Bifea 13389
Bifea 13389
Bifea 13389
50 (2) | 2021
Varia
Edición electrónica
URL: https://journals.openedition.org/bifea/13389
DOI: 10.4000/bifea.13389
ISSN: 2076-5827
Editor
Institut Français d'Études Andines
Edición impresa
Fecha de publicación: 30 noviembre 2021
ISSN: 0303-7495
Referencia electrónica
Bulletin de l'Institut français d'études andines, 50 (2) | 2021 [En línea], Publicado el 08 mayo 2023,
consultado el 11 mayo 2023. URL: https://journals.openedition.org/bifea/13389; DOI: https://doi.org/
10.4000/bifea.13389
COLOMBIE
ÉQUATEUR
PÉROU
BOLIVIE
Donna J. Nash
Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala
regional y residencial 93
Matthias Urban
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX 117
Santiago Cabrera Hanna
Marcos Espinel entre 1835 y 1846. Impresos y círculos políticos
en Ecuador 147
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú,
de cara al bicentenario: una exploración de los márgenes 165
Nota de investigación
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas
de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín 189
ISSN 0303 - 7495 BULLETIN DE L’INSTITUT
Hecho el Depósito Legal n.° 2006-7434 FRANÇAIS D’ÉTUDES ANDINES
Comité Éditorial :
Aïcha BACHIR-BACHA LLANOS (archéologue) Javier HERRERA (économiste) IRD (France)
EHESS (France) Nicolas GOEPFERT (archéologue) CNRS (France)
Alice BEUF (géographe) Ana María GROOT SÁENZ (archéologue)
Universidad Nacional de Colombia (Colombie) Universidad Nacional de Colombia (Colombie)
Richard BURGER (archéologue) César ITIER (linguiste) INALCO (France)
Université de Yale (États-Unis) Luis Carlos JIMÉNEZ (géographe)
Robin CAVAGNOUD (sociologue) Universidad Nacional de Colombia (Colombie)
Pontificia Universidad Católica del Perú (Pérou) Virginie LAURENT (politologue)
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Jean-Pierre CHAUMEIL (ethnologue) CNRS (France) Universidad Católica Boliviana (Bolivie)
Florent DEMORAES (géographe) Christian de MUIZON (paléontologue)
Université Rennes 2 (France) CNRS (France)
Alan DURSTON (linguiste) Laeticia PERRIER BRUSLÉ (géographe) IRD (France)
York University (Canada) Franck POUPEAU (sociologue) CNRS (France)
Juan Carlos ESTENSSORO (historien) Valérie ROBIN AZEVEDO (ethnologue)
Université de Paris 3-Sorbonne Nouvelle (France) Université Paris Descartes Sorbonne (France)
Irène FAVIER (historienne) Gonzalo SÁNCHEZ (sociologue)
Université de Grenoble (France) Universidad Nacional de Colombia (Colombie)
Pilar GARCÍA JORDÁN (historienne) Jorge SILVA (archéologue)
Universidad de Barcelona (Espagne) Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Pérou)
Efraín GONZÁLES DE OLARTE (économiste) Alexandre SURRALLÉS (ethnologue) CNRS (France)
Pontificia Universidad Católica del Perú (Pérou) Clément THIBAUD (historien) EHESS (France)
Composition : Impression :
Vanessa PONCE DE LEÓN TAREA Asociación Gráfica Educativa
Pasaje María Auxiliadora 156 - Breña
Lima - Pérou
© Institut Français d’Études Andines, UMIFRE 17 MEAE / CNRS UAR 3337 Amérique latine
BULLETIN
de l’Institut Français
d’Études Andines
2021
Tome 50
Nº 2
COLOMBIE
ÉQUATEUR
PÉROU
BOLIVIE
Sommaire
Donna J. Nash
Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala
regional y residencial 93
Matthias Urban
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX 117
Santiago Cabrera Hanna
Marcos Espinel entre 1835 y 1846. Impresos y círculos políticos
en Ecuador 147
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú,
de cara al bicentenario: una exploración de los márgenes 165
Note de recherche
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas
de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín 189
Contents
Donna J. Nash
Modeling Types of Wari Colonialism at the Regional and
Residential Scale 93
Matthias Urban
A new mochica wordlist from the 19th century 117
Santiago Cabrera Hanna
Marcos Espinel’s life between 1835-1846. Printed Matter and
Political Circles in Ecuador 147
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
The legal status of non-Catholic denominations in Peru,
as a bicentennial reflection: an exploration of the margins 165
Research note
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
Landscape as a legacy: Carlos Brignardello’s archaeological
research in the Lurin river basin 189
Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines / 2021, 50 (2): 93-116
Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
IFEA
Resumen
El estado wari se expandió durante el siglo VII de nuestra era para colonizar una amplia área de los
Andes e incorporar a varios grupos étnicos. Las relaciones establecidas entre los colonos patrocinados
por el estado wari y los pueblos indígenas de estos nuevos territorios fueron diferentes por muchas
razones. En este artículo, considero el grado de centralización política como un factor clave que marcó
el impacto de la expansión wari a largo plazo en los grupos de estudio. Si bien es posible que todos los
súbditos wari hayan sido obligados a participar en la economía política del imperio, algunos aspectos
de su vida diaria pueden haber permanecido sin mayores cambios. Utilizando como ejemplo a la
colonia multiétnica de Moquegua, examino qué atributos están relacionados con las prácticas wari
adoptadas y qué aspectos se relacionan con sus respectivas identidades.
Résumé
L’état wari s’est développé au cours du septième siècle de notre ère pour coloniser une vaste région des
Andes en incorporant de nombreux groupes ethniques. Les relations établies entre les colons parrainés
par l’État wari et les peuples indigènes de ces nouveaux territoires furent différents pour des raisons
diverses. Dans cet article, je considère le degré de centralisation politique comme un facteur clé qui a
déterminé les impacts à long terme de l’expansion des Wari sur les groupes de sujets. Si tous les sujets
des Wari ont pu être contraints de participer à l’économie politique de l’empire, certains aspects de
leur vie quotidienne sont peut-être restés relativement inchangés. En utilisant la colonie multiethnique
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Donna J. Nash
de Moquegua comme exemple, cet article examine quels attributs associés aux pratiques des Wari ont
été adoptés et quels aspects de leurs identités respectives ont été maintenus.
Abstract
The Wari state expanded during the seventh century to colonize a vast area of the Andes and
incorporate many ethnic groups. The relations established between Wari-sponsored colonists and the
people indigenous to these new territories differed for a number of reasons. In this paper I consider the
degree of political centralization as a key factor that determined the long-term impacts Wari expansion
had on subject groups. While all Wari subjects may have been compelled to participate in the empire’s
political economy, some aspects of their daily life may have remained relatively unchanged. Using the
multi-ethnic colony in Moquegua as an example this paper examines which attributes associated with
Wari practices were adopted and which aspects of their identities were maintained.
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Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
Ecuador Colombia
El Palacio Brasil
San José de Moro
Viracochapampa
Honco Pampa
El Castillo
de Huarmey
Pachacamac
Azángaro
Cerro de Oro Huari Espíritu Pampa
Conchapata
Jargampata
Maymi
Pikillacta
Huaro
Jincamocco
Pataraya
Pacheco Tenahaha
Huaca del Loro
Pakaytambo
N Beringa Corralones
Millo
Quilcapampa
300 km Sonay
Cerro Mejía
Cerro Baúl
Cerro Trapiche
Chile
Figura 1 – Muchos sitios en todo el Perú exhiben materiales culturales afiliados a Wari y
muchos fueron ocupados por súbditos del imperio
Elaborado por Donna J. Nash
95
Donna J. Nash
Los arqueólogos no pueden esperar que todas las provincias tengan el mismo
aspecto. En regiones con fuertes sistemas políticos centralizados, los agentes wari
pudieron haber establecido una relación de control indirecto y utilizar como
intermediarios a un pequeño número de líderes locales colaboradores para extraer
los recursos deseados de poblaciones relativamente grandes. En las regiones poco
centralizadas políticamente, los emisarios estatales del núcleo político tuvieron que
invertir en un control directo para administrar las economías regionales y coordinar
con varios líderes locales, cada uno representante de una población relativamente
menor. De hecho, ellos pueden haber tenido que mitigar las hostilidades regionales
entre grupos locales competitivos. Esta diferencia administrativa afectó la intensidad
de la interacción entre los lugareños y los wari y, en última instancia, pudo haber
tenido un impacto notable en el ritmo y grado de cambio cultural resultante de la
hegemonía de estos últimos en diferentes regiones.
Este escenario se corresponde con el modelo de «mosaico de control» de
Schreiber (2001). Ella asoció la inversión wari en la construcción de centros
administrativos monumentales con un impulso del control directo y la falta de
tales inversiones con un control indirecto. Por supuesto, el liderazgo estatal pudo
haber invertido por numerosas razones, especialmente en una frontera precaria o
por circunstancias históricas, como rebeliones, pero si una política organizacional
cooperativa explotara eficazmente los recursos en una región conquistada, no
habría necesidad de invertir en esa región.
La inversión imperial puede utilizarse como indicador para representar el control
directo e indirecto. Las áreas en centros provinciales wari pueden haber carecido
de centralización política, haber sido las más diversas culturalmente y haber
estado pobladas por varias unidades políticas pequeñas antes de la conquista.
En contraste, las áreas con poca evidencia de inversión estatal pueden haber
estado más centralizadas con una o pocas organizaciones políticas grandes antes
de su subyugación. Quienes toman las decisiones en el Imperio wari habrían
ideado diferentes estrategias para controlar áreas con estas realidades políticas
distintas. Teniendo en cuenta que el control directo e indirecto son dos tipos
ideales, considero que el control imperial extranjero pudo haber impactado a las
poblaciones avasalladas en función de su tamaño y de su relativa complejidad
durante su conquista. ¿Qué tan diferente reaccionarían las personas que
pertenecen a un sistema gubernamental pequeño y las de uno grande frente a
instituciones foráneas? ¿Cómo la intensidad de la interacción o la complejidad
política existente pudo haber afectado las formas en que los grupos locales
tomaron aspectos de las prácticas wari? En este artículo, describo las implicaciones
políticas del control directo e indirecto. No estoy introduciendo un nuevo
modelo. En el presente, exploro la arqueología del modelo del imperio más
ampliamente aceptado, el «mosaico de control» de Schreiber. Utilizo la región
de Moquegua, donde sin duda alguna se dio la incursión wari, para demostrar
cómo se pudieron haber complicado las relaciones coloniales. Los miembros de
los grupos de estudio adoptaron algunas prácticas wari, pero otros aspectos de la
vida doméstica no cambiaron a pesar de su control directo. Es lógico pensar que
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Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
una región bajo control indirecto tendría relaciones menos intensas con Wari y
podrían haber adoptado menos prácticas de este imperio. La organización política
existente de una región impactó la organización política posterior de la provincia
wari y finalmente afectó la respuesta local a su cambio cultural. En resumen, los
arqueólogos deberían revisar sus expectativas sobre cómo se vería la expansión
imperial y el control en el registro material.
En los últimos años se han presentado varias revisiones históricas de los conceptos
con relación al Estado wari. No repetiré aquellos detalles aquí, pero subrayaré
algunas de las diferencias claves. El concepto temprano de Isbell (1991) sobre
un imperio jerárquico administrado por élites mediante banquetes no ha sufrido
muchos cambios. De hecho, él ha presentado evidencia proveniente de otros sitios
a lo largo de su carrera para redefinir y adornar esta imagen (e.g., Isbell, 2007;
2010). Makowski & Giersz (2016) enfatizan el papel del ritual, la importancia
de los ancestros y la economía política basada en la formación de alianzas
mediante banquetes como un aspecto fundamental del gobierno wari. Comparan
la producción y distribución de cerámicas decoradas inka y wari y sugieren que
en ambos imperios las vasijas eran producidas localmente, utilizadas por pocos
miembros de la sociedad provincial y en un número limitado de contextos. A pesar
de esto, Makowski y Giersz dejan abierta la posibilidad a la circulación de textiles
entre centros wari. A diferencia de Isbell, ellos describen las instalaciones wari
como enclaves no urbanos usados principalmente para reuniones ceremonionales
y rodeados de comunidades dirigidas por líderes locales. Makowski propone que
el imperio nunca alcanzó una organización estable y consolidada, ya que seguía
«en construcción» cuando empezó a «fallar». Makowski & Giersz (2016), así como
Isbell (2010), proveen un argumento convincente en contra de los investigadores
que han propuesto que los wari fueron un sistema de intercambio o sistema-mundo
mas no un imperio (e.g., Jennings, 2011; Shady Solís, 1988). Su interpretación
se opone a la perspectiva de Lumbreras (1990), quien ve al imperio como no
teocrático (por lo menos al compararlo con otros grupos tempranos como Chavín
o con su contemporáneo centrado en Tiwanaku) y capaz de acumular poder
mediante el manejo de recursos de las élites, trabajo e intercambio (ver también
Canziani Amico, 2012).
Tantaleán (2013) se enfoca en la importancia de la fuerza y la violencia
institucionalizada en la constitución del gobierno wari, basado en la visión
temprana de un Imperio wari definido por Lumbreras (1975). Él detalla varias
características asociadas a Wari que corresponden a otros imperios. Además,
asocia características materiales a las «prácticas sociales implicadas», lo que disipa
parcialmente la idea de que los wari siempre fueron un Estado inestable. De
hecho, el análisis sistemático muestra un orden institucional. Tantaleán asegura
que el origen de una entidad wari enfocada en la expansión probablemente se
formó gracias a la interacción entre centros políticos pares donde las élites que
dominaban Cahuachi y otros centros del Intermedio temprano tuvieron un papel
97
Donna J. Nash
Es posible inferir una sociedad compleja por su patrón de asentamiento, donde los
sitios de diferentes tamaños se relacionan con los distintos niveles de la jerarquía
política. Este modelo del Imperio wari ha sido propuesto por Williams (2009).
Usó un GIS para calcular la ruta de menor costo entre los principales centros
administrativos para proyectar posibles trazos de sus carreteras. Describe cómo
los centros monumentales pueden haber sido distantes tanto al norte como al sur
98
Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
99
Donna J. Nash
Modelo de Williams
Modelo de Schreiber
Directo
Indirecto
*
Capital-Huari
Centro o enclave con arquitectura wari
Posiblemente ausente
Centro local
* Lugar principal de interacción entre funcionarios locales y wari
Asentamientos con poca interacción con funcionarios wari
Asentamientos sin interacción con funcionarios wari
100
Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
estos centros podrían haber recibido o no algunos bienes wari (esto dependería
de las decisiones del líder local). Sin embargo, pueden ocurrir transformaciones a
través del tiempo. La economía local y el enfoque de las actividades productivas
pueden cambiar para proporcionar recursos y satisfacer las demandas del centro
imperial (ver Morris & Covey, 2006). A medida que la economía de un imperio se
integra cada vez más, es posible agregar instalaciones y personal para monitorear
la producción y el movimiento de productos básicos. Varias generaciones
después, bajo un control hegemónico, pueden aparecer cambios en el patrón de
asentamiento y marcadores evidentes de una intrusión wari.
