado en Miradas al Sur del 28 de diciembre de 2008

miércoles, 24 de diciembre de 2008

ESTA NOCHE ES NOCHEBUENA


En este país supo haber Navidades con presos políticos y con madres desgarradas en las puertas de las cárceles y cuarteles militares, clamando por ver o saber algo de sus hijos desaparecidos.
En este país conocimos Navidades con mesas familiares vacías de comida y repletas de tristezas, mascullando con bronca los nuevos ajustes económicos que castigaban siempre a los sectores más débiles y vulnerables de la sociedad.
En este país atravesamos Navidades poniéndonos un abrigo porque nos querían convencer de que éramos parte del Primer Mundo y como allá, en el Hemisferio Norte, nevaba sobre los tejados, debíamos hacer muñecos de nieve aunque el termómetro marcara 40 grados de calor.
Hoy que llegamos nuevamente al día en que nos sentimos un poco más buenos y cordiales, más nostálgicos y memoriosos, la Nochebuena llega cargada de anuncios y presagios. Pero es el mismo país. Y no es el mismo a la vez.
De un lado, lo viejo, lo anacrónico, lo que empuja para atrás, lo que niega todo el tiempo, lo que repite una historia de desencuentros y agravios, que corta rutas, que habla de muerte, que añora lo peor del pasado lacerante de los argentinos.
Del otro, un pueblo manso como un pesebre, que quiere seguir creyendo y seguir creciendo, dejando atrás para siempre una historia donde los violentos del poder eran los que mandaban sobre nuestros sueños, sobre nuestras mesas, sobre nuestras vidas.
En este país llegamos hoy a una Nochebuena donde seguiremos sin estar en el mejor de los mundos, donde falta trabajo y sobran canallas, donde nos secuestraron a uno de los nuestros, Jorge Julio López y aún no lo encontramos, donde los medios de comunicación siguen concentrados como el poder económico del que forman parte, donde la redistribución de la riqueza balbucea sus primeras letras y donde la mala Justicia lanza dentelladas de vez en cuando, intentando liberar genocidas.
En este día es saludable recordar el país que fuimos alguna vez.
Los que vivieron los primeros años del peronismo, dicen que festejaban alegremente la sidra y el pan dulce de Perón y Evita, porque eran la mejor metáfora de la Patria justa, libre y soberana que estaban construyendo, y no porque con ello cubrían la cuota alimentaria. Pero vaya si eran un signo, un rumbo, una hoja de ruta para las utopías de un pueblo que sólo quería ser feliz y vivir en paz. Sin embargo, la oposición rabiosa de aquellos tiempos les martillaba al oído diciéndoles que el General era un dictador al frente de una dictadura y pintaba en los muros del resentimiento, “Viva el cáncer” para “esa mujer”.
Era la antiquísima lucha entre el amor y el odio, entre la vida y la muerte, entre lo justo y lo injusto.
Allí anda, reeditando aquel pasado, Elisa Carrió con sus ofensas y amenazas, una presunta “moralista cívica” a la que siempre habrá que recordar su pasado de miembro judicial de la más cruel asociación ilícita que hayamos padecido en este país. Hablamos de la última dictadura militar, esa que seguramente añora cuando desnuda sus ganas de atentar contra esta democracia que tanto nos costó.
No nos merecemos como sociedad que, frente a los anuncios de la presidenta Cristina Fernández, al calendario de trabajo y producción que reconstruye con el viento en contra, hoy respondan como responden los poderosos de siempre y sus fieles servidores mediáticos. Repiten la tragedia. Hablan con el mismo odio. Humillan a este pueblo y a nuestra condición humana.
Allí anda Cleto Cobos sorprendiéndonos ahora en uniforme de oficial de reserva del ejército de la dictadura que casi nos arrastró a una guerra con el hermano pueblo de Chile. Mientras desde los naufragios de la democracia se condenaba a Videla y el Cardenal Samoré transpiraba su llamado a la paz y las almas buenas clamaban por un abrazo entre hermanos, el pequeño hombre avanzaba decidido sobre las fronteras al frente de su tropa. Todo presente tiene su origen y la verdad que estremece un poco la fotografía de Cobos con uniforme verde oliva. ¿La vieron?
Allí anda Eduardo Duhalde, el ex vicepresidente de Carlos Menem, anunciando futuras derrotas para el Gobierno, de quien afirma “se sostiene sólo porque manda con dinero”. ¡Mira quién habla! Cual si fuese un “exitoso”, que se olvidó de su criatura preferida, el Fondo de Reparación del Conurbano, con sus millones de pesos a libre disposición, para gobernar precisamente, y mandar con mucha plata.
Pero en este país, a pesar de ellos, la esperanza sigue intacta en su anhelo de construir un país mejor.
La Argentina vuelve a estar encinta de un país más justo e inclusivo. Se alistan ya, decenas de miles de trabajadores para construir caminos y puentes, escuelas y hospitales, puertos y estaciones, rieles y astilleros, ahora que nuestros abuelos saben que nunca más se invertirán en ninguna timba los ahorros que les pertenecen por derecho propio.
En este país donde nos secuestraron 30.000 mil Azucenas, esta Nochebuena levantaremos las copas para brindar por la última nieta que las Abuelas de Plaza de Mayo recuperaron hace unas horas. Toda una señal de buenos augurios para la Navidad que está llegando.
Que duerman en paz esta noche, sus padres desaparecidos, Raquel Carolina Negro y Tulio Valenzuela, el militante que se fugó de sus captores para denunciar a Galtieri y a los dictadores, antes de desaparecer en sus garras definitivamente tiempo después.
Y que bajen la cabeza, al menos, los que nada hicieron para evitar su captura.
En este país, mal que les pese a los injustos de siempre, la defensa de los Derechos Humanos es una política de Estado desde el día aquel del 2003 en que un hombre llamado Néstor Kirchner, alzó el bastón de Presidente por los aires, contagiando alegremente el compromiso de construir un país mejor.
Nos merecemos entonces, una Feliz Nochebuena y una mejor Navidad para todos.

Publicado en Buenos Aires Económico y El Argentino del 24 de diciembre de 2008

http://www.elargentino.com/nota-21676-Esta-noche-es-Nochebuena.html

domingo, 21 de diciembre de 2008

MARCHE UN ALPARGATAZO PARA CLETO


Estas fiestas navideñas parecen venir con más fuegos artificiales que años anteriores. Pese a los agoreros, la recuperación del consumo y de un sentimiento colectivo de esperanza, se expresan así, de esta manera. En los barrios ya vuelan las cañitas voladoras por los aires, se encienden las estrellitas de colores por aquí y por allá y como al pasar, también vuela, respetuosamente, un “alpargatazo” contra Cobos, para que no olvide porqué está allí donde está.
Está para secundar a la Presidenta de la Nación en todas y cada una de las decisiones que adopte el ejecutivo. Para eso lo eligieron. Para eso le pagan un salario mensual. Para eso aceptó ser candidato. Para eso ocupa ese sillón institucional.
Pero él sueña ilusamente con un doble comando en la gobernabilidad. Y erra el viscachazo, porque mientras la Presidenta aferra el timón de un Estado que se reconstruye a una velocidad a la que muchos argentinos no estaban acostumbrados, Cobos apenas puede manejar las riendas de un corcel de calesita.
Por eso genera tanta indignación. Porque sigue usufructuando un cargo al que en vez de honrar con su conducta, lo agravia manoseando las instituciones con el solo fin de sus apetencias personales. Con esa pose delarruista que lo caracteriza, acaba de mostrar una nueva faceta de “patética miserabilidad”, como decía Don Hipólito Irigoyen. Almorzando en un programa de TV, relató que su madre padecía un terrible mal que la desconectaba de la realidad y no lo reconocía cuando él la visitaba, pero sonriendo, agregó: “creo que es mejor que sea así, con las cosas que hoy están pasando”.
No hay palabras para semejante amoralidad.
Dijimos en estas columnas que el elogio a la traición que hacen algunos periodistas, gerentes de los grandes medios, era el asalto final al valor de la palabra.
Cual dilectos voceros del poder, ametrallan cuanta medida tome el gobierno a favor del pueblo y elevan a la santidad cuanto potencial candidato opositor surja en el horizonte. El teorema de Van Der Kooy y Morales Solá, dice: “El que apoya al gobierno es un demonio y el que lo enfrenta es un nuevo santo para las huestes inquisidoras del antikirchnerismo”.
Así se entiende el minuto de gloria que disfrutan en los medios, los que creyeron en distintos momentos que podían encontrar un espacio superador por afuera de este proyecto que lideran Cristina y Néstor Kirchner.
Los que desertaron por derecha terminan abrazados a lo peor del menemismo o compartiendo el bronceado con Carrió. Es llamativa la insistencia de esta señora en denunciar y provocar con agravios a un ex Presidente de la Nación, como Néstor Kirchner, a la vez que estimula sucesos violentos en el conurbano bonaerense para los próximos días. ¿No habría que citarla judicialmente para que diga lo que sabe y para saber qué la une, en ese sentido, con Cobos, Duhalde, Macri y Solá? Ella que fue funcionaria de la mayor y más criminal asociación ilícita que hayamos padecido, como fue la última dictadura, sabrá de lo que está hablando.
No nos equivoquemos, estamos en presencia de una “danza con lobos”, no disfrutando de las ballenas en Puerto Madryn.
Por otro flanco distinto están los que se manifiestan combativos al descalificar al gobierno por su presunta demora en la redistribución del ingreso, pero cuando tuvieron la oportunidad de votar en el Congreso a favor de la Resolución 125, y otras iniciativas oficiales, terminaron votando en contra. Cometen el desatino de imitar a Bombita Rodríguez, justo ahora que el Gobierno va por más y mejor Estado, más inclusión social, más integración latinoamericana y por la profundización de las relaciones con Cuba, entre otras acciones.
Muchos de los actuales funcionarios y militantes del kirchnerismo seguramente fueron “imberbes” cuando la edad les apuró el pulso cardíaco más de lo aconsejable. Pero ser “imberbes” en la adultez, es un signo patológico preocupante. Deberían reflexionar y trabajar por la unidad de los sectores populares en lugar de jugar al divisionismo estéril. Nadie es más revolucionario por aprenderse de memoria los textos de Lenín o Hanna Arendt.
El o la que gobierna en favor de los trabajadores, planifica a largo plazo la recuperación de los intereses nacionales y populares, ayuda a transformar la realidad en términos fácticos y no discursivos, será bien valorado por el pueblo, único e implacable juez de las conductas de sus dirigentes.
En un cierre de año a todo orquesta, el Congreso de la Nación decidió legislativamente la eliminación de la “Tablita de Machinea”, recuperó para el Estado nuestras Aerolíneas Argentinas y aprobó el conjunto de medidas giradas por el Poder Ejecutivo para profundizar el modelo vigente y enfrentar los vendavales de la crisis internacional.
En tanto, la Presidenta Cristina Fernández y el conjunto de presidentes latinoamericanos reunidos en Brasil, decidieron la construcción de un espacio orgánico, decisivo, estratégico, integrado por todos los países de América Latina y el Caribe.
El tablero de la historia marca: “Sale EEUU. Entra Cuba”
“Canción con todos”, aquella que supo armonizar ternura con convicciones, hoy reverdece en ese puñado de Presidentes que expresan más que nunca el destino de unidad entre nuestros pueblos hermanos.
El cachetazo moral que propinó la Presidenta, entre tantos otros dignos y dignas argentinas, contra el intento de liberar a los genocidas, logró que volvieran para atrás los jueces de la vergüenza.
Era hora que la noche buena nos anuncie el amanecer de un país y un continente más libre y más justo.

