Trabajo Infantil

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Marco teórico

Trabajo infantil y los riesgos que se enfrentan los niños, en el municipio de Tacaná,
San Marcos.

La erradicación y la abolición del trabajo infantil, son la preocupación de muchos


países por las terribles consecuencias que ello provoca; en virtud de esto los
organismos internacionales, desde sus inicios, han proyectado este tema como parte
muy esencial de sus agendas de trabajo. En efecto, la creación de la Organización
Internacional del Trabajo, OIT en 1919, así como el surgimiento del Derecho del
Trabajo como rama autónoma, a principios del siglo XX, tuvieron como telón de
fondo los abusos laborales cometidos durante la revolución industrial y la explotación
despiadada efectuada particularmente contra niños, niñas y mujeres.

Los primeros convenios de esa organización internacional datan justamente del año
de 1919, período en el que el Tratado de Versalles pone fin a la primera guerra
mundial y crea la primera organización de carácter internacional en materia de
legislación laboral, en la parte XIII regula su organización en los Artículos del 387 al
399. Los Convenios número cinco, sobre edad mínima-industria y seis, sobre trabajo
nocturno de menores, de 1919; fueron seguidos por Convenios 7, 15 y 16 sobre
trabajos marítimos en los años de 1920 y 1921; el Convenio 10 sobre agricultura en
1921; el Convenio 33 sobre empleo no industrial en 1932; el Convenio 59 y 123
sobre trabajos subterráneos en 1937 y 1965 respectivamente; y el Convenio 112
sobre pesca en 1959, todos referidos al trabajo de personas menores de edad. Los
países centroamericanos con excepción de Honduras, ratificaron algunos de estos
convenios, como una manera de hacer eco respecto de la necesidad urgente de
regular el trabajo infantil.

En 1973 la Conferencia General de la Organización Internacional de Trabajo adoptó


el Convenio 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo, el cual ha
reemplazado gradualmente los anteriores instrumentos que se aplicaban a sectores
económicos limitados. Es por ello que los países centroamericanos, a medida que
han ido ratificando el Convenio 138 han hecho la denuncia de los otros convenios
relacionados a esta materia; es por ello que el proceso de legislación sobre el trabajo
infantil empezó a dinamizarse en Guatemala, el 27 de abril 1990 con la ratificación
del citado convenio.

1.1. Definición de trabajo infantil

Es toda actividad que implica la participación laboral de los niños, niñas y


adolescentes, cualquiera que sea su condición laboral, asalariado, independiente,
trabajo familiar no remunerado, o la prestación de servicios, que les impidan el
acceso, rendimiento y permanencia en la educación, así como que se realicen en
ambientes peligrosos, produciendo efectos negativos inmediatos o futuros, o se
lleven a cabo en condiciones que afecten su desarrollo psicológico, físico, moral o
social.

A este respecto se puede decir que: “El término trabajo infantil no alude a los jóvenes
que trabajan algunas horas por semana para sufragar sus gastos o ayudar a su
familia, siempre y cuando ese trabajo no interfiera con la educación, la salud y el
desarrollo del niño, esto no es perjudicial; pero esta situación no tiene nada que ver
con los problemas que viven gran cantidad de niños que trabajan largas horas o en
condiciones nocivas para asegurar su propia subsistencia y la de su familia…Se
entiende por trabajo infantil aquel que priva a los niños de su infancia y su dignidad,
impide que accedan a la educación, y se lleva a cabo en condiciones deplorables y
perjudiciales para la salud y desarrollo”. (Trabajo., 2022)

1.2. Características del trabajo infantil en Guatemala

La complejidad de las causas del trabajo infantil y adolescente en Guatemala


dificultan aún más la aproximación de un perfil que contenga características propias
al respecto, como lo expresaron los participantes en la Consulta Nacional, quienes
opinaron que “caracterizar el trabajo infantil en Guatemala es una tarea difícil…por
las condiciones sociodemográficas económicas, culturales, que hacen que los
problemas sociales sean propios de la región”. (Trabajo, 2023 Pág. 12.)

