lunes, 31 de agosto de 2020

NUEVO HIMNO PATRIO

 

 

NUEVO HIMNO PATRIO

Variaciones sobre un texto de Juan Bonilla

Si digo patria, estoy diciendo padre,

y oigo el eco fugaz de la voz padre.

 

Si nación, el lugar en donde nace

mi concepción real de espacio y tiempo.

 

Si se iza su bandera, sus colores

los dibujan aquellos que más quiero.

 

Si entono su himno, el viento siempre canta

el son que les ofrecen sus palabras.

 

Si piso otras fronteras, echo en falta

los caminos que llevan a mi casa.

 

Si os marcháis, yo me exilio y no me encuentro

por más que el google maps me ande buscando.

 

En fin -y son palabras de Bonilla-,

La patria es la familia: ese lugar

en el que dan paella los domingos.

viernes, 28 de agosto de 2020

CUMPLEAÑOS


CUMPLEAÑOS

Echar la vista atrás y ver que todo

se pierde entre la bruma y el olvido.

 

Sentir que es en el tacto del presente

cuando arde la certeza de la vida.

 

Imaginar en sueños el futuro

y ver que ya es presente y es pasado.

 

El tiempo, álbum de fotos que no existe

sin robarle las horas al destino.

jueves, 27 de agosto de 2020

TÓPICOS

 

 TÓPICOS

Un tópico es un lugar común, una frase hecha que damos por buena sin análisis y que utilizamos con frecuencia lo mismo para un roto que para un descosido. Su principal valor es el de su adaptación a casi cualquier contexto; sin embargo, lo carcome la deficiencia de la imprecisión.

Esta mañana me topé con uno. Volvía de la compra y en la radio, una locutora joven felicitaba a un notario (decía que era el más joven de España) por haber alcanzado este puesto en la administración. Y utilizaba estas palabras: “Esta es la prueba de que el que quiere puede”. O sea, “querer es poder”. Lo que se dice un tópico en toda regla.

Por supuesto, todo mi ánimo al joven notario (repasen la etimología y la historia de esta palabra y luego me cuentan: tomar nota, saber escribir, dar fe de lo escrito…) Y todo mi empuje para el que le pone a la vida y a sus anhelos el mejor esfuerzo y la mejor voluntad. Creo que incluso (con perdón) hasta sé algo de eso.

Pero creo que de este y de otros tópicos hemos hecho una generalización que nos deja a la intemperie a poco que seamos algo exigentes con la realidad. ¿De verdad que el que quiere puede? Venga ya.

Pongamos el mismo caso del joven notario. Desconozco qué número de plazas se ofrecía en la convocatoria, pero estoy seguro de que la mayor parte de los aspirantes se quedaron en el camino y no alcanzaron el aprobado. ¿Es que no lo querían? Por supuesto que con la misma intensidad que nuestro joven “triunfador” o quién sabe si incluso más. Vamos a pensar (parece razonable que lo hagamos) que ese querer exige poner los medios adecuados para conseguir el fin propuesto. ¿Alguien puede asegurar que el joven notario puso más medios que los que suspendieron la oposición? ¿Seguro? Yo no pondría la mano en el fuego. Son tantas las circunstancias que concurren para que el final sea uno y otro… Si las enumeráramos y las analizáramos, tal vez nuestras sensaciones serían diferentes.

Y así en todos los actos de la vida. ¿Alguien, por ejemplo, no quiere vivir 100 años? Todo el mundo quiere. Si querer es poder, ¿por qué no se consigue?

Tópicos, tópicos, tópicos. La vida montada en generalizaciones. Sería bueno que los usáramos con un poco de cuidado porque, si no, pueden servir tanto para dar ánimos y felicitaciones como para atontar nuestra conciencia y dejarnos en la sumisión y el fracaso complacidos. O sea, esclavos y encima agradecidos. Recuérdese que los tópicos tienen aliados poderosos de tipo religioso, social, económino…

Así que enhorabuena al joven notario y a todo el que se esfuerza en la vida buscando un ideal y una meta cualquiera. El ánimo con el que se encaran las tareas resulta fundamental. Pero cuidado con las aplicaciones de los tópicos, no siendo que nos conviertan no en seres animosos sino en seres fracasados.

miércoles, 26 de agosto de 2020

MIRANDO SIN SABE A DÓNDE MIRA


MIRANDO SIN SABER A DÓNDE MIRA

En el dolor se anuncia un nuevo llanto,

salvo si no te asiste la esperanza,

porque, entonces, el llanto se reprime,

pierde su consistencia y su sentido,

se hace sólido y cierra todo paso

a asomarse a los ojos de la vida.

 

¿Qué medita el anciano, qué reclama

sentado en esa silla a todas horas,

mirando sin saber a dónde mira

y a esa mirada solo le responde

una línea que apunta hacia la nada?

Entre dolor y llanto, solo quedan

el silencio, el recuerdo y el vacío.