Publicado en Miradas al sur del domingo 21 de diciembre de 2008, pág. 9

domingo, 14 de diciembre de 2008

CON EVITA NO SE METAN

Amanecemos todos los días con nuevos anuncios y decisiones oficiales en favor del consumo y el mercado interno. En simultáneo, la Presidenta Cristina Fernández recorre el mundo enhebrando acuerdos con otros gobernantes, inaugurando un nuevo mundo, multipolar y complejo, ya sin el acoso hegemónico de los EE.UU y el FMI.La derecha nativa con pedigrí de enfiteusis, no para de ladrar y tirar dentelladas de odio ante cada paso que da el gobierno, intentando desgastar este proceso que avanza con paso firme hacia la configuración de un país más justo e inclusivo. El fin de las AFJP y la “Tablita de Machinea”, son antes que nada un acto de justicia. Con una se recupera capacidad de poder real para el Estado y los trabajadores y con la otra se nos libera de los últimos restos del naufragio neoliberal del 2001. Hace apenas siete años. Es un gran avance en tan poco tiempo y aunque falta mucho por andar, podemos cerrar el año con otro “chau Menem, chau De la Rua”. Es para festejar ¿o no? Hay otro país. Abramos las ventanas y las cabezas para verlo. Volvieron los diputados y los senadores a dictar leyes que favorecen los intereses nacionales y populares y volvieron los mamelucos y los cascos de los trabajadores a protagonizar las tensiones propias de un país que está vivo y creciendo. Y no se escuchan como en otros tiempos, las alarmas de la gobernabilidad exigiendo que nos ajustemos el cinturón y el corralito y el impuestazo y el 13 % de descuentos a los jubilados y la baja de salarios y la falta de empleo y producción.Pero atención. La derecha no se equivoca en expresar su odio de clase. Está resistiendo. Los que se equivocan, son aquellos que en lugar de apoyar al Gobierno para profundizar el cambio, se pavonean en sus propios egos, formando el club de narcisos irredentos que terminan por ser funcionales a los dueños del poder. Es una lástima que se equivoquen tanto.Somos más autónomos como Nación y más equitativos como pueblo. Quizás por eso aquel odio de clase se expresa con el atentado cobarde de las huestes sojeras de Buzzi y De Angelis, contra la imagen de Eva Perón. Ningún comunicado los disculpará. Sólo lo hará, el respeto a la democracia y a la memoria popular.Por eso, en este diciembre donde recordamos a los jóvenes asesinados en la Masacre de Margarita Belén, bajo la dictadura militar que tuvo funcionarios cívicos como Elisa Carrió, les decimos con la mansedumbre y la paciencia de los justos: cuidado, con Evita, no.


(Miradas al Sur 14/12/08)

viernes, 12 de diciembre de 2008

LA PRESIDENTA Y EL FUTURO QUE LLEGÓ

Un gobierno que continuó lo iniciado en el 2003El Gobierno de Cristina Fernández cumple su primer año de gestión en medio de la mayor crisis del capitalismo en toda su historia. Los vientos huracanados ya se advierten sobre el horizonte y lo que es peor, no hay nadie que nos sepa decir con precisión el tiempo de duración.
Lejos de arrinconarse en territorio conocido, la Presidenta eleva anclas y recorre el mundo articulando lazos con países africanos, con Rusia, con América Latina, con Europa, con China, con la India. Regresará para la reunión del Mercosur y para promulgar las medidas en favor del consumo interno que envió al Parlamento en estos últimos días del año.
Es un gobierno que sigue el ritmo intenso del primer tramo del proyecto político iniciado con la presidencia de Néstor Kirchner. Revalida su política de Derechos Humanos, de Unidad Latinoamericana, de trabajo, producción e inclusión social, cual si fueran autopistas centrales de la estrategia implementada. Siguen bajando los índices de pobreza y desocupación, la inflación se mantiene estable, el dólar no se disparó, el crecimiento económico sigue en alza, aunque no con los mismos valores, pero creciendo al fin y al cabo, y como si fuera poco, recuperamos Aerolíneas Argentinas para los intereses nacionales. Claro, es mucho lo que falta recorrer y sabemos que el hambre no espera.
Vale una tristeza al paso: cuando se quiso apurar la redistribución del ingreso, vía las Resolución125, muchos opositores de la progresía votaron en contra. No lo olviden.
Pero queremos resaltar cuatro ítems trascendentes que marcaron a fuego este largo e intenso año de los argentinos. A saber, el conflicto con los patrones rurales, la reunión de la Unasur en Santiago de Chile, la recuperación del sistema jubilatorio y la revalorización del Congreso de la Nación.
Juan Rulfo justifica con creces su extraordinario noviazgo con la literatura sólo con un par de libros: “Pedro Páramo” y “El llano en llamas”. Dice Eduardo Galeano que el escritor mexicano hizo el amor tan intensamente con esas bellas páginas, que luego se echó a descansar por el resto de sus días. Quizás la Presidenta argentina haya concretado en apenas un año aquellas obras que en otras gestiones demandarían el tiempo completo de la gestión. Pero, a diferencia de Rulfo, todo indica que faltan aún tres años para consolidar lo realizado, profundizando el proyecto nacional y popular en marcha.
El conflicto con los sojeros puso al desnudo la Argentina del conflicto latente y permanente entre los sectores populares y los dueños del poder, sea en su expresión doctoral o en su versión más brutal y desdentada. Es historia conocida el resultado provocado por Cleto Cobos.
La derecha no mostraba toda su saña fascistoide desde hacía décadas. Con sus mensajes perversos inauguró en las rutas un campo de batalla desde el que pujaron por destituir un gobierno elegido por el voto popular. Decía Nicolás Casullo que lo más pernicioso de ese período conflictivo fue que en la disputa por el sentido común hegemónico, los ruralistas y los poderosos medios de comunicación ganaron gran parte de la batalla cultural. Contribuyeron algunos progresistas que, en el susto, aplaudieron a los patrones rurales cual si fueran barbudos bajando de Sierra Maestra. Todos ellos violaron la palabra, la despedazaron, la trituraron, la manejaron a su libre arbitrio para imponer en el inconsciente colectivo que en la mesa de enlace estaban “los buenos” y en el gobierno, “los malos”. Venían de demonizar a Borocotó por una entrevista pero por muchísima más transfugueada, Cobos pasó a ser un héroe. En el elogio a la traición se coronó el último asalto a la verdad. Aprendimos la lección.
El Gobierno culminó con este “Llano en llamas”, se repuso y siguió andando.
Cuando parecía que finalmente el Gobierno de Evo Morales gobernaba en tiempo de descuento y que el cerco mediatico, paramilitar y sojero, avanzaba desde Pando hacia La Paz para destituirlo, la Presidenta argentina se comunicó con el Presidente Boliviano y con la Presidenta de Chile, Michele Bachelet, para convocar a una reunión de urgencia en solidaridad militante e institucional con Bolivia. Todo sucedió en menos de 48 horas. América Latina obtuvo así su credencial definitiva como continente de paz, de justicia y democracia. Sabrá el mundo entero y los sectores antidemocráticos nativos que desde ahora deberán lidiar con todo el Mercosur y la Unasur cada vez que quieran posar las garras sobre nuestros pueblos y sus gobiernos legítimamente electos. Este logro es de todos pero un poco más de la Presidenta de todos los argentinos. ¿No es motivo para sentirnos orgullosos como argentinos y latinoamericanos?
La recuperación para los trabajadores y la sociedad toda, del Sistema Público de Jubilaciones y el fin de las AFJP, es un logro estratégico que inaugura el primer cimiento del Estado moderno, inclusivo y productivo que se viene reconstruyendo desde el 2003. Es el inicio definitivo de una nueva nación, con recursos propios y autónomos. Es el “Pedro Páramo” de Cristina Fernández.
Por último, el salto cualitativo en la calidad institucional lo configura la decisión política de poner en pleno funcionamiento el Congreso Nacional a la hora de definir las políticas sustantivas de este modelo de desarrollo con inclusión social.
Es el Parlamento, quizás, el poder republicano que mayor relieve ha tenido este año a través de la inmensa tarea que condujeran los presidentes de los bloques oficialistas, el Senador Miguel A. Picheto y el Diputado Agustín Rossi, así como el Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner.
Pese a todo lo realizado, los escribas de los grandes medios siguen vociferando sus profecías del miedo y la desesperanza, mientras la oposición no muestra ningún pudor con sus infamias e injurias. El pueblo sabe lo que sufrió con ellos cuando gobernaron este bello país. Sabrá valorar que esta vez, el Estado está del lado de los humildes y que como dijo hace unas horas la Presidenta, “el futuro ha llegado y hemos decidido hacernos cargo de él”

Publicado en BAE y El Argentino del 10 de diciembre de 2008

domingo, 7 de diciembre de 2008

QUEMAR LAS NAVES

Dice Benedetti que el día o la noche que por fin lleguemos, habrá que quemar las naves. Y que antes de hacerlo es conveniente meter en ellas nuestra arrogancia masoquista, nuestros escrúpulos blandengues y los hipopótamos de Wall Street. Recomienda meter en el incendio, los menosprecios por sutiles que sean y esa falsa modestia y la dulce homilía de la autoconmiseración. Será para evitar el riesgo y la tentación de volver atrás y remar hacia otra orilla que no sea la nuestra, ya que será abolida para siempre, la libertad de preferir lo injusto y en ese solo aspecto, seremos más sectarios que dios padre.

Algo así es lo que uno recuerda de aquella poesía, que vale mucho para estos días, en que pisamos tierra firme con el Gobierno de Cristina abriendo los anchos caminos para que nadie quede afuera, para defender el empleo y el plato de comida y la escuela y la salud y ya que estamos, basta de amenazar a Graciela Ocaña, porque tendrán que vérselas con todos nosotros.

Lo peor ya pasó y lo mejor siempre estará por venir. Con Néstor Kirchner se enarboló la memoria de nuestros más profundos dolores. Desconocerlo es despeñar por un barranco todas las convicciones. El olvido naufragó en este país el día que apareció Juan y Victoria y Horacio Pietragalla levantó en sus brazos a su Abuela de pañuelo blanco y juntos saludaron alegres en la Plaza de Mayo. Reparar en algo el genocidio es una manera digna de quemar las naves, hacia atrás. Y es arropar, hacia adelante, el futuro como un guricito dormido en los brazos de la Patria.

“Aquí no se rinde nadie” es el mandato que brota desde hace 200 años y hoy tiene nuevas voces y nuevos brazos y manos para sostener el rumbo aunque anuncien que el huracán ya llega a nuestras costas. Hoy tenemos un Estado más fuerte que el que nos dejaron. Dios nos libre y nos guarde si hubiesen seguido las plagas menemistas, cavallistas y delarruistas.