A pesar de deficiencia antes citada se logró identificar algunas características


relativas al trabajo infantil de la niñez guatemalteca:

 No es visible, dado que en la mayoría es realizado dentro del grupo familiar,


acentuándose más en el sexo femenino;
 No es diferenciado por los adultos el trabajo formativo de la explotación laboral
que separa a la niñez de su desarrollo psicológico, biológico y social;
 Social y culturalmente el trabajo infantil ha sido considerado normal sin tomar
en cuenta los riesgos a que son expuestos los niños y niñas que trabajan;
 Los niños y niñas se ven obligados a asumir los roles de los adultos
incluyendo los vicios y enfermedades;
 Los que combinan el trabajo y la escuela tienen bajo rendimiento escolar,
asisten irregularmente y abandonan la escuela; y
 En su vida adulta no serán competitivos, es decir mano de obra calificada.

Por lo anterior se pudo establecer que se manifiesta más en comunidades donde no


existe infraestructura básica y fuentes de empleo.

A estas características se pueden anexar otras, como por ejemplo la carencia de una
conciencia de rechazo al trabajo infantil, la falta de sanciones al respecto, el
descontrol y la inexistencia de promoción social a favor de los derechos de la niñez y
adolescencia, son las bases de esta situación; y además se cree que existe una
ocultación intencionada de mano de obra infantil y adolescente en diferentes tipos
trabajo, tanto por las consecuencias legales que conlleva, como por las presiones
familiares y laborales que provoca.

En algunas ocasiones éstas se dan por desconocimiento por parte de los padres de
los niños que trabajan o por los empleadores y empleados, respecto de los derechos
y las normas laborales existentes.
1.3. Condiciones en las que se da el trabajo infantil

El número de horas/día es un indicador importante de la magnitud del problema,


cuantas más horas dedican al trabajo menos tiempo tienen de aprender y jugar. Casi
la mitad de los niños trabajadores han dejado de ir a la escuela o no han ido nunca.
Los que combinan el trabajo con el estudio corren con cierta desventaja, con los que
únicamente se dedican a estudiar, porque a partir de ciertos límites tiene efectos
negativos perjudiciales en la capacidad de aprender, debido a que esta doble
actividad afecta el rendimiento escolar y reduce las posibilidades de salir de la
pobreza, según argumentos emitidos en la Conferencia de Oslo.

A este respecto se puede inferir que “Los niños y niñas trabajan en promedio más de
6 horas al día y 5 días a la semana, siendo la jornada de niñas un poco más larga,
6.7 horas diarias frente a 6.3 horas que trabajan los niños, resultado que confirma la
hipótesis planteada en la Conferencia de Oslo en donde se sugiere que las niñas
suelen trabajar más horas que los niños, muchas lo hacen en su propia familia o
están empleadas en el servicio doméstico que caracteriza por amplias jornadas de
trabajo.” (Infantil., 2023)

Por otro lado las jornadas laborales de los adolescentes hombres y mujeres son más
extensas, en promedio ambos trabajan alrededor de ocho horas al día, los hombres
seis días y las mujeres cinco días a la semana; éstas exceden las legalmente
permitidas para la población infantil trabajadora, menores entre los 13 y 14 años, que
de acuerdo con el Código de Trabajo no deben de ser superiores a las seis horas
diarias o 32 a la semana, y para los adolescentes, mayores de 14 años, no deben
superar las siete horas diarias o 38 semanales. Además, estas jornadas agudizan las
condiciones de vulnerabilidad y explotación de los menores.

