Cuando me pidieron mi primera colaboración para la web ILoveBilbao tuve muy claro que tenía que estar dedicada al que considero el más importante interiorista de Bilbao y una de las personas que, con su manera de entender la profesión, más han influido en mi forma de encarar la decoración desde Etxekodeco. Me refiero, claro está, a Mikel Larrinaga, al que ya he prestado atención en otras ocasiones.

Así que me fui a visitarle, una vez más, a su estudio (que también hace las veces de showroom), donde me recibió su inseparable Kika, una pastora vasca preciosa, y donde, como siempre, charlamos y pude disfrutar de la cantidad de piezas bonitas que tiene repartidas por el espacio.

Un plus para la visita fue disfrutar de la colección de platos de la artista Aintzane de Luna, que daban, aún si cabe, más belleza a uno de los escaparates de la tienda.

 

Si queréis leer más, y ver más fotos, no os perdáis el reportaje completo en la web ILoveBilbao.

Más de una decena de interioristas, algunos de los más destacados del panorama nacional, han decidido abrir sus hogares y estudios durante la celebración de Decoracción 2016, aceptando la invitación de Open House Madrid, una iniciativa de arquitectura y ciudad que permite visitar espacios y edificios singulares en fechas señaladas.

Con esta estupenda colaboración entre DecorAcción y Open House Madrid se pretende poner de relieve el trabajo diario de interioristas, decoradores y diseñadores mostrando al público sus espacios de trabajo y el resultado de sus intervenciones en el ámbito de la vivienda.

 

Yo ya me he apuntado a unos cuantos!!!

 

En las imágenes, facilitadas por la organización, vemos algunos de los espacios que se podrán visitar.

Cuando pensamos en una vivienda decorada en estilo vintage, generalmente vienen a nuestra mente imágenes de espacios en los que los muebles y objetos decorativos de segunda mano, y con unos años a sus espaldas, son los protagonistas. Si bien no todas las piezas tienen que cumplir estas características, sí muchas de ellas, que son las que imprimen personalidad, con su presencia y su carácter diferenciador, a la totalidad.

Eso anterior es lo que sucede en la vivienda neoyorquina que hoy comparto con vosotros. Es un proyecto de la diseñadora de interiores Jenny Wolf quien, después de pasar por diversas firmas, montó la suya propia en Nueva York, en 2011. Si nos fijamos detenidamente en las fotografías nos damos cuenta de que, en su conjunto, se respira una atmósfera vintage, de raíces clásicas; sin embargo, la gran mayoría de las piezas de mobiliario son nuevas, acompañadas, eso sí, de algunas otras de segunda mano. Buen ejemplo es el dormitorio, donde el conjunto formado por la mesilla, el retrato y la lámpara de pie añaden gran rotundidad e imprimen un sello vintage, muy marcado, a todo el espacio.

Una preciosidad, ¿verdad?

Procedencia de las imágenes: Jenny Wolf Interiors

Acabo de conocer a la diseñadora de interiores americano-francesa Marianne Tiegen y su trabajo me ha sorprendido muchísimo. He estado echando un vistazo al portfolio de sus proyectos y la verdad es que no sabía muy bien por cuál decantarme para daros a conocer su obra. Al final me he decidido por esta vivienda parisina, en la Place des Vosges, en mi opinión una de las más bonitas y selectas de la capital francesa.

Después de haber vivido y trabajado en varias grandes ciudades del mundo, como San Francisco, París, Los Ángeles, Londres, el poso que estas vivencias han dejado en Marianne se refleja muy bien en sus obras, como es el caso, ya que mezcla perfectamente estilos, periodos y culturas, sin desatender las características y especificidades locales de cada uno de los proyectos. En este caso concreto, la atmósfera parisina es más que evidente.