 

El tiempo ha hecho costumbre; en ella viven

ese saber que todo está ya escrito

y acaso la certeza, el desconsuelo

de que nada, tal vez, tuvo sentido.

 

Solo el tacto revive la presencia

de más horas de gozo y de alegría.

martes, 25 de agosto de 2020

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?

Repiquetean, ahora que nos duele, las campanas que anuncian, en boca de ateos y descreídos, aquello que se venía negando con la fuerza de lo que se considera tabú y no se permite ni que se ponga encima de la mesa para su consideración.

Hoy mismo, en el diario digital Público, escribía Odón Elorza estas palabras: El problema no reside en la estructura autonómica y en la transferencia de competencias sino en la mediocridad de algun@s gobernantes de CCAA que actúan con ineficacia. La gobernanza exige de las partes cooperación y sentido de Estado. El deber de actuar juntos contra la pandemia nos da oportunidad para cohesionar la estructura autonómica en su relación con el Gobierno central. Pero nos falta la cultura federal: lealtad, cooperación, coordinación y gobernanza compartida. La Conferencia de Presidentes podría ayudar a resolver disfunciones.

Nunca es tarde si la dicha es buena, colega. Ahora resulta que la dificultad (tú lo llamas problema: tú sabrás dónde te han enseñado) estriba en la mediocridad de algun@?s gobernantes de CCAA que actúan con ineficacia. Acabáramos, hombre; hemos descubierto al agente y al paciente cero y la solución está a la vuelta de la esquina.

¿Quién duda de que existen dirigentes autonómicos de toda condición? Eso es descubrir el Mediterráneo, oiga usted. Por si acaso, ponemos solo algun@s para liberar de la carga a los que nos interese.

No es eso lo que afirman muchas asociaciones de personal sanitario, ni de otros colectivos a los que le va en cuenta no la autonomía sino la colectividad entera. Pregúnteles a ellos cómo, por ejemplo, se intercambian los historiales sanitarios. Y luego hablamos.

Yo no tengo nada claro cuál es la forma de organización territorial más adecuada. Me guía únicamente el interés de la mayor eficacia y participación de la comunidad de ciudadanos. Pero es que llevamos un montón de años en los que el asunto territorial se ha hecho tema tabú y nadie se podía permitir el lujo de plantearlo con serenidad para darle una vuelta. Con esa situación mental, en muy buena medida promocionada por parte de la izquierda, se ha regalado una bandera viciada y parcial a la derecha, se han llenado sus urnas de votos y se nos ha privado a todos de dedicar esfuerzos a otras necesidades de la totalidad de ciudadanos. Y otro tanto se ha regalado a los mundos del nacionalismo, crecidos y sin apenas rivales ideológicos potentes.

Odón Elorza propone la estructura federal. El PSOE también, desde hace mucho tiempo. Yo no termino de ver la diferencia con lo actual. Y añade: Nos falta, lealtad, cooperación, coordinación y gobernanza compartida.

¿Por qué no empezamos con lo de la LEALTAD y sacamos los colores a todos aquellos que hacen de su actividad política un día sí y el siguiente también un acto continuo de DESLEALTAD y de egoísmo regional de ricos contra más pobres? ¿Somos socialistas o qué? Sin alharacas patrioteras, pero con la cabeza alta y a gorrazo mental limpio (siempre mental) contra los cavernícolas, supremacistas, errehaches diferentes, aldeanistas y toda la ralea que mira por encima del hombro a los más pobres.

Lo repetiré por vez enésima: sin solucionar los asuntos territoriales (de la manera que sea, pero dejando que se presente sobre la mesa cualquier proposición razonada y serena) no habrá forma de mirar al futuro con algo de tranquilidad y de entusiasmo. Y no sería mal argumento aquel que incidiera en la lealtad como elemento fundamental de convivencia.

Reitero que solo me interesa el bienestar económico y social de la población. Las organizaciones territoriales han de estar a su servicio, no al capricho de unos pocos aprovechados y de otros muchos miedosos y acomplejados. A mí me interesan los españoles más que España, y lo mismo me sucede con los catalanes y Cataluña, o con los vascos y el País Vasco, o con los castellanos y Castilla, o con el Sursum Corda.

Ojalá las campanas no tengan que tocar a rebato sino a días de fiesta, de LEALTAD y de colaboración.

lunes, 24 de agosto de 2020

LIBROS DIVERSOS

 

LIBROS DIVERSOS

Si cada creador tiene su definición propia acerca de lo que pueda ser la poesía (será este el concepto desde el que él practica su creación y entiende la de los demás) y, en realidad, nadie da con la tecla definitiva para fijar este concepto (tal vez ni falta que hace que tal cosa suceda), habrá que conceder que casi cualquier creación es poesía.