Ambos modelos son algo simplistas y representan situaciones ideales. Sin embargo,
describen las posibles diferencias en la organización sociopolítica de las provincias
y establecen diferencias que vinculan los grados de separación jerárquica entre
la administración central wari y la población en general con la adopción de las
instituciones, ideologías, creencias y prácticas rituales wari. Sospecho que muchos
académicos aceptan el modelo de Schreiber, pero no del todo las implicaciones
que tendrían en el registro arqueológico, especialmente en las provincias bajo
control indirecto.
Propongo usar el modelo de Schreiber como punto de partida, evaluar la
expansión wari en un área con datos regionales y residenciales, aplicar un
enfoque práctico para comprender los cambios culturales resultantes de los
contactos coloniales y la imposición de instituciones imperiales. Los adeptos
a la teoría de la práctica predicen que el grado de cambio en una provincia o
en su comunidad dependería de la frecuencia y/o intensidad de la interacción
con los agentes estatales. Las interacciones poco frecuentes estimularían menos
cambios y tendrían un menor impacto potencial en las prácticas locales. Muchos
atributos no se pueden imitar sin un compromiso frente a frente con múltiples
experiencias o instrucción. Explicar cómo se hace algo estando separado de la
experiencia directa no reproduce una práctica de la misma manera. Se requieren
contactos y experiencias repetitivas para ser culturalmente competente (Bourdieu,
1984: 65-67). Prácticas como las tareas domésticas, cocinar, comer, beber, recibir
invitados, realizar rituales, etc., se van adquiriendo con el tiempo. Estas actividades
dejan residuos que los arqueólogos pueden estudiar y comparar. Las prácticas
institucionalizadas reproducidas por los Estados deberían dejar restos repetidos y
con patrones (ver Scott, 1998).
101
Donna J. Nash
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Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
tea
co
2600 ----- Co
N Q.
a
ilac
rat
a Tum
To
-----1900
30 km
-----1300
Cerámica Temprana Costera
Cerámica Temprana B-R
Huaracane
Otro Formativo
Río
Quebrada Seca
-----1000
-----250
Océano Pacífico
103
Donna J. Nash
Cerro Mejía
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Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
La elaboración y el servicio de la chicha era una práctica común entre las entidades
políticas del Horizonte medio, pero también hay evidencia de su producción
durante el periodo Formativo. No es Wari exclusivamente, pero se pueden examinar
105
Donna J. Nash
plataforma
patio
plaza
Grupo-patio wari
N
Muro sin excavar
30 metros Muro excavado
20 metros
N
pati
plaza
o
plataforma
Grupo-patio wari
plataforma
patio
N
plaza
20 metros
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Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
4. 3. Ruptura de vasijas
107
Donna J. Nash
4. 4. Espacios ceremoniales
Según Williams & Nash (2006; 2016), en Cerro Baúl la arquitectura fue orientada y
usada para observar picos nevados en el horizonte. Desde Cerro Baúl se escenificó
la actuación ritual en una plataforma y montículo ovalado. Las escaleras de ambos
monumentos crean una línea de sitio que se enfoca en el Picchu Picchu hacia el
noroeste. Desde Cerro Mejía, esta montaña no es visible; sin embargo, un gran
espacio abierto y cuatro plataformas forman un complejo ceremonial en el centro
de la cumbre. Dos de estos podrían estar orientados hacia el nevado Hauilau (o
Pabellonani) al noreste, pero en la actualidad no se ve desde la plaza.
No se ha informado de complejos de plataformas en otros sitios wari, pero un
enfoque ritual en las montañas parece tener sus raíces en la capital Wari. Leoni
(2005) ha vinculado una estructura redonda que excavó en el sitio de Ñawinpukyo
en Ayacucho con la veneración del nevado Rasuwillka en la época de Huarpa.
Schreiber también informó que se construyó un complejo con dos estructuras en
forma de D a lo largo de un camino ceremonial que llega a un monumento local
que se usó tal vez para venerar a Tuqsa, un pico en el valle de Sondondo.
Dado que el Picchu Picchu también se ve desde ambos templos en forma de
D en Cerro Baúl, los funcionarios wari pueden haber continuado ahí los ritos
de adoración a la montaña de la capital, mientras creaban un nuevo lugar
para compartir y legitimar prácticas ceremoniales con la población local. El
complejo de plataformas puede ser una práctica local, porque las construcciones
de montículos alrededor de una plaza están presentes en el sitio Huaracane
de Yahuay Alta (Costion, 2013), pero no son para contemplar la montaña. Es
posible que los complejos de plataformas en Cerro Baúl y Cerro Mejía copiaran
un espacio ceremonial del lugar para cooptar el ritual local y mezclarlo con el
suyo (ver Schreiber, 2005). La disposición del complejo de plataformas puede
representar un compromiso entre las prácticas locales y Wari que se desarrollaron
a partir de interacciones mutuas y se construyeron sobre atributos comunes a
ambos. El complejo de plataformas en Cerro Baúl es pequeño y puede haber sido
un espacio ritual exclusivo, pero el espacio ceremonial en Cerro Mejía es grande
y podría albergar a toda la comunidad. Los ritos que tuvieron lugar en el complejo
de plataformas se originaron en las prácticas locales, pero se convirtieron en una
institución imperial que legitimó el dominio wari. La interacción con Tiwanaku
también puede haber agregado ciertas características (Nash, 2015).
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Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
5. 1. Consumo de animales
5. 2. Tecnología de cocción
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Donna J. Nash
una vasija grande fragmentada presenta asas pequeñas en la mitad del cuerpo de
la jarra y, en la Unidad 3, un recipiente podría ser una vasija sin cuello, lo que es
propio de Huaracane.
Existen varias mezclas de cerámica usadas en Cerro Mejía y es muy probable que
la gente continuara haciendo vasijas con formas familiares en lugar de copiar las
formas domésticas wari. Dado que la cerámica se hizo en Cerro Baúl, parece que
no fue necesario para el Estado someter a los artesanos para que les fabriquen
vasijas, como fue el caso en algunas áreas del Imperio inca (por ejemplo,
Huánuco, ver Morris & Thompson, 1985). Entonces, no podemos asegurar con
qué frecuencia la gente común habría visto vasijas domésticas wari o si tuvieron la
oportunidad de experimentar cómo se preparaban los alimentos en ellas.
Por otro lado, si las mujeres de la élite de los grupos conquistados aprendieron a
hacer chicha al estilo wari, es posible que también usaran vasijas de este mismo
estilo y estuvieran expuestas a la preparación de comidas especiales para festines
y a otros elementos de la cocina wari. La muestra de alfarería recuperada del
contexto cervecero en la Unidad 145 es muy pequeña; sin embargo, parece haber
fragmentos de nueve vasijas diferentes y dos se ajustan a los tipos encontrados
en Cerro Baúl. En la actualidad, la muestra de cerámica de Cerro Mejía es muy
pequeña debido a la naturaleza limitada de la ruptura de vasijas en el sitio, pero
en el futuro esperamos identificar basureros domésticos en las afueras de las
estructuras residenciales y examinar si las formas de vasijas wari fueron utilizadas
en Cerro Mejía por las élites conquistadas.
5. 3. Ritual doméstico
110
Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
6. DISCUSIONES Y CONCLUSIONES
Las interacciones regulares entre las élites locales y los funcionarios wari se
demuestran mediante la adopción de algunos rasgos del imperio. El diseño del
grupo-patio wari en Cerro Baúl y Cerro Mejía puede haber adquirido algún
significado simbólico y fomentar un aspecto importante de la ideología del Estado.
La elaboración de chicha era esencial para todas las reuniones, pero no era
111
Donna J. Nash
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Modelización de los tipos de colonialismo wari a escala regional y residencial
Agradecimientos
Quiero agradecer a los arqueólogos del Museo Contisuyo que facilitan la investigación y
protegen el patrimonio regional. Los fondos para las investigaciones fueron provistos por
la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU. y la Sociedad Geográfica Nacional. Un
agradecimiento especial a Roberto de Olazábal, Arturo F. Rivera y María Isabel Guevara-
Duque por las traducciones al español de este artículo.
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116
Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines / 2021, 50 (2): 117-146
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
IFEA
Matthias Urban**
Resumen
En el presente artículo se da a conocer una lista de 125 palabras de la lengua mochica, redactada en el
año 1865 por iniciativa de Santiago C. Montjoy, entonces cónsul de los Estados Unidos en Lambayeque.
La lista fue descubierta en los años setenta del siglo pasado por el arqueólogo James B. Richardson III
entre la correspondencia diplomática de los cónsules estadounidenses en Lambayeque, archivada en
los National Archives (Archivos Nacionales) de los Estados Unidos. La elaboración de la lista responde
a una convocatoria de la American Ethnological Society (Sociedad Americana Etnológica) que pidió,
en su primera circular del año 1863, que se envíen los equivalentes de 180 palabras inglesas en
lenguas indígenas del continente americano. También se discute las circunstancias de la elaboración
de la lista y se presenta una transcripción de su contenido y materiales asociados. Además, se ofrece
una comparación de las palabras con la representación de las mismas en otras fuentes y un análisis
filológico de aspectos seleccionados del material. La lista, a pesar de la ortografía asistemática que se
suele encontrar en fuentes de este tipo, ofrece nuevas pistas interpretativas acerca del fonetismo y la
fonología del mochica del siglo XIX y se presenta como un recurso que contribuye a profundizar el
conocimiento de la lengua.
Palabras clave: lengua mochica, lista de palabras, costa norte peruana, filología, fonología
Résumé
Cet article porte sur une liste de 125 mots de la langue mochica, préparée en 1865 à l’initiative de
Santiago C. Montjoy, alors consul des États-Unis à Lambayeque. La liste en question fut découverte
dans les années 70 du siècle dernier par l’archéologue James B. Richardson III aux Archives nationales
117
Matthias Urban
Mots-clés : langue mochica, liste de mots, côte nord du Pérou, philologie, phonologie
Abstract
This article provides a list of 125 words of the Mochica language. Created in 1865 on the initiative
of Santiago C. Montjoy, then United States consul in Lambayeque, the list was discovered in the
1970s among the dispatches of the Lambayecan consuls, which are archived in the National Archives
of the United States by archeologist James B. Richardson III. The list responds to a call from the
American Ethnological Society, which, in its first circular that was issued in 1863, invited respondents
to submit the equivalents of 180 English words in the indigenous languages of the Americas. This article
discusses the circumstances of the elaboration of the list and presents a transcription of its contents and
associated materials. In addition, it provides a comparison of the words with their representation in
other sources and a philological analysis of selected aspects of the material. In spite of the unsystematic
orthography, which one usually finds in this type of source, the wordlist offers new interpretative
avenues regarding the phonetics and phonology of 19th century Mochica and the possibility of
deepening our understanding of the language.
118
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
fuentes coloniales que sobrevive es una gramática redactada en el año 1644 por
el cura de Reque, Fernando de la Carrera Daza. Esta obra permite conocer los
fundamentos de la fonología y gramática mochica (p. ej. Cerrón-Palomino, 1995;
Torero, 1997; 2002; Hovdhaugen, 2004) y un análisis del material muestra que el
mochica difiere drásticamente de lo que se observa en las lenguas mayores de los
Andes centrales, pertenecientes a las familias quechua y aimara, con las cuales no
existe un parentesco ni estrecho ni lejano.
Al mismo tiempo, el mochica es especial por haber sido la última lengua de la
costa norte en sucumbir a la presión social y económica de adoptar el castellano
como lengua vehicular, sobreviviendo en su último refugio, el puerto de Eten,
cerca de Lambayeque, hasta las primeras décadas del siglo XX. Esta supervivencia
permitió a varios investigadores dedicarse al estudio de la lengua en una segunda
fase principal de la documentación (véase Urban, 2019: 116-120), que tuvo lugar
a fines del siglo XIX y principios del siglo XX y que está asociada a los nombres
de investigadores como Adolf Bastian, Ernst Middendorf, Hans Heinrich (Enrique)
Brüning, Walter Lehmann y otros, quienes trabajaron con los últimos hablantes
fluidos de la lengua en Eten.
En los 250 años que separan estas dos fases principales de investigación se llevaron
a cabo importantes desarrollos en la lengua mochica que afectaron su sistema
fonológico, cambiando la pronunciación de las palabras. También se dieron
cambios en algunos aspectos de la organización gramatical y en el vocabulario
y algunas palabras cayeron en desuso mientras que otras las reemplazaron. La
única fuente que, cronológicamente, está situada entre las dos fases principales
de documentación es la corta lista de palabras de Martínez Compañón (1985
[1782-1790]), quien, en su famoso «plan», proporciona 43 palabras de todas las
lenguas aún habladas a fines del siglo XVIII en la diócesis de Trujillo, entre ellas
el mochica.
En el presente artículo, se presenta una lista de 127 palabras de la lengua mochica,
procurada por el cónsul norteamericano en Lambayeque, Santiago (James) Coke
Montjoy. Dicha lista fue elaborada en el año 1865 en respuesta a una circular de
la American Ethnological Society (Sociedad Etnológica Americana), pero nunca
fue publicada y hasta ahora permanece inaccesible tanto a los investigadores
como al público interesado. Redactada décadas antes de que la segunda fase de
documentación del mochica alcanzase gran velocidad, esta lista viene a cerrar la
brecha temporal entre las dos fases de documentación y, de manera más general,
arroja nueva luz sobre algunos aspectos de la lengua.
En la siguiente sección, se introduce la circular de la American Ethnological Society
a la que respondió Montjoy. Se discute el contexto de la elaboración de la circular
y la lista estandarizada de palabras en inglés que incluye. En la segunda sección,
se incluye la historia de la lista de palabras mochicas y al personaje responsable
de su existencia, el cónsul norteamericano Santiago (James) Coke Montjoy. La
tercera sección proporciona una transcripción de la lista, a la que me referiré
como «lista Montjoy» en lo siguiente, así como una primera comparación con
otras fuentes principales sobre el mochica. La cuarta sección ofrece un primer
119
Matthias Urban
análisis del material de la lista Montjoy que, como otras fuentes tempranas, no
se vale de una ortografía sistemática y que, por esa razón, debe ser analizada
filológicamente antes de sacar conclusiones acerca de su aporte y valor. En este
sentido, se discuten algunos de los aspectos más notables de la lista Montjoy
y cómo permiten profundizar en los conocimientos de la lengua mochica en
ciertos aspectos. La quinta sección concluye el texto del artículo. Los apéndices
presentan facsímiles de la circular, de la carta que Montjoy redactó junto con su
transcripción y de la lista Montjoy.
Diez años después de su fundación por Albert Gallatin y John Russell Bartlett, la
American Ethnological Society emitió su primera circular en junio de 1852. En
el documento mencionado, titulado «Indian Languages of America», se pidió a
partes interesadas que manden vocabularios de lenguas indígenas a la Sociedad,
con el fin de mejorar los conocimientos de las lenguas y sociedades americanas.
Ya que es de interés general para la historia de la lingüística americana, se incluye
un facsímil de la circular en el apéndice A.
La circular estuvo acompañada de una lista de 180 palabras en inglés, con un
espacio a su derecha convenientemente dejado en blanco para ser llenado con
los equivalentes en lenguas indígenas según las instrucciones que la circular
especifica.