En la mayoría de los trabajos consultados, los patronos han violado la ley


imponiendo el trabajo por tarea o por meta, en lugar de utilizar un horario
determinado, con lo que se le obliga a laborar períodos muchos más prolongados, es
decir más allá de las horas diarias establecidas por la ley. También se encontró que
para instaurar las jornadas laborales mínimas, es indispensable tomar en cuenta las
necesidades de tiempo, entre ellas el descanso, pues el 80 por ciento de los Niños,
Niñas y Adolescentes Trabajadores, por sus siglas, NNATs, que participan en la
consulta objeto de este estudio, se levantan entre las dos y cinco de la mañana para
ir a trabajar. Antes de las ocho horas el 84 por ciento de ellos ya sienten cansancio;
estos datos indican que los horarios señalados son superiores a las capacidades
físicas de rendimiento de la niñez y adolescencia trabajadora. A efecto de una
apreciación del tema, a continuación se mencionan los niveles que confirman la
existente explotación laboral a que son sometidos los menores:

 Jornadas laborales superiores a los límites máximos establecidos por las


legislaciones nacionales para un trabajador adulto;
 Ingresos inferiores: El 90% de los niños y niñas trabajadores, entre los 10 y 14
años, perciben una remuneración igual o inferior que el salario mínimo, es
decir, alrededor de un 20% menos de lo que gana un adulto con siete años de
escolaridad, incluso salarios más bajos al mínimo, o se les paga en especie; y
 Derechos laborales inexistentes y en empleos precarios.

1.4. Causas del trabajo infantil

La pobreza es una variable que tiene alto impacto en el origen del trabajo infantil y
adolescente en Guatemala, pero ésta no es la única causa que explica la
problemática existente; la incidencia también se expone en los valores y tradiciones
culturales, los problemas familiares, el incumplimiento de las leyes laborales internas
y la falta de aplicabilidad de los convenios internacionales ratificados, la inexistencia
de políticas sociales coherentes con la realidad de la infancia, las precarias
condiciones de salud, la ausencia de un desarrollo social equitativo y los factores
relacionados con la educación, como el difícil acceso, la rigidez del sistema
educativo, la insuficiencia en la cobertura y la baja calidad en los servicios; todas
ellas se constituyen en causas primordiales que inciden en el trabajo de los menores.
A pesar de que el trabajo infantil es aceptado por la mayoría de las personas en el
país, como algo necesario para la formación de la niñez, para ayudar a los padres
económicamente, o como transmisión de valores, todos los sectores consultados
coinciden en expresar que es un fenómeno estructural muy complejo, que está
absorbiendo gran cantidad de niños y niñas, sobre todo en trabajos altamente
peligrosos y que no les permite su desarrollo integral. Además se estima que con
dicha práctica, se violan los derechos a la educación, recreación y salud, a los que
constitucionalmente los niños tienen derecho; por ello se definen algunas de las
causas más importantes en las cuales se debe trabajar para disminuir la inserción de
la niñez al trabajo y proteger a los adolescentes que se encuentran inmersos en esta
situación.

Las causas del trabajo infantil son múltiples, por su importancia se mencionan las
siguientes:

 Pobreza y pobreza extrema;


 Bajos niveles educativos de los padres y madres;
 Desempleo y subempleo de los padres;
 Paternidad irresponsable;
 Precarias condiciones de salud;
 Violencia familiar;
 Patrones culturales;
 Ausencia de un desarrollo social equitativo;
 Falta de cobertura, calidad y cumplimiento de la obligatoriedad de la
educación;
 Lagunas y contradicciones normativas;
 Falta de políticas sociales coherentes con la realidad de la infancia; y
 Incumplimiento de leyes laborales internas y convenios internacionales.

1.5. Las consecuencias del trabajo infantil


Esta práctica lesiona de manera significativa la vida futura de los niños, niñas y
adolescentes, dentro de la diversa gama de efectos el de mayor impacto, por sus
repercusiones futuras, es la educación de esta población. Pero también existen otros
que dejarán una marca indeleble, como por ejemplo el que proyecta que un estudio
relativo a que éste tiene poco valor en sus vidas, pues toda su experiencia se limita a
luchar por la supervivencia; por su lado los psicológicos que se atribuyen
principalmente al hecho de asumir responsabilidades mayores a temprana edad; los
sociales como el aislamiento, el maltrato y el ambiente negativo en el trabajo, así
como también los físicos.