Pues, sin embargo, nadie osaría asentir ante esta afirmación. ¿Entonces? Ya estamos de nuevo en la incertidumbre y en la duda. Algo sí hay un poco más seguro: existe un tufillo, que debe proceder de la formación, de las lecturas y de una especie de canon impreciso, pero compartido, que asegura que tal o cual creación supera unos mínimos, poco concretos, por desgracia, y se sitúa en el mundo de aquello que llamamos poesía y no otra cosa. A partir de ahí. Uf, a partir de ahí; a partir de ahí se abre un amplísimo abanico que ventea todo y lo deja al gusto de cada lector y de su escala de valores y de sensibilidades. Ya se observa que la niebla y la indefinición siguen presentes.

Por eso existen libros de todo tipo y condición. Unos vomitan los sentimientos que arroja el volcán de una idea o de una situación. Suelen ser libros “unitarios”, menos extensos y de parto más rápido. Y más frecuentes. Otros intentan robarle un pellizco a cada día y, por ello, suelen ser más variados, amplios y de digestión lenta. Entre ambas tendencias, caben muchas otras posibilidades mixtas.

¿Quién puede sostener cuál es mejor o peor? No seré yo, desde luego; que cada día tiene su afán y cada creador sus necesidades.

Hoy, por ejemplo, he vuelto a la lectura de un libro de poesía que cumple perfectamente las características del libro temático, unitario, breve, rápido, intenso, emocional… Se trata del libro de Andrés Aberasturi titulado “Un blanco deslumbramiento (Palabras para Cris)”. Emoción a raudales. Cada vez que lo releo me desmorono más y me vengo inmediatamente abajo. Un río en borbotones a partir de la experiencia de un hijo con parálisis cerebral. La emoción diez pisos más arriba que la disciplina poética. Un rato de abstracción y de olvido de reglas racionales. Un grito desgarrador ante la evidencia lo injusto de la vida con algunos seres. Una bomba de racimo que explota entre las manos del lector y le abre las carnes.

Y lo digo yo que he elegido, desde hace ya bastantes años, la búsqueda y el pellizco que pueda arrancarle a cada día; y de ahí ese diario poético, ya tan extenso y variado, que no deja de manar. Ojalá que entre sus páginas también vivan emociones.

En fin, libros diversos, diversos libros. Cada día tiene su afán y cada libro guarda siempre algo bueno entre sus páginas, esperando la mano de nieve que sepa arrancarlo.

viernes, 21 de agosto de 2020

...PORQUE EL MUNDO ME HA HECHO ASÍ

 

 

 ....PORQUE EL MUNDO ME HA HECHO ASÍ

Así rezaban unas palabras incluidas en una canción que, hace ya muchos años, puso de moda Jeanette, una cantante que enseñó a cantar a casi todos los célebres solistas actuales con una voz de nariz que, en cualquier conservatorio, se trata de evitar, pero que parece que es condición indispensable para que se pueda grabar una canción y ser escuchada. Que me perdone Jeanette, pues, por otra parte, a mí me gustaban sus letras más que las de muchos otros colegas suyos.

La canción venía a expresar la queja por el hecho de que la sociedad no hacía caso ni escuchaba las protestas de una imaginaria joven cualquiera. Vaya por Dios.

Esta es la anécdota, claro. Lo que nos importa es la categoría.

En los años de entusiasmo juvenil, existe la tendencia a echar toda la culpa de lo que sucede a los demás; como si el individuo estuviera exento y liberado de obligaciones personales. Después el tiempo pasa, que es lo que siempre pasa, y las responsabilidades se van compartiendo hasta implicar al individuo un poco más en el proceso, sin olvidar tal vez la influencia que en él sigue ejerciendo el contexto de la comunidad.

No es asunto baladí, pues se trata y se considera desde todos los niveles: el sociológico, el político, el filosófico…

¿En qué medida soy hijo del contexto? ¿Yo soy yo y mis circunstancias? ¿Yo soy mis circunstancias únicamente? ¿Qué parte de responsabilidad me tengo que atribuir a mí mismo en mis actos y cuánta a los demás? ¿Qué esfuerzo tengo que prestar en controlarme y modificarme a mí mismo, y cuánto al cambio de las comunidades y estructuras en las que desarrollo mi vida? Todo un programa de pensamiento, de opinión y de actividad diaria.

Pero no podemos eludirlo porque en ello nos va el día a día y cada una de nuestras acciones.

Negar responsabilidades individuales es tanto como anularnos y diluirnos en un conjunto indefinido. Parece algo propio de irresponsables y hasta de cobardes. Cerrar los ojos ante todo lo que eso que se llama las superestructuras o contextos sociales en los que nos movemos nos impone es lo mismo que declararnos ciegos e imbéciles. ¿Dónde el límite y el tanto por ciento? ¿Cuánto esfuerzo a lo primero y cuánto a lo segundo? ¿Soy rebelde porque el mundo me ha hecho así o porque mi falta de rebeldía personal no me hace cambiarme a mí mismo ni al mundo en el que vivo?