Visto desde la perspectiva de hoy en día, muchos aspectos del procedimiento de
la Sociedad parecen problemáticos. Por un lado, cubre lo que en la actualidad
se llamaría «vocabulario básico» —términos relacionados con el parentesco, el
cuerpo humano, la naturaleza, el tiempo, pronombres y unos adjetivos y verbos
básicos—, vocabulario que, como se suele asumir, debe estar presente en cada
lengua humana. Semejantes principios han sido adoptados en la confección de
listas de vocabulario básico mucho más adelante, por ejemplo en las famosas listas
Swadesh. Tales méritos han sido reconocidos tempranamente (véase Trumbull,
1871: 57-58). Sin embargo, la lista emitida por la Sociedad también incluye
vocabulario ligado a ambientes y rasgos culturales específicos, como por ejemplo
beaver ‘castor’, axe, hatchet ‘hacha’, pipe, calumet ‘pipa, calumet’ o bison, buffalo
‘bisonte, búfalo’, que dejan entrever un estereotipo crudo de las sociedades
norteamericanas en el que está basado la lista. No hace falta señalar que la
inclusión de este tipo de vocabulario resulta inadecuada no solo para muchas
sociedades de América del Norte, sino, también, obvia y especialmente, para
lugares como la costa norte peruana (aunque, para ser justo, parece que la lista
no fue elaborada con la posible utilización en América del Sur en mente). Otro
aspecto que deja clara la tensión entre los estereotipos manifiestos en la circular
y la realidad indígena de la costa norte peruana del siglo XIX es que, a comienzos
de la lista, hay que llenar el name of tribe ‘nombre de tribu’, mientras que, como
se sabe, los hablantes del mochica no eran ninguna ‘tribu’, sino que residieron en
120
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
un pueblo con calles, tiendas y una iglesia y practicaban desde hace mucho la fe
católica (la solución peregrina de Montjoy es hablar de una ‘tribu de Eten’ y lo
inadecuado de tal designación también queda claro en su carta al secretario de
Estado, discutida en la siguiente sección, en la que habla de una tribe or town of
Indians ‘tribu o pueblo de Indios’).
Las instrucciones para llenar la lista que la circular especifica, teniendo en cuenta
especialmente fines comparativos, enfatizan la consistencia en seleccionar
traducciones en lengua indígena que correspondan al vocabulario más básico de
la lengua. Además, hace hincapié en respetar consistentes principios de ortografía
y transcripción. Se hace un esfuerzo en especificar valores estandarizados para
las letras <a, e, i, o, u> por referirse a su realización en el italiano y el alemán y
se pide que cualquier sonido «especial», para el que no hay ninguna convención
ortográfica en el alfabeto latino, se distinga por el uso de diacríticos. A pesar de
esto, sin embargo, queda un margen amplio de libertad en hábitos ortográficos
que la circular deja abierta a falta de un alfabeto fonético estandarizado como el
que ahora proporciona, por ejemplo, el Alfabeto Fonético Internacional (y que, de
todos modos, los aficionados y sus colaboradores, a los que se dirigía la circular,
no habrían conocido).
Por otro lado, en la realización concreta de la lista y especialmente en el texto
de la circular que la acompaña, se nota la tendencia esencializante de buscar lo
«más puro», por ejemplo, excluir rigurosamente préstamos que se consideren de
«ningún valor». Para fines histórico-comparativos que conciernen las relaciones
genealógicas (de parentesco) entre las lenguas, excluir préstamos, en efecto, es un
paso de alta importancia incluso en la práctica de los lingüistas históricos de hoy día.
No obstante, en el contexto de la antropología de este entonces, el desiderátum de
excluir todo indicio de dinamismo e interacción lingüística presente en el corpus,
como prominentemente los préstamos, refleja la imagen sumamente problemática
de un mundo estático, sin cambios, que había prevalecido por mucho tiempo
en el pensamiento colonial sobre el mundo indígena americano. En realidad,
esto oscurece la dinámica de interacciones que caracterizaba a muchas regiones
(Mann, 2005; Turner, 2020: 38), como precisamente la de la costa norte peruana
prehispánica (Urban, 2019).
121
Matthias Urban
designó a Montjoy como su sucesor interino, quien luego sería confirmado como
teniente regular de la posición por el secretario de Estado.
Solo pocos meses después, en junio del mismo año, Montjoy redactó una
carta a la Sociedad para acompañar la lista que incluía los datos mochicas.
Ambas fueron halladas en los años setenta del siglo pasado en los National
Archives (Archivos Nacionales) de los Estados Unidos entre la correspondencia
diplomática de los cónsules de Lambayeque (National Archives Microfilm
Publications, 1960) por el arqueólogo norteamericano James B. Richardson III,
quien estaba investigando la historia de la caza de ballenas en el Perú (véase
Richardson & Décima Zamecnik, 1977).
Un facsímil de la carta redactada por Montjoy se encuentra en el Apéndice B del
presente artículo. Leyendo esta carta adjunta queda claro que el autor de la lista
no es Montjoy, sino el cura del pueblo de Eten, a quien Montjoy seguramente
había pedido su ayuda para llegar a los datos —esto responde a la sugerencia de
la circular de la Sociedad que recomendaba buscar a clérigos como auxiliares en
la redacción—.
Hay evidencia conflictiva acerca de la suerte de la lista después de su redacción.
Por un lado, la carta a la Sociedad que Montjoy redactó para acompañar la lista
parece ser un borrador que su autor retuvo en sus propios documentos. Esto es
sugerido, entre otras cosas, por el hecho de que la fórmula de cierre I remain Sirs
your most obedient servant ‘Quedo, Señores, su más obediente servidor’ es casi
ilegible. Parece, entonces, que Montjoy mandó una versión de la carta escrita
en limpio, supuestamente junto con la lista, a la Sociedad. Esto es consistente
con el hecho de que el arqueólogo y explorador Ephraim George Squier (1877:
169), miembro de la Sociedad, parece haber adquirido una lista de palabras del
mochica, o una versión de ella, en 1877 o antes.
Es de suponer que se trata de la lista Montjoy dado que Squier, en una reunión de
la Sociedad que tuvo lugar en junio de 1861, presentó una carta del diplomático
norteamericano P. Randolph Clay y un vocabulario acompañante que Clay, según
el protocolo de la reunión (Anónimo, 1861), supuestamente había procurado de
los moradores de Eten. La conjetura de que no se trata de otro documento más
que de la lista Montjoy se ve reforzada por el hecho de que, en su carta, Clay
indica que no conoce la ubicación exacta de Eten más allá de que se ubica cerca
de Lambayeque y dice explícitamente que personalmente nunca ha visto ni a
uno solo de sus moradores y que toda información relacionada fue obtenida de
oídas. Como ya había notado en Urban (2019: 150fn146), esto sugiere que otra
persona proporcionó la lista —como se puede suponer ahora, Montjoy, o, más
precisamente, el cura de Eten por iniciativa de Montjoy—.
Entre la correspondencia de Montjoy también se halla una carta al secretario
de Estado estadounidense William H. Seward, fechada el 27 de julio de 1865,
en la que Montjoy menciona que adjunta «una circular No 1 de la American
Ethnological Society sobre lenguas indígenas» y que ha conseguido «por medio del
cura de este pueblo, una lista lo más completa como sea posible».
122
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
Sin embargo, también hay indicios contradictorios. El hecho de que la lista misma
—al parecer, la original— fue hallada por Richardson entre la correspondencia
diplomática de los cónsules estadounidenses en Lambayeque sugiere, en efecto,
que nunca fue mandada a la Sociedad. Una posible solución al enigma es suponer
que existen varias versiones originales de la lista completa, una mandada a la
Sociedad y la otra a Seward. Otra posibilidad, quizá la más probable, es que la
lista Montjoy llegó, pasando primero por las manos de diplomáticos como Clay,
a Squier y solo después a la atención de la Sociedad. A pesar de que este podría
ser un escenario plausible, no se puede estar seguro de que, en efecto, la lista
que presentó Squier a la Sociedad es la misma que se presenta en la presente
contribución.
123
Cuadro 1 – La lista Montjoy comparada con las fuentes principales para el conocimiento del léxico mochica
124
Glosa Traducción castellana Lista Montjoy De la Carrera (1644) Middendorf (1892) Lehmann (1931) Brüning (2004)
God Dios <Misgepec> <Dios> <Dios>
wicked spirit espíritu maligno <Poschopec>
<ñṓmĕn̊>, <ñḁ̄́pa͡ĕn>,
<nyóbän>, <nyóben>,
man hombre <Ñoben> <ñofæn> <ñowän>, <ñofän> <ñḁ̄́ba͡enĕ̥>, <ñḁ̄́ba͡ĕn>,
<nyóbe̊n>
<ñṓba͡ĕn>
<mäts̆érek>,
<mecherräk>, <mĕts̆a͡éṛke̥>̆ , <ma͡ĕtχ̣a͡ĕ́ṛkĕ>, <mäts̆érrek>,
woman mujer <Mechérrec> <mecherræc>
<mechérräk> <mecherqŭe> <mets̆érek>,
<mätse̊́rk>, <sónen>
boy muchacho <Chollñoben> <cɥolu> <ñofän chisi>, <choj> <ts̆ḁ̄́χ̣ĕ>, <ñia͡͞és> <dsōj>
<mecherräk chisi>,
girl muchacha <Chah> <cɥolu>
<chach>
<dsīs>, <ds̆ís̆a>, <ts̆ís̆a>,
infant, child cría, niño <Chise> <tzhiçi> <chisi>, <chīsi>
<tsīs>, <ts̆isa>
father padre <Ev> <ef> <ef>, <äw>, <efkik> <nṓts̆pár>, <ep> <äf>
mother madre <En> <eng> <eng> <a͡ĕṅ>, <en> <e̊ng>
husband esposo <Ñan> <ñang> <ñang> <ñăṅ>, <ñan> <nyan>
wife esposa <Sonen> <ssonæng> <sonäng>, <ssonäng> <sŏ́́na͡ĕṅ> <sónen>, <sónem>
son hijo <Eiz> <eiz> <eis>, <eiskik> <äs̆>
brother hermano <Quesmen> <ñier>, <uxllur>, <chang> <chang>, <changkäd> <ts̆ánket>
<cɥecɥmæd>, <cocæd>,
sister hermana <Quesmes> <chächmäd>, <kokäd> <ts̆ắnka͡eṛ> <ts̆ánker>
<uxllur>
<falpic>, <falpæng>, <jech>, <falpik>, <jäts>, <χ̣ā́ts̆kin>, <χ̣a͡és̆kin>, <jäts>, <jät́ skik>,
head cabeza <Gex>
<lecɥ> <jäc̓h> <χ̣a͡étkik>, <χ̣a͡étskik> <jät́ s̆kik>
hair cabello <Zac> <çac> <tsak>, <tsāk>
face cara <Tot> <tot> <tŏt>, <tot> <tot>
Matthias Urban
forehead frente <Sog> <ssol> <ssoj> <sḁ̄́χ̣> <sŏj>
͡
<saéplĕ ́
>, <mīdĕn>,
ear oreja <Meden> <medquic>, <medeng> <medkik>, <medeng> <mĕ́ṛkĭk>, <ma͡͞éṛkĭk>, <mä́dkik>, <mäd
́ en>
<meden>
<χ̣ḁ̄́tsĕ>, <χ̣ḁ̄́tχ̯>, <χ̣ḁ̄́ts>,
eye ojo <Joch> <lucɥquic> <joch>, <jochkik> <gots>, <gots̆>
<jot>, <josch>
<fŏm>, <fŏn>, <fḁ̄́mĕ̥nĕ̥>,
nose nariz <Fon> <fænquic>, <fon> <fon>, <fonkik> <fon>
<fṓn-kĭk>, <jione>
<sāp>, <sāpi ̊>, <sā́peñ>,
mouth boca <Sap> <ssap> <ssăp>, <ssap> <săp>
<sap>
tongue lengua <Ed> <ed> <ed> <a͡͞ed> <äd>, <ǟd>
tooth diente <Uchan> <æcɥang> <ůichang> <ú͡ity̆an>, <ū́tcan>
beard barba <Zacpi> <comæn> <sakpi>, <komän> <sā́k-pi> <sákpi>, <sắkpi>
neck cuello <Zenque> <altæarr> <ajtärr>, <senke>
arm brazo <Ocquen> <ocæn> <aken> <ḁ̄́kĕ́n
̥ >, <ḁ̄́ḁkĕ̥n> <óken>, <mů́tskik>
<mäch>, <mächa>,
hand mano <Mecha> <mæcɥquic>, <mæcɥa> <ma͡ĕ́tsχ̣>, <mechs> <mö̊ dsa>, <mö̆́dsa>
<mächkik>
dedos de la mano <Quincos> <llemño> <llemno> <mä̊́dsa>
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
fingers
nails uñas <Medis> <miçi>, <midi>, <miyi> <meddi> <mäd
́ i>
body cuerpo <Tan> <ærquic> <ärkik>
<pójkik>, <pŏ́jkik>,
belly barriga <Pojan> <polæng> <ieta> <fḁ̄́la͡ĕǹ>
<pŏ́jan>, <pójan>
leg pierna <Tonen> <tonic>, <tonæng> <tonik>, <tonäng> <tḁ̄́nik>, <tḁ̆́nik> <tónik>, <tónan>
feet pies <Joc> <loc> <jok> <jŏk>
bone hueso <Joti> <joti> <ḥḁ̄́ts̆>, <χ̣ḁ̄́ts> <jǻti>, <jå̆ti>, <jŏ́ti>
<cĕt(s)>, <çö̆ tas>,
<cɥætæss>, <polquic>, ̆
heart corazón <Chet> <polkik>, <poläng> <çö́tas>, <dsö̊ d>,
<polæng>
<dsö̆ d>
blood sangre <Cuc> <cul> <kuj> <cṓχẹ̆ n>, <kūχ̣> <kūj>
125
<an>, <ánek>, <ének>,
126
house, hut casa, choza <An> <an> <an>, <ān>
<éne̊k>
kettle caldero <Palla> <piiu> <palla> <pā́ya> <pálya>
sky, heaven cielo <Cuiz> <cuçia> <kuij>, <kusia> <kūys̆>, <kūys̆͡ >
<χ̣iŏ́ntăk>, <χi̯ ắṅ>, <yăṅ>, <s̆ang>, <san’>,
sun sol <Gian> <xllang> <j ̓ang>
<jian>, <shiam>, <shiem> <g͡y̆ang>, <g͡y̆an’g>
moon luna <Zii> <xi> <sī>, <s̆i>, <si>, <rem> <si>, <s̆i>, <rrémik>
