Ensayo - para Qué Educar en Valores

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

¿PARA QUÉ EDUCAR EN VALORES?

¿Qué son los valores?

La persona como sujeto histórico – social hace valoraciones y al hacerlo crea los valores,
y los bienes en los que aquellos se representan. Es decir, los valores son construcciones
que subsisten y se realizan en el ser humano, por y para éste. En consecuencia, las cosas
naturales o creadas por el sujeto, sólo adquieren un valor al establecerse la relación entre
aquellas y éste, quien las integra a su mundo como cosas humanizadas.
Se reconoce así, que los valores son cualidades peculiares, que poseen ciertas cosas
llamadas bienes, y se originan en la relación que se establece, entre el sujeto valorante y
el objeto valorado. Sin embargo, es necesario reconocer la existencia de valores con
respecto a los actos representativos de la conducta humana, esencialmente de la conducta
moral. Todo acto humano implica la necesidad de elegir entre varios actos posibles, por
ende, hay selección, pues preferimos uno a otro acto, el cual se nos presenta como un
comportamiento más elevado moralmente.

Por consiguiente, la valoración moral se nos presenta como un requisito esencial para
conferirle valor moral a los actos o productos humanos. Sólo lo que tiene significación
humana puede ser valorado moralmente. Esto permite al sujeto valorante asumir una
actitud aprobatoria o de rechazo a un acto u otro y lo hace como ser, que pertenece a un
grupo social y está inmerso en un contexto histórico- social determinado. A su vez, la
valoración favorece la creación de valores que actúan como directrices para la conducta
humana, pues son los que dan sentido y finalidad a la persona tanto individual como
social.

¿DÓNDE APRENDEMOS LOS VALORES?

El ser humano es una subjetividad entretejida de socialidad, pues vive condicionado


por la cultura que asimila a través del proceso socializador de los grupos a los cuales
pertenece. Dicho proceso favorece el aprendizaje de valores, actitudes, creencias,
hábitos necesarios en la persona para participar eficazmente como miembro: individual
y/o grupal.

El aprendizaje de los valores se alcanza en la vida de relación con los demás; de esta
manera, las relaciones interpersonales se convierten en la plataforma del proceso de
formación de los mismos, por medio de las interacciones que se crean con personas
significativas, es decir, aquellas que dejan improntas importantes en la personalidad de
sus alteregos.
La vida de relación con los demás surge originalmente en el grupo familiar y se amplía
progresivamente con los demás grupos estructurantes de la sociedad. Los valores son
parte del acervo cultural de nuestros mayores. Es la verdadera herencia que nos legaron
nuestros: padres, maestros, o quienes ejercieron un rol significativo en nuestras vidas.

LA EDUCACIÓN COMO MEDIO PARA LA DIFUSIÓN DE LOS VALORES.

Desde la concepción hasta su muerte el ser humano vive una constante


correspondencia con su ambiente, mediante una interacción de influencia mutua. Tal
interacción se produce en su relación con el cosmos, la naturaleza y con la sociedad de
la cual forma parte. De ésta, la persona recibe las normas y los valores sociales; los
asimila de acuerdo con sus inclinaciones y los utiliza para enriquecer y/o modificar su
propio comportamiento, de acuerdo a sus principios personales.
Todo ello se enmarca en lo que se conoce como educación. Este concepto que puede
catalogarse como sinónimo de influencia, se da en forma asistemática en la familia, y
grupos sociales a los que pertenece el viviente humano; pero también puede darse en
forma organizada, sistemática e institucionalizada, según planes previamente
establecidos. Ambas significan la preparación de la persona para la vida y por la vida.

La familia como grupo primigenio de la sociedad, juega un papel determinante en el


proceso de formación de valores. Allí se gestan valores tales como: la colaboración, el
compartir, la solidaridad, entre otros. Esta sinergia entre el decir y el hacer honesto del
educador, en cualquier escenario, es lo que lo dignifica ante los alumnos y lo convierte
para ellos, en una persona creíble y “significativa”

Asimismo, podemos afirmar, que a partir de estas tendencias resulta explicable la


importancia, que actualmente tiene la educación en valores, educación que trata de dar
una respuesta diferente a la dada por la educación tradicional en la que sólo importa la
acumulación de conocimientos en detrimento de la formación holística del ser humano,
que lo percibe como un ente afectivo, social y espiritual.