Mal que les pese a los desesperanzados, a los que desertaron, a los que traicionaron el voto popular, a los que ofenden porque no tienen nada mejor para proponer, a los que vaticinan el ocaso justo ahora que amanece, habrá que anunciarles una y otra vez que, este proyecto nacional y popular seguirá abriendo caminos a favor del pueblo, aun a costa de equivocarnos muchas veces.

Andaremos descalzos, pero andaremos juntos alumbrando el día que no haya un solo argentino hambriento en la banquina.

Vale la pena quemar las naves, no hay nada que temer.

(Miradas al Sur – 07/12/08)

miércoles, 3 de diciembre de 2008

UN PANAL DE ABEJAS EN PLENA TAREA

La Presidenta y la política de nuestros días
La Presidenta Cristina Fernández anunció el Plan Raíces para favorecer la vuelta al país de todos los científicos argentinos que por distintas razones se vieron obligados a emigrar años atrás. A la repatriación de capitales le sucede la del pensamiento. Otras áreas trabajan sin descanso para presentar una serie de medidas en sintonía con los proyectos que debate el Parlamento y con la creación del flamante Ministerio de la Producción. El gobierno es un panal de abejas en plena tarea. Pronta a viajar a Chile, posteriormente a Rusia y finalmente a Brasil para estar en la reunión del Mercosur, la Presidenta avanza en la consolidación de esta política estrechando lazos internacionales tan necesarios para el pasaje de un mundo unilateral en crisis a un nuevo marco multilateral capaz de crear las condiciones para una etapa superadora del neoliberalismo depredador.Más trabajo, más producción, más salud, más educación, más integración latinoamericana. Es la misma orientación política, haya viento a favor o ciclones a punto de entrar al país aunque no tengan pasaportes.¿Y el resto de la política que dice por estas horas?Desde la derecha, sus diferentes expresiones siguen sin poder superar su dispersión de fuerzas y su falta de liderazgos creíbles, pero unifica y antagoniza hasta el límite de la legitimidad democrática, sus críticas contra el oficialismo. No importa lo que se anuncia desde el Gobierno, la consigna es echar rodilla a tierra y disparar ríos de tinta, injurias y editoriales tan reaccionarias que sólo encuentran antecedentes remotos en las peores horas de dictaduras pasadas. Siguen siendo la perla de una corona que ya no existe. Pero a fuer de ser honesto y parejo, es necesario advertir que cuando más se necesita afianzar culturalmente este proceso nacional y popular que encabeza el Gobierno de Cristina, algunos sectores del progresismo vernáculo, hacen oír sus voces con críticas totalmente destempladas cuando no infundadas, regando el escenario con cuestionamientos que terminan por ser funcionales a los adversarios del Gobierno y que van desde la presidencia del Partido Justicialista por parte de Néstor Kirchner hasta la presunta falta de apertura al debate y el veto a una ley de protección a los glaciares. De pronto actúan como si quién gobierna no fuera Cristina hoy y Néstor Kirchner ayer ¿O se olvidan quienes fueron los primeros y casi los únicos que en los años noventa salieron a proclamar la defensa inclaudicable de nuestros Hielos Continentales y nuestros glaciares? ¿O es tan difícil entender los tiempos y el debate participativo que requiere gobernar sobre estos temas tan sustantivos? ¿O no es posible entender que Kirchner asume tamaña responsabilidad partidaria con el mismo patriotismo y honradez con que asumió sus actos de gobierno? La política, cuando se comparte un espacio común, se nutre de confianza. O no se comparte. El adentro o el afuera vale para la causa política que se defiende y no para el artefacto partidario que cada uno elija.Sería deseable que cada uno de los sectores críticos, abran y estimulen masivamente el debate en su propio lugar de pertenencia antes que declamarlo y reclamarlo desde otro lado. Quizá la raíz se encuentre en creer que son los partidos políticos los que están en crisis y que con un servicio mecánico de urgencia todo se solucionará. La crisis es de la política en su conjunto y por lo tanto todos deben sentirse alcanzados por las esquirlas de la deflagración ocurrida cuando estalló el país hace apenas un puñado de años. No verlo así nos lleva al injusto y peligroso riesgo de creer que adentro del PJ está lo sucio, lo malo y lo feo y que todo lo puro está afuera del mismo. Es una falsa dicotomía. Además no se entiende cómo se puede sostener este criterio con tanta pasión cuando se continúa perteneciendo al mismo elenco gobernante que se condena. Cleto es un maestro en estas artes, pero no es bueno imitarlo.Por otra parte, habría que ser más respetuoso y humilde frente a quien transformó este país desde el sólo capital de sus convicciones y el coraje político para llevarlo adelante. Néstor Kirchner no esperó a nadie para realizar los cambios que se hicieron desde el 25 de Mayo de 2003. Los hizo simplemente.Este proyecto tiene, en un amplio abanico del centro a la derecha, los adversarios que se merece. Estamos librando una batalla en democracia por la justicia social y la plena soberanía de la nación y es posible darla victoriosamente estrechando filas, no dispersándolas con una lógica de lista electoral.
(BAE, El Argentino, 3/12/2008)

domingo, 30 de noviembre de 2008

KEYNES EN LA UNIDAD BÁSICA

La fragmentación del pensamiento sucede a la del Estado y la sociedad, víctimas de la política neoliberal que concentró el capital y fragmentó el movimiento popular.
Hoy la balacera mediática continúa con la misma estrategia. Hacen terrorismo comunicacional con el pesimismo y la desconfianza. “Nos quieren ver tristes”, dice Jauretche.
Una primera respuesta es comprender y difundir las decisiones políticas y económicas del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de una manera coherente y abarcadora. Porque no es cierto que sean medidas aisladas y obligadas por la crisis internacional, como proclaman los escribas del poder y algún perro en cancha de bochas.
Están en la génesis del proyecto nacional y popular que gobierna desde el 2003. Son parte indisoluble del modelo de desarrollo con inclusión social. Más obras públicas, más empleo, más institucionalidad con el Ministerio de la Producción y la decisiva participación del Congreso, más fortalecimiento de nuestros vínculos comerciales con América Latina, África, China, Rusia. Todo en su medida y armoniosamente.
Así se entiende el keynesianismo en este lugar del mundo, construyendo sobre las ruinas que dejaron los que gobernaron este país y que hoy vuelven a las pantallas cual si fueran sabios de la tribu, como Cavallo, Menem, López Murphy o Duhalde. Nos salvamos de ver a De la Rúa porque duerme y a Carrió porque adelantó el verano en Punta del Este.
Mauricio Macri, hace keynesianismo al revés, demoliendo calles y lugares históricos. Alguien tiene que parar tanta locura. Está bombardeando Buenos Aires y a punto de hacer polvo el cine El Plata, el “Cinema Paradiso” del popular barrio de Mataderos. Le resultará insoportable que haya una obra tan majestuosa, sostenida por los vecinos, nutrida de cultura y encima edificada en 1945, el año que los trabajadores y el pueblo fundaron, sobre los adoquines que hoy nos roban, una patria justa, libre y soberana.
La crisis del sistema demuestra que el dinero no se multiplica infinitamente. La política tampoco debería reproducirse eternamente con gerentes politiqueros. Sería bueno que los nuevos keynesianos, esos tipos que hacen cosas por la comunidad, que trabajan, que militan, que se embarran todos los días por solidaridad, sean los que hoy dignifiquen la política como la herramienta más bella que tienen los pueblos para cambiar su destino.
Un día de estos tendríamos que invitar a Keynes a tomar unos mates en el local del barrio.


(Publicado en Miradas al Sur, 30/11/08)

miércoles, 26 de noviembre de 2008

LA PRESIDENTA Y LA CARTA DE NAVEGACIÓN


VOLVIÓ KEYNES, VOLVIÓ PERÓN
La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner pareció mirar a los ojos de cada uno de los presentes cuando anunció el rosario de medidas que profundizan el modelo social y económico en marcha desde el 2003. El aplauso cerrado tras sus palabras parecía bajar desde la Quiaca hasta Tierra del Fuego, desde los empresarios industriales hasta los trabajadores que seguían, por los medios, el discurso presidencial. Advertíamos, una vez más, que la Carta de navegación sigue apuntando su brújula en el trabajo y el desarrollo productivo. Acá no hay despidos, hay más trabajo; no hay fuga, hay repatriación de capitales; no hay persianas de empresas que se bajan, hay mayor promoción de trabajo registrado. En definitiva, es una concepción de la vida la que se está instrumentando.En la previa a los anuncios, los francotiradores mediáticos de la derecha política y económica del país, disparaban con munición gruesa contra el Gobierno, instando a la rendición de cualquier asomo de optimismo en nuestro presente y futuro como Nación. No aprenden más. Cae nieve en Nueva York y ellos insisten en salir abrigados a las calles de una Buenos Aires que se calcina al sol. Operan mensajes desalentadores todo el tiempo contra la población y evangelizan con el enfriamiento de la economía porque es lo único que aprendieron en los años de neoliberalismo. Si se les hiciera caso, el país entero sería una “puerta 12” para nuestro porvenir. Pero esta vez la taba se dio vuelta a favor del desarrollo, del trabajo, de la producción, de la inclusión. La decisión de crear el Ministerio de la Producción es un nuevo paso en el giro copernicano que imprime el gobierno en cumplimiento del mandato popular votado por la mayoría de la sociedad. Es una forma de expresar con toda elocuencia que la época de los ajustes, de las rebajas salariales, de los despidos, de los impuestazos, del congelamiento de la producción, ya son parte de la prehistoria menemista y aliancista. Se trata de construir una herramienta jerarquizada para que propios y extraños tengan un interlocutor privilegiado a la hora de convenir inversiones productivas que sirvan a nuestro desarrollo. Lejos de desmantelar el Estado, este Gobierno sigue apostando por más Estado.Este conjunto armónico de medidas, más las obras públicas que se implementarán a lo largo y ancho del país, por valores inéditos en nuestra historia contemporánea, está en la génesis del modelo gobernante, aunque los escribas del atraso continúen vociferando sus canalladas. Un repaso de medidas y mensajes del ex Presidente Néstor Kirchner desde el año 2003, demuestran a las claras que venimos a paso redoblado avanzando en este rumbo, consolidando posiciones con la recuperación estatal de la administración del sistema jubilatorio, el superavit fiscal y comercial, el desendeudamiento externo, el acento en el intercambio con los países hermanos de la región, particularmente Brasil y México, con China, India y al que ahora se suman los países del continente africano que visitó días atrás la Presidenta. Cuando en el hemisferio norte tiemblan de espanto por la feroz crisis sistémica que los acosa y recurren al tan maldecido Estado para salvarlos del naufragio final, nuestro Gobierno, que reivindicó el rol regulador del Estado desde el primer día de gestión, interviene decididamente, no para plantar medidas fiscalistas, que se corresponden precisamente con la etapa anterior a la crisis, sino para apostar hacia adelante pensando en el consumo, en el mercado interno y en el empleo. Si hasta la reciente cumbre del G-20 se vio obligada a declarar que “la regulación es primero, y ante todo, responsabilidad de los reguladores nacionales, que constituyen la primera línea de defensa contra la inestabilidad del mercado”.Néstor Kirchner y la Presidenta podrán decir con toda solvencia y modestia: “Es lo que venimos diciendo hace mas de cinco años”. En la última Sesión anual de la ONU, cuando el derrumbe ya se mostraba inevitable, la Presidenta de los argentinos expresó categóricamente: “…durante la vigencia del Consenso de Washington, nos decían que el mercado todo lo solucionaba, que el Estado no era necesario, que el intervencionismo estatal era nostalgia de grupos que no habían comprendido cómo había evolucionado la economía”Volvió Keynes y Perón, volvió el trabajo como regulador social, volvió Copérnico para que los planetas giren naturalmente alrededor del sol. Tenía que volver el Estado. Y un Gobierno que, como el de Cristina, se parece mucho a su pueblo.