Efectos sociales y morales:

 Profundiza la desigualdad;
 Viola los derechos humanos fundamentales de la infancia y la adolescencia;
 Acelera el proceso de maduración;
 Impide o limita el adecuado proceso educativo;
 Enfrentamiento a un ambiente adulto y a veces hostil;
 Pérdida de la autoestima, por ejemplo problemas de adaptación social y
traumas.

Efectos físicos y psíquicos:

 Enfermedades crónicas;
 Dependencia de fármacos;
 Retraso en el crecimiento;
 Agotamiento físico;
 Abusos físicos y psíquicos;
 Picaduras de insectos y animales ponzoñosos;
 Infecciones a causa de químicos;
 Heridas, quemaduras y amputaciones; y
 Dolores en las articulaciones y deformaciones óseas.
Efectos económicos:

 La pérdida promedio de dos años de escolaridad a largo plazo significa un


20% menos de salario durante toda su vida adulta;
 Pérdida de poder adquisitivo del mercado nacional; y
 La pérdida de años de educación se traduce en menor calidad en la sociedad.

1.6. Definición legal y doctrinaria de niño y adolescente

La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por el Estado de Guatemala
en 1990, en su Artículo 1º entiende por niño o niña a todo ser humano menor de 18
años de edad. Sin embargo, en materia laboral en Guatemala, la Constitución
Política de la República de Guatemala, específicamente en el Artículo 102 literal l, fija
la edad mínima de admisión al empleo en los 14 años. La posterior ratificación del
Convenio 138 de OIT asienta y reafirma el postulado constitucional, con base en ello
y a efectos del cumplimiento del Plan Nacional, se usa el concepto de niños y niñas
para referirse a las personas menores de 14 años de edad y el concepto adolescente
para referirse a las personas de 14 años cumplidos y menores de 18 años de edad.

El ser humano durante la niñez, período de la vida humana desde el nacimiento


hasta los siete años cumplidos, en que se sitúa genéricamente el comienzo del
raciocinio, en lo civil implica plena incapacidad de obrar; y en lo penal, total
imputabilidad. El que se encuentra en la adolescencia, edad que sucede a la niñez y
que trascurre desde que aparecen los primeros indicios de la pubertad hasta la edad
adulta. El concepto ofrece importancia jurídica, porque, por regla general, las
legislaciones hacen coincidir la entrada de está con la capacidad para contraer
matrimonio, aun cuando no es esta una regla absoluta, el período de adolescencia
influye también en la responsabilidad penal que, dentro de ciertos límites, puede
estar disminuida y afectar al modo de cumplimiento de la condena.

Los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, por sus siglas


ENCOVI, muestra que casi un millón de niños, niñas y adolescentes participan en la
Población Económicamente Activa, PEA, como trabajadores o buscando trabajo, y
que los menores realizando esta actividad corresponden al 20.3% del total de los
mismos en el país. El trabajo infantil y adolescente se desarrolla en un contexto de
pobreza, exclusión y vulnerabilidad, los niños, niñas y adolescentes trabajadores
provienen en su gran mayoría de hogares pobres y como fuerza de trabajo, según
los resultados de ENCOVI 2000, los niños y niñas trabajadores son más pobres que
los adolescentes y los adultos.

1.6.1. Características de los niños y niñas trabajadores

En relación al tema se puede indicar que “Los niños y niñas trabajadores tienen las
siguientes características: casi siete de cada diez son hombres, más de la mitad es
indígena y la mayoría vive en el área rural, y son trabajadores no calificados en
ocupaciones relacionadas principalmente con la agricultura, actividad a la que están
vinculados seis de cada diez y trabajan principalmente, como ayudantes familiares
sin remuneración en las fincas de sus padres o familiares, algunos trabajan en el
comercio, la industria manufacturera y los servicios personales y muy pocos en la
construcción, actividad que pocos realizan en condición de asalariado o ayudantes
sin pago.