Otro de los rasgos que caracterizan a Marianne Tiegen es la especial atención a los detalles, cuidadosamente seleccionados, para que resistan las modas, el paso del tiempo, así como un espíritu de sofisticada sencillez (aunque sean términos antagónicos), que se concreta en interiores bellos y lujosos pero, al mismo tiempo, cálidos y confortables. Buenos ejemplos son los dormitorios, en los que se mezclan el clasicismo de los cabeceros y las lámparas de araña bastante recargados, con ropa de cama muy sencilla o el resto de mobiliario casi monacal.

¡Pura elegancia! ¿No os parece?

Procedencia de las imágenes: Marianne Tiegen

Siempre es un placer visitar Santander, lo hago siempre que puedo (menos de lo que me gustaría), no solo porque me pilla a un paso de Bilbao (una hora de coche), sino porque allí tengo grandes amigos con los que me encanta pasar buenos momentos. Hace dos domingos el plan era fenomenal, quedar con Fernando, de Décadas, y con Luis, de Luis Alonso Modista, para hacer una ronda por los restaurantes que tiene la empresa Deluz&Cia (gestionada por los hermanos Carlos Zamora y  en Santander. He leído y oído mucho acerca de ellos, pero siempre que voy a Santander, por una cosa u otra, siempre acababa postergando la visita.

Nuestra ronda comenzó por la taberna marinera El Machi, el cual sigue manteniendo el espíritu con el cual se fundó, después del incendio que asoló la ciudad en 1941. Después de la jubilación de la familia que lo gestionó durante décadas, los hermanos Lucía y Carlos Zamora, sus nuevos propietarios, decidieron continuar con el legado y mantener el espíritu de esta taberna, no solo en cuanto a su carta, sino también en su decoración (labor de la firma de interioristas Gorbeña&Sebrango, encargadas del diseño de todos los locales de la empresa), de sabor auténticamente marinero, pero con un punto de modernidad que hace del restaurante un lugar muy acogedor.

Continuamos nuestro paseo por la más reciente apertura en la capital Cántabra, El Italiano, en el cual se puede disfrutar de la cocina en directo y a la vista, con productos importados directamente de Italia, que también pueden comprarse en la tienda ubicada en el mismo local, local emblemático, con más de 100 años de antigüedad, con una preciosa fachada de cristal y un magnífico jardín colgante, con plantas naturales, en su interior. Sorprenden de su decoración los azulejos de color verde intenso, encargados directamente a artesanos de Portugal. A todo ello se suman las mesas a medida, rodeadas de sillas de mimbre trenzado, tipo bistró francés, cuadros de anticuario, espejos, diversos objetos decorativos y, sobre todo, una maravillosa colección de lámparas de techo del diseñador Jaime Hayón.

La intención era continuar nuestro recorrido en el Días Desur, caracterizado por su cocina mestiza, con platos de los cuatro continentes, pero el hambre apretaba y los vinos de los anteriores restaurantes empezaba a hacer su efecto, así que nos fuimos directamente al Deluz, donde teníamos mesa reservada para comer. El Deluz, el primero de la empresa, abierto hace 10 años, es probablemente uno de los restaurantes más emblemáticos de Santander, con una carta en la que el 90% de la materia prima es de procedencia artesanal y ecológica.

La atención, inmejorable, la comida de nota, y la decoración, como se puede apreciar en las imágenes, de un clasicismo renovado, muy elegante, que está de plena actualidad. Me encanta el contraste de las piezas de diseño (las sillas Eames, las mesas Tulip, de Saarinen), con la base arquitectónica del edificio, los suelos de madera y, sobre todo, ese fantástico papel pintado a mano, con motivos marineros, que son un eco del mar que puede contemplarse desde las ventanas del comedor.

¡Un gran domingo!

Absolutamente recomendables, cualquiera de ellos, para aquellos que os acerquéis a Santander y busquéis buenos restaurantes, con una decoración muy cuidada. 

Y si estáis por Madrid, la empresa tiene también otros dos restaurantes en la capital, La Carmencita y Celso y Manolo, y anuncia en breve otra apertura. Habrá que estar atentos!!!!