Antecedentes
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Antecedentes
Objetivos
General:
Específicos:
Francisco Álvarez Blasco (2018) en su tesis doctoral establece que: Las mujeres
premenopáusicas con sobrepeso u obesidad, presentan una prevalencia del
síndrome del ovario poliquístico del 28 % (IC, 20-37 %) muy superior en relación a
las mujeres con normopeso, por lo que se debería recomendar la realización de un
despistaje habitual de este síndrome en este grupo de pacientes. Las pacientes
con síndrome del ovario poliquístico incluidas en el estudio presentan un aumento
de la prevalencia de síndrome metabólico, intolerancia hidrocarbonada,
prehipertensión y dislipemia en relación a la población general y, aunque en
relación a las mujeres obesas únicamente difieren al presentar un aumento de
hipertrigliceridemia, estas alteraciones metabólicas se manifiestan a edades más
precoces. El aumento de resistencia insulínica característico de las pacientes con
síndrome del ovario poliquístico no parece relacionarse con la existencia de
diferencias en la ingesta de macro o micronutrientes ni con la actividad física
diaria. Las mujeres obesas sin síndrome del ovario poliquístico presentan un
mayor consumo de cafeína diario, que aunque podría influir en una mayor
sensibilidad a la insulina, no justificaría por sí misma las diferencias observadas
entre ambos grupos. (Blasco, 2019)
Flores Ramírez (2019) Este síndrome a pesar que fue descrito hace varias
décadas, sigue siendo un tema de gran controversia e interés debido a su
heterogeneidad, su compleja fisiopatología y a los riesgos de tipo reproductivos y
metabólicos que involucra. En la actualidad se estima que lo padecen 4% de las
mujeres en edad fértil. Sin embargo, otras publicaciones reportan una prevalencia
de hasta 10% en poblaciones con mayor riesgo, en general el síndrome de ovarios
poliquísticos es considerado un desorden heterogéneo con causas
multifactoriales; por ser una disfunción endocrinometabólica con un variado
espectro de anormalidades, muchas de las cuales son sutiles, las pacientes
suelen consultar en diversas especialidades donde, por lo general, se da énfasis al
motivo de consulta con lo cual el diagnóstico de SOP pasa desapercibido y se
pierde la visión global de lo que involucra su detección. De esta manera constituye
un problema que se encuentra presente en una gran parte de nuestra población,
en su mayoría no diagnosticado o sub diagnosticado, causando diferentes
complicaciones en mujeres en edades reproductivas; tales como: infertilidad,
androgenización, obesidad, comorbilidades. (Flores Ramírez, 2017)
María Mercedes Judith Ancheta González (2021) Este síndrome fue descrito por
SteinLeventhal en 1935en el hospital Michael Reese de Chicago. Durante muchos
años han existido profesionales interesados en este síndrome que poco a poco
han ido descubriendo diferentes piezas en este rompecabezas tan interesante,
como por ejemplo su relación con la hiperinsulinemia descubierto 25 años
después. Tuvieron que pasar muchos años y muchas investigaciones para poder
llegar a reconocerlo como un síndrome, el cual tenía muchos síntomas y
enfermedades a su alrededor con un impacto grande en la vida de la mujer. Con
relación al tema de su tratamiento, muchos han tratado diferentes técnicas
quirúrgicas y en los últimos años se ha concluido que de los mejores tratamientos
es el médico. Teniendo este muchos beneficios, como su bajo costo, pocos
efectos adversos, tolerado con más facilidad y prácticamente sin efectos nocivos
para la descendencia. En relación a esta enfermedad, tal vez lo más importante
aparte del diagnóstico y su tratamiento, es las grandes repercusiones que tiene
para la paciente y su descendencia. Tanto en su vida como adolescente, como
madre y su vejez. Dando a conocer que en cada una de estas etapas tiene un
efecto en la paciente, que al reconocerlo y tratarlo le daremos una mejor calidad
de vida a ellas. (González, 2021)