star estrella <Sonquic> <chonkĭk>, <chonkik> <χ̣ḁ̄́ts̆kĭk> <dsónki>, <kónts̆u>
day día <Inen> <ineng> <käss>, <lun>, <sůnam> <ínen>, <lūn>
night noche <Neciem> <nesiem> ͡͞ ͡es̆ina>
<naéa <näs>, <näś ă k>
darkness oscuridad <Zag> <saj>
morning mañana <Neisne> <neisna> <näś n̆ a>, <néisne>
<kŭtsχ̯>, <kŏtsχ̯>, <kŭ́͡ĭtsχ̯>,
wind viento <Cuz> <kůz> <gůts>, <kůts>, <kůds>
<kŏ́tsχ̯>, <kŭ́͡ĭtsχ̯>
rain lluvia <Og> <oj>
water agua <Ja> <là>, <leng> <jā>, <ja>, <lā> <χắ̮ >, <χ̣a>, <χ̣ắ>, <ja> <jā>, <ja>
earth, land tierra <Uiz> <æiz> <uij>, <pŭrr> <leis> <ūys̆͡ >, <ūgys̆͡ >
<ni>, <nī>, <ñi>, <nyi>,
sea mar <Ñi> <ñī>, <ñi> <ñī́ĭṅ>, <nin>
<nyī>
<näts̆>, <näts̆sápäk>,
river río <Neh> <nech> <nech> <na͡͞ets̆>, <na͡͞éts̆>, <na͡͞essh>
<näts̆sápek>
mountain cerro <Llenqui> <pong> <llemki>, <ljemki> <lyémki>, <lyénki>
stone, rock piedra, roca <Pon> <pong> <pong> <pŏṅ>, <pon> <pong>, <pon’>
maize maíz <Man> <mang> <mang> <măǹ>, <man>, <ts̆ā́i> <mān>, <mang>
tree árbol <Hon> <nepæt> <nepät>, <népät> <pūp>
<kónts̆o>, <kóntzo>,
flesh, meat carne <Conso> <ærquic>, <cæncɥo> <ärkik>, <ärkeng>
<kṓntzo>
deer venado <Suh> <s̆ūts̆>, <s̆ūts̆e>, <ts̆ūts̆>
Matthias Urban
<făn>, <făm>, <χ̣ăm>, <fan>,
<fắnŭ>, <fān ́ u>,
́ ăn>, <fān
dog perro <Fani> <fanû> <fanu>, <fanuss> <fánu>, <fanu>
<fanŭn>, <faŭk>, <χ̣ăm>,
<făn>
squirrel ardilla <Corren> <kurán>
snake culebra <Chubet> <cɥæfæt> <c̓huvet>, <tsůvät> <tsubet>, <tsúbe̊t>
egg huevo <Mellu> <mullú> <mellu> <mĕ́lyu>, <mĕ́l͡yū> <melyu>, <me̊́lyu>
͡
<fa͞éyu>, <fellu>, <feilŭ>,
duck pato <Fellu> <fellu> <fellu>, <jokik> ͡͞ <fe̊́lyu>, <félyu>
<faéyu>
turkey pavo <Casu> <káju>
<χ̯iā́kó>, <χ̯ā́ko>, <χ̯iā́k>,
fish pescado <Giac> <xllac> <j ̓ak> <χ̯iā́ḳ>, <jiar>, <shoqŭe>, <s̆ag>, <syak>
<χ̯iāḱ >
<ája>, <aja>, <çŏ̄ku>,
white blanco <Afa> <aja> <tsĕ̥́-kū́i> <tsŏ̄ku>, <tsö̆ ku>,
<zéku͡i>, <zékúi>
<cháfko>, <ts̆áfko>,
black negro <Chafca> <chafka> <fāk>, <tšāfk
́ ă>, <chafca>
<s̆áfka>, <fak>
red rojo <Cuj> <kuj> <kŭj>
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
127
alive, life vivo, vida <Ciam> <siamo chissäk>
128
dead, death muerto, muerte <Jum> <læmiçær> <jůmissäk> <lálepti>
cold frío <Zemzem> <tsan> <tχ̯ăn> <çénsim>
warm, hot cálido, caliente <Ñub>
I yo <Zan> <moiñ> <moiñ> <mo͡iñ>, <eiñ>, <mṓiñ> <móiny>
thou tú <Moñ> <tzhang> <tsang>, <tsäng> ͡
<tsăǹ>, <aez>
he él <Ció> <aio>, <ssio> <ā́yu>
we nosotros <Much> <mæich> <mäich> ͡
<moítši>
they ellos/ellas <Cionen> <aiungän>, <ssiong-än> <ā́yu-na͡ĕn>
this este <Mo>, <cio> <mo> <mo> <mo>, <tšo>
all todo <Ezquiech> <ech-ech>, <izçæc> <issäk>
many, much muchos, mucho <Nacíofec> <tunituni> <oš>, <ñašofk> <peñang>
who quién <Iñez> <eiñ> <eiñ>
near cerca <Menana> <män-ana> <menána>
to-day hoy <Mulun> <molún> <molun> <Mū́ lŏṅ> <nólun>, <múlon>
yesterday ayer <Pelen> <pelen> <pelen> <onpelän>
to-morrow mañana <Nézne> <näsne> <na͡͞éšnă> <nä́šna>, <néisne>
yes sí <Ha> <a>, <ima> <a>, <ima> <a>
no no <Je> <ænta>, <amoss>, <ino> <tan> <ā́mĕ̥s>, <tá> <ámos>
<ṓnaĕ͡ kĕ>, <ŏ́n̆kĕ>,
<ṓna͡ĕ̆kĕ>̥ , <ū́nike̊>,
one uno <Onec> <onæc> <onäk> <ḁ̄na͡ĕkĕ>, <ṓna͡ĕke>, <ónek>
<ŏ́na͡ĕke̊>, <ŏ́n̆kĕ>,
<onequĕ>, <ḁ̄́na͡ĕkĕ>
two dos <Aput> <atput> <aput> <āpū́t>, <āpŭt> <áput>
three tres <Zopet> <çopæt> <sopät> <sḁ̄́pŏtĕ>, <sḁ̄́pa͡et> <sópet>
four cuatro <Nopet> <nopæt> <nopät> <nḁ̄́pŏtĕ>, <nḁ̄́pa͡et> <nópet>
<a͡éχ̯ma͡ĕt>, <a͡éχ̥ma͡ĕts>,
five cinco <Exmez> <exllmætzh> <ej ̓mäts> <ä́gmetç>
<cesmen>
Matthias Urban
<tsa͡ítsa>, <tsa͡ítse>,
six seis <Zaiza> <tzhaxlltzha> <tsaitsa> <tsáigçar>, <tsá͡igçan>
<tsa͡ítsa>, <saccer>
seven siete <Ñete> <ñite> <ñite> ͡
<ñaé͡ (t)>, <ñiaét> <nyéter>
<χ̣ắng̀a͡ĕs>, <χ̯ắng̀a͡es̆>,
eight ocho <Janes> <langæss> <langäss> <χ̣ắnga͡ĕs̆>, <χ̣ắṅga͡ĕs̆>, <jánges>
<jans>
nine nueve <Tap> <tap> <tap> <tăp> <tan>, <tap>
<çiæcɥ>, <napong>, <nắ.sŏp>, <na.pŏ́ǹg>,
ten diez <Napon> <na pong>, <na ssop> <nápong>, <šetš>
<nassop> <yīa͡étχ̯ (yīa͡ét͡y)>
<na pong allo onæc>, <na-pong allo onäk>,
eleven once <Napon elle onec>
<nassop allo onæc> <nassop allo onäk>
<na pong allo aput>,
twelve doce <Napon elle aput> <napong allo aput>
<nassop allo aput>
twenty veinte <Pachon> <pac pong>, <pac ssop> <pak pong>, <pak ssäk>
thirty treinta <Zochon> <çoc pong>, <çoc ssop> <sok pong>, <sok ssop>
hundred cien <Ñapacjac> <na palæc> <na paläk>
thousand mil <Naponpajac> <na cunû> <na-kunō>
eat comer <Fino> <funo>, <man> <funo>, <man> <ku͡ig>, <man>, <fun>
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
129
Matthias Urban
En varios lugares, el material de la lista Montjoy deja ver señales de confusiones entre
el investigador y el hablante o los hablantes del mochica que proporcionaron los
datos. Por ejemplo, el adjetivo young ‘joven’ se traduce igual que boy ‘muchacho’,
<Chollñoben>. Esto probablemente es el resultado de la influencia de la palabra
castellana joven, que puede funcionar como sustantivo y como adjetivo. Otro
caso parecido es el de <Neisne> ‘mañana’, que actualmente no es equivalente
al sustantivo inglés morning que la lista requiere, sino al adverbio ‘mañana’. Este
adverbio actualmente también está presente en la lista: predeciblemente, to-
morrow ‘mañana’ es traducido por la misma forma <Nezne>, con ligera variación
ortográfica. La forma <Iñez>, traducción mochica, según la lista Montjoy, para
who ‘quién’, también muestra las huellas de las circunstancias de la elicitación:
incluye, además de la raíz del pronombre interrogativo, el clítico de la segunda
persona, así que la traducción correcta de la forma <Iñez> será ‘¿quién eres
tú?’. Pero el caso más relevante de malentendidos surgidos durante la elicitación
se halla en los pronombres, donde la lista Montjoy trae la forma <Zan>, el
pronombre de la segunda persona, para traducir I ‘yo’ y el de la primera, en
la forma <Moñ>, para traducir thou ‘tú’. Seguramente se trata de un efecto
de la naturaleza deíctica de los pronombres cuya referencia en situaciones de
elicitación se puede confundir fácilmente. Esta confusión permite aprender algo
sobre el investigador: seguramente casi no conocía la lengua porque, de ser así,
fácilmente hubiera podido reconocer el malentendido y corregirlo.
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Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
los casos hay que esforzarse para procurar la palabra exacta que se requiere,
y asegurarse de que no se trate de una con un significado similar». Así, para
tree ‘árbol’ la lista Montjoy tiene <Hon>, que es la palabra que otras fuentes
listan como el nombre del algarrobo —el árbol par excellence en la costa norte
peruana— más específicamente. Para good ‘bueno’ la lista Montjoy trae <Ñas>,
mientras que otras fuentes, a saber, Middendorf (1892) y Brüning (2004), están de
acuerdo en que esta palabra significa, de manera más precisa, ‘bonito, hermoso’ y
que la palabra más general para ‘bueno’ es <peñ> (o una forma parecida). Ahora
bien, la circular también requiere la traducción de handsome ‘bonito, hermoso’
a la lengua indígena. Aquí, la lista Montjoy tiene <Teñnet>, una palabra que es
interesante porque, que yo sepa, no aparece en otras fuentes léxicas de la lengua
mochica. De manera interesante, la lista Montjoy también difiere en la designación
del antónimo, es decir, bad ‘malo’, donde, según la lista, se usa <Posan>, mientras
que las otras fuentes consistentemente tienen <piss> o formas parecidas (aunque
la forma <Posan> es desconocida en otras fuentes con el sentido que le atribuye
la lista Montjoy, parece posible que esté relacionada con el sustantivo <porsan>
‘veneno’ que documenta Middendorf [1892]).
Además, la lista Montjoy contiene dos voces interesantes, presentadas como
equivalentes mochicas de God ‘Dios’ y de wicked spirit ‘espíritu maligno’:
<Misgepec> y <Poschopec> respectivamente. <Misgepec> no se encuentra
en las fuentes principales, pero sí se halla en una lista de palabras redactada
por Enrique Brüning, publicada por Salas García (2002: 205-215), que no se
encuentra en su diccionario principal (Brüning, 2004). En dicha lista, se hallan
las formas <mushjéquepe> ‘santos’ y <porshópeque> ~ <porchoshéepeque>
‘diablo’. Además, Middendorf (1892: 58) tiene <pŭrchópok> ‘diablo’. Se ve que,
semánticamente, de nuevo existía cierta variabilidad entre la lista Montjoy y los
significados en otras fuentes, hecho que hace interesante investigar la etimología
de las palabras. Se trata de formas complejas que parecen ser derivadas de
verbos mediante el sufijo que De la Carrera (1644) transcribe <-pæc> y cuya
función describe como la de formar participios del presente; sin embargo,
formas como el famoso <aia-pæc> ‘creador’ (del verbo <aia-> ‘hacer, crear’)
muestran que también se derivan nomina agentis mediante el mismo sufijo.
Acerca del material inicial, falta una etimología convincente para <Misgepec>.
Acerca de <Poschopec>, sin embargo, se puede hacer algunas conjeturas. Salas
García (2013: 105) ya ha escrito sobre las formas de Brüning y Middendorf,
etimologizándolas como el sustantivo <chepec> ‘alma’ (Martínez Compañón,
1985 [1782-1790]) precedido por <pir> ‘sin’, la única preposición del mochica.
Como se ve, la forma de la lista Montjoy difiere en su consonantismo, exhibiendo
una <s> donde Brüning y Middendorf tienen <r>, poniendo en duda la presencia
de la preposición <pir> al menos en la forma de la lista Montjoy. Con algunas
reservas, se podría pensar en postular una relación con la forma <Posan> ‘malo’,
mencionada líneas atrás, en la misma lista Montjoy. Al parecer, se trata de un
verbo que ocurre con la misma secuencia <-an> que las formas nocionalmente
verbales como <Manan> ‘tomar’, <Ciadan> ‘dormir’, etc. (probablemente se
trate del sufijo imperativo, aunque, particularmente en este caso, resulta en una
131
Matthias Urban
132
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
dentro del panorama lingüístico de los Andes centrales por contar con un fonema
labiodental que De la Carrera representa como <f>. Torero (1986), de hecho,
utilizaba este rasgo para rastrear la impronta toponímica de la lengua. La mayoría
de los investigadores ha asumido que, fonéticamente, se trata de una fricativa
labiodental como el /f/ castellano. Sin embargo, Cerrón-Palomino (1995: 97,
comunicación personal) ha cuestionado esta identificación como prematura, ya
que el sonido que representa <f> reemplaza el aproximante labializado [w] en
préstamos del quechua, por ejemplo, mochica <faccɥu> ‘pobre’ < quechua
wakcha (véase Cerrón-Palomino, 1989: 51). Por eso, Cerrón-Palomino ha preferido
atribuir un carácter labial al sonido. En efecto, Middendorf (1892: 50) respalda
esta posición, al menos parcialmente, ya que informa a sus lectores de que en el
mochica, junto a [f], también existe un sonido más «suave» como la [v] alemana.
Ahora bien, ya una comparación de las palabras de De la Carrera (1644) que
contienen <f> con los datos de otras fuentes basta para demostrar que Cerrón-
Palomino tiene razón en expresar dudas acerca del carácter fonético de la fricativa
en cuestión: específicamente en posición intervocálica, fuentes tardías muchas
veces usan <b>, correspondiendo a la fricativa bilabial [β] en esta posición en el
castellano, o algunas veces incluso <v>, por ejemplo <cɥæfæt> (De la Carrera,
1644) – <c̓huvet> ~ <tsůvät> (Middendorf, 1892) – <tsubet> ~ <tsúbe̊t>
(Brüning, 2004) ‘culebra’, mientras que, en posición inicial, generalmente siguen
a De la Carrera en utilizar la <f>, por ejemplo en <fon> (De la Carrera, 1644)
– <fon, fonkik> (Middendorf, 1892) – <fon> (Brüning, 2004) ‘nariz’. Como se
ve en el cuadro 2, la lista Montjoy, de manera general, confirma este patrón y
una vez incluso usa <v> para representar el sonido en posición final, a saber, en
<ev> ‘padre’. Más específicamente parece que, en posición inicial, solo se halla
el alófono sordo, mientras que, en posición intervocálica, parece alternar con un
alófono sonoro.
