Junto a los suzanis se han convertido en unos de los elementos textiles más frecuentes, en los últimos tiempos, en las publicaciones de decoración y, curiosamente, ambos tienen, en su origen, una misma función. Me refiero a las Handiras marroquíes. Al igual que los suzanis, estas piezas son mantas de boda. Su origen es bereber y son usadas por la novia, como una capa, después de la ceremonia nupcial.

La tradición dice que deben realizarse a mano, unas semanas antes de la boda, por las mujeres de la familia de la novia, y su misión es dar buena suerte, alejar los malos espíritus.... Los materiales usados son lino, lana, algodón y lo que casi nunca falta son elementos brillantes, como lentejuelas.

En decoración las hemos visto como colcha, para cubrir la cama, sobre una pared, como elemento decorativo, o sobre el sofá. En cualquiera de esas funciones, las Handiras aportan un plus de elegancia. Con sus tonos suaves, neutros, casan genial con cualquier estilo, para dar un toque multicultural y son ideales como pieza étnica en el tan en boga estilo noretnic de mi amiga Dar Amina, en cuya tienda online podéis encontrar alguna handira.

Uno de los países que todavía no conozco y al que tengo ganas de viajar es Marruecos. Es por ello que, últimamente, ando buscando establecimientos con encanto para pasar unos días durante mis próximas vacaciones de verano. Y buscando, buscando..., he encontrado esta maravilla de riad (una casa tradicional marroquí).

Esta impresionante casa, de más de 200 años de antigüedad, se encuentra en la antigüa medina de Essaouira, una ciudad costera de Marruecos. Este alojamiento hotelero (más bien una casa de huéspedes) ha pasado recientemente por una renovación completa, conservando todos sus elementos originales, como las columnas de piedra arenisca (de ahí el nombre del hotel), los techos de madera o los increibles suelos de azulejos negros y blancos del patio.

La decoración de las áreas comunes y de las habitaciones se ha realizado con una mezcla muy acertada de piezas vintage europeas y antigüedades procedentes de la zona, con lo que se consigue una sugerente decoración multicultural.

¡No me digáis queno apetece escaparse una temporadita!

Más información: Riad 5 Columns

Todas las imágenes proceden de la web de la fotógrafa Paulina Arcklin.

Hoy quiero hablaros de la alfombra "Beni Ouarain", que ha pasado a engrosas mi lista de "decoiconos", esos muebles u objetos decorativos que se convierten en una especie de obsesión (sana, se entiende) que "necesito" incorporar a mis esquemas decorativos, al igual que me sucede con los espejos sol, los sofás chéster o las sillas Tolix, por ejemplo.

Las alfombras "Beni Ouarain" toman su nombre de la región del nordeste de la cordillera del Atlas marroquí donde se confecionan, una región habitada por una decena de tribús bereberes que se dedican al pastoreo, y de cuyo patrimonio familiar forman parte estas preciosas alfombras.

Las Beni Ouarain, realizadas a mano, se caracterizan por su suavidad, por el color dorado de su lana y por sus diseños tribales geométricos hechos con lana de diferente color, generalmente negro, sin intervención de tintes.

Desde siempre han sido apreciadas, en el mundo de la decoración, por su calidad y su calidez, pero desde hace unos años su presencia es mayor porque, gracias a las irregularidades que les otorga su factura artesanal, aportan un toque entre bohemio, étnico y vintage a cualquier estilo y a cualquier espacio.

¿Qué os parecen? A mí me tienen totalmente atrapado. Además de ser bellísimas, quienes las han pisado, con los pies desnudos, dicen que la sensación no se olvida jamás.

Imágenes: Pinterest

 

El espíritu viajero y aventurero de la propietaria está impreso en cada uno de los rincones de la casa: en los muebles, las lámparas y los textiles, pero también en las texturas (paredes pintadas con pigmentos naturales), en los motivos y en los adornos: fotóforos, jarrones, lámparas, etc. Sin olvidar esa maravillosa puerta de color azul, tachonada, que da paso al dormitorio, y que aporta teatralidad al esquema decorativo, o la colección de Khamsa o "Mano de Fátima" (uno de los amuletos protectores más populares de la zona de Oriente Medio), colgada en el pasillo.

Por cierto, cuando ya tenía publicado este post, he visto que Olga, del blog "Mes caprices belges", ha publicado un artículo interesantísimo sobre colchas marroquís, que quedarían perfectas en este apartamento parisino, así que os dejo el enlace para que lo comprobeis: Aquí