Trabajo Infantil
Trabajo Infantil
Trabajo Infantil
Trabajo infantil y los riesgos que se enfrentan los niños, en el municipio de Tacaná,
San Marcos.
Los primeros convenios de esa organización internacional datan justamente del año
de 1919, período en el que el Tratado de Versalles pone fin a la primera guerra
mundial y crea la primera organización de carácter internacional en materia de
legislación laboral, en la parte XIII regula su organización en los Artículos del 387 al
399. Los Convenios número cinco, sobre edad mínima-industria y seis, sobre trabajo
nocturno de menores, de 1919; fueron seguidos por Convenios 7, 15 y 16 sobre
trabajos marítimos en los años de 1920 y 1921; el Convenio 10 sobre agricultura en
1921; el Convenio 33 sobre empleo no industrial en 1932; el Convenio 59 y 123
sobre trabajos subterráneos en 1937 y 1965 respectivamente; y el Convenio 112
sobre pesca en 1959, todos referidos al trabajo de personas menores de edad. Los
países centroamericanos con excepción de Honduras, ratificaron algunos de estos
convenios, como una manera de hacer eco respecto de la necesidad urgente de
regular el trabajo infantil.
A este respecto se puede decir que: “El término trabajo infantil no alude a los jóvenes
que trabajan algunas horas por semana para sufragar sus gastos o ayudar a su
familia, siempre y cuando ese trabajo no interfiera con la educación, la salud y el
desarrollo del niño, esto no es perjudicial; pero esta situación no tiene nada que ver
con los problemas que viven gran cantidad de niños que trabajan largas horas o en
condiciones nocivas para asegurar su propia subsistencia y la de su familia…Se
entiende por trabajo infantil aquel que priva a los niños de su infancia y su dignidad,
impide que accedan a la educación, y se lleva a cabo en condiciones deplorables y
perjudiciales para la salud y desarrollo”. (Trabajo., 2022)
A estas características se pueden anexar otras, como por ejemplo la carencia de una
conciencia de rechazo al trabajo infantil, la falta de sanciones al respecto, el
descontrol y la inexistencia de promoción social a favor de los derechos de la niñez y
adolescencia, son las bases de esta situación; y además se cree que existe una
ocultación intencionada de mano de obra infantil y adolescente en diferentes tipos
trabajo, tanto por las consecuencias legales que conlleva, como por las presiones
familiares y laborales que provoca.
En algunas ocasiones éstas se dan por desconocimiento por parte de los padres de
los niños que trabajan o por los empleadores y empleados, respecto de los derechos
y las normas laborales existentes.
1.3. Condiciones en las que se da el trabajo infantil
A este respecto se puede inferir que “Los niños y niñas trabajan en promedio más de
6 horas al día y 5 días a la semana, siendo la jornada de niñas un poco más larga,
6.7 horas diarias frente a 6.3 horas que trabajan los niños, resultado que confirma la
hipótesis planteada en la Conferencia de Oslo en donde se sugiere que las niñas
suelen trabajar más horas que los niños, muchas lo hacen en su propia familia o
están empleadas en el servicio doméstico que caracteriza por amplias jornadas de
trabajo.” (Infantil., 2023)
Por otro lado las jornadas laborales de los adolescentes hombres y mujeres son más
extensas, en promedio ambos trabajan alrededor de ocho horas al día, los hombres
seis días y las mujeres cinco días a la semana; éstas exceden las legalmente
permitidas para la población infantil trabajadora, menores entre los 13 y 14 años, que
de acuerdo con el Código de Trabajo no deben de ser superiores a las seis horas
diarias o 32 a la semana, y para los adolescentes, mayores de 14 años, no deben
superar las siete horas diarias o 38 semanales. Además, estas jornadas agudizan las
condiciones de vulnerabilidad y explotación de los menores.
La pobreza es una variable que tiene alto impacto en el origen del trabajo infantil y
adolescente en Guatemala, pero ésta no es la única causa que explica la
problemática existente; la incidencia también se expone en los valores y tradiciones
culturales, los problemas familiares, el incumplimiento de las leyes laborales internas
y la falta de aplicabilidad de los convenios internacionales ratificados, la inexistencia
de políticas sociales coherentes con la realidad de la infancia, las precarias
condiciones de salud, la ausencia de un desarrollo social equitativo y los factores
relacionados con la educación, como el difícil acceso, la rigidez del sistema
educativo, la insuficiencia en la cobertura y la baja calidad en los servicios; todas
ellas se constituyen en causas primordiales que inciden en el trabajo de los menores.
A pesar de que el trabajo infantil es aceptado por la mayoría de las personas en el
país, como algo necesario para la formación de la niñez, para ayudar a los padres
económicamente, o como transmisión de valores, todos los sectores consultados
coinciden en expresar que es un fenómeno estructural muy complejo, que está
absorbiendo gran cantidad de niños y niñas, sobre todo en trabajos altamente
peligrosos y que no les permite su desarrollo integral. Además se estima que con
dicha práctica, se violan los derechos a la educación, recreación y salud, a los que
constitucionalmente los niños tienen derecho; por ello se definen algunas de las
causas más importantes en las cuales se debe trabajar para disminuir la inserción de
la niñez al trabajo y proteger a los adolescentes que se encuentran inmersos en esta
situación.