Cuadro 2 – Distribución posicional de las letras <f>, <b> y <v> en la lista Montjoy
Pero la lista permite entender un detalle más sobre la pronunciación del mochica
en el siglo XIX que, hasta ahora, solo había sido insinuado por Middendorf, quien,
una vez, representa la palabra para ‘padre’, que aparece como <ef> en De la
Carrera (1644) y también generalmente en la obra de Middendorf (1892), como
<äw>. Esto sugiere que la fricativa se sonorizó no solo en posición intervocálica
de manera esporádica, sino también en posición final. Este comportamiento es
plenamente confirmado por la lista Montjoy, que no solo trae <ev> ‘padre’, sino
también <Ñub> ‘caliente’ (esta forma se halla en Middendorf como <ñuv->
‘calentar’, así que no está claro que la sonorización ocurra en posición final dado
133
Matthias Urban
134
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
Cuadro 3 – Representación del sonido transcrito <æ> en De la Carrera (1644) en la lista Montjoy
Como se ve, mientras hay variabilidad, el patrón que muestra el par <Mullean> -
<mællæc>, con <u> representando el sonido que, siglos adelante, De la Carrera
había representado como <æ> en la primera sílaba y <e> representándola en
la última silaba de la palabra, es mucho más frecuente que el de <Zecuuman>
- <tzhæcæm>. La diferencia es estadísticamente significativa y no es probable
que sea el resultado del azar (χ2 = 6.1091, p < .05)1. En otras palabras, en el
mochica del siglo XIX hay una diferencia fonética en la pronunciación del sonido
que De la Carrera buscaba representar por <æ> dependiendo de su posición
dentro de la palabra. Esta diferencia, probablemente, está relacionada con el
patrón acentual: los datos de Middendorf (1892) y Brüning (2004), autores que
marcaron más o menos de manera sistemática la posición del acento prosódico,
muestran que las palabras donde suele aparecer <u> en la lista Montjoy llevan
el acento primario en la primera sílaba. Esta posición, seguramente, dilucidó el
carácter alto del sonido de una manera más clara que en la última sílaba que
no es acentuada, cuyo núcleo vocálico parece haber sido algo centralizado y
reducido. Estas observaciones son relevantes de una manera más general para
la interpretación del sistema vocálico del mochica, dado que un escenario en el
que la «sexta vocal» representaba alófonos centralizados de posiblemente varios
fonemas vocálicos ha sido propuesta tanto por Torero (2002: 326-327) como por
Adelaar & Muyksen (2004: 323).
Como se suele afirmar, el idioma mochica ha sufrido una serie de cambios a nivel
fonético-fonológico a través de los cuatro siglos de su documentación. Estos resultaron
en una reorganización drástica de algunos aspectos de su sistema fonológico.
Por ejemplo, Middendorf (1892: 46-47) ha observado que el sonido transcrito
<xll> por De la Carrera (1644), representando alguna especie de consonante
1 Para el análisis formal, se descuenta dos de las observaciones, porque <onæc> ‘uno’ es repitido
en <na pong allo onæc> ~ <na ssop allo onæc> ‘once’ y porque los numerales <çopæt> y
<nopæt> probablemente comparten un morfema -<pæt> (Urban, 2019: 134-135). Esto sirve
para solo considerar observaciones independientes en los cálculos estadísticos, un requerimiento
para que el test sea válido.
135
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136
Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
5. CONCLUSIÓN
Agradecimientos
Quisiera agradecer a James B. Richardson III por facilitar los materiales analizados en el
presente artículo; de la misma manera, a los evaluadores anónimos por los comentarios
a una versión anterior del texto y a Michelle Aguilar Panchi por la detenida revisión
gramatical del texto. El trabajo fue subvencionado por las becas n.° UR 310-1/1 y UR 310-
1/2 de la Deutsche Forschungsgemeinschaft (DFG, Sociedad Alemana de Investigación). Las
opiniones expresadas en el texto son exclusivamente mías y, como siempre, las personas
mencionadas no son responsables por errores factuales o interpretativos.
2 Otra observación que necesita más estudio es que, al contrario del caso presente, también <tzh>
se representa por <z> en la lista Montjoy.
137
Matthias Urban
Referencias citadas
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DE LA CARRERA, F., 1644 – El arte de la lengva yvnga de los valles del obispado de Truxillo
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(S. Jansen & M. Schrader-Kniffki, eds.): 77-123; Berlín: Frank & Timme.
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Apéndice A
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Apéndice B
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Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
Lambayeque 30 June
1865
In reply to your Circular No 1 I take pleasure in adjoining to you the same with the
translation of the words there marked down. When the translation is left out, it is
because the word has been corrupted by the tribe or is unknown to them.
The tribe of Indians that use this language reside in a town some 5 leagues from
here and number about 4,000 souls. This language is entirely independent from
the 2 great native Indian languages of these Countries, the Quichua and Aimara.
Not possessing one word with any similarity to them.
The pronunciation is as in Spanish the way it is written, excepting only the k where
there is any it is pronounced like che.
Of their original religion or religious practice there is no tradition. For years they
have been recognising exclusively the catholic.
I obtained this information and the translation from the Curate of Eten.
Santiago C. Montjoy
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Apéndice C
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Una nueva lista de palabras de la lengua mochica del siglo XIX
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Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines / 2021, 50 (2): 147-164
Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
IFEA
Resumen
Al analizar la trayectoria de Marcos Espinel, entre 1835 y 1846, se pueden comprender las múltiples
formas de participación política, así como la formación intelectual y los cambios de posición de los
dirigentes políticos ecuatorianos en el contexto del naciente republicanismo decimonónico. Para
acometer este propósito, el artículo se divide en dos partes. La primera considera la actividad impresa
en que se involucró Espinel dentro del círculo político de José Félix Valdivieso, en respaldo de su
proyecto para reanexar el Ecuador a Nueva Granada y como promotor del voto en 1839. La segunda
estudia los aportes del personaje en la segunda administración de Juan José Flores y su apoyo al
gobierno provisional de Vicente Ramón Roca.
Palabras clave: Ecuador, Marcos Espinel, impresos, republicanismo, lucha política, círculos políticos,
siglo XIX
Résumé
En analysant la carrière de Marcos Espinel, entre 1835 et 1846, il est possible de comprendre les
multiples formes de participation politique, ainsi que la formation intellectuelle et les changements
de position des leaders politiques équatoriens dans le contexte du républicanisme naissant du
XIXe siècle. À cette fin, l’article est divisé en deux parties. La première considère l’activité imprimée
*
Este artículo se deriva del proyecto de investigación «La actividad panfletaria de Marcos Espinel
entre 1833 y 1846. Círculos políticos, versatilidad política y burocracia», financiado con el Fondo
de Investigaciones de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador.
**
Profesor investigador Área de Historia, UASB-E. Doctor en Historia Social, Universidade de São
Paulo (USP). Forma parte de las redes de investigación Lab Mundi (USP-Universidad de Harvard);
Iberconceptos Ecuador; Archival City y Red de Estudios Urbanos. E-mail: santiago.cabrera@uasb.
edu.ec; [email protected]
147
Santiago Cabrera Hanna
dans laquelle Espinel était impliqué au sein du cercle politique de José Félix Valdivieso, en soutien à
son projet de réannexion de l’Équateur à la Nouvelle-Grenade et en tant que promoteur du vote en
1839. La seconde étudie les contributions d’Espinel à la seconde administration de Juan José Flores et
son soutien au gouvernement provisoire de Vicente Ramón Roca.
Mots-clés : Équateur, Marcos Espinel, matériaux imprimés, républicanisme, lutte politique, cercle
politiques, XIXème siècle
Abstract
This paper analyzes Marcos Espinel’s life between 1835 and 1846. By studying his life, it is possible
to understand the multiple forms of political participation of the Ecuadorian political leaders, their
intellectual formation, and the changes in their political positions in the context of the nascent 19th-
century republicanism. The paper has been divided into two parts. The first one considers printed
activity within the political circle of José Félix Valdivieso in which Espinel was involved. This was used
to support his project to re-annex Ecuador to New Granada and to promote the vote in 1839. In the
second part, the paper studies Espinel’s contributions to the second administration of Juan José Flores,
and Espinel’s political support of the provisional government of Vicente Ramón Roca.
Keywords: Ecuador, Marcos Espinel, printed matter, republicanism, political struggle, political circles,
19th century
INTRODUCCIÓN
Marcos Espinel nació en Quito entre 1808 y 18101. Una economía familiar
deprimida y su temprana orfandad obligaron a su madre a confiar la crianza del
menor a uno de sus tíos. Según Manuel Cornejo Cevallos, cuando Espinel era
estudiante del Colegio San Fernando, fue elegido para pronunciar un discurso
de homenaje al Libertador en la sesión solemne del concejo municipal, en junio
de 1822, un mes después de que la provincia de Quito fuese incorporada a
Colombia. Tenía aproximadamente 11 o 12 años (Cornejo, 1876: 1).
En la creación de los órdenes republicanos post-independentistas, la formación
de dirigencias políticas y burocracias fue de la mano con el surgimiento de la
prensa como instrumento de las luchas políticas que acrisolaron los primeros
experimentos estatales. Por ello, me propongo reconstruir la trayectoria partidaria
e impresa de Espinel en sus primeras décadas, a través de los círculos políticos que
integró y de los periódicos que editó, redactó o en los que estuvo involucrado. En
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Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
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Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
2. TRAYECTORIAS AZAROSAS
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Santiago Cabrera Hanna
Los redactores de La voz del Ecuador afirmaban que la secesión del Sur fue una
decisión aventurada, prematura y estimulada por un personaje como Flores,
interesado particularmente en colocarse a la cabeza de una entidad política que,
hasta entonces, no existía. Ante ello, el periódico justificaba las acciones del
Gobierno Provisorio encabezado por Valdivieso.
La imagen que usó el periódico era la de una república difunta. En su encabezado se
reprodujo una alegoría mortuoria, pues un ángel doliente abrazaba desconsolado
una gran lápida en forma de urna. ¿Luto de los redactores y partidarios de Valdivieso
por la situación del país y ante su propia condición de destierro? La república
3 Francisco Roca (cónsul). «Certifica que Marcos Espinel presentó pasaporte en el consulado de Lima».
Lima, 3 de julio de 1838. Archivo Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores (AHMRE), Serie
Comunicaciones recibidas de las legaciones y embajadas del Ecuador en el Exterior, Perú, tomo 1,
f. 160.
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Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
ecuatoriana era representada como un proyecto que no debió ser. Prueba de ello
eran las disputas territoriales entre ella y Nueva Granada. El periódico criticaba
con vehemencia las actuaciones de Flores en estas contiendas limítrofes. Pero el
presidente de la república no era el único blanco de los ataques de La voz del
Ecuador; también lo era Vicente Rocafuerte debido al acuerdo que celebró con
el general:
no hay un documento que acredite el nombramiento de Flores de general
del Ejército, por el pueblo de Guayaquil: Rocafuerte con su verzatilidad
delinquente, fue quien le mandó descolgar su espada alevosa para
combatir la misma causa que había proclamado, y por la que se sublevó el
departamento del Guayas, sucumbiendo al fin, por repetidas intrigas, à las
fuerzas del tirano (La voz del Ecuador, 2, 13 de abril de 1835: 2/4).
La «variabilidad política» de Rocafuerte fue descrita por el impreso como un
delito, un pacto que anteponía intereses personales por encima de la república.
Un inesperado cambio de posturas que tendía a la componenda en lugar de
orientar la acción política hacia la lucha contra la tiranía. Este cambio insólito de
posición «para combatir la misma causa que había proclamado» fue identificado
como hecho detonante de la revolución encabezada por el Gobierno Provisorio.
Así, el intento de reincorporación del Estado de Ecuador se interpretó en las
páginas de La voz del Ecuador como acto de legítima soberanía de los pueblos
expresada en bandos municipales, en oposición al engañoso (manido) acto de
voluntad departamental que justificó la secesión del Distrito en 1830.
En su cuarto número, La voz del Ecuador refutó las declaraciones de Flores
publicadas en la Gaceta del Gobierno que afirmaban que los combates entre el
Gobierno Provisorio y los ejércitos floreanos causaron la emigración forzada de
casi 800 personas a Nueva Granada. Tales afirmaciones eran, para los exiliados,
apenas un ardid para desprestigiar al Gobierno Provisorio, responsabilizándolo
por la represión en las cabeceras provinciales que apoyaron el proyecto de
reincorporación del Ecuador. Conviene recordar que, al momento de proclamarse,
el Gobierno Provisorio sumó el apoyo de los concejos municipales de Latacunga,
Ambato, Riobamba y Alausí, y los padres de familia de Cuenca, Loja y Zaruma
(Actas de la Convención Nacional, 1891: xlvi-xxxiv, xl-xlvi).
El otro blanco de ataque del periódico fueron las reformas legales para la
convocatoria a elecciones de representantes a la Asamblea Constituyente
de Ambato, en 1835. En el decreto promulgado por Rocafuerte, luego de los
resultados bélicos en Miñarica, se excluyó de los comicios al clero, el ejército y
los representantes municipales, bajo el argumento de que era necesario evitar
posibles injerencias en el sufragio por parte de estamentos como el religioso o el
militar o por los tenientes pedáneos (Destruge, 1982: 128; La voz del Ecuador, 3,
20 de abril de 1835: 4/4).
153
Santiago Cabrera Hanna
Para los exiliados que hablaban a través de La voz del Ecuador, tales reformas
eran «monstruosas» agresiones contra la voluntad popular que laceraban los
principios liberales de participación, al distraer del voto a un importante sector
de la población (el clero local) con poderosas raíces parroquiales, tan relevante
como lo era el personal militar, presente en las elecciones convocadas durante el
momento grancolombiano de Ecuador:
Hemos visto el decreto que la convoca para el 1º de Junio procsimo escrito
por el conquistador, y firmado por su jefe supremo. El contiene la novedad
de excluir del derecho de sufragar à los militares que estén en actual
servicio, a los curas y sus tenientes, y à todos los eclesiásticos empleados
en los cabildos, ò que ejerzan jurisdicción, ¡Cómo se burla un tirano de
los pueblos que oprime! ¡Cómo insulta su paciencia! ¡Malvado! En vano
pretendes alucinar à un país que has destruido. Sea cual fuese el modo
con que organices tu arcontado, jamás conseguirás inspirar confianza à los
ecuatorianos, cuya existencia es irrevocablemente incompatible con la tuya
(La Voz del Ecuador, 3, 20 de abril de 1835: 2/4).
El decreto, publicado el 18 de febrero de 1835, fue reproducido en las páginas de
El Ecuatoriano del Guayas, que apareció a fines de noviembre de 1833 (Destruge,
1982: 125). Las acusaciones de La voz del Ecuador descalificaron al periódico
guayaquileño tildándolo de «órgano de la voluntad del tirano» (La voz del Ecuador,
2, 13 de abril de 1835: 3/4), cuya impresión —decían— «se pagaba con dineros
del erario nacional».
Así, los partidarios de Valdivieso justificaron su papel en el intento de reanexión del
Ecuador a Nueva Granada. Al hacerlo, se reivindicaron como «constitucionales»,
pues al actuar invocaron artículos incluidos en la Constitución de 1830 que, al
igual que la Constitución de Cúcuta de 1821, reconocía la posibilidad de abjurar
o declarar caduco el pacto constitutivo del nuevo Estado y restablecer el orden
republicano previo a las declaraciones departamentales de 1830.