Pienso ahora mismo en grupos sociales juveniles, que se muestran rebeldes a las imposiciones sociales que nos trae la pandemia, por ejemplo. ¿Son rebeldes porque el mundo los ha hecho así, o por egoísmo, irresponsabilidad y pereza mental? ¿O acaso son sencillamente gilipollas? Y así con todos y todos los días.

Por si acaso, seguía la canción con estas palabras; porque nadie me ha tratado con amor,
porque nadie me ha querido nunca oír. Pues que al menos por esto no sea. De unos para otros y de otros para unos.

jueves, 20 de agosto de 2020

JUGANDO CON RUBÉN Y CON EL TIEMPO


JUGANDO CON RUBÉN Y CON EL TIEMPO

Para mi nieto Rubén en su sexto cumpleaños

Y pasarán los años como pasan

esas cosas humildes, cotidianas,

que apenas dejan eco ni nostalgia,

y acaso te verás como yo ahora.

 

Imagina que estamos los dos juntos.

Jugamos a los juegos que tú quieres.

Yo me dejo ganar por que tú ganes.

Tú te sientes feliz y complacido.

Yo me sueño contento y como en brazos

de la felicidad. Nada nos llama,

está todo bien hecho en este mundo.

 

Pero en la otra ocasión de la que te hablo

serás tú quien evoque la nostalgia

al jugar con un niño muy pequeño,

secreto agradecido de tu carne.

Verás como te gana la partida

sin esforzarse mucho. Sin embargo,

tú serás tan feliz como yo ahora

y evocarás también en tu nostalgia

los días del pasado y del futuro

en los que tú has jugado a ser el tiempo.

 

Te escribo este poema porque quiero

saber siempre de ti y apenas puedo

dejarte en el recuerdo estas palabras,

nacidas del cariño. No las pierdas

y que evoquen con fuerza cada año

lo que ya no podré tal vez decirte.

 

El tiempo es como un juego permanente

y yo quiero jugar un largo rato

sintiéndote a mi lado. Que tu risa

ilumine tus juegos y mi tiempo.

martes, 18 de agosto de 2020

UN VIEJO ABECEDARIO


UN VIEJO ABECEDARIO

Qué dolor la certeza

de la inviolable acción

de la naturaleza.

No es caos ni es olvido,

es cumplimiento exacto

de un viejo abecedario

que resulta tal vez desconocido.

 

Después, todas las lenguas,

los dialectos diversos,

el silabeo confuso

y el habla, que conjuga

lo eterno y lo inmediato

en un aprendizaje sin sentido.

lunes, 17 de agosto de 2020

LA VERDAD TERRITORIAL

      LA VERDAD TERRITORIAL

La posmodernidad nos ha llevado a desistir de las verdades como conceptos independientes de los contextos en los que se concreten. Todo se desestructura y se descompone; nadie tiene depende de una verdad porque esta no existe como tal. Si Kant o Saussure levantaran la cabeza. Pero ahí andamos.

Empieza a suceder, me parece, lo mismo en otros niveles menos teóricos y más del día a día. Quiero decir que, en este país, nos hemos olvidado de cualquier ideal común y nos empeñamos en todo aquello que nos sitúe en un cuadro diferenciado y particular; como si aparecer al lado de los de otros lugares nos pegara la lepra o el coronavirus. La verdad y su aplicación tiene valores territoriales y aduanas conceptuales en las que te pueden prohibir el paso.

Porque hasta en el asunto de la pandemia se puede observar -y de qué manera- esta fuerza centrífuga. Lo que hace tan solo unas semanas era un abuso del poder central con aquello del estado de alarma ahora resulta que se ha convertido en una dejación de funciones del Gobierno central por no actuar y dejar la responsabilidad a las comunidades autónomas. En tal contradicción andan los de un lado y los de otro, los de la derecha y los de la izquierda. Qué penosito todo.

Uno no es jurista, pero sigue aspirando al sentido común y a la buena voluntad. Veamos con brevedad.

Desde el punto de vista legal, un poder centralizado en la proclamación del estado de alarma por parte de los políticos parece que, a todas vistas, tiene una eficacia mayor y sus anulaciones o alargamientos nos aclararían el panorama un poco más a todos. La legislación sanitaria la pueden aplicar las comunidades autónomas, pero depende de la decisión de los jueces y ya se sabe de la disparidad de criterios y de la trifulca administrativa y de recursos posibles que conlleva.

Desde el punto de vista político, hay que volver a desempolvar el concepto de lealtad. Y está muy escondido en el baúl; no sé si se puede encontrar. Significaría la existencia de un fin común, por encima de competencias regionales y de todo sarpullido por un quítame allá esas pajas de competencias.

Nos hallamos en un estado de urgencia sanitaria, en una pandemia como nunca habíamos conocido. Creo que también en un estado de imbecilidad creciente y en un ambiente de necedad muy peligroso. Se ha venido fraguando a lo largo de muchos años y hay muchos implicados en su alimentación y engorde. No sé en qué medida se pueden conjugar serenamente los asuntos legales con los políticos y de distribución territorial -¡otra vez, coño, la distribución territorial en la base de casi todo!-. Por encima de todos deberían estar las notas del sentido común y de la buena voluntad, las del bien colectivo por encima de la vanidad particular, y no digamos ya por encima de cualquier atisbo de superioridad económica y hasta racista, que apunta a realidades casi innombrables.