Las causas del trabajo infantil son múltiples, por su importancia se mencionan las
siguientes:
Profundiza la desigualdad;
Viola los derechos humanos fundamentales de la infancia y la adolescencia;
Acelera el proceso de maduración;
Impide o limita el adecuado proceso educativo;
Enfrentamiento a un ambiente adulto y a veces hostil;
Pérdida de la autoestima, por ejemplo problemas de adaptación social y
traumas.
Enfermedades crónicas;
Dependencia de fármacos;
Retraso en el crecimiento;
Agotamiento físico;
Abusos físicos y psíquicos;
Picaduras de insectos y animales ponzoñosos;
Infecciones a causa de químicos;
Heridas, quemaduras y amputaciones; y
Dolores en las articulaciones y deformaciones óseas.
Efectos económicos:
La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por el Estado de Guatemala
en 1990, en su Artículo 1º entiende por niño o niña a todo ser humano menor de 18
años de edad. Sin embargo, en materia laboral en Guatemala, la Constitución
Política de la República de Guatemala, específicamente en el Artículo 102 literal l, fija
la edad mínima de admisión al empleo en los 14 años. La posterior ratificación del
Convenio 138 de OIT asienta y reafirma el postulado constitucional, con base en ello
y a efectos del cumplimiento del Plan Nacional, se usa el concepto de niños y niñas
para referirse a las personas menores de 14 años de edad y el concepto adolescente
para referirse a las personas de 14 años cumplidos y menores de 18 años de edad.
En relación al tema se puede indicar que “Los niños y niñas trabajadores tienen las
siguientes características: casi siete de cada diez son hombres, más de la mitad es
indígena y la mayoría vive en el área rural, y son trabajadores no calificados en
ocupaciones relacionadas principalmente con la agricultura, actividad a la que están
vinculados seis de cada diez y trabajan principalmente, como ayudantes familiares
sin remuneración en las fincas de sus padres o familiares, algunos trabajan en el
comercio, la industria manufacturera y los servicios personales y muy pocos en la
construcción, actividad que pocos realizan en condición de asalariado o ayudantes
sin pago.
Se entiende por trabajo infantil doméstico el que realizan niños y niñas menores de
18 años en hogares de otras personas y no en su casa, muchos de éstos trabajan
todos los días con jornadas largas y agotadoras, casi más de diez horas diarias
durante seis días a la semana. Algunos de ellos están expuestos a amenazas,
golpizas, acoso y abuso sexual; e incluso no les pagan las prestaciones legales
correspondientes, vacaciones, bono catorce, los días de enfermedad, entre otros.
Los niños y niñas que trabajan en la agricultura corren riesgos por trabajar con
instrumentos cortantes con los que pueden herirse y lastimarse; pueden sufrir
fracturas, cortadas, pérdida de la vista, amputación de miembros o hasta morir por
enfermedades, desnutrición o mutilaciones graves. Trabajan con cargas pesadas que
pueden dañar su cuerpo, bajo las inclemencias del tiempo, sol o lluvia. Muchos de
ellos salen a trabajar con sus padres a otros lugares fuera de su pueblo, migrantes
estacionales, sufren porque duermen poco y en el suelo, comen mal, beben agua
contaminada, padecen de enfermedades de los pulmones, tos, gripe, del estómago,
parásitos, paludismo, dengue, problemas de la piel, picaduras de mosquitos,
mordeduras de serpientes y otros animales.
Este órgano internacional nunca ha aceptado la creencia de que las lesiones y las
enfermedades van con el trabajo. Durante el siglo pasado, los países industrializados
asistieron a una dramática reducción de las lesiones graves, debido a las ventajas
reales que representa hacer el trabajo más saludable y más seguro. El reto es la
extensión de los beneficios de esta experiencia a todo el mundo del trabajo. El
programa de la OIT denominado Safe Work, trabajo seguro, ha sido diseñado para
responder a esta necesidad; sus objetivos fundamentales son:
Las normas jurídicas sobre los derechos subjetivos que emanan del ordenamiento
jurídico guatemalteco para los niños y niñas que trabajan, así como para el Estado,
es la facultad atribuida a un sujeto activo de poder exigir de un sujeto pasivo el
cumplimiento de determinada prestación que puede consistir en dar, hacer, no hacer
o tolerar. En ese sentido se establecen los siguientes:
Para el caso de los menores trabajadores existen derechos subjetivos amplios y bien
delimitados, garantizados en Constitución Política de la República de Guatemala,
resaltando entre ellos el Artículo 51 el que preceptúa la protección otorgada a los
menores garantizándoles el derecho a la alimentación, salud, educación, seguridad,
y previsión social y en sus Artículos 71, 72, 73 y 74 que les garantiza el derecho y la
obligación de recibir educación inicial, preprimaria, primaria y básica, así como, de
carácter gratuito de la educación impartida por el Estado.