Para los exiliados en Popayán, las reformas electorales para la Convención Nacional
de 1835, decretadas por Rocafuerte para fortalecer el sufragio apartándolo
de cualquier coacción corporativa, fueron como manifestaciones de tiranía.
La restricción en la participación sufragánea era un acto expreso de arbitraria
limitación en la participación política. También se les consideró como serios
atentados a la ciudadanía censitaria y tendenciosas trabas al sufragio, impuestas
por el gobierno transitorio de Rocafuerte que, para entonces, buscaba que la
Convención Nacional lo ratificara como presidente.
154
Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
promover una pedagogía del voto que conjugó dos aspectos: el empleo afirmativo
de las reformas electorales para la Convención Nacional de 1835, de cara a la
renovación del poder legislativo en 1841, y la vigilancia de las acciones del poder
ejecutivo ante eventuales intentos de cooptación del sufragio. A esto el periódico
lo definió como «ciudadanía activa».
No es posible establecer el tiempo de vida de El Sufragante, pues han sobrevivido
muy pocos ejemplares. Pero sí se puede constatar el impacto que tuvo su circulación
al ver las reacciones que suscitaron sus columnas. «Invertir de manera favorable»
las leyes electorales era un imperioso desafío que el periódico transmitía entre los
circuitos letrados donde dejaba su huella:
el lugar de las aspiraciones, el punto donde el poder ha combatido los
derechos nacionales, i finalmente el sitio deplorable en el que se ha revestido
el interés privado de las fórmulas legales. Ahora es de imperiosa necesidad
trabajar para invertir en sentido favorable este sistema de elecciones que ha
sido el patrimonio de varios herederos del sufragio nacional (El Sufragante,
1, 18 de agosto de 1839).
Según lo expresa Juan Maiguashca, entre 1830 y 1859, la confección de la
ciudadanía formal censitaria se acrisoló en las contiendas regionales por afianzar
la incorporación social (mediante códigos legales y leyes) que permitiese la
cimentación de una comunidad política (Maiguashca, 1994). Desde tal prisma,
la convocatoria abierta por El Sufragante expresó las circunstancias en las que se
producían las contiendas por el afianzamiento del sufragio como derecho que
debía extenderse ampliamente. La ley de elecciones de 1835 oficializó asambleas
parroquiales cuatrienales (art. 1) y las facultó para convocar abiertamente al
sufragio mediante periódicos y panfletos (art. 3).
El voto fue declarado acto obligatorio para los ciudadanos en cada parroquia
(art. 5) y se mantuvo la prohibición en la participación de curas como presidentes
de asambleas parroquiales o electores (art. 6). Cada cantón tenía derecho a un
elector por cada mil almas y uno más cuando el número superara los dos mil, pero
todas las parroquias podían elegir un delegado, aunque no alcanzaran tal base
mínima numérica (art. 12)4.
Para El Sufragante, el voto era una práctica viciada que se había convertido en
patrimonio de políticos escasos de virtud. Por tal motivo, el redactor conminaba
a los «buenos ecuatorianos» a emplear ampliamente las posibilidades normativas
del sistema electoral para revertir el actual estado de cosas y alcanzar el bien
nacional, denunciando y oponiéndose a prácticas viciosas como la cooptación o
la intervención directa en los comicios:
4 La Ley de 1835 redefinió los consensos regionales con un criterio paritario de representación en
el senado. Quito, Guayaquil y Cuenca tendrían tres senadores cada una; Manabí y Loja tendrían
dos cada una y Chimborazo e Imbabura, uno cada una. En la cámara de representantes, Quito,
Guayaquil, Cuenca, Loja y Manabí pondrían cuatro delegados cada una y Chimborazo tendría dos
(arts. 38 y 39). «Ley de elecciones» (27 de agosto de 1835) (Primer Rejistro Auténtico Nacional,
1841: 53).
155
Santiago Cabrera Hanna
5 Una ley promulgada el 11 de marzo de 1837 estipuló que los colegios electorales de 1835 eligiesen
también a la legislatura de 1841. Este código fue luego derogado, el gobierno de Rocafuerte plegó
a tal derogatoria y convocó a elecciones para 1839 (El Sufragante, 1, 18 de agosto de 1839).
156
Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
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Santiago Cabrera Hanna
Mark Van Aken, autor del estudio más completo sobre Juan José Flores, sostiene
que la segunda administración del general empleó la cooptación política como
un modus operandi (Aken, 1995). Al valerse de este recurso, la administración
floreana reclutó a varios opositores políticos y los incorporó a la administración
estatal. Entre los cuadros opositores reclutados aparece Marcos Espinel. Así, el
redactor de El Sufragante se acercó al círculo político de Flores, al que combatió
por casi una década. Las sinopsis escritas y publicadas por Espinel en 1842 son
útiles para recomponer este periplo. Este momento de la trayectoria temprana
de Espinel se reviste de un marcado carácter burocrático administrativo, en el
que sus aportes en la gestión gubernamental del segundo floreanismo desplazan
a la acción política: en otras palabras, la racionalidad burocrática se impone al
combate de ideas trabado por los impresos La voz del Ecuador y El Sufragante.
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Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
6 Tratado de Paz y Amistad entre Ecuador y Nueva Granada, 14 de diciembre de 1832. AHMRE, Serie
Tratados, COL001. La negociación se llevaría a cabo durante el gobierno de José María Urvina y con
la participación del propio Espinel como ministro de lo Interior y Relaciones Internacionales y la de
Hacienda. Además, suscribiría con el representante de los acreedores británicos el controvertido
Convenio Mocatta-Espinel, el 6 de noviembre de 1854.
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Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
Pedro Fermín Cevallos) expuso sus conclusiones ante la legislatura. El informe fue
secundado por los partidarios de Vicente Ramón Roca (Moncayo, 1906: 191-192).
Según Pedro Moncayo, la intervención de Espinel en esa misma legislatura puso
de manifiesto un nuevo episodio de variabilidad política, al oponerse a la ley de
amnistía promovida por Antonio Muñoz y por el propio Moncayo, con la que
procuraban el retorno de los perseguidos por Flores y la restitución de sus bienes.
Espinel rebatió estos argumentos al señalar que la aprobación de la Ley de Olvido
permitiría el eventual retorno de Flores, quien podría «usar su considerable
patrimonio para financiar una nueva desestabilización»:
El proyecto tal, como lo presentaron sus autores (HH. Pedro Moncayo y
Antonio Muñoz) era alarmante y de tendencias destructoras. Después de
ordenar el libre regreso de todos los espulsos y emigrados sin distinción de
personas, decía el Art. 3º. de dicho proyecto lo siguiente:
Todas las personas comprendidas en este decreto prestarán juramento de
obediencia y fidelidad á la Constitución, autoridades y leyes de la República,
y se les pondrá en posesión de los bienes que se les haya secuestrado. […]
acceder á tal amnistía era fundar una contrarrevolución, inocular el veneno
en el cuerpo sano y viviente de esta Patria, y deshacer con dos sufragios las
glorias que, á costa de sangre, y de los que a fuer[za] de valientes elevaron
la República al rango de su actual emancipación (Espinel, 1847: 17-18).
¿Cuáles eran los argumentos de Espinel? Para él la cantidad de exiliados civiles era
muy reducida. Además, la mayoría era gente que eventualmente se repatriaría,
era mercenaria y diestra en el manejo de las armas. Otros exiliados, en cambio,
eran los remanentes del ejército floreano: «seis jenerales, veinte coroneles, diez
comandantes, doce capitanes y trece subalternos: total, sesenta y un hombres»; a
los que sumaba poco más de una treintena de individuos, «espulsados que jimen
unos en playa extranjera, y otros ¡qué estraño! En sus mismas playas» (Espinel,
1847: 17-18).
6. CONCLUSIÓN
161
Santiago Cabrera Hanna
Agradecimientos
Agradezco el apoyo de Jean Paul Ruiz y Lenin Guerra como asistentes de investigación y a
Katerinne Orquera, Galaxis Borja y Guillermo Bustos por sus sugerencias. Georges Lomné
merece una mención especial.
Referencias citadas
Fuentes primarias
Archivos
Hojas volantes
«Manifiesto que hacen ante la nación los senadores y representantes elejidos por la
asamblea electoral de la provincia de Cuenca en 1840, anuladas por las cámaras de
la lejislatura de 1841», Guayaquil, 1841, Imp. de M. I. Murillo.
«Resurrección de la libertad de imprenta en el Ecuador y furia de Vicente Rocafuerte por
este primer milagro», Quito, 1839, Imp. de la Universidad Central por Juan Terán.
Prensa
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Marcos Espinel entre 1835-1846. Impresos y círculos políticos en Ecuador
Folletos
CORNEJO, M., 1876 – El Dor. Marcos Espinel, 14 pp.; Quito: Tipografía de F. Bermeo.
ESPINEL, M., 1842 – Protocolo de las conferencias entre los generales en jefe de los dos
ejércitos del Ecuador i la Nueva Granada tenidos en Pasto a 15 de octubre de 1841.
Sobre la intervención ecuatoriana, y nuevos límites territoriales, 16 pp.; Bogotá:
Imp. de A. Cualla.
ESPINEL, M., 1847 – Exposición vindicatoria del ciudadano Marcos Espinel, 22 pp.; Quito:
Imp. de la Enseñanza por Rafael Padilla.
ESPINEL, M., 1876 – Una voz de dolor dada en la tumba, 10 pp.; Quito: Imp. de Manuel
V. Flor.
Libros
Actas de la Convención Nacional del Ecuador, año de 1835, precedidas de una Introducción
Histórica. Quito: Imp. del Gobierno, 1891.
Primer Rejistro Auténtico Nacional de la República del Ecuador, tomo 2. Que contiene las
leyes, decretos i resoluciones lejislativas; los decretos, reglamentos i circulares del
Poder Ejecutivo. Quito: Imp. del Gobierno, por Juan Campuzano, 1841.
Fuentes secundarias
AKEN, M. Van, 1995 – El Rey de la noche: Juan José Flores y el Ecuador 1824-1864, 439
pp.; Quito: Banco Central del Ecuador.
ALJOVÍN DE LOSADA, C., 2010 – Entre la unidad y la pluralidad: el concepto de partido-
facción en el Perú 1770-1870. Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines,
39 (1): 63-84.
ANDRADE, R., 1994 – ¿Quién mató a García Moreno? Autobiografía de un perseguido,
xv + 397 pp.; Quito: Abya-Yala.
BUSTOS, G., 1993 – “El Ecuador de 1825 a 1875”: Notas para su análisis historiográfico.
In: Pensamiento de Pedro Moncayo (E. Ayala, ed.): 97-104; Quito: Corporación
Editora Nacional.
DEMÉLAS, M.-D. & SAINT-GEOURS, Y., 1988 – Jerusalén y Babilonia. Religión y política
en el Ecuador, 1780-1880, 222 pp.; Quito: Corporación Editora Nacional, Instituto
Francés de Estudios Andinos.
DESTRUGE, C., 1982 – Historia de la prensa de Guayaquil, tomo I, 330 pp.; Quito:
Corporación Editora Nacional.
GARAVAGLIA, J. C., 2012 – Servir al Estado, servir al poder: la burocracia en el proceso de
construcción estatal en América Latina. Almanack, 3: 5-26.
GUERRA, F. X y LEMPÉRIÈRE, A. et al., 1998 – Los espacios públicos en Iberoamérica,
366 pp.; México, D. F.: Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, Fondo
de Cultura Económica.
163
Santiago Cabrera Hanna
164
Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines / 2021, 50 (2): 165-186
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
IFEA
Véronique Lecaros*
Sylvie Taussig**
Resumen
El artículo analiza la situación legal de las religiones no católicas en el Perú. Estas, recientemente,
han crecido en diversidad y en cantidad de miembros y se han elaborado nuevas legislaciones. El
tema religioso se aborda en términos de colaboración con el Estado, sin considerar la regulación
que afectaría a las sectas. Debido a la pregnancia del catolicismo en la cultura peruana, la forma
de considerar las religiones está conceptualizada a partir de categorías católicas, lo cual implica
dificultades e inadecuaciones que varían dependiendo de las características propias de las religiones y
cultos. En este artículo, abordamos los casos de las religiones evangélicas, de las religiones provenientes
de otro entorno cultural, así como de los cultos de origen precolombino.
Palabras clave: pluralización religiosa, libertad religiosa, Estado y religiones, legalidad y religiones,
religiones no católicas, cultos precolombinos
Résumé
L’article analyse la situation juridique des religions non catholiques au Pérou. Celles-ci, récemment,
se sont diversifiées et le nombre de leurs membres s’est accru. De nouvelles législations ont été
promulguées. La question religieuse est abordée en termes de collaboration avec l’État, sans considérer
la régulation des dérives sectaires. En raison de la prédominance du catholicisme dans la culture
*
Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). E-mail: [email protected]
**
Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), IFEA (Francia-Perú). E-mail: sylvie.taussig@
gmail.com
165
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
péruvienne, la manière de considérer les religions est « paramétrée » par les catégories catholiques, ce
qui implique des difficultés et des insuffisances qui varient en fonction des caractéristiques des religions
et des cultes. Dans cet article, nous abordons les cas des religions évangéliques, des religions provenant
d’autres milieux culturels, ainsi que des cultes d’origine précolombienne.
Mots-clés : pluralisation religieuse, liberté religieuse, État et religions, droit et religions, religions non
catholiques, cultes précolombiens
Abstract
The article analyzes the legal situation of non-Catholic religions in Peru. These, recently, have grown
in diversity and in the number of members. New legislation has been drafted and the religious issue is
addressed in terms of collaboration with the State, without considering the regulation of sectarian drifts.
Due to the prevalence of Catholicism in Peruvian culture, consideration of religions is conceptualized
using catholic categories, which causes difficulties and inadequacies that vary depending on the specific
characteristics of the religions and cults. In this article we address the cases of evangelical religions and
of religions from another cultural environment, as well as of cults of pre-Columbian origin.
Keywords: religious pluralization, religious freedom, State and religious denominations, legality and
religious denominations, non-Catholic religions, pre-Columbian cults
INTRODUCCIÓN
La celebración del bicentenario invita a ponderar los múltiples cambios por los
cuales ha pasado la sociedad peruana, uno de ellos se refiere al campo religioso.
Desde un Estado colonial confesional, defensor de la fe católica en el marco
legal del patronato, el Perú se ha transformado en una sociedad plural. Domina
ciertamente el cristianismo, pero muchos otros cultos de origen muy diverso se
han implantado, aunque en general, de manera muy minoritaria. Por otro lado,
se vislumbra un resurgimiento público de las tradiciones andinas y amazónicas.
La lógica de estas tradiciones que se caracterizan por la ausencia de dogma
escrito y de sacerdocio formal, así como por ritos al aire libre, relacionados con
las cosechas, resulta incomprensible desde una perspectiva cristiana y limeña/
urbana, aunque estos sean en general tolerados por las instancias católicas, in situ.
Tomando en cuenta que el marco legal peruano se ha constituido a partir de una
normativa religiosa de tipo católico, lo cual implica escrituras sagradas, doctrina
establecida y un cuerpo de ministros del culto debidamente formados, se abre el
paso a una informalidad pragmática y, potencialmente, a conflictos originados en
la ausencia del reconocimiento adecuado de ciertas tradiciones religiosas.