Publicado en BAE y El Argentino del 26 de noviembre de 2008

martes, 25 de noviembre de 2008

domingo, 23 de noviembre de 2008

LOS PIES DESCALZOS DE LA VICTORIA

La historia es así de caprichosa. Elije su destino, determina sus tiempos, llama a silencio o bullicios y andá a cantarle a Gardel. Se sube a un tren en La Plata y baja en el Malgreb, dialoga con Perón por la mañana y a la tarde borronea con Khadafi una amistad del Sur que nos haga más libres, en un mundo nuevo que habrá que inventar.
Es tan sabia que cuando algunos creían que doblaban las campanas en el funeral de las utopías, un vendaval de pueblos olvidados irrumpió en el momento exacto que los mercaderes caían atragantados con su codicia. El banquete neoliberal ha terminado.
Ahí se despide Bush como alma en pena, con tantos pibes muertos al pie de sus misiles. Él y sus banqueros fingen que es apenas un malestar pasajero y es el sistema arterial financiero el que les estalló en las entrañas, dejándolos sin aire.
Hoy estamos de nostalgia y alegría. Con una flota de aviones que vuelve a ser argentina y un Estado que se reconstruye sobre sus escombros, recuperando la soberanía de nuestros ahorros. Vamos por el futuro, ahora o nunca. No hay tiempo que perder. Ni demorarse bajo el fuego a granel de los grandes medios. Ni caer en la trampa del divisionismo. Ni responder la ofensa de una señora regordeta y republicana, formada en un cuartel del Chaco, ni la provocación de los vice gansos ni los pituquitos como Isidorito Macri.
Esta vez no habrá más penas ni olvidos, aunque duela que no estén aquí todos los compañeros, duele que sean para siempre parte del río y el mar y que no puedan disfrutar lo que les pertenece por dolores propios.
Hay que agrupar filas con Néstor y Cristina, saber que llegó la hora de los pueblos, así en Bolivia como en el cielo de la América toda, así con Lula, Chávez y Correa. Lo que se muere es un mundo viejo, injusto y guerrero. Es su caída, no la nuestra. Vamos a alumbrar otro mundo de aquí en adelante. Nada nos será fácil ¿o alguna vez lo fue?
Mientras la derecha derrama leche en los caminos y faena lecheras sin compasión, nosotros decidimos vivir, no de cualquier modo, sino justos, libres y solidarios.
Es ahora la hora de la historia que tarda en llegar pero no sabe esperar cuando lo decide. Se llamará Evita, se llamará Germán.
Los que pudimos ver tan sólo los pies descalzos de la victoria, creemos que es tiempo de verla todita, bella y desnuda, con la melena al viento y un pan bajo el brazo, junto a un pueblo entero.

(Miradas al Sur, 23/11/08)

jueves, 20 de noviembre de 2008

DE LA VUELTA DE OBLIGADO A LA VUELTA DEL ESTADO

¿Quién escribirá la historia de estos días que corren? ¿Alguien tomará de las solapas, con la prosa y la palabra, a los canallas y los cínicos que sólo braman blasfemias en las penumbras, cuando asoma algo de luz? ¿Podrán decir los escribas que después del saqueo contra las arcas del pueblo, sucedió la vuelta a casa de nuestra línea aérea, el juzgamiento a los genocidas, la caída del desempleo, la integración latinoamericana, la liberación de las garras del FMI? ¿Se dignarán en nombrar a Néstor Kirchner y Cristina Fernández como los hacedores de un tiempo forjado por esa mayoría que sólo quiere vivir mejor?
Por si acaso, los mansos y los justos deberían dejar las huellas de estos días a resguardo para los que vendrán después. No importa, siempre que sea digna y auténtica, lo tosca que la huella sea. Pero decir claramente que hoy volvimos a tender las cadenas de la Vuelta de Obligado para que la codicia de los mercaderes no pase nunca más contra nuestro destino de libres.
Es 20 de Noviembre y resignificamos el Día de la Soberanía con la recuperación de la administración estatal del patrimonio de los trabajadores y los jubilados. En la votación parlamentaria no nos separarán sólo dos maneras de gobernar nuestros ahorros, sino dos visiones de la Argentina, dos modelos en pugna, dos formas de vivir la vida en este bello país. Es la disputa entre lo viejo y lo nuevo, entre lo justo y lo injusto, en el momento que se define el rumbo de un mundo en llamas.
Duele saber que la palabra se rompió cuando, dictadura, menemismo y alianza mediante, rompieron los cimientos del Estado, pero hay que decirlo. ¿Cómo no se iba a fragmentar la palabra y la política si la sociedad fue bombardeada mediáticamente hasta hacerla refugiar en los rincones de la sobrevivencia?
“Salvese quien pueda” fue la consigna. Saquearon nuestros ahorros pero el verdadero propósito de inventar el negocio de las AFJP, fue rasgar y romper el tejido social para eliminar todo sentimiento organizado, atentando así contra la solidaridad colectiva, que es constitutiva de la condición humana. Por eso, cuando decimos que este cambio es estructural no estamos pensando desde una máquina registradora sino desde el alma de un pueblo que vuelve a juntar sus parcelas dispersas, su identidad de nación, un futuro compartido.
Seamos definitivamente un pueblo y una nación y no esa aritmética feudal del neoliberalismo. No somos clientes ni socios ni meros consumidores. Somos ciudadanos, que es un rasgo superior de la escala democrática. Y desde hoy lo somos más que ayer.
Duró catorce años este debate. Mienten los que aúllan clamando más tiempo para analizar y decidir. Ya nos robaron bastante para que sigamos marcando el ritmo del reloj con la letanía de una cigarra. Esta es la hora y no mañana. Mientras otros corren en auxilio de sus banqueros, nosotros lo hacemos a favor de la justicia social. Vaya con la diferencia. Se dirimen estas cosas en una sesión que compromete a todos, oficialistas y opositores, en la posibilidad histórica de hacer causa común cuando se construye ciudadanía y no partidismo de cuarta. Tengamos memoria cuando mañana elijamos nuestros representantes, recordando el voto de este día.
Recuperar nuestra identidad es escuchar el canto destemplado y heroico de los criollos que en la Vuelta de Obligado entonaban el Himno Nacional mientras combatían contra la más poderosa flota naval de esos tiempos. Es alzar en los brazos de la memoria al Gaucho Antonio Rivero, el mismo que recuperó en 1833 nuestras Malvinas al mando de un pequeño ejército compuesto por dos gauchos y cinco indios y que alcanzado por el fuego enemigo, caía para siempre ese 20 de noviembre de 1845. Ellos, con el General Lucio Mansilla al frente, también peleaban contra la fragmentación de la patria que nacía a ponchazos y sablazos, al grito de “¡Viva la soberana independencia argentina!”
Por eso, como ya se dijo desde lo más alto de la representación popular, no es una casualidad que sea hoy el día en que vuelve el Estado a resguardar nuestro destino común.
Claro, la batalla es muy distinta. El campo de disputa es el campo del debate y es esta democracia a la que habrá que seguir vigorizando con la profundización de este modelo de desarrollo con inclusión social.
Sólo así honraremos a los patriotas que supieron defender con honor nuestra Soberanía.
(BAE, 20/11/08)

domingo, 16 de noviembre de 2008

EL TIEMPO DE LA MILITANCIA

En Washington, la Presidenta argentina y el Presidente Lula, blandieron el pensamiento autónomo latinoamericano ante los poderosos del mundo reunidos en el llamado G-20. Más Estado, más consumo, empleo, producción y multilateralismo, dijeron a coro.
En Chile, Néstor Kirchner acomodó como pudo su larga humanidad en la modesta silla del estrado, miró a los presentes y parecía que no estaba allí sino pensando lejos, quién sabe dónde, tomó aire y al galope de sus palabras en el Foro del Progresismo, interpeló: “Los militantes progresistas, nacionales y populares, debemos decidirnos de una vez por todas entre optar ser políticamente correctos, aceptando las reglas de juego que nos impuso el poder y el neoliberalismo, o nos animamos a cambiar para siempre nuestro destino como pueblo construyendo una región más democrática, más justa, soberana y solidaria”. Algunos aplaudieron entusiastamente y otros, convocaron sus antiguas rebeldías colgadas en el placard.
En nuestro país, el centro derecha es un turco en la neblina; ata un nudo y se le desatan otros. Carrió, Patricia Bullrich y Gerardo Morales inauguran a destiempo la segunda fase de la Alianza que escapó en helicóptero y alborota a eventuales socios. Felipe Solá amaga irse y queda desolado. Mauricio Macri es “Carlitos bombero”, apagando incendios en hospitales y escuelas. El diario mitrista degrada en un pasquín de albañal y a falta de creatividad, parafrasea en clave de brulote “no ahorrar la honra de los gauchos”.
Es la hora de los pueblos, por eso pretenden contagiarnos el espanto de una época que expira. Debemos evitar que las máscaras y los maquillajes no le ganen al cambio profundo que nos debemos. Será la juventud la que escriba el relato de los tiempos por venir.
Mañana es el Día del Militante y el jueves 20 el de la Soberanía Nacional. Ayer tendimos las cadenas contra el colonialismo en La Vuelta de Obligado y hoy recuperamos para nuestros jubilados la alcancía solidaria que los mercaderes nos saquearon en la noche menemista.
Para profundizar este modelo en marcha, es preciso esa mística y ese compromiso. Porque esta vez se juntó el “se debe” con el “se puede” y eso ocurre muy de vez en cuando en la historia, cuando los gobernantes se parecen a sus pueblos y no claudican jamás.
En eso habrá estado pensando Kirchner, el militante, sabiendo que hablaba desde la tierra de quien fue un gran amigo del Tío Cámpora, el Presidente Salvador Allende.
(Publicado en Miradas al SUR el 16/11/08)