Existen diferencias significativas de género en la vinculación de los niños y niñas a


estas actividades; la mayoría de los niños trabaja en la agricultura, siete de cada
diez, algunos en el comercio y muy pocos en la industria manufacturera y en la
construcción, estas últimas, en donde tienen una relación de asalariado mayor que
las niñas. Estas por su parte, además de la agricultura a la que están vinculadas
cuatro de cada diez, trabajan en proporciones similares en el comercio, la industria
manufacturera y los servicios personales, principalmente el servicio doméstico.”

1.6.2. Características de los adolescentes trabajadores

“Los adolescentes trabajadores presentan algunas diferencias en comparación con


los niños. Al igual que los niños, seis de cada 10 adolescentes trabajadores son
hombres pero contrario a éstos más de la mitad es población no indígena y el 68.5%
vive en el área rural, proporción que es menor que en los niños. El trabajo principal
también es la agricultura, aunque en proporciones significativamente menores que en
los niños. Un número importante está vinculado al comercio, seguido de la industria
manufacturera y los servicios personales, en donde hay una proporción significativa
de asalariados. Al igual que los niños, existen diferencias significativas de género en
la vinculación de los hombres y mujeres adolescentes a estas actividades; mientras
que más de la mitad de los hombres trabajan en la agricultura y algunos en la
construcción y el comercio, las mujeres trabajan principalmente en comercio, la
industria manufacturera, los servicios personales, 11.6% son empleadas domésticas,
y la agricultura.”

1.7. Formas peligrosas de trabajo infantil

Por trabajo peligroso para la niñez y adolescencia se comprende aquel trabajo o


actividad económica, realizada por personas menores de 18 años de edad, que por
su naturaleza o por las condiciones en que realiza, se cataloga como nocivo para la
salud, seguridad o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.

1.7.1. Trabajo infantil doméstico en hogares particulares

Se entiende por trabajo infantil doméstico el que realizan niños y niñas menores de
18 años en hogares de otras personas y no en su casa, muchos de éstos trabajan
todos los días con jornadas largas y agotadoras, casi más de diez horas diarias
durante seis días a la semana. Algunos de ellos están expuestos a amenazas,
golpizas, acoso y abuso sexual; e incluso no les pagan las prestaciones legales
correspondientes, vacaciones, bono catorce, los días de enfermedad, entre otros.

Menos de la tercera parte de los que trabajan pueden asistir a la escuela, la


Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2002, estima que hay 17,350 niñas entre
siete y 14 años que son trabajadoras infantiles domésticas, y la Oficina de los
Derechos Humanos del Arzobispado, en su informe del año 2000, menciona que hay
93,000 niños y niñas entre 10 y 14 años de edad en situación de trabajo infantil
doméstico.
1.7.2. Trabajo infantil en producción de fuegos pirotécnicos

La producción de fuegos pirotécnicos cohetes, bombas y otros productos similares,


es una de las actividades más peligrosas en la que trabajan un gran número de niños
y niñas, porque su materia prima es la pólvora, altamente explosiva y tóxica para su
salud. Los menores trabajan en fábricas o en sus propias casas sin ninguna medida
de seguridad o higiene, lo que los expone de manera peligrosa junto a su familia;
según el Estudio Nacional sobre Trabajo Infantil en la Industria Pirotécnica de
Guatemala 2002, Ecodesarrollo/OIT, más de 7,000 personas laboran en esta
actividad, 3,700 de ellos son niños y niñas. Las consecuencias de este tipo de trabajo
son perjudiciales, ya que daña la salud, además pueden causar quemaduras leves o
serias; en ocasiones han muerto por causa de accidentes por explosiones durante
ésta ocupación. De cada 100 de estas casas-talleres, 96.6% se concentran en el
departamento de Guatemala, en los municipios de San Juan Sacatepéquez, y el
resto, 3.4%, se extiende en 20 municipios de todo el país, según el estudio nacional
referido.