166
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
Los cambios en el marco legal que rige el estatuto de las religiones en el Perú tienen
por una parte una componente nacional correspondiente a la transformación
de la sociedad peruana y por otra parte una componente internacional que
corresponde a nuevas directivas institucionales de la Iglesia católica y al influjo de
tradiciones religiosas de otros orígenes.
1. 1. Hacia la diversidad
1 Ver https://www.pewresearch.org/religion/2014/11/13/religion-in-latin-america/
2 Ver https://www.latinobarometro.org/lat.jsp
167
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
168
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
de vigencia del acuerdo con la Santa Sede de 1980» (Ruda Santolaria, 2000). Por
otro lado, gracias al concordato, la Iglesia mantiene sus principales privilegios,
reconocimiento de los institutos de vida consagrada, estipendio para el clero y
exoneración de impuestos.
Con la Constitución de 1979 que recalca la separación de la Iglesia y el Estado
y recoge la declaración sobre derechos humanos y libertad de conciencia de la
ONU, el panorama jurídico de los asuntos religiosos cambia radicalmente. A la
Iglesia católica se le reconoce un lugar preeminente y su aporte histórico al Perú
es valorado. Según el artículo 86, en «un régimen de independencia y autonomía,
el Estado reconoce a la Iglesia católica como elemento importante en la formación
histórica, cultural y moral del Perú».
La Dirección de Asuntos de la Iglesia Católica del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos está encargada de dirigir y coordinar las relaciones entre el Estado
peruano y la Iglesia.
169
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
2. 1. Formateo católico
170
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
Las iglesias evangélicas afrontaban diversos problemas para acoplarse a las normas
del reglamento a tal punto que ninguna de ellas y ninguna confesión, en general,
pudo inscribirse. En 2011, se pide 10 000 miembros, una cifra que alcanzaban
muy pocas iglesias evangélicas (artículo 19, h). Por otro lado, se pide que estos
miembros se identifiquen con todos sus datos, incluido su DNI, lo cual implicaba
una medida inconstitucional según el artículo 2, inciso 18, que estipula que todo
peruano «tiene derecho a mantener reserva sobre sus convicciones políticas,
filosóficas, religiosas o de cualquiera otra índole». Añade, entre otros pedidos,
«relación de personas encargadas de oficiar el culto religioso» (19, i) y la «relación
de lugares de culto en el territorio nacional» (19, j).
Más allá de la inconstitucionalidad del reglamento, los requisitos se vuelven
imposibles de cumplir para las iglesias evangélicas que no se rigen por las mismas
normas que la Iglesia católica. Estas se caracterizan por su tendencia a la división.
Los conflictos personales o las divergencias doctrinales se zanjan con una separación
(Lecaros, 2016a). No existe una gobernanza central, ni siquiera un organismo
único que las articule. Además, en un contexto pentecostal donde el Espíritu sopla
donde quiere, según la expresión del evangelista Juan, las iglesias suelen nacer a
iniciativa de un individuo (a veces un grupo de individuos) que afirma tener un
llamado. Esta característica se manifiesta en el conjunto del movimiento pentecostal
y esta tendencia se acentúa entre los neopentecostales (Semán, 2019). El conjunto
de iglesias evangélicas peruanas consiste en iglesias internacionales que tienen
sedes en múltiples países, pero mantienen a veces pocos miembros adscritos,
en iglesias independientes, fundadas localmente que han crecido y podrían ser
consideradas megaiglesias, según la fórmula norteamericana y, finalmente, en una
multitud literalmente incalculable de pequeñas iglesias independientes de barrio
con un crecimiento muy inestable (Fonseca, 2018).
Además, aún las iglesias más organizadas no guardan registro actualizado de sus
miembros (Lecaros, 2017). A veces ni siquiera hacen la diferencia entre visitantes
que afirman «entregarse a Jesús» y miembros asiduos. En esta situación resulta
inoperante imponer un requisito de 10 000 miembros.
Por otro lado, en este contexto, la necesidad de especificar las «bases doctrinales»,
el equivalente a la ortodoxia católica, se vuelve también imposible. La pastora
Uta Ihrke notó que, a la pregunta sobre sus creencias, muchos evangélicos solían
responder «simplemente Jesús» (Ihrke Buchroth, 2014). Muchos de los pastores
se han formado más por la práctica y la lectura guiada de la Biblia que por cursos
formales. Además, el lugar de culto claramente delimitado en el ambiente católico
no lo es necesariamente en contexto evangélico.
El reglamento de 2016 permitió desbloquear parcialmente la situación. En vez
de exigir copia de estatutos, se pide descripción de credo (Anderson, 2005). El
principal cambio significativo del nuevo reglamento consiste en exigir un mínimo de
500 miembros sin pedir una identificación inconstitucional. Para las «confesiones
religiosas históricas», no existe numerus clausus. Como consecuencia, aunque
estos 500 miembros formales representan un tope inalcanzable para muchos
grupos, 112 denominaciones evangélicas han logrado inscribirse en el registro
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Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
2. 2. De la persistente informalidad
172
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
3 Ver https://www.leyes.congreso.gob.pe/Documentos/Leyes/29635.pdf
4 Ver https://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2014/03/DS-010-2011-JUS-REGLAMENTO.pdf
173
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
rinde, pero también los que tienen lugar en espacios que se han convertido en
museos —como el sitio arqueológico de Pachacamac— o que han sido cubiertos
por edificios y cultos católicos, como el Qoriqancha (que no pueden considerarse
como lugares «propios»).
El texto va más allá puesto que, después de los requisitos técnicos —establecidos
en los artículos 14 y 19— añade una formulación negativa para definir lo que no
es una entidad religiosa:
Artículo 5. No se consideran religiosos los fines o actividades relacionados
con fenómenos astrofísicos, sicológicos, parasicológicos, adivinación,
astrología, espiritismo, difusión de ideas o valores puramente filosóficos,
humanísticos, espiritualistas u otro tipo de actividades análogas. Las
entidades dedicadas al desarrollo de ritos maléficos, cultos satánicos o
análogos se encuentran al margen de la presente Ley.
Este texto plantea preguntas en dos niveles. El reconocimiento de los acuerdos de
colaboración con entidades religiosas —que excluyen de hecho a las entidades no
religiosas y que caen dentro de la libertad de conciencia— hace mella en el principio
de igualdad entre los ciudadanos, a pesar de que el Tribunal Constitucional afirma
que el Estado peruano es un Estado laico, no obstante, el concordato. Además, el
último párrafo del artículo 55 propone una categoría aparte para las expresiones
religiosas de los pueblos andinos, amazónicos y afroperuanos, sin especificar si
tendrán acceso, por ejemplo, a la libertad de conciencia y a los acuerdos de
colaboración. Este estatus distinto e indeterminado se confirma por la ausencia de
estas religiones autóctonas en el Registro de Entidades Religiosas. En primer lugar,
el principio de laicidad significa que el Estado no define normalmente lo que es
religioso, o lo que no lo es. Además, no especifica qué acceso a la objeción de
conciencia pueden tener los grupos que no están registrados en dichas entidades
religiosas. Por último, la definición para la inscripción en el registro de entidades
religiosas está muy marcada por la forma cristiana de religión.
Ciertamente, el registro no es exclusivo. Los movimientos religiosos pueden
constituirse de otras formas, desde una simple asociación civil hasta una fundación,
pasando por una ONG, o incluso sin ninguna forma legal —mencionaremos aquí
la Iglesia Satánica del Perú, ahora la Iglesia Mayor de Lucifer, fundada en 2014 a
raíz de la iglesia satanista de Anton Szandor LaVey—. El satanismo está excluido
por ley de la definición de religión. El grupo que la constituye se llama iglesia
por desafío y no por mimetismo y excluye cualquier forma legal que distorsione
su vocación esotérica gnóstica como su principal objetivo de emancipación
del individuo. Para el líder de este grupo, con quien realizamos una entrevista
(noviembre de 2020), el principal rasgo de una religión es imponer dogmas y
prácticas, interferir en la vida de las personas y preferir una lógica de grupo a una
lógica individual. El grupo forma parte, pues, de una contracultura, que puede
basarse en el artículo 2 de la Constitución, y su negativa a registrarse ciertamente
5 «El Estado respeta y garantiza las expresiones religiosas de los pueblos andinos, amazónicos y
afroperuanos, así como su derecho de ejercerlas de manera individual o colectiva».
174
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
El Perú presenta, con este registro que por sí solo abre la posibilidad de
colaboración con el Estado, una especie de paradoja: mientras el mercado
religioso es intenso y muestra una apertura a nuevos movimientos religiosos y a
las «espiritualidades», el Estado parece plantear/establecer condiciones estrictas
para acceder a la posibilidad de colaboración que el mismo requiere, por ser un
Estado débil (Alarco, 2012; Levitsky & Zavalata, 2016). Lo vemos durante la crisis
de COVID-19, en la que la participación y auxilio de las comunidades religiosas,
protegidas por la policía nacional, es indispensable.
Por lo tanto, cuestionamos la presencia de religiones no cristianas en el registro,
que claramente no cumplían con los criterios. Por ejemplo, ¿por qué solo se
reconoce una de las mezquitas de Lima y no la de Tacna? ¿Por qué se reconoce
un grupo como Sukyo Mahikari, cuya autodefinición en otros países lo sitúa en las
corrientes excluidas por el artículo 19? ¿Por qué se reconoce una corriente como
la de los esenios, que no tiene historicidad y probablemente no llega a los 500
seguidores? ¿Cuánto voluntarismo existe por parte de la dirección del Ministerio
de Justicia, que hace giras para promover el estatuto de «entidad religiosa» y
recuerda, en cada intervención, el principio de la libertad de conciencia, sin hacer
de la publicación de este respeto una condición para el acceso al registro?
La dirección del Ministerio de Justicia organiza campañas de promoción para dar
a conocer los avances del asunto. Parece que recuperó a todos los beneficiarios
de la condición anterior («Registro de confesiones religiosas distintas a la religión
católica» del 2003). La modificación de los requisitos del reglamento (de 10 000
seguidores en 2011 a 500 en 2016) muestra un verdadero interés de los poderes
públicos en aumentar el número de candidatos. Basándose en la observación
de que la definición de religión se ajustaba a los credos cristiano, postcristiano
(mormones, testigos de Jehová) e incluso poschiíta (bahaísmo) y no encajaba
con otras formas religiosas, realizamos entrevistas (en noviembre del 2020) con
representantes de otros cultos (sin querer o poder ser exhaustivos) para entender
el proceso de entrada en el caso de las religiones cuyos principios no parecen
ajustarse a los requisitos del estatuto y que, sin embargo, lo lograron, y las razones
por las que otros permanecen fuera.
175
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
6 Ver https://www.bbc.com/mundo/ultimas_noticias/2011/08/110802_ultnot_peru_lima_curandero_
craneos_humanos_jrg
7 Ver https://www.iirsasur.com.pe/el-pueblo-de-los-brujos-huasao/
176
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
8 http://www.acep-france.fr/index.php?option=com_content&view=article&id=594&Itemid=95
9 https://www.soka-bouddhisme.fr/ressources/documentation-juridique/constitution-du-culte
10 Hay que señalar que los nuevos movimientos religiosos (NMR) no tienen el mismo significado en Perú
y en Francia. En Perú, se refieren a entidades evangélicas. Ver Amat y León Pérez & Cóndor Vargas
(2022). Utilizamos aquí el término en el sentido más amplio e impreciso, como las corrientes que han
surgido en la época contemporánea, y no en un sentido restringido para designar a las sectas.
177
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
Así, hay dos tendencias en los movimientos religiosos: los que quieren entrar en
el proceso y los que se oponen. Tomemos el ejemplo de Sukyo Mahikari. Este
movimiento globalizado se presenta de diferentes maneras dependiendo del país
en el que quiere establecerse. Por ejemplo, en Senegal, se define a sí mismo
como un grupo espiritual y se niega a ser llamado religión (Louveau, 2012). Esto le
permite no tener que enfrentarse a la cuestión de la conversión, de lo contrario no
tendría seguidores y entraría directamente en la competencia religiosa. Si, por lo
tanto, el movimiento en el Perú reivindica la calidad de la religión, se basa en una
estrategia de implantación internacional que no tiene nada que ver con el Perú. Lo
mismo se aplica al bahaísmo, que, por ejemplo, en Francia, no se presenta como
una religión, sino como una fe, pero que también puede evocar su historicidad
(creada en el siglo XIX, establecida en la década de 1930, contaría con casi
40 000 seguidores en el Perú) y los Hare Krishna cuyo nombre también evita la
noción de religión (Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna, llamada
por su acrónimo inglés ISKON); para los movimientos Krishnaitas hay que señalar
que solo ISKON goza de reconocimiento en el Perú, mientras que los demás
están presentes y activos. Por lo tanto, ISKON ha pedido entrar en el estatuto y
ha sido aceptado incluso sin cumplir con todos los requisitos, en particular a nivel
doctrinal, en que otros del mismo movimiento no están registrados.
Nos preguntamos sobre las razones por las que los grupos religiosos o espirituales
no buscaron acogerse al estatuto. En primer lugar, porque este estatus y su
accesibilidad son poco conocidos, lo que justifica las campañas de promoción
de la Dra. María Esperanza Adrianzen, directora de Asuntos Interconfesionales -
Dirección General de Justicia y Libertad Religiosa en el MINJUS. En segundo lugar,
los grupos renuncian debido a la carga burocrática del proceso en un país donde
la informalidad es ampliamente dominante; además, algunos grupos se construyen
como si estuvieran en oposición a lo que se reconoce. Finalmente, dado el
dominio secular de la Iglesia católica, que se refleja en la definición de lo que es
una denominación religiosa, estos grupos no se representan como «religiosos».
Además, los derechos religiosos de los pueblos nativos no se abordan, aunque
constituyen una de las fuentes de identidad y trascendencia del Perú, en la
historia milenaria de sus pueblos nativos. ¿Es esto estigmatización o ignorancia
de esta forma de espiritualidad? La Iglesia católica ha aportado su perspectiva
sobre el tema a partir de la teorización del concepto de religión popular, que
es una traducción de la inculturación. Los ritos agrarios andinos, por ejemplo,
y la cosmovisión que despliegan son plenamente reconocidos y aceptados,
fomentados, pero como cultura. A estos ritos no se les reconoce una coherencia
religiosa que les permita ser independientes de la religión católica. Hoy en día
hay movimientos para la concienciación de los ritos y la cosmovisión en la religión
y la demanda de la eliminación de las referencias católicas. Por el momento,
ninguno de estos grupos se ha constituido de manera que se exija su inclusión
en el registro de entidades religiosas, cuya existencia se desconoce. El presente
artículo no estudia las modalidades de esta sensibilización y demanda.
178
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
11 Ver https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/homilies/1985/documents/hf_jp-ii_hom_19850203
_cuzco.html
12 Ver https://factual.afp.com/la-presidenta-interina-de-bolivia-llamo-satanicos-quienes-celebran-el-ano
-nuevo-aymara
13 Ver https://www.youtube.com/watch?v=jOMHiv_wt8g
14 Ver https://lta.reuters.com/article/eeuu-elecciones-peru-chamanes-idLTAKBN2673A7
179
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
15 Aunque algunos intentan reunirse una vez al año, por ejemplo, los kurakas Taulichuko y Caxapaxa se
reúnen alrededor de la huanca de la plaza mayor de Lima (que forma parte del antiguo Rimaqmarka
—pueblo que habla—).