jueves, 13 de noviembre de 2008

LA PRIMAVERA Y EL TÍO CÁMPORA

El ex Presidente Héctor J. Cámpora, que hoy regresa a la Casa Rosada de la mano de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es infinitamente más contemporáneo nuestro que muchos políticos de la oposición. Su reloj sigue marcando esta hora y la que vendrá. Por eso su presencia no se corresponde con las efemérides sino con la Política. Así, con mayúsculas.
No habrá que asombrarse si las palomas de la Plaza se alborotan sin saber porqué. Intuirán que alguien muy importante, a quien llamaban El Tío, ha vuelto con nosotros culminando para siempre un largo exilio. Y entonces le dedicarán una ronda de júbilo porque es jueves y las Madres y las Abuelas de aquellos imberbes que lo querían tanto y ya no están aquí, darán testimonio de vida en nombre del país que somos y queremos ser.
Tanta cárcel, tantos dolores y desencuentros, tanta dictadura, terminó con la vida de un gran romántico de la política. El Movimiento fue su casa, la lealtad al Líder y a su Pueblo, la razón de su vida. Quizás por eso, los latidos de los bombos de la Juventud entrelazan su nombre y el de Evita en lo más alto del sentimiento colectivo.
Vuelve el Tío con un Gobierno que honra su memoria día a día y que en su homenaje, el próximo 20 de Noviembre desde el Congreso de la Nación, hará posible que celebremos el Día de la Soberanía recuperando para los trabajadores el mayor instrumento de solidaridad social: el Sistema de Jubilación, administrado desde ahora nuevamente por el Estado. Nunca más los mercaderes del templo podrán lucrar con el ahorro de los argentinos. Con este Gobierno, el egoísmo individualista del “sálvese quien pueda”, está en retirada.
Es una pena que el sectarismo de algunos nos impida emocionarnos juntos, pensemos como pensemos partidariamente, pero creyendo en esta Argentina que estamos reconstruyendo. Duele que los radicales de hoy serruchen la escalera que los radicales de ayer construyeran para que pase Ricardo Balbín hacia el abrazo de la unidad nacional que pergeñaron junto a Perón. Duele y lástima en lo más hondo del tejido social que se nieguen a votar a favor del pueblo, rechazando el proyecto de Ley que, curiosamente, dicen compartir. Desconfían de un Gobierno elegido democráticamente y sin embargo entregan su voto de confianza a los atildados buitres que se alzaron con sueldos mensuales de 100.000 pesos mientras vaciaban las cajas de las AFJP. Los radicales de Gerardo Morales, se escandalizan con las futuras inversiones en obras públicas pero no se escandalizan con el verdadero robo de los privatizadores que se enriquecieron personalmente, invirtiendo en oscuros fondos el producto del saqueo a nuestros jubilados.
Para colmo de males rehacen la Alianza con Elisa Carrió, aquella abogada que inauguró su carrera “repúblicana” como integrante del poder judicial de la dictadura que en su provincia, Chaco, produjo entre otros males, la Masacre de Margarita Belén y las torturas y encarcelamiento de miles de compatriotas. Para entender la dimensión histórica de las cosas hay que decir que la doctora Carrió es la misma que asesoraba a los dictadores que mantenían cautivo al Presidente Cámpora tras los muros de la Embajada de México cuando el cáncer quemaba su digna vida sin poder ser asistido por los médicos que entonces precisaba. Pero ahí anda la sombra predemocrática de Carrió dictándonos sentencia moral desde el lugar de blonda fiscal de la dictadura al que se niega dejar atrás, revistiendo su falso moralismo con el peor de los cinismos de la política. Así, con minúsculas.
Los enemigos de la democracia siempre intentan montar escenarios propicios para frustrar la unidad del pueblo. Habrá que andar con cuidado para no caer en la trampa de los ajenos que muerden y los cercanos que ladran, los que inundan las pantallas de terror y miedo y cuelgan carteles en los potreros advirtiendo la presencia de menores como potenciales delincuentes y apuestan al descalabro económico de lo que construimos colectivamente desde Néstor Kirchner hasta aquí. Disparan con mensajes divisionistas al centro del proyecto nacional, popular y progresista. Buscan fracturar o al menos astillar la confianza del pueblo en su Gobierno. Pero sabiendo donde están los leales, es más fácil saber por donde andan los que no lo son.
Además, tenía que ser primavera: volvió para alumbrarnos el camino, la mirada mayor de la Lealtad, el Tío Cámpora.
(BAE, El Argentino, 13/11/08)

lunes, 10 de noviembre de 2008

APUNTES PARA LA INOCENCIA

Estamos atravesando la segunda etapa del proyecto político que empezó con Néstor Kirchner y hoy continúa con la Presidenta Cristina Fernández.
Cuando se quiso redistribuir equitativamente la riqueza, la oligarquía apretó filas, disputó el sentido común de la sociedad, resistió en defensa de sus intereses sojeros, lanzó sus misiles mediáticos y terminó ganando por una cabeza de ganso de diferencia.
De este lado, curaron las heridas y volvieron a la carga, mejorando notablemente la puntería. Tras el anuncio de la recuperación pública del sistema jubilatorio, se dio giro de inmediato al domicilio de la democracia, el Congreso de la Nación, para que los legisladores deliberen y decidan. Se ganó en Diputados por amplio margen, aunque habrá que velar armas en el Senado y rogar que ni el diablo ni el ganso tengan oportunidad de meter la cola.
La batalla por la recuperación de un Estado democrático al servicio de los intereses del pueblo y la nación es la medida exacta de nuestros antiguos sueños, está en la génesis constitutiva del país, en la memoria de nuestros muertos y desaparecidos, en el presente y futuro de nuestros jóvenes y en el justo y digno abrigo que merecen nuestros viejos queridos. Por eso nos combaten.
Compartimos hasta aquí la inocencia del día que descolgaron los cuadros de los genocidas y nos independizamos del FMI y rechazamos el ALCA y exorcizamos con la memoria popular la ESMA y La Perla y los cuarteles se llenaron de democracia y ciudadanía y la Ministra Garré se abrazó a las tropas jurando defender para siempre la Patria y la Constitución y los derechos humanos y los pueblos hermanos de nuestra América del Sur.
Ya nos descubrieron. Saben que para nosotros, la democracia despierta causas colectivas y despliega banderas allí donde soplan los vientos del pueblo. Por eso mismo debemos seguir juntando fuerzas en el boca a boca con nuestros vecinos, advertidos que la televisión no transmite la realidad que vivimos o impone otra virtual y caótica para que naufraguemos en medio de la mar. No nos dejemos confundir. Hemos echado proa hacia nuestro destino y nada ni nadie nos detendrá.
La inocencia es lo último que se pierde. ¿O no era así? Defendámosla, pero juntando más fuerza para celebrarla y sostenerla, ahora que “el cambio recién empieza” y un ciudadano negro llamado Barack Husseim Obama es el nuevo Presidente de los EEUU. Y Martin Luther King vuelve a tener un sueño.

(Publicado en Sur del domingo 9 de noviembre y El Argentino del 10/11/2008)

miércoles, 5 de noviembre de 2008

LA OPCIÓN NO ADMITE MEDIAS TINTAS

Las cosas ya están claras para todos. Esta vez no nos asiste el derecho a invocar el tan meneado “yo no lo sabía”, ahora que los campos en pugna están posicionados y batallan en el recinto del Parlamento, en procura de lograr la aprobación o no del proyecto oficial que devuelve a los jubilados y a los trabajadores el sistema de previsión solidaria que le robaron en la larga noche menemista. La opción es precisa y contundente y por ello, no admite medias tintas: O recuperamos el país solidario que nos robó la dictadura y el menemismo o retrocedemos cincuenta años.En este marco, no se equivocó Eduardo Buzzi en su discurso cuartelero; identificó al gobierno democrático como su enemigo y ordenó el desgaste como método de ablande antes de asestar un golpe rutero. Ni se equivocan Llambías, ni Biolcati, ni De Angeli, cuando enarbolan la defensa de la “propiedad privada” batiendo tambores de guerra mediática, azuzando nuevamente a quienes permanecen indiferentes o expectantes a la vera del camino. No se equivoca Carrió cuando rasga los tejidos más sensibles de la democracia con sus ofensas y agravios a la institución presidencial. No se equivocan las plumas mitristas ni los clarinetes que llaman a la desesperanza y al descreimiento más infame sobre el destino nacional. Todos ellos operan para el país desigual e injusto. Los mismos que se jactaron en desabastecer a la población, enfrentando al gobierno cuando avanzó en su proyecto de redistribuir la riqueza de manera solidaria y equitativa, son los que hoy marchan para defender sus privilegios, obligados a dejar un rato sus poltronas porque el Estado, que les pertenecía, ahora trabaja para los argentinos que fueron saqueados y no para los saqueadores. Hoy los veremos juntos a muchos de ellos marchando con sus cacerolas inflamadas de odio y resentimiento en un vano intento de desgastar y acorralar a este gobierno que pretende reconstituir la nación que supimos ser y que para lograrlo, empieza por recuperar el valor conceptual de pueblo en reemplazo de ese genérico placebo a quien ellos llaman “la gente”.Para eso sirve devolver al Estado la administración y el resguardo de los fondos que pertenecen a los trabajadores activos y jubilados. Para que la solidaridad sea la garantía de que estamos construyendo estructuralmente un país para todos y no para robustecer los fondos de quienes sólo lucraron con los dineros del pueblo. Claro, como el ladrón cree que todos son de su misma condición, hacen reduccionismo mediocre y ladran sus desverguenzas como si se miraran sólo en sus propios espejos. No dicen que son ellos, los poderosos, los que hicieron “caja” durante décadas con el dinero que nos pertenece a todos, en beneficio de sus campos, de sus vacas, de sus riquezas. Que volvamos a tener un gobierno que recupere esa caja para los trabajadores, es poner las cosas en el justo lugar de la equidad social. Ni mucho más ni mucho menos.Quienes participamos de aquellas flacas marchas de resistencia contra la embestida neoliberal de los años 90 éramos muy conscientes de que el derrumbe del sistema jubilatorio estatal significaba lisa y llanamente un golpe al corazón de nuestra propia identidad como pueblo. Por eso lloramos cuando vimos la difusión en cadena de la implosión del Albergue Warnes, cual si fuera una representación dramática y cínica montada por el menemismo para demostrarnos que su latiguillo preferido de “cirugía mayor sin anestesia” era en verdad una “política de estado” y no una simple bravata de ocasión. Muchos argentinos se estremecieron de dolor e impotencia cuando sobre los escombros del sistema estatal de reparto, los neoliberales de guante blanco inventaron el más ruin y fabuloso negocio llamado “Afjp”, haciéndonos creer que cada individuo se convertiría en un prospero capitalista independiente, un ser sin patria y sin historia. Por eso hoy es posible y hasta fácil entender semejante conglomerado marchando juntos; están defendiendo su caja, su propiedad privada, sus ganancias y sus privilegios de clase, ese modelo de país en el cual algunos son y serán siempre ricos y otros son y serán siempre pobres, como le gustaba decir a Menem.Hay que estar atentos pero sin temerles. Son tan sólo, el estertor del viejo país que no suelta el hueso. Tendrán que entender que hay lugar para todos. Y aunque no les guste, deberán resignarse a que sigamos escuchando la más maravillosa música que, para nosotros, es la palabra del pueblo argentino.
(BAE el 5 de noviembre)