1.7.3. Trabajo infantil en la agricultura

Los niños y niñas que trabajan en la agricultura corren riesgos por trabajar con
instrumentos cortantes con los que pueden herirse y lastimarse; pueden sufrir
fracturas, cortadas, pérdida de la vista, amputación de miembros o hasta morir por
enfermedades, desnutrición o mutilaciones graves. Trabajan con cargas pesadas que
pueden dañar su cuerpo, bajo las inclemencias del tiempo, sol o lluvia. Muchos de
ellos salen a trabajar con sus padres a otros lugares fuera de su pueblo, migrantes
estacionales, sufren porque duermen poco y en el suelo, comen mal, beben agua
contaminada, padecen de enfermedades de los pulmones, tos, gripe, del estómago,
parásitos, paludismo, dengue, problemas de la piel, picaduras de mosquitos,
mordeduras de serpientes y otros animales.

1.7.4. Trabajo infantil en explotación de minas y picado de piedra


Este es un trabajo muy pesado en el que se mueven, levantan y rompen grandes
piedras con martillos pesados hasta hacerlas piedrín, material que se utiliza para
construcción. Los riesgos comienzan desde que se sacan y cargan las rocas de los
lechos de los ríos o canteras. En estos lugares, pueden sufrir pérdida de miembros
por compresiones y hasta la muerte por asfixia debido a derrumbes. Con frecuencia
sufren también golpes, hematomas y hasta fracturas en los dedos y manos; todas
estas condiciones incluyen deformaciones, asimismo enfrentan riesgos de
enfermedades pulmonares, de la piel y hasta daños en la vista pudiendo quedar
ciegos. El trabajo lo realizan sin diferencia entre niños y niñas, pues lo hacen con
otros miembros de la familia después de asistir a la escuela, durante unas cuatro o
cinco horas diarias, seis días a la semana, en condiciones casi de esclavitud, lo que
ganan, casi siempre, es para ayudar a sus padres.

1.7.5. Trabajo infantil en recolección y clasificación de basura

Los menores que se dedican a la recolección de basura se encuentran en todos los


basureros del país, están bien organizados en los vertederos de desechos sólidos de
las grandes ciudades, donde de cada 100 de ellos 70 son recolectores, treinta
seleccionan, clasifican y empaquetan la basura. Esta actividad tiene
indiscutiblemente riesgos para la salud, se estima que de cada 100 de estos, 82
sufren cortaduras u otras lesiones, y 56 de quemaduras en los ojos por los gases de
la descomposición de la basura, así como que 40 padecen de dolor de cabeza por
exposición al sol.

En el relleno sanitario de la zona tres, de la ciudad de Guatemala, se tiran


aproximadamente 2,000 toneladas métricas de basura diariamente. En la tarea de
reciclaje trabajan 250 familias que incluyen a unos 850 niños y niñas de todas las
edades. Ellos trabajan un promedio de 7.4 horas diarias por cinco días a la semana,
por lo que se puede decir que muchos de ellos, o casi la mayoría, no asisten a la
escuela.

1.8. Trabajo seguro


El objetivo primordial de la Organización Internacional del Trabajo es promover la
justicia social y el impulso de oportunidades para que las mujeres y los hombres
tengan un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, igualdad,
seguridad y dignidad. La protección de la salud de los trabajadores y la prevención
de las enfermedades y los accidentes de trabajo, atribuciones previstas en el
Preámbulo de la Constitución de la OIT desde su creación en 1919, siguen siendo
requisitos fundamentales en esta etapa de globalización de la economía. Según
estimaciones de esta organización, cada año mueren en el mundo más de dos
millones de trabajadores a causa de accidentes y enfermedades relacionadas con el
trabajo, y esa cifra va en aumento, a pesar de los importantes esfuerzos realizados a
nivel nacional e internacional.

Este órgano internacional nunca ha aceptado la creencia de que las lesiones y las
enfermedades van con el trabajo. Durante el siglo pasado, los países industrializados
asistieron a una dramática reducción de las lesiones graves, debido a las ventajas
reales que representa hacer el trabajo más saludable y más seguro. El reto es la
extensión de los beneficios de esta experiencia a todo el mundo del trabajo. El
programa de la OIT denominado Safe Work, trabajo seguro, ha sido diseñado para
responder a esta necesidad; sus objetivos fundamentales son:

 Crear, promover e intensificar la sensibilidad en todo el mundo en relación con


las dimensiones y consecuencias de los accidentes del trabajo y las
enfermedades profesionales;
 Promover la extensión de la protección social para todos los trabajadores, en
todos los sectores de conformidad con las normas internacionales del trabajo;
y
 Mejorar la capacidad de los Estados miembros y las empresas para el diseño
y la ejecución de políticas y programas eficaces de prevención y protección.