Que el virus se apiade de nosotros y de la imbecilidad. Me parecen oportunas las palabras de Manrique: No mirando a nuestro daño; / corremos a rienda suelta, / sin parar; / cuando vemos el engaño / y queremos dar la vuelta, / no hay lugar”.

Pues eso.

viernes, 14 de agosto de 2020

ANIVERSARIO 23

 

 

ANIVERSARIO 23

Aún se escuchan los ecos de los ecos

que dilatan el tiempo y el espacio.

 

No hay tiempo sin nosotros, sin vosotros:

todos somos el tiempo y solo existe

por las huellas que en él vamos dejando.

 

Hoy suenan con más fuerza y dicen cosas

que reavivan la llama del recuerdo

de aquel tiempo que fue tan vuestro y nuestro.

 

Cómo hieren y duelen,

padre,

los gritos del silencio.

jueves, 13 de agosto de 2020

CONJURO


CONJURO

Igual que hiciera Ovidio en sus Metamorfosis,

te he cambiado el aspecto y la figura.

No te diré cuál es tu nuevo estado

para que no te enfades ni me digas

que no te satisface tu nueva condición.

Solo puedo contarte que andan todos

con los ojos al bies, al contemplarte

con esas nuevas formas tan extrañas.

 

Si te miras y acaso decidieras

desmetamorfosearte, me lo pides

por carta, con acuse de recibo:

me molestan los ruidos del teléfono

y no utilizo twitter, ni face book, ni Instagram.

Te advierto, sin embargo,

(es mejor que lo sepas de antemano)

que nunca serás ya la original:

el oculto poder de mis palabras

te han convertido en esa nueva “cosa”

que vivirá por siempre en este poema,

con el misterio oculto de tu transformación.

miércoles, 12 de agosto de 2020

¿A QUIÉN LE PERTENECE ESTE MI CUERPO?


¿A QUIÉN LE PERTENECE ESTE MI CUERPO?

¿A quién le pertenece este mi cuerpo?,

me pregunta una voz desconocida.

 

En él confluyen ecos del proyecto

de cuerpos y más cuerpos. Si me miro

en la línea del tiempo y del espacio,

observo la presencia de mis padres,

de los antepasados de mis padres

y de todos aquellos que me llevan

al último confín de mi memoria.

 

Mas, de cuerpo presente y contemplando   

las horas del ocaso y del futuro,

es mi esposa, mis hijos, son mis nietos;

los miembros que componen mi familia

de sangre y corazón; son mis amigos;

la tierra, que me aguarda en mi reposo;

el viento, que alimenta mi energía;

el fuego, que me quema en la conciencia;

es la naturaleza, son aquellos

que me van modelando cada día,

que rozan mi presencia y a mi lado

son espacio y son tiempo compartido.

 

Tengo un cuerpo que es mar y que, en su seno,

acoge el discurrir de muchos ríos:

he de cuidarlo bien, pues reconozco

que no me pertenece en demasía.

Me consuela la voz de la certeza

de que, a la vez, también yo formo parte

de tantos otros cuerpos que se afanan

por los amplios caminos de la vida.

 

Un abrazo común nos hará a todos

semilla de futuro en otros cuerpos

y conciencia total en la que arda

el último big bang del universo.

martes, 11 de agosto de 2020

!A LA CALLE!

 

 ¡A LA CALLE!

Abrasarse en la dicha de la existencia mutua,

salir a campo abierto hasta encontrar la calle

y en ella desnudarse para vestirse ropas

de las que llevan todos los que a vivir se animan.

Aquel, aquel y el otro del que no sabe nadie

lo que en su casa esconde, lo que en su pecho arde.

Allí el de la sonrisa y el de la frente pálida,

el que agita banderas y el que al temor se acoge,

todos, todos al aire, a combatir la muerte,

a encender los clamores de compasión y gozo.

 

Abre la puerta y vete tras la estela del grito,

sumérgete despacio en medio de la masa,

despliega al viento todas las velas que has tejido,

sé tú mismo y sé todos, porque la vida es fuego

y es viento que circula como pandemia y luz,

abre tus blancos brazos y llénalos de cuerpos

que te abracen y eleven hasta el fulgor del cielo.

 

Y allí, todos a coro, cantando un himno sacro.

Será la prueba exacta de que la vida es buena,

de que también tú eres bueno como la vida

y el tiempo os hará a todos un solo corazón.

lunes, 10 de agosto de 2020

PEDRO CASALDÁLIGA

 

PEDRO CASALDÁLIGA

Agosto también trae otras noticias. Ha fallecido el obispo Pedro María Casaldáliga. Ha dedicado su vida a los más desvalidos en el Amazonas. Un referente ético, con independencia de las ideas religiosas de cada cual. De El Periódico de Cataluña, rescato alguna de sus frases que ilustran su pensamiento. Mi reconocimiento para él y para todos los que son como él.