180
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
16 Ver la Ley General de Comunidades Campesinas N.° 24656 y el artículo 149 de la Constitución de
1993.
181
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
17 Ver https://www.cna.org.pe/colectivo-hatun-ayllu-qorikancha-pide-al-papa-francisco-la-devolucion
-del-templo-qorikancha/
182
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
183
Véronique Lecaros, Sylvie Taussig
7. CONCLUSIÓN
Tenemos una doble dinámica. Por una parte, las religiones que se inscriben en
el registro que aspiran a emular la situación de la Iglesia católica, colaborando
y obteniendo favores del Estado, en particular en términos de exoneración de
impuestos, colegios y eventualmente de capellanía. Estas denominaciones desean
una presencia pública. Para algunas de ellas, en particular, las iglesias evangélicas
que gozan de una buena organización, el estatuto representa una fuente de
prestigio y de credibilidad. Puede inclusive formar parte de una plataforma para
involucrarse en política. Por otro lado, están las denominaciones y las comunidades
que no cumplen con los requisitos y/o no desean formar parte de la lista. El término
«entidad religiosa», por vago que sea, sirve tanto para atraer ciertos movimientos
religiosos como para disuadir a otros o bien dejar indiferentes a algunos.
El registro, que parece vinculante, no lo es. Los requisitos no necesariamente se
tienen que cumplir y, además, si existen requisitos claros que se deben cumplir
para ingresar al estatuto y cuya aplicación tiene excepciones, las entidades, una
vez que han ingresado en él, no están sujetas a ningún tipo de control. Gozan
de derechos, pero no tienen deberes. Las condiciones para su entrada tampoco
incluyen la verificación de un posible control sectario. En general, la libertad
religiosa excluye cualquier control por parte del Estado, que de todos modos no
ha querido o no ha podido poner en marcha los elementos adecuados para luchar
contra los autoproclamados «mesías» que se multiplican con esta liberalización
de la religión bajo el signo del pluralismo19. Sin embargo, el parlamentario de
Peruanos por el Kambio Moisés Guía Pianto presentó, durante la legislatura
(2016-2021), un Proyecto de Ley (N.° 3449/2018-CR) (todavía no aceptado) que
propone modificar la Ley N.° 29635, Ley de Libertad Religiosa, con la finalidad de
prohibir iglesias con prácticas «autoritarias, abusivas y discriminatorias».
18 Ver http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/Prensa/heraldo.nsf/Titulares2/8ef8c71aecf2f1e605257920005
d00a7/; https://www.ocmal.org/recuperacion-del-area-acordada-del-parque-nacional-ichigkat-muja-
o-mineria-disputa-activada-con-reciente-demanda-de-amparo/; https://www.servindi.org/actualidad/
63038
19 Ver https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/seguridad/investiga-similares-espanola-captada-Peru/
20170612185307085655.html
184
El estatuto legal de las religiones no católicas en el Perú, de cara al bicentenario
Agradecimientos
Quisiéramos agradecer al Dr. Tomas Gutiérrez, a la Dra. Raquel Gago, a la Dra. María
Esperanza Adrianzén, así como a David Romero, por sus valiosos aportes para la elaboración
de este artículo.
Referencias citadas
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186
Nota de
INvestIgacIóN
Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines / 2021, 50 (2): 189-204 IFEA
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín
Thibault Saintenoy*
Fanny Moutarde**
Catherine Lara***
INTRODUCCIÓN
*
Instituto de ciencias del patrimonio, Consejo superior de investigaciones científicas, UMR8096
Archéologie des Amériques, Université des Antilles. E-mail: [email protected]
**
Investigadora IFEA (2006-2007).
***
Investigadora principal, Instituto Francés de Estudios Andinos - IFEA (UMIFRE 17 MEAE / CNRS
UAR 3337 América Latina). E-mail: [email protected]
189
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
1. CARLOS BRIGNARDELLO
190
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín
1. 2. Principales publicaciones
191
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
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Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín
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Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
194
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín
195
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
El reconocimiento realizado por los arqueólogos del IFEA en 2007 tenía cuatro
objetivos principales:
• Realizar una descripción geográfica de la quebrada Tinajas.
• Comprender la lógica del registro arqueológico de Brignardello, tanto
cuantitativamente (evaluación de la amplitud e intensidad de sus prospecciones)
como cualitativamente (criterios de identificación y descripción de los restos).
• Inspeccionar una selección de sitios representativos de la diversidad de los
restos arqueológicos presentes en la quebrada Tinajas.
• Evaluar el estado de conservación de los restos fotografiados por Birgnardello
y su potencial vulnerabilidad.
196
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín
197
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
198
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín
199
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
200
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín
3. 2. Mapa arqueológico
201
202
Figura 6 – Mapa arqueológico de la quebrada Tinajas según Carlos Brignardello
© IFEA
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín
un zoom permite discretizar). Dar un clic en cada punto permite acceder a una
ficha de descripción con los datos y fotografías registrados y tomados por el mismo
Brignardello. Un motor de búsqueda (el botón lupa) permite la consulta directa de
datos específicos del registro. Finalmente, una capa del Sistema de Información
Geográfica de Arqueología del Ministerio de Cultura del Perú (https://sigda.
cultura.gob.pe/) y otra de la topografía del Instituto Geográfico Nacional permiten
visualizar la información oficial para la misma región.
Por otro lado, el conjunto de las fotografías de Brignardello se encuentra archivado
y disponible en la plataforma CNRS del repositorio perenne Nakala: https://
proyecto-brignardello.nakala.fr/.
203
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
clave para entender las dinámicas territoriales de la región en relación con sus
interacciones socioecológicas y culturales a escala macrorregional.
Fundamentalmente, Brignardello documentó la diversidad de la cultura
material de las quebradas de Lurín, la cual presenta aparentemente una notable
heterogeneidad, tanto desde el punto de vista cronológico como tecnológico y
estilístico. Asimismo, el registro de Birgnardello abre la puerta a que expertos
de la arqueología de la costa central del Perú se empoderen de él, para detallar
las multimilenarias historias locales de las quebradas de Lurín y destacar
recíprocamente el aporte de estas historias al conocimiento global del proceso
cultural de la costa central del Perú.
Referencias citadas
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vivos: redescubriendo la costa del Perú / Living deserts: a rediscovery of the peruvian
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https://www.diariodeleon.es/articulo/sociedad/carlos-brignardelloradulescu-el-
vigilante-desierto-i/20041217010000751622 .html
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regionalización transversal, la microregionalización, 244 pp.; Lima: PEISA.
SAINTENOY, T. & MOUTARDE, F., 2007 – Rapport de la mission d’évaluation de
l’archéologie de la Quebrada Tinajas, 15 pp.; Lima: Informe inédito presentado al
Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA).
Mapa
- Vínculo corto:
https://arcg.is/1ujm84
- código QR:
204
i
NORMAS EDITORIALES
Libros
SÁNCHEZ PATZY, M., 2017 – La ópera chola. Música popular en Bolivia y pugnas
por la identidad social, 454 pp.; La Paz: Instituto Francés de Estudios Andinos
(IFEA), Plural editores.
Publicaciones periódicas
ITIER, C., 2016 – La formación del quechua ayacuchano, un proceso inca y
colonial. Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines, 45 (2): 269-360.
Obras colectivas
GIERZ, M. & PRZADKA-GIERZ, P., 2016 – Fronteras flexibles, territorios
permeables: dinámicas territoriales en las fronteras meridionales de Moche
y Chimú. In: Las sociedades andinas frente a los cambios pasados y actuales.
Dinámicas territoriales, crisis, fronteras y movilidades (N. Goepfert, S. Vásquez,
C. Clément & A. Christol, eds.): 89-115; Lima: Instituto Francés de Estudios
Andinos (IFEA), Laboratoire d’Excellence Dynamiques Territoriales et Spatiales.
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Le Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines est une revue pluridisciplinaire qui
publie trois fois par an et qui présent des articles inédits en sciences sociales et
humaines sur les pays andins : Bolivie, Colombie, Équateur et Pérou, principalement.
Il s’adresse à un public spécialisé dans chaque sujet, mais aussi à un public plus large
intéressé par la zone andine.
LES SECTIONS DU BULLETIN DE L’IFEA
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publie des « comptes rendus d’ouvrages », qui ne doivent pas dépasser 10 000
signes, ainsi que des « notes de recherche », textes courts d’un maximum de
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des informations sur les découvertes, interprétations, approches ou techniques
nouvelles et, d’autre part, des notes structurées de chercheurs sur leurs propres
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espagnol ou anglais. Ils ne doivent pas dépasser 50 000 caractères avec espaces
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les légendes et les notes). Les éventuelles notes de bas de page doivent être
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les droits d’auteur. il faut également obtenir l’autorisation du photographe. Ces
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iv
Livres
SÁNCHEZ PATZY, M., 2017 – La ópera chola. Música popular en Bolivia y pugnas
por la identidad social, 454 pp.; La Paz: Instituto Francés de Estudios Andinos
(IFEA), Plural editores.
Publications periódiques
ITIER, C., 2016 – La formación del quechua ayacuchano, un proceso inca y
colonial. Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines, 45 (2): 269-360.
Ouvrages collectifs
GIERZ, M. & PRZADKA-GIERZ, P., 2016 – Fronteras flexibles, territorios
permeables: dinámicas territoriales en las fronteras meridionales de Moche
y Chimú. In: Las sociedades andinas frente a los cambios pasados y actuales.
Dinámicas territoriales, crisis, fronteras y movilidades (N. Goepfert, S. Vásquez,
C. Clément & A. Christol, eds.): 89-115; Lima: Instituto Francés de Estudios
Andinos (IFEA), Laboratoire d’Excellence Dynamiques Territoriales et Spatiales.
4. Appels dans le texte. Les appels sont faits comme suit : … (auteur[s], année:
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avec les suggestions reçues, les auteurs doivent justifier leur position par écrit. Les
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published three times a year that presents that presents original articles in the
Social and Human Sciences in the Andean countries: Bolivia, Colombia, Ecuador
and Peru, mainly. It is addressed to a specialized public in each subject, but also
to a wider public interested in the Andean area.
THE SECTIONS OF THE IFEA BULLETIN
In addition to feature articles (see below for recommendations to authors), the
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as “research notes”, short texts with a maximum of 12,000 characters, including
illustrations. This section contains, on the one hand, information on discoveries,
interpretations, new approaches or techniques and, on the other hand, structured
notes from researchers on their own results. Research notes will be evaluated by a
specialist proposed by the editorial committee.
RECOMMENDATIONS TO AUTHORS
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to another journal or publishing house and deal with one or more of the countries
of the Andean geographic area. Texts may be written in French, Spanish or English.
They should not exceed 50,000 characters with spaces (including abstracts and
keywords in the three languages, bibliography, legends and notes). Any footnotes
should be grouped at the end of the text. Manuscripts should be accompanied
by the name, last name, professional position, institutional address and e-mail
address of the author(s). The title of the article, the abstract (approximately 700
characters) and the keywords (6 descriptors maximum) should be translated into
the three languages.
2. Illustrations (maps, figures, tables, photos, etc.). All illustrations, numbered and
marked in the text, must be submitted in black and white, in their final form, in
computer support and as an image file (maps and figures in vector format); they
must be identified with a number and the author’s last name. They must have a
title, an explanatory caption of up to 150 characters, as well as the sources and/
or credits. Photos must be sent in high resolution; slides are not accepted. Maps,
plans and diagrams must include the graphic scale, orientation and a legend.
Illustrations that are not the property of the authors of the articles must have the
authorization of use and reproduction for the Bulletin, granted in writing by the
persons and/or entities that hold the copyright. If necessary, the photographer’s
authorization must also be obtained. These authorizations can be sent to the
journal’s editor by e-mail.
3. Bibliography. The bibliography should include all references cited in the text
and only these. Bibliographical references are presented at the end of the article,
vi
Books
SÁNCHEZ PATZY, M., 2017 – La ópera chola. Música popular en Bolivia y pugnas
por la identidad social, 454 pp.; La Paz: Instituto Francés de Estudios Andinos
(IFEA), Plural editores.
Periodical publications
ITIER, C., 2016 – La formación del quechua ayacuchano, un proceso inca y
colonial. Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines, 45 (2): 269-360.
Collective works
GIERZ, M. & PRZADKA-GIERZ, P., 2016 – Fronteras flexibles, territorios
permeables: dinámicas territoriales en las fronteras meridionales de Moche
y Chimú. In: Las sociedades andinas frente a los cambios pasados y actuales.
Dinámicas territoriales, crisis, fronteras y movilidades (N. Goepfert, S. Vásquez,
C. Clément & A. Christol, eds.): 89-115; Lima: Instituto Francés de Estudios
Andinos (IFEA), Laboratoire d’Excellence Dynamiques Territoriales et Spatiales.
4. Calls in the text. The calls are made as follows: ... (author[s], year: page cited).
If there are more than 3 authors, the last name of the first author + et al. must be
mentioned.
5. Evaluation. The IFEA submits the evaluation of the manuscripts to peers external
to the institution. In each case and for each scientific discipline, the members of
the editorial committee designate two evaluators, who must fill out a detailed form
with specific questions (they also have the possibility to introduce comments on the
manuscript itself). This report is sent to the authors, who will make the corrections
they deem appropriate. In case of disagreement with the suggestions received, the
authors must justify their position in writing. The corrected versions are submitted
to a second evaluation by the same reviewers for their final judgment.
IMPORTANT: The journal reserves the right to ultimately reject an article, even if
it has been accepted by both reviewers, in the event of a proven problem (parallel
publication in another support, plagiarism, etc.) or for non-compliance with the
editorial code of ethics.
The IFEA no longer sends physical offprints. Each author will receive the final
version of his/her article in PDF format. Any manuscript that does not comply with
the above instructions will be returned to the authors (without being evaluated) so
that they can make the necessary modifications.
vii
The authors are responsible for the data and ideas stated in the manuscripts, as
well as the exactitude of the information transmitted. The content of the IFEA’s
publications does not imply in any way the juridical responsibility of the institute
on an editorial level.
With the exception of a reprinted article, a manuscript sent to the IFEA’s editorial
division must not have already been published or presented to another editor
even in another language.
If data and ideas come from a third party, the contributors must state their sources
according to the IFEA’s editorial standards for quotes and bibliographies. It is also
their responsibility to present the necessary authorizations in order to reproduce
any unpublished document that is not of their doing.
After having presented a manuscript, the authors commit to undertaking a process
of evaluation and also accept taking into account the recommendations suggested
by the reviewers and the scientific editors. Any rejection of these recommendations
must be adequately explained. If an author wishes to exclude a potential evaluator,
he can inform the editorial division who will take into consideration the request.
Nota de investigación
Thibault Saintenoy, Fanny Moutarde, Catherine Lara
Un paisaje como legado: las investigaciones arqueológicas
de Carlos Brignardello en la cuenca del río Lurín 189