El programa Safe Work es responsable de la elaboración de normas internacionales


laborales sobre condiciones de trabajo, seguridad y salud ocupacional. Más de 70 de
los 185 convenios de la OIT tratan sobre temas de seguridad y salud en el trabajo, el
programa otorga especial atención a los trabajadores que laboran en lugares de
sectores peligrosos, en donde los riesgos para la vida y la seguridad son
manifiestamente altos, tal el caso de la agricultura, la minería y la construcción. Así
mismo se concentra en los grupos de trabajadores vulnerables tales como: los del
sector informal y las personas expuestas a abusos y explotadas en determinadas
ocupaciones, como en el caso de las mujeres en ciertas situaciones, los niños que
trabajan y los trabajadores temporales y los inmigrantes. Este plan adopta un
enfoque integral como parte de una política de salud y seguridad en el lugar de
trabajo, donde además de las áreas tradicionalmente cubiertas por esta disciplina,
incluye aspectos de promoción de la salud, tales como el combate a las drogas, al
consumo de alcohol, al estrés, a la violencia y el virus de inmuno deficiencia
adquirida, VIH/SIDA.

1.9. Aspectos jurídicos del trabajo infantil

Las normas jurídicas sobre los derechos subjetivos que emanan del ordenamiento
jurídico guatemalteco para los niños y niñas que trabajan, así como para el Estado,
es la facultad atribuida a un sujeto activo de poder exigir de un sujeto pasivo el
cumplimiento de determinada prestación que puede consistir en dar, hacer, no hacer
o tolerar. En ese sentido se establecen los siguientes:

 Derecho a gozar de salud física, mental y moral;


 Derecho a gozar de alimentación, educación seguridad y previsión social;
 Derecho a no ser ocupado en ninguna clase de trabajo si se es menor de 14
años;
 Derecho a ser ocupado en un trabajo únicamente bajo las condiciones
establecidas en la ley;
 Derecho a no ser ocupado en trabajos incompatibles con su capacidad física o
que pongan en peligro su formación moral;
 Derecho a gozar de protección contra la explotación económica y social;
 Derecho de gozar de protección integral a nivel económico, social y jurídico;
 Derecho a estar protegido contra el desempeño de cualquier trabajo que
pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su
salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social;
 Derecho a un trabajo adecuado a su edad, condición y estado físico,
intelectual y moral;
 Derecho a protección por el Estado, la familia, y la sociedad para acceso a
educación, deporte, cultura y recreación;
 Derechos laborales y de previsión social para los adolescentes trabajadores; y
 Protección en el trabajo para los adolescentes discapacitados.

Para el caso de los menores trabajadores existen derechos subjetivos amplios y bien
delimitados, garantizados en Constitución Política de la República de Guatemala,
resaltando entre ellos el Artículo 51 el que preceptúa la protección otorgada a los
menores garantizándoles el derecho a la alimentación, salud, educación, seguridad,
y previsión social y en sus Artículos 71, 72, 73 y 74 que les garantiza el derecho y la
obligación de recibir educación inicial, preprimaria, primaria y básica, así como, de
carácter gratuito de la educación impartida por el Estado.

De igual manera en su Artículo 75 declara la alfabetización con carácter de urgencia


nacional y de obligación social, así lo establece la Carta Magna, estas garantías no
excluyen otras que, aunque no figuren expresamente en los cuerpos legales, son
inherentes a la persona humana. Estos derechos protectores de los adolescentes
trabajadores y los niños en general, no por su condición de trabajadores infantiles,
necesitan para hacerse efectivos de los derechos adjetivos, es decir, de aquellas
normas que establecen procedimientos para hacer efectivas las facultades que nos
asisten.