Pedro Casaldáliga

A lo largo de décadas, ha hablado y escrito mucho en favor de los que nunca han tenido más que infortunios, dejando más de 50 obras de prosa e incluso poesía. Estas son algunas de sus frases:

--"La Tierra es el único camino que nos puede llevar al cielo".

--"Todo es relativo, menos Dios y el hambre".

--"No basta con ser creyente. Hay que ser creíble".

--"El gran atentado diario es el hambre en el mundo".

--"Uno de los pecados importantes de la Iglesia santa y pecadora es la falta de capacidad para unirse las iglesias, absolutizando lo que no es absoluto, y no respondiendo al testamento de Jesús: que todos sean uno".

--"Donde no hay libertad, no puede haber justicia".

--"Mi mayor deseo es que se acabe el hambre en el mundo, que se acabe la fabricación de armas, la carrera armamentista, que se acabe la guerra, sobre todo esa guerra por religión o respaldada por religiones".

--"El llamado tercer mundo es un escándalo en la historia humana. Porque tercer mundo por definición significa un mundo prohibido, marginado, explotado, inferior".

--"En amor, en fe y en revolución, no es posible la neutralidad".

--"La mayor parte de la humanidad, hoy en día, sobrevive en vez de vivir".

--"Los valientes son aquellos que vencen el mucho o poco miedo que tienen".

--"Yo soy un hijo obediente de la iglesia, pero al mismo tiempo no puedo permitir que se sigan usando métodos antidemocráticos en la relación de los obispos, nombrándolos sin la menor consulta con la comunidad local".

--"De los pueblos indígenas he aprendido la convivencia con la naturaleza, un cierto sentido de comunidad, y relativizar también muchas cosas que nuestra civilización considera absolutas".

--"Para mí la vida eterna es la convivencia plena con el Dios vivo, y con todos los hijos e hijas de Dios".

--"Si no hay causas grandes, la vida no tiene sentido".

viernes, 7 de agosto de 2020

INDICIOS

 

INDICIOS

       - Le perseguía el miedo de romper la belleza a cada instante.

- Cualquier colección es un exceso, incluso de sabiduría.

- ¿Es el beso una invasión violenta en otro cuerpo?

- La muerte simplemente es el olvido.

- Un río es un himno de agua que desafina en verano.

- Tenía un cuerpo a la moda, pero sin usar.

- Envejecer es irse acostumbrando a la sencillez de la costumbre.

- Tristeza: donde todo fue amor, vida y belleza, hoy solo es sitio del olvido.

- Nunca podremos conocer nuestra verdadera capacidad, pues somos los que la hemos ideado.

- Cualquier pasión se rige por el señuelo de alguna retribución.

jueves, 6 de agosto de 2020

INDICIOS

 

INDICIOS

Soy el tiempo y en mí mismo

ando buscando y dudando

si tiene mayor sentido

dejarme la vida en ello

u olvidarme en el olvido.

 

Cuando se apaga la carne

y el deseo se muestra inerte,

el fuego se torna hielo

y toca la vida a muerte.

Quiero seguir siendo llama.

 

Las olas baten sus alas

para llegar a la arena,

dejan rumores de plata

llorando siempre tu ausencia.

¿Por qué tan grave condena?


miércoles, 5 de agosto de 2020

EMÉRITO

 EMÉRITO

Una de las etimologías que mejor juego da es la del nombre de la ciudad de Mérida, Emérita Augusta. La he utilizado muchas veces en mis clases. Es esta una ciudad creada para los eméritos, esos soldados y oficiales del ejército romano que habían cumplido sus servicios y se quedaban a vivir en ciertos territorios. La evolución normal de Mérida nos habría dado *Mierda, con perdón para los emeritenses, o *mierdenses. Más modernamente, se aplica el calificativo a algunos profesores y jueces que han cumplido la edad de jubilación y, sin embargo, siguen en su actividad durante algún año más.

Pero el emérito de los eméritos, sobre todo estos días, es el rey Juan Carlos I, que, mira por dónde, decide marcharse de España, provisionalmente y como servicio a la corona y a su hijo, el rey Felipe VI. Pues estamos apañados.

Qué figura tan extraña esa de rey emérito. ¿Acaso sigue ejerciendo?

A mí todo este barullo me ha pillado en despedida de mis nietos y no me ha levantado ni un ligero sarpullido. Sé que se trata de un hecho muy importante en la vida pública; pero lo es porque así lo queremos y porque, una vez más, nos dejamos llevar por la escala de valores que se imponen desde la opinión publicada. Por tanto, solo algunas precisiones indiciarias.

1.       Sean cuales sean las condiciones en las que se desarrolle un reinado, el asunto de la monarquía no tiene un solo pase intelectual y ningún sentido su permanencia en el s XXI.