Las aseveraciones precedentes permiten señalar que nuestro perfil como educadores
exige considerar al estudiante como un ser biopsicosocial, poseedor de características
individuales, con su propia escala de valores a la que hay que respetar y esto exige
que el docente posea conocimiento de sí mismo y de los otros para poder establecer
una relación humanizante en el ámbito de la enseñanza formativa, como parte
integrante del complejo proceso de socialización por el que niños, jóvenes y adultos se
integran en la sociedad para ocupar su sitial en ella . Además, el ser humano vive en
constante relación con el medio ambiente, en el que están incluidas otras personas de
diferentes características, lo cual le exige un proceso de adaptación e implica que sea
capaz de asumir una actitud ponderada y ética ante situaciones presentes en el medio
externo, los cuales debe ir solucionando interpersonalmente para la convivencia con
su medio social, supeditado siempre al respeto de: reglas, normas, derechos y deberes
establecidos por la sociedad, y que deben ser cumplidas por el hombre.

Sin embargo, la realidad es otra, cuando vemos como día a día existe el alarmante
deterioro del medio ambiente por la mano del hombre, la violencia social está a la
orden del día lo que involucra la violación de los derechos humanos, a la propiedad, la
ausencia de justicia social, el consumismo exagerado, hambre, guerras, el consumo de
sustancias nocivas para la salud, entre otros problemas. Ante este escenario desolador,
el sistema educativo no debe ni puede permanecer ajeno a esta situación y se hace
imperante el fortalecimiento de la educación en valores.

Pero…. ¿CÓMO EDUCAR EN VALORES?

Vivimos en una época sedienta de paz, compromiso, convivencia social, igualdad


social y donde a diario escuchamos decir que hay crisis social, crisis de valores. Ante
esta contingencia, la educación es el protagonista central para formar en todos los
ámbitos y niveles educativos sobre: educación en valores, formación personal,
formación ética y otros temas vinculantes.
Pero realmente, ¿De qué hablamos cuando decimos educación en valores? al definir la
educación en valores lo hace como “un replanteamiento cuya finalidad esencial es
humanizar la educación.

En la que la educación en valores juega un papel decisivo. En razón de lo cual se


concluye que el rol del educador es conducir al aprendiz a desarrollar sus
potencialidades bajo una dimensión moral y ética, en el marco de su realidad social y
ayudarlo a interpretarla para que asuma la responsabilidad de sus actos y participe
activamente en su vida comunitaria.

Algunas ideas que puedan orientar hacia como educar en valores:


 A través de experiencias, vivencias de la realidad de parte de alumnos y docentes,
de tal manera, que se compartan intereses comunes para así descubrir más
fácilmente los valores que se poseen.
 Humanizando la educación para lograr crecimiento interior del estudiante, para lo
cual la participación de la familia en el proceso educativo es fundamental.
 Promoviendo en cada persona la capacidad de reflexionar, que le permita asumir
sus propios valores como guía de conducta.
 Fomentando la convivencia social a través de actividades extracurriculares entre
alumnos y docentes desde la educación primaria. Inculcándolos y creando
estrategias para su reflexión en todos los niveles educativos desde el preescolar.
 Incentivando a los estudiantes en la búsqueda y encuentro dentro de su ser las
potencialidades que posee y que le van a permitir su desarrollo integral.
 Incorporando a la familia y comunidades en la difusión y fortalecimiento de los
valores dentro de las áreas educativas.
 Incorporando a las universidades a través dela extensión y servicio para difundir
los valores en las escuelas.
 A través del modelaje que tenga el docente no sólo en las aulas de clase sino
fuera de ella.

¿PARA QUÉ EDUCAR EN VALORES?

La educación en valores debe ser en forma continua y permanente con la responsabilidad


de todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa Esto ayuda a la
formación integral del estudiante, quien requiere no sólo la adquisición del
conocimiento científico, sino también el aprendizaje de patrones culturales impregnados
de valores, que lo ayuden a ser una persona útil para sí misma y para los demás.
En consecuencia, la visión y la acción de la educación en valores, favorece que sean
mejores los actos de los sujetos educativos, modelos para otros, portadores de cultura
para un mundo mejor. Traspasando las fronteras conceptuales, se llegaría a proponer
dimensiones de cambio, en un plan optimista, futurista y dinámico. Es necesario que la
educación inspire y fundamente la transmisión de la cultura con una cosmovisión
centrada en los valores, y esta cosmovisión es la que debe unificar las mentalidades
científicas, técnicas y humanísticas pertenecientes a un establecimiento educativo.
Asimismo, la educación debe llevar a poner en su justo reconocimiento lo: positivo,
bello, afectivo, solidario, honesto, verdadero, que trascienda en el tiempo y el espacio;
el rescate y el fortalecimiento de los valores para la convivencia humana, dentro y fuera
de las comunidades educativas.