domingo, 2 de noviembre de 2008

EL HUEVO DE LA SERPIENTE

Este Gobierno puede ganar o no una votación en el Congreso sin perder la dignidad; salir airoso aunque malherido de esta pelea como sale un perro callejero enfrentado a una jauría de Rottwilers adiestrados para matar. Batirse a duelo contra sus propios fantasmas y despertarse agotado pero enteramente vivo.
Pero no hará lo contrario. Como anunciar en cadena que los tiempos de crisis que corren por el mundo no aconsejan enfrentarse a las “AFJP” ni redistribuir ingresos ni ser solidarios ni torear a los dueños del poder ni seguir peleando por una patria justa, libre y soberana ni tener utopías ni sueños ni nada.
Nunca dirá: “hasta aquí llegamos” y si así prefieren, que venga Macri, con Menem, De la Rúa o Blumberg y De Angelis sea el López Rega de los nuevos tiempos y el juez de los buitres, Mr. Griesa, sea nombrado ciudadano ilustre. Por algo será, la gente es así, este país de mierda, serán las voces que se escucharán.
Pasa que este Gobierno no claudica, no se rinde y libra la más grande batalla por recuperar el país solidario que nos robó el menemismo. Y no quiere darla solo sino compartirla. Desafía a mostrarnos a nosotros mismos, sin otro carnet de afiliación que al pueblo, para que seamos capaces de vencer el egoísmo, el sectarismo, el posibilismo, el derrotismo. Mostrarnos juntos con nuestras diferencias la próxima sesión en Diputados, en Senadores y en la calle y en las plazas, para que el golpismo televisivo de Carrió, por ejemplo, no sea nada más que un grotesco de mal gusto de aquella dictadura de Videla que la sigue desflorando en su moral de falsa republicana y auténtica idiota del planeta de los simios y la Banca Morgan.
El huevo de la serpiente reapareció en estos días y dicen las comadronas de la pluma mitrista, es decir cipaya, que la cría venenosa cercará el Congreso y el Obelisco desde la Recoleta, con sus cacerolas y sus bronceados, mordiendo a estos bandoleros que hoy gobiernan pretendiendo que los jubilados tengan el mismo amparo que tuvieron en vida del “anciano prófugo”, es decir, Perón.
Frente a semejante odio, juntaremos fuerzas para vivir en paz, profundizando este modelo de desarrollo e inclusión social de fabricación argentina.
Y porque este Gobierno es Nosotros. Con virtudes y defectos.
Y porque no nacimos para desertar cuando el destino de este pueblo llama.
(Miradas al Sur, 2 de Noviembre de 2008)

jueves, 30 de octubre de 2008

UNA CUMBRE SIN LA PRESENCIA TUTELAR DE LOS ESTADOS UNIDOS

La presidenta Cristina Fernández viajó a El Salvador para participar de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado.

Los mandatarios latinoamericanos volverán a encontrarse, en El Salvador, sin la presencia tutelar de los Estados Unidos; la última vez que esto sucedió fue cuando el ALCA se encalló en las playas de Mar del Plata en tiempos del gobierno de Néstor Kirchner. No es un dato menor si tenemos en cuenta el colapso financiero mundial de estos días. ¿Se imaginan lo que hubiese sido de nosotros en esta crisis capitalista si hoy fuéramos una estrella más en los dominios imperiales de George W. Bush? Construir la memoria es imprescindible si queremos que crezca esta nueva era que, como dice el poeta, “está pariendo un corazón y hay que acudir corriendo, pues se cae el porvenir”.Hoy que América latina tiene su propio pasaporte y camina libremente por las calles es preciso actuar rápidamente para remediar todos los males con que nos azotó el neoliberalismo. Y cuando hay necesidades sociales apremiantes, toda demora es un crimen; por eso dan pena los legisladores que piden más tiempo para el tratamiento de la nueva ley jubilatoria. Y dan vergüenza los políticos que sin pudor alguno defienden a banqueros y financistas de las AFJP en lugar de defender los intereses de los trabajadores. Seguramente estarían más cómodos con Julito Roca y Carlos Saúl Menem.La primera cumbre iberoamericana nació en 1991 en Guadalajara, México, el mismo año del derrumbe de la Unión Soviética. Desde entonces, el mundo cambió drásticamente. El Consenso de Washington, que fue como la biblia de un mundo desigual, pasó al altillo de los trastos viejos, mientras que en nuestros países creció el rol soberano, regulador y democrático de los Estados nacionales.El orden neoliberal no quiso saber en este lapso que en su vientre incubaba sus propios monstruos. Diez años después del derrumbe soviético sucedió el ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono. Y como ya no estaba el comunismo para acusarlo, la gula financiera de la ganancia fácil señaló con sus misiles a los nuevos enemigos y allá fueron los bombardeos mientras la maquinaria capitalista seguía inventando toneladas de dinero virtual y manuales de instrucción “gerencial” para las administraciones públicas. Con lo ocurrido en Wall Street, ahora sí que nos quedamos, felizmente, a la intemperie. Como dice el tango “mirá lo que quedó…”.Emergieron, en tanto, tres potencias llamadas nuevas, aunque tienen casi la edad del hombre: China, India y Rusia. También se alborotó el “patio trasero” con una oleada democrática en toda América que brinda un cuadro esperanzador para el continente, tan profundo que algunos pensadores lo califican sólo comparable con el momento histórico que dio origen a nuestras respectivas independencias. Si nos animamos, esta vez no habrá más cien años de soledad para nuestros pueblos; aprendimos que es preferible crecer con nuestras propias incertidumbres antes que hacerlo con certezas ajenas. Este y no otro es el marco de esta cumbre que debatirá el tema central, Juventud y Desarrollo, reafirmando seguramente lo que ya reclamaba la última cumbre realizada en Chile, “un crecimiento económico perdurable que garantice el desarrollo humano sustentable y la capacidad del Estado para implementar políticas y programas con ese fin”. Parte fundante de la virtud de este proceso democratizador reside en la irrupción de los pueblos originarios en los países de la región y cuyo mayor exponente es el gobierno boliviano del presidente Evo Morales. Los pueblos volvieron a andar los caminos para que América latina siga siendo un continente joven, libre, más justo, menos desigual y un poco más feliz.La presidenta de los argentinos podrá afirmar en El Salvador que, aun con imperfecciones, el Gobierno está desplazando el egoísmo y el “sálvese quien pueda” de los mercaderes. Ya vendrán “los mejores” y sabrán pulir con su fino pincel el trazo grueso de este cambio de estructura en su primera etapa. Ahora es tiempo de acompañar estas medidas y no hay excusa para explicar lo contrario.La cumbre iberoamericana será, en este sentido, un calificado y sonoro auditorio donde las voces de la América profunda sigan afirmando o al menos balbuceando estas primeras respuestas que la historia quiso que empiecen alumbrando aquí, al sur del río Bravo.
(BAE 30 de Octubre de 2008)

domingo, 26 de octubre de 2008

OTRA VEZ EN PUGNA DOS MODELOS DE PAÍS

Pongamos que Norma Pla hoy mira desde el cielo y sonríe festejando la decisión presidencial con aquellos que lucharon contra la privatización jubilatoria, iluminando de antorchas la Plaza como lo hicieron en la noche menemista. Y una mayoría progresista y popular pegue un mazazo de unidad contra el neoliberalismo depredador y haya fiesta en el pueblo.Pongamos que el sistema solidario de reparto no pase el Congreso. Festejarán Macri, Carrió, Menem, la Banca Morgan, los buitres de las AFJP y las plumas mercenarias de los medios de desinformación.Y las cacerolas de teflón vuelvan a ganar las calles reclamando se respeten la “propiedad privada” de sus ahorros previsionales porque son “intangibles”, y ya que estamos “que se vayan estos zurdos que nos gobiernan”, que “encarcelen a los pibes de seis años de los barrios pobres”, y que “ni la soja ni las AFJP se tocan”. De nada valdrían las excusas pretendidamente neutrales de quienes resulten funcionales con su voto a favor de la derecha reaccionaria cuando “la privatización fue a los jubilados lo que la solución final de los nazis fue a los judíos, ¿me sigue?”¿Sabe por qué le da vértigo pensar esta posibilidad? Porque están en pugna nuevamente dos modelos de país. De un lado el país de la exclusión y el individualismo egoísta y del otro, el de la inclusión y la solidaridad social. Podemos ganar o perder. Y usted lo sabe.En un mundo que tiembla de miedo e incertidumbre, la Presidenta ya optó y profundiza el rumbo elegido democráticamente. Nombra a Perón, Evita, Jauretche y Ferrer y el nuevo relato de los argentinos avanza en su construcción colectiva. No hay tiempo que perder ante esos liberales que se dicen “marxistas”, pero por aquello de Groucho Marx: “Estos son mis principios, si no les gusta, tengo otros”.Es un momento fundacional para definir el país que queremos para los próximos cien años y es imposible que un gobierno lo haga solo. Todos debemos participar construyendo el futuro. Hagamos como Belgrano o San Martín que desde las trincheras daban la voz de “Alto ¿quién vive?” y desde el otro lado se respondía “¡la Patria!” para empezar a identificarse. Estamos como en ese principio, identificándonos, en una batalla que sigue siendo cultural.
Publicado en Miradas al Sur, 26-10-08