A nivel internacional no existe, por el momento, una alternativa de reclamo o


denuncia individual por la cual un menor que se considere agraviado, en sus
derechos, pudiera acudir a un órgano de naturaleza internacional a reclamar el
cumplimiento de la norma y la indemnización por parte del Estado al que pertenece.
En el ámbito nacional la Ley de Protección Integral de Niñez y Adolescencia Decreto
número 27-2003 estableció la posibilidad de iniciar proceso judicial en caso de
amenaza o violación a los derechos humanos de la niñez y adolescencia; trámite que
puede iniciarse en los Juzgados de la Niñez y Adolescencia dentro de algunas de
sus atribuciones tiene las siguientes: conocer, tramitar, y resolver aquellos hechos o
casos remitidos, denunciados o conocidos de oficio, que constituyan una amenaza o
violación a los derechos de la niñez y adolescencia y que, por intermedio de una
resolución judicial, se restituya el derecho violado o cese la amenaza o violación al
mismo, o ante un Juzgado de Paz, o bien de oficio o por denuncia presentada por
cualquier persona o autoridad.

En Guatemala existen los organismos de protección integral de los niños niñas y


adolescentes, estos tienen atribuciones específicas, la formulación, ejecución y
control de políticas públicas desarrolladas por el Estado con participación de la
sociedad; dentro de ellos se encuentran: La Comisión Nacional de la Niñez y de la
Adolescencia, La Procuraduría de los Derechos Humanos, a través Defensoría de los
Derechos de la Niñez y Adolescencia, realiza las funciones relativas a la defensa,
protección y divulgación de los derechos de los infantes; La Unidad de Protección a
la Adolescencia Trabajadora ejecuta los proyectos y programas que emprende el
Ministerio de Trabajo y Previsión Social; y La Policía Nacional Civil a través de la
Unidad Especializada de la niñez y la adolescencia, tendrá como objetivo principal el
capacitar y asesorar a todos lo miembros de la institución sobre los derechos y
deberes de los menores.

El marco jurídico guatemalteco también genera obligaciones para el Estado, en


cuanto a las garantías y goce de los derechos subjetivos de los niños, niñas y
adolescentes, sino también frente a la comunidad internacional. Estas obligaciones
surgidas de la aceptación y ratificación que el Estado de Guatemala ha hecho de los
Convenios 138 y 182 de la OIT, la Convención Internacional sobre los Derechos del
Niño, CDN, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
PIDESC, le colocan en la posición de responsable frente a la comunidad
internacional no sólo por la adecuación de la legislación interna a la reglamentación
internacional ratificada.

1.10. Alcances del trabajo infantil

La acción de la organización para combatir el trabajo infantil tiene su raíz en las


normas laborales internacionales de la OIT, principalmente los Convenios números
138 y 182, reforzados por el marco ofrecido por la Declaración de la OIT relativa a los
Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo. Considerando que, el
crecimiento económico es esencial, pero no suficiente, para asegurar la equidad, el
progreso social y la erradicación de la pobreza, lo que confirma la necesidad de que
este organismo promueva políticas sociales sólidas, la justicia e instituciones
democráticas.

Durante muchos años, la promoción de las normas sobre trabajo infantil y la


supervisión de su aplicación en los países que han ratificado esos instrumentos fue
el enfoque predominante de la OIT respecto a este problema. Reflejando esta labor,
la legislación de la mayoría de los países prohíbe actualmente determinados tipos de
trabajo para personas que no tengan la edad mínima legalmente establecida. El
Programa Internacional de la Organización Internacional del Trabajo, para la
Erradicación del Trabajo Infantil, IPEC, fue creado en 1992 y actualmente se está
desarrollando en más de 90 países de todo el mundo.

El enfoque del IPEC abarca, entre otros aspectos, la determinación de la naturaleza


y la extensión del trabajo infantil; la elaboración de políticas nacionales y de una
legislación protectora; y la operación de programas de acción nacional, así como la
creación de una concienciación en las comunidades y en los lugares de trabajo.

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