LA SALUD COMO UN VALOR EN LA VIDA DE LAS PERSONAS

Las valoraciones que las personas hacen sobre la salud son diversas. Cada quien le da
un significado diferente cuando se le pregunta sobre lo qué es la salud. Por ello es
frecuente escuchar que la salud es: estar bien, sentirse satisfecho, ser productivo, no
estar enfermo, ausencia de malestar, no presentar dolor.
El desarrollo de las potencialidades del ser humano, en su relación intrínseca con un
entorno en permanente cambio, puede alcanzarse a través de la educación en valores,
que debe iniciarse en la familia y continuarse en forma invariable, en los escenarios
donde la persona convive con otros, a lo largo de su vida. Por consiguiente, la prevención
debería ser el objetivo prioritario de cualquier política de salud pública y para esto es
necesario tener presente: “a) La capacidad de expresar los propios sentimientos b) El
nivel de satisfacción y motivación en el trabajo. c) Las posibilidades de relación y
asociación directas y personales”.

Al reflexionar sobre estos factores, consideramos que por ser la salud un valor, cada
persona le da el significado o importancia a la misma y toma decisiones con respecto a
la adopción de comportamientos que la protejan. El significado que la persona le dé a la
salud como un valor, va a estar arraigado en su conciencia si desde temprana edad en:
la familia, las instituciones de educación y en los medios de comunicación social; se
difunde la importancia que tiene la adopción de estilos de vida saludables como un
componente del cuidar de sí.
Dentro de este marco de ideas, la persona ser y estar saludable, requiere que la
protección de la salud como un valor, tenemos que aprenderla desde pequeños para
adoptar patrones saludables, vinculados a: la alimentación y nutrición, la higiene
corporal, el descanso y sueño, la recreación, entre otros patrones. Tales patrones
saludables ayudan a prevenir y/o minimizar desequilibrios en el estado de salud de la
persona. Desequilibrios que a la larga se convierten en patologías degenerativas de
naturaleza crónica que afectan a los sistemas: cardiovascular, respiratorio, renal,
digestivo, metabólico, mental, inmunológico y que la mayoría de las veces inutilizan a
la persona.

Además se requiere concienciar a las personas, en cualquier etapa de su ciclo vital, que
cada quien es responsable del mantenimiento de su propio estado de salud; por lo tanto,
como vivientes humanos holistas tenemos que desarrollar actitudes que lo favorezcan:
tener un alto concepto de sí mismo, valorar cada momento que vivimos, tenernos amor,
respeto; ser honestos y solidarios con nosotros mismos y mantener actitudes positivas
ante la vida.

Finalmente podemos concluir:


 Promover cambios significativos que conduzcan a la formación de un ser humano
capaz de desenvolverse en una sociedad pluralista, en la que pueda practicarse
como norma de vida la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad, el
respeto, la paz y la justicia social.

 Sensibilizar al ser humano a relacionarse con los demás de forma pacífica,


respetuosa y productiva, aceptando y reconociendo que los alteregos poseen
diferencias individuales, por lo que cada individuo es un ser respetado y aceptado
como tal.

 Que la persona identifique su propia escala de valores, que le permita asumir su


compromiso personal en la toma de decisiones éticas de manera tal que, cada uno
seleccione lo que debe hacer en cualquier situación.

 Humanizar más al viviente humano a mejorar la calidad de sus acciones, tendentes


a solucionar conflictos que surjan en la sociedad, como ente participativo de la
misma.

 Concienciar que el cuidado de la salud es una responsabilidad individual y única de


cada persona, cuando se es autónomo, y que puede mantenerse, si adoptamos
patrones saludables que lo enriquezcan.
 Formar hombres y mujeres integrales capaces de dar respuesta a la crisis social y
a la desvalorización humana que se vive actualmente.

También podría gustarte