miércoles, 22 de octubre de 2008

LA ABUELA ESTÁ CONTENTA PORQUE RECUPERA SUS JOYAS

Mientras el gobierno nacional consolida su política en favor de los jubilados y de todos los ciudadanos, el gobierno de Macri reprime salvajemente a los maestros y Elisa Carrió y Gerardo Morales blasfeman y despotrican contra la decisión oficial de recuperar el rol intransferible del Estado en defensa del sistema jubilatorio.
En estos contrastes se sigue jugando el presente y el futuro de los argentinos.
Para que nadie tenga dudas sobre el rumbo elegido, la Presidenta Cristina Fernández viene recorriendo el país reafirmando una gestión que se muestra segura afrontando la etapa signada por la fenomenal crisis del capitalismo a escala mundial.
Toma las precauciones propias de una travesía en tiempos de tormentas, pero profundiza el camino, sin distraerse con las voces anacrónicas de ciertos factores de poder que hacen desesperados esfuerzos para convencer de bajar el gasto público, enfriar la economía, achicar el presupuesto, despedir trabajadores, etc. Quienes así opinan no terminan de entender lo que está ocurriendo en los países centrales o bien defienden otros intereses disfrazados de “analistas independientes”. En cualquier caso, seguirán ladrándole a la luna.
Los anuncios de cambios estructurales en el sistema de jubilaciones son una muestra de que el Estado vuelve a ocupar el lugar que le arrebataran los mercaderes de las AFJP en los años 90, en la convicción de que la única política social universal posible es la que regula el propio Estado. Se trata de garantizar el derecho a vivir dignamente, en la plenitud y en el descanso ganado después del trabajo activo.
En nuestro país, digámoslo, ya están amaneciendo los nuevos paradigmas: Vuelve el hombre, el pueblo, los ciudadanos al centro de la escena.
“¿Por qué se mete el gobierno?” preguntan escandalizados los nostálgicos del paraíso liberal perdido. Porque es de toda justicia hacerlo y porque después del auxilio estatal de Bush y otros mandatarios a bancos y financieras privadas, socorriendo a los que más tienen, en estos confines del sur hay gobiernos que asisten a los sectores populares que quedaron a la intemperie por las políticas económicas dictadas por el mercado. Y convengamos que una cosa son los gobernantes que salvan bancos y otra distinta, son quienes cuidan a sus jubilados. En estos asuntos anda el Gobierno, recuperando las joyas que gobiernos anteriores le robaron a la Abuela y a la vez, desplegando una diplomacia laboriosa desde la política de unidad latinoamericana que impulsa para la región. En este marco hay que interpretar el viaje del Canciller Taiana a Chile al frente de una delegación de empresarios argentinos, la firma de un acuerdo por parte de la Ministra de Defensa, Nilda Garré, con su par de Perú, para conformar una Fuerza de Paz en el marco de la ayuda humanitaria de Naciones Unidas y el trabajo que realiza el representante de Argentina ante la Unasur, Rodolfo Mattarollo, reconstruyendo las huellas de la matanza de campesinos en Pando, Bolivia.
Asimismo, el Ministro Tomada, inicia una serie de encuentros con cámaras empresariales para adelantarse a posibles desajustes motivados por la crisis financiera internacional, cuidando a cualquier precio el trabajo de los argentinos y el Ministro De Vido desarrollando un sustantivo Plan de Obras Públicas que obviamente creará más fuentes de empleo y más desarrollo para nuestra economía. La Ministra Alicia Kirchner sigue construyendo una economía social y recupera en cooperativas el trabajo solidario perdido en miles de fábricas destruidas. Todos estos movimientos son seguidos y protagonizados a su vez por la permanente actividad del Jefe de Gabinete Sergio Massa.
Se entiende así porqué la Presidenta, con claridad y coraje, viaja de Mendoza a Río Negro, de Salta a Chubut y del Chaco a Laguna Yema, Formosa, para entregar títulos de tierra y créditos que financiaran mejoras en el sistema productivo e interiorizarse de la problemática social de las provincias.
Mientras tanto, la oposición pareciera no encontrar remedios para su desconcierto. Y eso que tienen a su favor a notables voceros de algunos grandes medios que hacen lo imposible para posicionarla mejor mediáticamente, describiendo una realidad que sólo tiene vida en su febril imaginación. Pero les resulta imposible hablar de un proyecto alternativo cuando este no existe.
Las medidas del Gobierno la desorientan aún más y entonces, por las dudas, se oponen. No vemos en ellos, lamentablemente, una actitud de cultura cívica y constructiva. Carrió es un ejemplo de esta verdadera cofradía de gorilas en la niebla.
Habrá que observar lo que hacen cuando gobiernan para conocerlos mejor.
Allí está Macri a los bastonazos, Julio Cobos usufructuando el despacho en el Senado como si fuera su comité de campaña y el matrimonio Duhalde que con sus agravios e insultos nos hacen estremecer al recordar, dolorosamente, la política de mano dura que aplicaron cuando gobernaron. ¿Se acuerdan? Fue el tiempo donde cayeron acribillados por las balas policiales, Kosteki y Santillán.



(Por Jorge Giles, 20 de octubre de 2008)

domingo, 19 de octubre de 2008

DE PERÓN HAY QUE ACORDARSE CUANDO SE ESTÁ GOBERNANDO

Uno tiene la sensación que el kirchnerismo es ese potrero de la infancia que ya no está y adonde vuelven a encontrarse hombres y mujeres después de larga ausencia y honorables batallas ganadas y perdidas. Saben que por aquí anduvo el sol y una marea de pueblo supo construir estaciones y puertos por donde pasaron los trenes y los barcos. Y saben que en este lugar la tierra sigue latiendo en alguna dirección, casi siempre en la misma de sus antiguos sueños. Por eso se convocan aquí, porque cuando hablan Néstor o Cristina, dicen las palabras que nunca rindieron, ni con las dictaduras ni con los neoliberales ni con los traidores. Trabajo y producción, soberanía y justicia, federalismo y patria, pueblo y nación. Y los desaparecidos, los fusilados y los torturados vuelven a mirarlos a los ojos con el asombro del último día. No se les puede negar que este 17 de Octubre recuperaron el valor de la palabra, amaneciendo en La Matanza, atardeciendo en Los Polvorines y anocheciendo en Paraná.En la orillita de enfrente estuvo su contrario, los que habitan el país de las tinieblas y el desprecio, del odio disecado pero aún latente. Lo vimos en funciones en su propia versión del 17. Digámoslo así: el duhaldismo quemó su último cajón en el mini estadio de Ferro. Con la verba incendiaria de la Senadora Duhalde y el empresario de Narváez, el triste desenlace sucedió en un lugar tan vacío de pueblo como de ideas; eso sí, colmado de figuras que parecían salidas de un museo de cera menemista y destacados componentes del macrismo porteño que festejaban con sonoras risotadas los deslices agraviantes de los oradores, como si estuvieran viendo un filme de Carlitos Balá. Esa gramática escrita con vinagre y azufre nos quiere acostumbrar a estas riñas de gallos, a esa filosa púa del insulto que desgarra la piel de una convivencia que debería ser patrimonio de todos, pensemos como pensemos. Pero no pueden con su naturaleza. Precisan del insulto como el reptil de su presa. En la Universidad de La Matanza, la Presidenta rindió homenaje a la genética de su identidad anunciando la construcción de hospitales y la voluntad de avanzar en la política de inclusión social pese al egoísmo de los que más ganan en estas benditas tierras. Mejor que decir es hacer, dijo Cristina, invitando a tocar con las manos las paredes que se alzaron allí donde antes había desolación y gramilla. Podrán retardar esta marcha pero no podrán detenerla, les advirtió a quienes festejaron el desembarco de la tropilla campera la noche en que Cleto Cobos se cruzó de bando votando contra su propio compromiso ante el pueblo que allí lo puso. ¿El suyo es cinismo en estado puro o no entiende que allí dejó de honrar el voto popular? Cobos inauguró una nueva forma de deslealtad, tirando su honra a los perros y a los dueños del ganado en pié y el yuyito de unos pocos. Hasta sus potenciales aliados lo desconfían por aquello de que el que traiciona una vez…Será difícil volver de allí, pero podría empezar a remediarlo meditando para siempre en el exilio dorado de un patio mendocino cubierto de parras y sosiego familiar. En Los Polvorines la Presidenta definió al peronismo como la respuesta argentina de mitad del siglo XX ante un mundo dividido y violento. Quizás por eso su instinto de gigante, miope e invertebrado, como lo llamara con cariño y rigor el Gordo Cooke, le hace extender los brazos buscando nuevas amistades para seguir el rumbo de la patria justa, libre y soberana. Sabe que con él solo no alcanza. Hoy andamos en la misma búsqueda de respuestas propias ante un mundo al que se le murió la última certeza en Wall Street. Por eso convocó a los jóvenes para que vengan a construir los nuevos paradigmas que precisamos, con la frescura de sus rebeldías y su natural desinterés no individualista, sabiendo que lo joven es la antípoda de la politiquería sin moral ni códigos. Es un momento fundacional, afirmó Cristina y convocó al debate colectivo, recordando que desde el 25 de Mayo de 2003 se viene abonando la tierra para la siembra de lo nuevo que ya está por venir. Fue el preludio cuando el sol caía y Paraná ya era una fiesta. Llegaron los muchachos y las muchachas de la JP con sus bombos y carteles de los barrios entrerrianos y se confundieron en un largo abrazo con los que llegaban con Juancito Cabandié en los hombros de sus compañeros. Fueron 70.000 o 100.000 no importa. Valió encontrarse y bañarse de mística y convicciones. Ahí estaban los carteles con el rostro adusto de Jauretche, de Perón y Evita convencida que llevarían su nombre a la victoria.¿Puede haber un momento más bello en un acto de multitudes que no sea escuchar a Lito Nebbia cantando “dicen que viajando se fortalece el corazón…”? Luego desplegó su vozarrón morocho y peronista, Hugo Moyano y lo siguió ese gobernador que se mantuvo en pié cuando otros le ponían bisagras a sus rodillas, Sergio Uribarri. Hasta que habló Néstor Kirchner y todos supieron que la carta de navegación señalaba las estrellas que dejaron los próceres de nuestra historia grande y el “Vivir con lo nuestro” del doctor Aldo Ferrer y el merecido afecto al primer Presidente de la Democracia, Raúl Alfonsín. Los hermanos sean unidos, quiso decir Kirchner y miró el horizonte, invitando a seguir soñando y haciendo el país generoso y justo que reparte sus bienes en la equidad que se le debe a los que poco o nada tienen pero todo lo dan. Es que de Perón hay que acordarse cuando se gobierna, habrá pensado.La política está de vuelta con su rostro humano, mientras en otros confines los señores de la bolsa empiezan a descubrir porqué este pueblo sigue leal a su historia.
(Por Jorge Giles, publicado en Miradas al Sur del 19/10/2008)

