Hice y deshice a mi antojo, pero siguiendo las órdenes de la superioridad. Me infiltré entre los familiares que buscaban a sus seres desaparecidos, mentí, secuestré y maté. Soy el Capitán de Fragata de la Armada Argentina, Alfredo Astiz. Soy como Jack Bauer pero de verdad (él es una fotocopia de mis actos de guerra).
No me arrepiento de nada. No me importan sus opiniones, no vengo a escuchar, vengo a escupir mis verdades, las de muchos. Uno más en esta cruzada por recuperar a la patria de las garras de esta dictadura populista. Vine a monologar porque no respeto sus instituciones, su justicia, su democracia. Me cago en todos ustedes, en sus vidas y sentimientos. Nuestro único error fue haber perdido. Perdimos la batalla cultural y simbólica. La tortura no es mala, es una herramienta para combatir al enemigo, para saber sus secretos, para encontrarlos y desaparecerlos y tirarlos al mar cuando ya no nos servían. No voy a responder ninguna otra pregunta.
Tengo derecho a hablar durante 3 horas, ya que llevo 9 años de privación ilegítima de mi libertad. Tengo una falsa prisión perpetua y seguramente recibiré otra. ¿Soy privado de hablar 3 horas y media? ¿Adónde esta la democracia?
Voy a hablar con total libertad, esa que no tuvieron mis víctimas porque eran enemigos de la patria: sucios marxistas que querían destruir la civilización occidental y cristiana. No me importa lo que se debe o no se debe hacer en un juicio. Yo los uso, los desprecio, los provoco, los odio. Esto es un linchamiento, una parodia, una venganza. Aprovecho esta instancia y denuncio lo que nos han hecho en los últimos 10 años: acciones de gobierno, usando la justicia como arma, hostigamiento y privación ilegal de la libertad para todos mis camarada injustamente encarcelados.
Sarmiento distinguió entre Civilización y Barbarie, entre nosotros y ustedes. Estamos en guerra hace 200 años, no hay conciliación posible.
¿Me tiene miedo? Seguramente, sí. Hay muchos como yo caminando por las calles, en el Buquebus, en los cacerolazos, aquí y allá...
No me arrepiento de nada. No me importan sus opiniones, no vengo a escuchar, vengo a escupir mis verdades, las de muchos. Uno más en esta cruzada por recuperar a la patria de las garras de esta dictadura populista. Vine a monologar porque no respeto sus instituciones, su justicia, su democracia. Me cago en todos ustedes, en sus vidas y sentimientos. Nuestro único error fue haber perdido. Perdimos la batalla cultural y simbólica. La tortura no es mala, es una herramienta para combatir al enemigo, para saber sus secretos, para encontrarlos y desaparecerlos y tirarlos al mar cuando ya no nos servían. No voy a responder ninguna otra pregunta.
Tengo derecho a hablar durante 3 horas, ya que llevo 9 años de privación ilegítima de mi libertad. Tengo una falsa prisión perpetua y seguramente recibiré otra. ¿Soy privado de hablar 3 horas y media? ¿Adónde esta la democracia?
Voy a hablar con total libertad, esa que no tuvieron mis víctimas porque eran enemigos de la patria: sucios marxistas que querían destruir la civilización occidental y cristiana. No me importa lo que se debe o no se debe hacer en un juicio. Yo los uso, los desprecio, los provoco, los odio. Esto es un linchamiento, una parodia, una venganza. Aprovecho esta instancia y denuncio lo que nos han hecho en los últimos 10 años: acciones de gobierno, usando la justicia como arma, hostigamiento y privación ilegal de la libertad para todos mis camarada injustamente encarcelados.
Sarmiento distinguió entre Civilización y Barbarie, entre nosotros y ustedes. Estamos en guerra hace 200 años, no hay conciliación posible.
¿Me tiene miedo? Seguramente, sí. Hay muchos como yo caminando por las calles, en el Buquebus, en los cacerolazos, aquí y allá...