Cine Documental Resumen
Cine Documental Resumen
Cine Documental Resumen
Cabe señalar que Hitler eligió esta ciudad para la celebración de los congresos,
por su importancia como ciudad de paso en el Sacro Imperio Romano, también
conocido como Primer Reich. Curiosamente, esta ciudad, símbolo del esplendor
nacionalsocialista, pasó a convertirse en toda una metáfora del poder devastador
de las políticas totalitaristas. Aquí se celebraron los famosos juicios a varios
dirigentes nazis y decenas de películas nos muestran una Nüremberg
completamente arrasada tras la guerra (durante un bombardeo el 2 de enero de
1945, el 90% de la ciudad medieval fue destruida en una hora).
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Cada uno de estos países consigue esa expresión de diferentes modos. En
algunos casos son búsquedas individuales, como podría mencionarse a Miguel
Littin o Patricio Kaulen en Chile, Marta Rodríguez en Colombia o Román Chalbaud
en Venezuela; en Brasil en cambio, esta experimentación englobó a varios
directores como Glauber Rocha, Nelson Pereira Dos Santos o Joaquín Pedro de
Andrade entre otros.
El primer registro fílmico que se hizo en Venezuela fue realizado en el año 1897
por el periodista Manuel Trujillo Durán: Muchachos bañándose en la Laguna de
Maracaibo y Célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa, fueron
las primeras películas de no ficción realizadas en territorio venezolano, a las que le
seguirían decenas que se mantendrían bajo el mismo perfil que la de los Lumière,
como simples experimentos visuales.
La década de los años sesenta moldeó la identidad del cine documental nacional,
donde cineastas como Jesús Enrique Guédez, Carlos Rebolledo, Jorge Solé,
Donald Myerston Jacobo Borges, Alfredo Anzola y Luis Armando Roche entre
otros, se convirtieron en algunos de los mayores exponentes de este cine y fueron
los responsables de concederle un carácter al mismo. Un carácter definido por los
cambios sociales que se vivían en el país y que no estaban tan alejados de lo que
sucedía en el resto del continente.
El cine mudo es aquel cine que no posee sonido grabado y sincronizado, referido
especialmente a diálogo hablado, consistiendo únicamente en imágenes. Pero las
proyecciones en las salas iban acompañadas de la música tocada por un pianista
o una pequeña orquesta y además comentada por la voz de un explicador,
imprescindible figura que hacía posible que multitudes analfabetas o inmigrantes
desconocedores del idioma entendieran la película. Además las productoras
encargaban partituras originales para sus películas más prestigiosas, con lo que al
cine ya sólo le faltaba hablar, pero se tenía ya la concepción de una obra creada
entre la imagen y el sonido. El cine mudo, en realidad, mudo del todo, en cierto
modo no era.