2.       En el caso que nos ocupa, parece evidente que se juzga a una persona, no a una institución. Conviene separar ambas cosas. Pero la base teórica sigue ahí y a nadie se le puede ocultar que lo conocido azuza un poco más la crítica al sistema monárquico.

3.       Este rey emérito cosió bastantes rotos en el período de la transición. Olvidarse de ello no es justo. Tal vez había que hacer de la necesidad virtud. Aunque una cosa no debe ocultar las otras.

4.       Esto de las inmunidades solo tenía que servir para los virus y para las pandemias.

5.       El contexto actual (economía, sanidad…) no sé si es el más propicio para animar una discusión de cambio de régimen. No obstante, cuando se haga, debe formularse sin aspavientos por ninguna parte, solo con argumentos serenos y sin descalificaciones generales tan al uso entre los de un extremo y los del otro: con esas formas se pierde cualquier fuerza argumentativa y se alienta lo contrario de lo que se quiere conseguir.

6.       No está tan claro que el final judicial sea el de culpabilidad para el emérito. La justicia dirá y a ella hay que atenerse, pero la imagen andaba y ya estará siempre por los suelos.

7.       ¿Cuándo el final de un proceso nos llevará a ver la devolución del dinero que se esfumó por las alcantarillas? ¿Lo veremos en esta ocasión?

8.       Más allá del caso concreto, ¿hacen falta más ejemplos aún para tener la certeza de que la prolongación durante mucho tiempo en un cargo cualquiera tiende a promover la corrupción? Aplíquese el principio a todo cargo, no solo a la monarquía.

9.       Cuando esto se produce por herencia, el peligro se duplica, por lo menos.

10.   El filósofo griego Platón defendía la monarquía como la forma de estado ideal. Han pasado 2500 años y ha llovido mucho desde entonces. Algún error le tendremos que perdonar. Bien es verdad que los demás sistemas tampoco apuntan al paraíso. Así que a defender con serenidad lo que cada cual considere oportuno. Con serenidad y sin desprecios ni insultos, que en todos los sitios cuecen habas.

Y que le vaya bien al emérito, como a todo el mundo (aunque se vaya a la palabra de la etimología), que una cosa no quita la otra. Pues eso.


martes, 4 de agosto de 2020

LA BOLSA O LA VIDA

LA BOLSA O LA VIDA

Si alguien me asaltara y me pusiera un cuchillo al cuello, obligándome a elegir entre la bolsa o la vida, no dudaría ni un momento en entregarle hasta el último céntimo que tuviera en el bolsillo.

Esta elección, aunque no de manera tan drástica, se nos presenta a todos cada día de nuestras vidas. A veces de manera personal y a veces de manera comunitaria. Una prueba del nueve en el nivel comunitario la tenemos en este momento, con la dichosa pandemia, que nos obliga a restringir actividades de producción económica y que mantiene en discusión a los que exigen una mayor libertad individual con los que consideran prioritaria la salud porque sin ella no se puede pensar en la economía. En términos generales, estoy con los que priman la salud, siempre que esté acompañada de un reparto solidario de los recursos, también con aquellos que más ven restringida su actividad. No sé si los que ahora piden libertad de actuación estarían dispuestos a un reparto de beneficios para la comunidad si no se sintieran directamente afectados; de hecho, deberían hacerlo, pues son los primeros que acuden a las ayudas comunitarias cuando estas se ofrecen. Esto no encaja con sus teorías liberales. También yo debería entender que es más fácil teorizar que dar trigo. En fin…

Acaso estemos ante un dilema un poco falso. Sin bolsa no hay vida, pero sin vida es imposible que se recupere ni un punto la bolsa. Así que, por favor, prioricemos y miremos con altura. Compartamos la vida y repartamos la bolsa como mal menor y como proyecto de futuro esperanzador para todos.

Pero la misma disyuntiva se nos presenta en forma individual. ¿Cuánta energía vital gastamos para ganar la bolsa? Trabajo, ahorros, proyectos, lujos, relaciones… Se nos van los esfuerzos y las horas de cada jornada en mantener unos niveles que nos agotan y que nos impiden dedicarnos a nosotros mismos esa energía que tendría que servirnos para la satisfacción personal y de los más allegados. ¿Qué parte horaria de cada día reservamos para la actividad que realmente nos guste? ¿Qué horarios y prisas favorecen este tiempo libre? Trabajar para llegar cansados al sillón y dejarse llevar por lo que se nos propone, sin ningún ejercicio de crítica y de reflexión porque tal vez el cansancio o la comodidad nos lo impiden, no es precisamente dar prioridad a la vida sino a la bolsa.