jueves, 16 de octubre de 2008

MIRAR AL FUTURO Y RECORDAR EL 17


UN 17 CON OLOR A PRIMAVERA


Se celebra un nuevo 17 de Octubre, Día de la Lealtad. Un día decisivo en la historia del peronismo pero también de todos los argentinos. En medio de este colapso neoliberal sería conveniente mirar hacia el futuro para recordarlo, porque el país inclusivo y soberano que reclamaban entonces los trabajadores, se parece mucho al que debemos construir ahora que se cayeron los muros y los dogmas de los mercaderes que negaron durante décadas el Estado solidario y democrático. Tarea nada fácil si tenemos en cuenta que el sistema político, tal como lo conocimos en el siglo XX, está agotado y por lo tanto es incapaz de dar respuestas colectivas a la nueva situación nacional e internacional. Un ejemplo es el debate por el Presupuesto en el Congreso donde el gobierno sigue enfrentando la resistencia de una oposición aferrada sólo a su mirada narcisista. Oponerse es su única consigna y aunque haya sol en Buenos Aires, reclaman paraguas porque llueve en Nueva York. ¿Pero cuál es la propuesta alternativa al Gobierno de Cristina Fernández? ¿Dónde está la oposición partidaria como una nueva opción seria, responsable y superadora del actual estado de cosas? ¿Julio Cobos lo es? ¿Elisa Carrió y sus profecías nunca cumplidas? ¿La UCR siempre “cerrada al público por reparación”? ¿El duhalde-menemismo de Francisco De Narváez y Rodríguez Saa? ¿Mauricio Macri que no acierta una en su gestión de gobierno?Está claro que la oposición no puede consolidar un polo dirigencial unificado y atractivo en lo programático. Por eso insistimos en la necesidad de juntar masa crítica desde la sociedad creando así mejores condiciones para el desarrollo inclusivo del país. “Crear una nueva conciencia ciudadana” diría la Presidenta, para que no vuelva a ocurrir una noche como la del voto no positivo de Cobos, en que una buena parte de la gente aplaudió ese suicidio colectivo del sector rural creyendo que festejaba el desembarco en Normandía.En la oposición no hay disputas cualitativas de proyectos sino guerra de vanidades entre los actores principales del elenco opositor. El elitismo de derecha de Carrió y sus huestes atenta contra su propio crecimiento porque la hace retornar cíclicamente al palenque más ortodoxo y conservador de su viejo partido radical. Este partido a su vez reproduce su discurso con lógica de papel carbónico, sin advertir los cambios que operaron en la sociedad desde el 2001. Es muy probable que terminen por confluir en un esquema tan parecido a la Alianza que gobernó con De la Rúa y aunque el socialismo de Giustiniani pueda prestarse a la foto, no podrán evitar despegarse del lastre aliancista con que será percibido por un grueso de la sociedad.Cobos es sólo un artículo de moda, sin capacidad de daño contra el gobierno pero sí contra el sistema democrático. Está degradando la institución republicana, la está bastardeando con su uso y abuso, haciendo de ella un comité cobista antes que honrarla con su conducta. Macri demuestra que no tiene la más mínima noción del arte de gobernar. Cree que bombardeando el asfalto y las veredas puede tender un manto de olvido sobre el desastre en que sumió a los sistemas de salud y educación, que son una preocupación angustiante de la población aquí o en Nepal. Sólo en las más duras horas del menemismo vimos marchar masivamente con sus reclamos y dolores a los médicos y los maestros porteños como lo hacen en estos días. La derecha justicialista no puede ser alternativa de nada en este país que conoció y sufrió en carne propia a Carlos Menem. Mucho menos en este cuadro de colapso financiero internacional que traza una línea directa en el inconsciente colectivo con tres personajes de la política criolla: Menem, De la Rúa y Cavallo. “Nunca más” es un imperativo democrático para todos los que apostamos al desarrollo con inclusión social, derechos humanos plenos y autonomía nacional, se piense como se piense partidariamenteEn medio de este panorama la Presidenta gobierna y recorre el país desplegando una gestión de federalismo explícito, mientras el ex presidente Néstor Kirchner conduce el partido y el movimiento gobernante que hoy, ante semejante descalabro neoliberal, está revalidando sus orígenes y su modelo de Estado inclusivo y regulador. Tiene por delante un desafío histórico: ayudar a consolidar este proyecto de país, sabiendo que aún hay miles de compatriotas que siguen sufriendo las consecuencias del vendaval neoliberal. Habrá que sostener el rumbo y ampliar el arco de identidades. Los movimientos sociales serán un diapasón valioso e imprescindible en esta hora que viene.Pese a los lenguaraces que nos inundan a diario de pesimismo, hay gobierno y hay conducción política. No es un dato menor cuando el mundo cruje. La oposición y sus voceros mediáticos son los que precisan urgente un plan de salvataje. Algunos de ellos deberían empezar por hacerse cargo de sus responsabilidades en el pasado y recordar que hace apenas cinco años, dejaron una Argentina que se parecía mucho al “Guernica” de Pablo Picasso. La reparación de esos dolores sociales, desde el Estado pero también desde el compromiso ciudadano, es la prioridad en este 17 de Octubre que en América del Sur huele más que nunca a primavera.
BAE el 16 de octubre de 2008
El Argentino el 16 de octubre de 2008

EL TIEMPO QUE VENDRÁ

Vamos a intentar el abordaje a un horizonte posible para el país. Misión imposible, dirán algunos por el temblor de las placas tectónicas del capitalismo dominante. Pero cuando hay un proyecto de país soberano en desarrollo, es posible el desafío; por eso empecemos por caracterizar el lugar de donde partimos. Sabiendo el punto de partida, es factible predecir el lugar de llegada.
En los días que corren advertimos cómo en su estampida, el capitalismo financiero se refugia en las faldas del Estado para salvar lo que pueda de su pellejo. En el trance, abandona a su suerte los principios que justificaron su paso por la vida terrena en pos de la mayor y más rápida ganancia posible: el libre mercado y sus circunstancias.
Condenado a sus orígenes, el capitalismo se ve obligado a retomar su génesis creadora de trabajo y producción so pena de sucumbir desnudo o con ropas prestadas por los siglos de los siglos. Aprendió en pocos días que el dinero se reproduce en dinero una, dos, tres veces, pero al final termina inevitablemente en un infarto masivo de neoliberalismo salvaje.
Ya nada volverá a ser lo que fue en las doradas colinas de la gran ciudad.
Desde nuestro lugar de humildes hacedores pueblerinos, abriremos todas las puertas y las ventanas para anunciar al mundo:
Somos libres. Nos quedamos sin certezas.
Protagonistas o meros testigos del siglo XX, asistimos al entierro de las dos grandes certezas que hicieron mover la rueda de la historia en el devenir de nuestros días: el comunismo soviético y el capitalismo neo liberal.
Las armaduras de las Cruzadas de la Inquisición feudal, trocaron en los modernos blindados del dogma por el que cada uno optaba. Terminaron ambos derrumbados, vacíos de nación y de pueblo. Con el derrumbe del último Muro, termina el siglo expirando un último aliento cuando el calendario dice que es el año 2008 después de Cristo.
Para ser más claro aún: el Siglo XXI acaba de nacer. Y a diferencia de etapas anteriores, las certezas centenarias que mueren no son reemplazadas automáticamente por otras nuevas sino por flamantes incertidumbres que se ponen rápidamente de pie para alumbrarse el porvenir aprendiendo de las huellas que dejamos atrás.
Así, el Estado sacude su modorra y echa a andar los nuevos tiempos, desplegando sus velas. Sabe que deberá lidiar con lo nuevo y reagrupa sus flancos para no defraudar al público al que se debe. Sabe del hambriento y del desolado, del que nada tiene por perder y sabe del naufragio de identidades que se volvieron sepia de tanto esperar.
Pero sabe también que no está en completa libertad para acometer fácilmente la nueva y vieja empresa que le dio sus cimientos en el origen de los tiempos. Su edificio está lleno de intrusos que lo amarran y lo obligan a seguir sirviendo sólo a quienes se apropiaron de todas las riquezas, que inventaron bancos y fondos de inversión que no se constituyeron como engranajes de la producción genuina sino como grandes casinos donde las monedas se auto reproducían para llenar las arcas y los bolsillos de unos pocos. Son los próceres de la pos modernidad, con islas propias, aviones privados, yates cubiertos con piezas de orfebrería, rentistas siempre bronceados que fueron maestros en el arte de la ganancia fácil y del narcisismo lucrativo, los que hoy son rescatados por el magno instrumento social, el Estado. George W. Bush está demostrando que lo demonizaron antes para poder valerse de él, ellos y sólo ellos. “En caso de colapso, rompa el vidrio”, letrero posiblemente acuñado en el fondo de sus cajas de caudales, cubriendo la alarma que los conecta directamente con el despacho presidencial en la Casa Blanca. Borraron con el codo lo que decían públicamente en la prehistoria del Consenso de Whasington para meter los garfios de la más vil piratería en las arcas del Estado con un plan de salvataje a favor, principalmente, de los que más tienen.
Es el contexto de este tiempo de final de fiesta. Se acabó el jolgorio.
En el medio del caos que tiene su núcleo de tormenta en el mismísimo Wall Street, habrá alguno que sensatamente, aunque tarde, se haya lamentado “¿porqué no aprendimos de la Argentina?”.
Académicos liberales, de distinto cuño y partido, enseñaron con una mueca soberbia durante años que “primero hay que observar lo que pasa en el mundo para saber qué hacer en la Argentina”. Desde ahora ya sabrán corregirse con un lema más rudimentario pero probadamente cierto: “hay que mirar la Argentina para ver cómo termina el mundo”
Fueron los muchachos del FMI los que calificaron al país del menemismo que supimos padecer en los noventa, como el alumno ejemplar de sus recetas financieras. Así terminamos en diciembre del 2001 anunciando el desastre de ese modelo de capitalismo y no nos escucharon. Ahora ya saben, si quieren salir de ésta, deberían poner las barbas en remojo y mirar un poco lo que estamos haciendo después de nuestra caída, más precisamente desde el 2003. Creemos más que nunca en la libre autodeterminación de los pueblos mientras otros creyeron en la libre autodeterminación de los mercados y la timba financiera. Es la brecha que separa la gloria de la cárcel. El pájaro del gusano. Lo bello de lo feo.
Las hojas de ruta y navegación sólo indican que debemos seguir los vientos del sur si queremos consolidar el rumbo. No es menor el dato. Pero debemos convencernos que el horizonte no está más que en nuestra propia imaginación y en nuestra propia voluntad política. Hay que construir entre todos esas nuevas certezas que hoy nos faltan. En la amalgama del sendero que venimos recorriendo está la masa necesaria para hacerlo. Superamos la mayor de nuestras crisis ganando espacios de autonomía. Empezamos a saldar nuestro pasado doloroso con más justicia y derechos humanos. Crecemos desde el ahorro interno, buscamos la redistribución equitativa del ingreso, bajaron los índices de pobreza y desocupación drásticamente.
De seguir este rumbo, corrigiendo errores, perfeccionando los mecanismos de participación institucional, abriendo todas las compuertas de la creatividad popular, este huracán pasará, barrerá con más riquezas pero aquí en nuestras orillas, afianzaremos nuestra unidad sudamericana y seguiremos creciendo.
El Banco del Sur, la utilización del peso y el real en reemplazo del dólar entre Brasil y Argentina, la resolución autónoma de conflictos como el de Bolivia y el de Ecuador y Colombia, sin tutorías colonizadoras, son parte de la agenda regional que nos pone a resguardo del colapso, aunque sintamos el temblor sobre la piel de la América toda.
En tiempos de construcción de nuevas certidumbres, cotizan en alza las preguntas.
¿El ideario neoliberal puede mantenerse en pie después del colapso en los EEUU?
¿Los EEUU mantendrán su hegemonismo unilateral en el mundo o el multilateralismo se abrirá paso, favorecido por la crisis y la aparición de nuevos actores como China, India, Rusia y los países de la Unasur?
¿América Latina avanzará o detendrá el proceso de unidad con políticas progresistas, solidarias y autónomas desde y para la región?
¿El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner logrará consolidar la etapa de redistribución de la riqueza, inclusión social, mayor calidad institucional y crecimiento económico?
¿La oposición política y económica será capaz de constituirse en una alternativa superadora del actual proceso político argentino?
¿Seremos capaces de construir un nuevo paradigma asentado en el rol activo del Estado democrático, inclusivo, regulador, justo, solidario y soberano?
Esbocemos juntos las primeras respuestas a estos desafíos, pero hagámoslo pronto porque la derecha, liberal o fascista, tiene manuales para el recambio y donde las víctimas siempre son los pueblos.
No estamos en soledad. Tenemos un Gobierno progresista, nacional y popular, militante de la unidad sudamericana. Basamos nuestro crecimiento en la economía real y nos espantan las brujas y las burbujas financieras. Habitamos soberanamente recursos naturales estratégicos para abordar el futuro. Y lo que es más importante aún: aprendimos a mirar definitivamente con nuestros propios ojos.

(Por Jorge Giles, 16 de octubre de 2008)