La víspera del 25 de enero los niños de Alta Lusacia (sip, aquí es donde vivo) colocan un plato en la ventana de casa o frente a la puerta, siguiendo una tradición sorbia conocida como "la boda de las avecillas" (Vogelhochzeit). Al amanecer, los platos estarán repletos de dulces y panecillos con forma de pájaro o de nidos. Así es como las aves agradecen el alimento que reciben durante el invierno, los granos que los humanos cuelgan en los árboles o ponen en las casitas para pájaros cuando los campos están cubiertos de nieve y es más difícil encontrar alimento.
Me había propuesto preparar algunos de los dulces para este día, incluso iba a hacer un curso para aprender a hacerlos, pero el curso lo cancelaron por falta de participantes (es lo que tiene vivir en la tundra) y sin la cita programada a mí, como que se me fue el tiempo en otros menesteres. El caso es que no quería dejar pasar la ocasión sin enseñároslos, así que me he pasado por la panadería (¡único establecimiento del pueblo!) y he comprado algunos. Y de paso socializo un poco y los vecinos se van acostumbrando al acento raro de la nueva :D
Los nidos de pájaro llevan una base de galleta, crema de mantequilla y cobertura de chocolate. Los pajarillos pueden ser de brioche, aunque también se hacen nidos o pájaros completamente de merengue. Y bueno, a ver si el año que viene ando más espabilada.