Y con la búsqueda de la bolsa se nos va la vida. Pero se nos va sin que pongamos apenas mano en el timón y le demos de vez en cuando una vuelta para pensar si el rumbo es el adecuado o el que consideramos más seguro. Y todo ello adobado con horarios extensos, con prisas, con precariedad, son sueldos por los suelos, con colas de paro demasiado alargadas, con sistemas en los que hay que ganar la clientela o el puesto porque, si no, se los llevará otro de la competencia, con zozobra por el futuro, con…

Parece claro que hay que armonizar esto de la bolsa y de la vida para que ambas se complementen y se den la mano. Pero es evidente que el orden sí altera en este caso el producto. Y el orden es el de la vida y después la bolsa. Siempre con reparto solidario de los mendrugos que queden en el fardel y con los rebojos que se mantengan duros en cualquier sitio. Si no, los que no huelen el pan se rebelarán y pondrán la vida a la misma altura que la bolsa. Y darán pie a que los que tienen la bolsa llena se reafirmen en mantenerla para que sus vidas se aseguren así más y mejor.

Solemos utilizar la expresión “ganarse la vida” para el esfuerzo laboral con el que conseguir los medios de alimentación y de subsistencia necesarios. Hay otra manera de entender esta expresión. Ganarse la vida tendría que ser también conseguir tiempo libre para cada uno; tiempo en el que pensar en uno mismo y decidir el rumbo que se quiere dar a la vida. A la vida individual y a la comunitaria. Ganarse la vida para ganar vida.

Que ni queremos ser ladrones ni asaltar a nadie, sino todo lo contrario: tenemos que enseñar a todos puñales de amor y de confianza, de solidaridad y de comprensión. En nuestras cestas caben la bolsa y la vida, la vida y la bolsa. Y ganarse la vida es alcanzar niveles de libertad personal y de dedicación a uno mismo. Para poder hacerse una vida más plena y entregársela así a los demás.


lunes, 3 de agosto de 2020

UN MAPA DE AFECTOS

 

UN MAPA DE AFECTOS  (Para mi nieto Rubén)

“Abuelo, os voy a echar mucho de menos”. Estas palabras, literalmente, me las dijo mi nieto Rubén un rato antes de marcharse. No había mediado conversación anterior y me las soltó así, de sopetón. Después de darle un achuchón fuerte, tuve que apartarme a un rincón, para rumiar mis sentimientos yo solo y no hacer demasiado visibles mis emociones húmedas. Rubén es un niño de cinco años (pronto cumplirá seis), con toda la ingenuidad de un niño, con toda la espontaneidad de un niño y con todos los caprichos de un niño.

Esto que, para mí, es una categoría, puede parecer para los demás una anécdota, pero muestra claramente cómo se dibuja de verdad un mapa de afectos, de esos que permanecen cuando toda luz parece que se te apaga y que te mantienen con la esperanza de que no todo estará perdido nunca.

Pienso en la cantidad de veces que se repite este pequeño milagro del afecto, sobre todo en esta época en la que terminan unas vacaciones y comienzan otras, en un mundo globalizado en el que los movimientos se producen sin cesar y la geografía familiar se expande por motivos laborales.

En mi caso, la separación es siempre temporal, pues la distancia que nos separa no es demasiada y siempre estoy dispuesto a ponerme manos al volante para pasar unos ratos con él y con los demás familiares. Aun así, estaría dispuesto a dar media vida por tenerlos a mi lado. Pero no siempre es así, por desgracia, y hay familias que se despiden por largas temporadas. Efectos de la globalización y de eso que llaman el progreso.

Yo que, repito, procuro repetir visitas todo lo que puedo, lo paso mal cada vez que me separo de mis familiares, aunque sea por poco tiempo. Es que sigo pensando que me puede la idea general de que, antes que nada, quiero querer y que me quieran. No encuentro valor más alto ni satisfactorio. Por eso me agarro a la vela mayor de mi familia como lugar seguro. En el fondo, tal vez no sea otra cosa que una muestra de egoísmo y de defensa personal ante todo lo que de desconfianza hay por eso mundos y en sus escalas de valores.

Después de unos días de vacaciones en los que todo ha sido para mis nietos y para mi familia, la rutina me vuelve a situar en el día a día de la costumbre. Aún queda mucho por hacer en estos meses de calor y de precauciones (también el hecho de vernos de vez en cuando). Pero la vela de los afectos quiero que siga en todo lo alto y que guíe mi travesía con rumbo seguro; porque, si ella me guía, no me importa cuál sea el puerto hacia el que se dirija: siempre me sentiré al amparo de otras manos y de otros afectos que marquen un mapa fiable. Incluso en los momentos de tormenta, que serán los menos en esta embarcación de los afectos.

Y así lo deseo para todo el mundo, para todos los que encuentren en los suyos el remanso seguro en el que diluir cualquier contratiempo o mal entendido. Esta sí que sería una pandemia positiva y agradable.

Así que, Rubén, yo sí que te voy a echar de menos (como seguro que les sucederá a otros abuelos con sus nietos). Pero, ánimo, que viajaremos juntos, a pesar de la distancia, por los mundos del amor y del cariño.

Te quiero mucho más que mucho.