Compromiso Político y Cine Uruguayo en Los Años 60
Compromiso Político y Cine Uruguayo en Los Años 60
Compromiso Político y Cine Uruguayo en Los Años 60
URUGUAY: COMPROMISO
POLÍTICO EN LOS AÑOS ’60
1958-1973
POR ÁLVARO LEMA MOSCA 27/03/2019
Fotograma de Me Gusta los Estudiantes (1969), de Mario Handler, digitalizado por AGU.
1
intervención policial y militar en las movilizaciones callejeras que se cobraron las
vidas de cinco estudiantes y un obrero.
Un hecho clave para la realización de ese pujante cine documental fue la creación en
1967 del Comité de Cineastas de América Latina, aunque –como puede apreciarse–
las inquietudes habían comenzado unos años antes. Durante las primeras ediciones
del Festival Internacional de Cine Documental y Experimental realizado por el SODRE
se discutió profusamente sobre los caminos del cine político latinoamericano, sobre
la necesidad de proyectos colectivos y sobre la existencia de temáticas y posturas
comunes que posteriormente darían origen al llamado Nuevo Cine Latinoamericano.
En dicho festival se presentaron películas fundamentales sobre la realidad del
continente, como Río Zona Norte (Nelson Pereira Santos, 1958), Tiré Dié (Fernando
Birri, 1960), Vidas Secas (Nelson Pereira Santos, 1963), Dios y el Diablo en la tierra del
Sol (Glauber Rocha, 1964), entre otras.
2
Walter Achugar, a la izquierda, junto a los documentalistas Joris Ivens y Santiago
Álvarez.
3
Asimismo, el resto de la esfera artística comenzó a manifestar el descontento y la
crítica con respecto a la represión y la violencia. El teatro nacional lanzó una
ferviente cruzada con obras que reflejaban los cambios que vivía la sociedad
uruguaya y denunciaban el abuso de poder del gobierno, creando lo que Roger Mirza
ha llamado un “microsistema de resistencia”. El “canto popular”, un movimiento
ecléctico y multi-generacional en el que convivieron diversas estéticas del folclore
local, había comenzado a desarrollar una copiosa producción desde principios de los
años 60 y a medida que se agravaba la situación política se fue convirtiendo en una
importante arma de lucha. En 1967 se realizó el Primer Festival de la Canción de
Protesta y durante esos años, el cancionero popular alcanzó niveles de éxito
inusitado mediante letras simbólicas, cargadas de metáforas y referencias a la
opresión del régimen. Esa línea de pensamiento se vio reforzada en 1971 con la
publicación de Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, ensayo en
el que se exponía en detalle cómo Europa y Estados Unidos habían abusado
históricamente del continente, saqueando sus recursos naturales y entrometiéndose
en sus políticas de Estado.
4
En efecto, el cine de los años de crisis funcionó como medio de denuncia, como
cuestionador de la realidad social ya fuera a través de un registro identitario,
fácilmente reconocible para los espectadores, o a través de nuevas formas de
realización, como la ciencia ficción y el fantástico. Pese a ello, durante la década del
60 no se promocionó el nacimiento de un nuevo cine nacional de ficción como solía
ocurrir hasta el momento, en parte porque las producciones fueron escasas y rústicas
y en parte porque el foco estuvo puesto en el cine documental.
El 27 de junio de 1973, las Fuerzas Armadas en conjunto con el presidente Juan Ma.
Bordaberry disolvieron las cámaras y dieron un golpe de Estado. Ese mismo año, los
militares incautaron los materiales y equipos de la C3M. Muchos de sus integrantes
fundadores fueron detenidos o debieron exiliarse y el documental perdió su libertad.
A partir de entonces, el cine se convertiría en otra cosa.
Bibliografía
Caetano, Gerardo y Rilla, José (2006) Historia del Uruguay. De la Colonia al siglo
XXI. Montevideo, Ediciones Trilce.